El Partido Comunista en la
contingencia
11 diciembre,
2013
Por Guillermo
Teillier.
Tomado de: www.pcchile.cl
Es frecuente escuchar en algunos actos públicos a las y los muchachos de
las Juventudes Comunistas gritar la consigna “Y que fue, y que fue, aquí
estamos otra vez”. Es la expresión de que pese a la política de exterminio de
la dictadura y a una institucionalidad excluyente y desproporcional, el Partido
Comunista sigue existiendo y representando a sectores de la sociedad chilena.
La última elección parlamentaria en nuestro país, fue una muestra patente
de aquello. Obtuvimos más de 283 mil votos, duplicamos nuestro número de
parlamentarios, la ciudadanía puso en el Parlamento a destacadas y destacados
comunistas que provienen de luchas estudiantiles y sociales; llegamos a elegir
16 consejeros regionales, con más de 300 mil votos. Fuimos parte de un
contundente triunfo político y electoral de la Nueva Mayoría que logró un
amplio respaldo de la población para emprender transformaciones que van en el
camino de tener un país más justo, más equitativo y más democrático.
A ello hay que agregar la significativa representación y liderazgo que
tiene el Partido Comunista en el mundo social, sindical, estudiantil y
cultural. También pese
a que nos quisieron exterminar y excluir.
Todo esto los comunistas lo asumimos con sencillez y naturalidad. No hay en
la existencia y desarrollo de nuestra representación nada anormal ni
desestabilizador como quiere seguir planteándolo la derecha y los
anticomunistas. Todo lo contrario. La presencia e incidencia del Partido
Comunista es parte de las características de la sociedad chilena desde hace más
de cien años y da cuenta de una respuesta que encuentra el pueblo para tener
una herramienta de defensa y promoción de sus derechos.
Lo hemos dicho. El Partido Comunista es parte de la historia de Chile. Y en
esa historia, jamás ha promovido un golpe de Estado, una asonada militar, una
desestabilización de la institucionalidad. Eso ocurre hoy. Los comunistas
participan de la competencia electoral, buscan cambios a través de mecanismos
democráticos, respetan las normas a pesar de que son heredadas de la dictadura
-y por eso las queremos cambiar-, y participan con responsabilidad en el
movimiento social y sindical.
Los comunistas tenemos sentido de realidad. Hoy estamos convencidos de que
hay que llevar adelante transformaciones en educación, salud, previsión,
vivienda, tributación y, por cierto, estamos porque se cambie definitivamente
la Constitución heredada de la dictadura por una surgida de la participación de
la soberanía ciudadana y dé cuenta de una sociedad democrática y a la altura
del Siglo XXI. Esas son
las tareas del periodo.
Para ello hemos promovido una convergencia política y social, mostrando de
paso, una actitud unitaria y no sectaria. Hoy hay espacio para la confluencia
de ideario, propuestas y fuerza del progresismo, el centro y la izquierda.
Así, el Partido Comunista es, simplemente, parte de esa convergencia y ahí,
con argumentos serios y madurez política plantea sus propuestas. Siempre
representando los intereses y desafíos de los trabajadores, de los estudiantes,
del pueblo. En este proceso que estamos viviendo hoy en Chile, desde la
perspectiva transformadora, no hay ni puede haber imposiciones, grupos de
influencia por encima de la mayoría, ni ejes de dos o más partidos por encima
de la Nueva Mayoría.
Hemos llegado a un momento muy especial en Chile y que apunta, por decisión
de la mayoría de la población, a los cambios. Somos parte de las fuerzas y de
una sociedad que quiere transformaciones económicas, sociales, constitucionales
y en el ejercicio de los derechos ciudadanos. Estamos a las puertas de la
gratuidad en educación, de una reforma tributaria que hará pagar impuestos
adecuados a las grandes empresas, de un nuevo marco institucional laboral, de
contar con un sistema electoral proporcional, de contar con más recursos para
Salud y Vivienda, para afianzar los Derechos Humanos, para respetar los
derechos de las minorías sexuales, para tener un Estado plurinacional e
institucionalizar los derechos de los pueblos indígenas y es factible pensar
que en los próximos años tendremos una nueva Constitución.
Junto a eso, hemos logrado sacar a la derecha del gobierno, por decisión de
la mayoría del país. La derecha no gobernaba hace 50 años por la vía
democrática y el primer mandato que tuvo resultó un fiasco. En el Parlamento la
Nueva Mayoría junto a otros representantes progresistas, de izquierda y el
centro ya tiene una correlación de fuerzas que representa el sentir ciudadano
por los cambios que el país requiere. Se avanza en desarticular el modelo
neoliberal y arribar a una institucionalidad auténticamente democrática.
Somos, así, un actor más del conjunto de fuerzas y de sectores de la
sociedad chilena que quiere un país transformado donde la mayoría de la
población tenga una mejor calidad de vida, ingresos dignos y adecuados,
oportunidades de participación y donde se respeten los derechos humanos,
sociales y económicos.-