Mercedes Marín del Solar (1804-1866), “La
historia, la tierra, las bellas artes os ofrecen sus inmensos tesoros: a todo
puede elevarse vuestra inteligencia que no cede en viveza y penetración a la
del hombre”.
La población (Mermasol), Mercedes Marín del Solar, un lugar donde el tiempo se detuvo
“Como
una postal del pasado, a un costado del Puente Fiscal de la ciudad de
En la “Mermasol”, Mercedes Marín del Solar existe
una villa de 70 pequeñas casas que datan de los años ’50. Se trata del barrio del cual se habla poco o nada y
pareciera ser que nadie fuera de él conoce los secretos que guarda este
misterioso lugar.
Al
entrar, da la impresión de que el tiempo se hubiese detenido. El barrio está
totalmente aislado del ámbito urbano, estando tan cerca del centro histórico de
Más
del 80% de quienes la habitan corresponde a gente de la tercera edad. Podemos
encontrar a una mujer que recoge su ropa en un tendedero de uso común situado
en plena vía pública. Una imagen imposible de ver en otro lugar de la ciudad.
Los lugareños caminan acompañados de sus perros y algunos cruzan de casa en
casa. Y es que en
¿Y por qué el nombre de la “Mermasol”, Mercedes Marín del Solar?
Mercedes Marín del Solar (1804-1866), es considerada una de las primeras exponentes del romanticismo, la primera poeta, y una de las precursoras de la literatura femenina en Chile. Ciertamente fue una mujer excepcional para su época, que no se conformó con dedicarse a la vida doméstica o religiosa, sino que optó desde muy joven por instruirse y ampliar su cultura. En este sentido, fue fundamental el apoyo de su madre adoptiva, Mercedes Guerra, quien durante su infancia se esmeró por ofrecerle una buena educación y guiarla en sus primeras lecturas. Si bien siempre mostró especial predilección por la literatura, también se interesó por las artes en general: a los doce años, bajo la dirección de su padre, Gaspar Marín, y de don Agustín Vial, estudió francés e italiano y, por otra parte, aprendió canto, piano, vihuela y clavel.
Dueña
de un talento innato, demostró a los catorce años su precocidad literaria al
escribir su primer poema, inspirado en los sucesos de
Su nombre comenzó a ser conocido en la escena cultural santiaguina gracias a las tertulias literarias que ofreció en su hogar junto con su marido, José María del Solar, y por sus dos primeras publicaciones: "Inscripción grabada en la muralla del jardín de una casa de campo" y "Letrillas". Sin embargo, fue su "Canto fúnebre a la memoria de don Diego Portales", inspirado en el asesinato de Portales, el escrito que la consagró en las letras chilenas. Esta elegía causó gran impresión entre los lectores, quienes quisieron conocer al autor escondido tras el seudónimo de "Por una Señora Chilena".
Su dedicación a la escritura no fue constante; mujer de su época, en definitiva, debió privilegiar muchas veces sus deberes de madre y esposa. La falta de espacio en Chile para una mujer escritora la fue desalentando, hasta que dejó de publicar y sus versos se convirtieron, tal como ella misma confesó, en un lujo de su vida privada: "una mujer literata en estos países era una clase de fenómeno extraño, y que un cultivo esmerado de la inteligencia exigía de mí hasta cierto punto, el sacrificio de mi felicidad personal".
Mercedes
Marín luchó activamente por la educación de la mujer y no sólo colaboró con
¿Qué eres, dulce hermosura, ante los ojos
del mortal que seduces con tu encanto?
Objeto destinado a verter llanto,
juguete de sus pérfidos antojos.
Raro será el que rinda por despojos
a la pura beldad un amor santo;
el hombre engaña, ríe, y entre tanto
siembra
bajo su planta mis abrojos.
Tal es tu vida. La mujer hermosa
cual delicada flor, busqué abrigo
de la excelsa virtud, y cautelosa
el prudente temor lleve consigo
y guarde el amor la pura rosa
al
esposo feliz, al digno amigo.
«El Universo es Dios» dice el impío
que otro tiempo dijera: «Dios no existe.»
¡de humana corrupción gemido triste!
¡de
la frágil razón hondo extravío!
La luz, la tierra, el sol, el monte, el río,
el prado que de flores se reviste,
el aire, el ancho mar, tú los hiciste,
¡Oh, Señor, ¡con tu inmenso poderío!
Pero, toda esta gran naturaleza
a sí misma se ignora, y al potente
autor de sus arcanos y belleza.
Sólo al hombre, ser libre, inteligente,
Dios reveló su nombre y su grandeza,
¡y el necio huye de Dios ciego y demente!
La a historia, la tierra, las bellas artes,
Os ofrecen sus inmensos tesoros:
A todo puede elevarse vuestra inteligencia
Que
no cede en viveza y penetración a la del hombre”
Poesías:
Canto
Fúnebre a
A
Canto
a
Al Retrato de mi Marido
A mi Hija Carolina
A
mi Hija Luisa
(Fuentes
Diario el Dia y biblioteca nacional, archivos)
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Luis E. Aguilera
Secretario General
Sociedad de Escritores de Chile (SECH),
Filial Región de Gabriela Mistral-Coquimbo