Editorial de El Siglo, edición 1693 del 13 de diciembre de 2013
" ¡A
tomarse la historia por asalto! "
12 diciembre, 2013
Así titula este semanario su edición de hoy, a horas de la gran definición
presidencial. Clara referencia al famoso “quisieron tomar el cielo por asalto”,
con que Carlos Marx caracterizara admirativamente la epopeya de la Comuna de
París.
“Exageración” se podrá decir, y con no poca razón. Pero hay algo que puede
justificar esta alusión a un hecho histórico de alcance mundial, ocurrido en
Francia en el año 1871.
Al acuñar su expresión, buscaba Marx atraer la atención hacia lo que en ese
entonces era casi natural tener por desmesurado, irreal, pura “utopía”: la toma
del poder por los trabajadores, el fin de un régimen corrupto, la entronización
de una lógica y una ética nuevas en la sociedad y el gobierno.
Tan fuertes eran los “atributos” del poder así como sus fundamentos
ideológicos, que derrotarlo y reemplazar desde sus cimientos su “orden social”
parecía tan imposible como “tomar el cielo por asalto”.
Con parecida fortaleza, indiscutible e inexpugnable, se aparece ante muchos
en nuestros días el modelo económico y social instaurado desde la dictadura:
este neoliberalismo a ultranza, con sus reflejos privatizadores y su
democrático deprecio… por las mayorías.
Sometido a la experiencia de casi dos décadas de dictadura y varios años de
frustraciones que culminaron con el retorno de la derecha a La Moneda, el
pueblo chileno ha retomado su impulso y desde una renovada madurez cívica se
prepara para iniciar un nuevo ciclo político.
Sabe que todo lo nuevo que se asoma en el horizonte político es fruto de su
esfuerzo, de sus constantes movilizaciones, de la claridad de sus argumentos en
favor de cambios profundos.
Sólo un cuarto de quienes concurrieron a votar en primera vuelta, apoyó la
postura recalcitrante de la candidatura UDI-RN.
Los otros, la inmensa mayoría, con variantes y señales particulares, se
pronunciaron en contra de lo ya exageradamente visto y sufrido.
El mayor triunfo de estos últimos tiempos es haber quebrado la línea
argumentativa en apariencia invencible de la continuidad de las injusticias y
el abuso de los privilegios. En otras palabras, en haber instalado a la
conciencia como protagonista central de la acción política y social.
Derrotado en la calle y en la batalla de las ideas, el modelo impuesto a
sangre y fuego entra en su etapa declinante. Más allá incluso de la urgencia
reivindicativa de millones de chilenas y chilenos, lo central es el inicio de
una nueva etapa histórica: por eso este “¡A tomarse la historia por asalto!”
Tal es, así lo proponemos, el sentido profundo de este domingo en el que en
gran número concurriremos a las urnas, porque en su momento también la
expresión electoral es una forma legítima e irrenunciable de lucha.
“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, para todos lo dejó dicho
Salvador Allende.
Por eso, a cambiar el futuro, a tomarse por asalto el tiempo de todos, a
cambiar la historia con el protagonismo de los trabajadores del campo y la
ciudad, de los jóvenes trabajadores y estudiantes, de las mujeres, de los
honestos emprendedores, de los luchadores por los derechos humanos y por un
medioambiente digno y saludable.
“Otro Chile es posible”, se lo ha dicho y en nuestras manos de pueblo está
el pasar de la consigna a la realidad.
EL DIRECTOR