domingo, 10 de agosto de 2014

“Ganar por secretaría…”








Editorial El Siglo, edición 1727 del 8 de agosto 2014

 “Ganar por secretaría…”

Así es: ganar por secretaría lo que perdieron en las urnas. Tergiversando, desinformando, calumniando, confundiendo… la derecha intenta “derrotar” a esos millones de chilenos que la dejaron en extrema minoría –su 30%- en las elecciones presidenciales que llevaron a La Moneda a la Nueva Mayoría encabezada por Michelle Bachelet.

Posando de austeros republicanos, los pillines de siempre se hacen pasar por defensores de “la clase media”, se conmueven ante “los sectores vulnerables”, reclaman respeto y dignidad para los mismos profesores que desde el fondo de sus almas desprecian y han maltratado desde siempre.

Los mismos en cuyos prontuarios hacen nata las páginas de complicidades –y no sólo “pasivas”- con los crímenes de la dictadura, protestan hoy porque no serían “escuchadas todas las opiniones”. Y es claro, en algo tienen razón: cómo iban a oír las voces de la “disidencia”, si éstas estaban confinadas a los campos de concentración, cuando no sepultadas en Lonquén u otras fosas clandestinas repartidas a lo largo del territorio.

En educación, a ultranza por la “libertad de elección” del colegio por parte de “los papás”… ¿Y si la “libre elección” se inclinara por alguno de los colegios de donde proceden estos nuevos demócratas? ¡Ah!, entonces –realismo impera- restringirse a “las ofertas” de “su” mercado: su región, su comuna, su barrio, su población…

Fieles a la lógica de hierro del guzmanismo –el “rol subsidiario del Estado”- quiebran lanzas por las concesiones, cualesquiera sean, y se ponen ultra legalistas para defender la intangibilidad de los contratos entre Estado y privados, por leoninos que hayan sido.

Cómplices de persecución, incluyendo asesinatos, de parlamentarios, hoy se ruborizan ante la posibilidad de aumentar el número de los mismos que cesaron en 1973.

Parafraseando el viejo refrán, donde ven un negocio… ponen la bala. Y con la bala, su prensa, su lobby, su experticia corruptora.

Hábiles y realistas, sus probados barones aparentan abandonar la delantera de los escenarios para dar paso a sus “rostros jóvenes”. Pero ya se los dijo en su momento el destacado dirigente democratacristiano Renán Fuentalba: “Liberales de hoy, conservadores de ayer, momios y fascistas de siempre”. ¿Significa lo dicho que todos y cuantos reconozcan filas en esa derecha corrupta y golpista son “aquello”…? Ciertamente, no. Ni siquiera algunas y algunos que figuran hoy entre sus portavoces…

Parecería que cuesta un tantito ser ultra reaccionario. Que para ello se requieren atributos que no circulan en abundancia ni siquiera en el estrecho mercado de los privilegiados. Y mucho menos entre aquellos que alguien pudiera calificar, un tanto insolentemente –habrá que reconocerlo- de “incautos”.

¿Reforma Tributaria?: que no toquen a “la clase media” ni al empleo…

¿Reforma Educacional?: libertad de elección y “ni un peso para los ricos”.

¿Reforma Electoral?: ni un diputado más y mantener el distritaje pinochetista.

¿Reforma Laboral?: respeto a las leyes del mercado y libertad, libertad, libertad…