Érase
una vez….
La
empanada y el derecho del pueblo a la rebelión.
Yo hablo por donde estuve y de lo que se…
No hay duda de que los porotos fueron esencial
para la alimentación de soldados y población que combatían en la segunda guerra
mundial y otras también, pero la empanada fue, es y seguirá siendo la reina de
la logística, del aparejo para enfrentar la dictadura fascista que acechaba y
acecha mi paisito.
Dios mío de los coloraos, nunca de los nunca, mis
viejas queridas eran tan bien cotizadas.
Traían
en el alma la necesaria receta. De sus manos salieron la seguridad y el fuego
para poder rebelarse, defenderse, para aplicar la táctica y la estrategia.
Sobre
todo, incentivar por dentro y por afuera la conciencia del porqué.
Se pensó y se hizo.
Y los viejos, picando y hediondo a cebollas, se
dieron cuenta, lo que cuesta hacer empanadas…Después vinieron los chorizos, los
lomitos y chacareros.
Pero
la empanada, la reina.
Mis
viejas heroicas, Margarita,
Las
empanadas tenían que estar una semana antes ya” pedidas”. …
El
equipo de compra, venta y transporte quedaba resuelto en resolución.
Yo
lo estoy contando corto, tuvimos que hacer una “Conferencia extraordinaria”
para ponernos de acuerdo en la orgánica de la empanada.
El equipo del uslereo, de los cocedores de
huevos, de las, los aliñadores, de los pintores…Se me asoma un compañero
buscando un tenedor con tres dientes porque
Al
palito más corto se escogía el hogar que sería la “empanaderia”, los pedidos
eran tan grandes que la tina del baño fue un excelente tiesto para resguardar
el pino.
Eran tiempos con otras características.
Se
me viene a mi locura un 1 de mayo.
El
jardín del Rey, Kungsträdgården esperaba a las distintas organizaciones que
venían marchando a “grito Pelao”…
La
marcha la organizaba una organización política denominado Partido Comunista de
izquierda, actualmente denominado Partido de Izquierda.
El
secretario del Partido antisoviético desde el escenario hablaba a los
trabajadores suecos e inmigrantes de todo el mundo…
En esos tiempos se escuchaba a Lars Werner.
A
las 11 de la mañana comenzaban a llegar las distintas organizaciones…El jardín
del rey ya tenia harto público, ese que no le gusta marchar pero si hacer masa
y encontrarse con amigos, conocidos…El lugar se veía bonito, lleno de pancartas
y lienzos.
Los
celebrantes eran miles.
El
viejo Beltrán, el Lautaro, el Marco, el Cachencho, el Wille, el viejo Juan,
Santiago Álvarez y su hermano Hugo, el chico Jaramillo y yo, el chismoso,
llegábamos a ese jardín monárquico como a las 8 de la mañana, buscábamos un
lugar apropiado, poníamos unos ladrillos y encima un barril partido por la
mita, carbón, parrilla y vamos asando chorizos…Los primeros clientes eran los
policías que resguardaban la celebración…
Hoy, esas cosas no se pueden hacer ni en deja vu…
Mes de Septiembre, puta que hicimos empanadas.
Estoy
seguro que nunca la cebolla, el ajo, el orégano, el comino, la carne, el
aceite, el huevo y la aceituna, la pasa, la harina y margarina hayan tenido más
gustosa y digna unidad.
Alejandro.
Estocolmo
20210916.