Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de
Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Ocurrió en Chile el 11 de
septiembre de 1973. El imperialismo y la reacción criolla emplearon la forma más violenta y cruel de golpe de
estado, un golpe fascista. El violento asalto del gobierno; la destrucción de
toda forma de democracia, el exterminio
físico de los revolucionarios, comenzando por el heroico compañero Presidente.
Esto, con el objetivo de paralizar
por el terror al pueblo. Un ejemplo
concreto de ello fue el bombardeo de
El golpe fue la respuesta de la burguesía más reaccionaria a los avances logrados por el movimiento obrero. No fue sólo la “inspiración” de un grupo de milicos antipatriotas y traidores.
Fue la respuesta a los avances alcanzados por un poderoso movimiento obrero, creado por Luis Emilio Recabarren en la segunda década del siglo XX, cuya conquista más importante hasta ahora, ha sido el Gobierno Popular.
Fue la respuesta
contrarrevolucionaria llevada a cabo por
parte de la burguesía chilena, de sus partidos, como el Partido Nacional (los
actuales UDI),
Fue su reacción ante la fuerza que el ejemplo chileno ejercía en los pueblos del mundo y en especial de América Latina.
Por eso se unieron en una
“santa alianza” Nixon, Kissinger,
El
golpe del 11 de septiembre de 1973 fue
un golpe fascista.
Fascista por la violencia física y sicológica que se
empleó y, porque su objetivo no era reemplazar a un gobierno por otro, sino
cambiar de raíz el proyecto revolucionario y popular impulsado por
Su objetivo era cambiar a Chile en todos sus aspectos.
Y, desgraciadamente, en 17 años lo lograron.