lunes, 30 de noviembre de 2020

EL GENERAL CARLOS PRATS VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

 


Hace 48 años:


                                          Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                           Centro de Extensión e Investigación

                                            Luis Emilio Recabarren,  CEILER 

 

                    


 

El miércoles 29 de noviembre de 1972 el Presidente Salvador Allende inició una trascendental gira por tres continentes. Visitó cuatro países latinoamericanos: México, Perú, Cuba y Venezuela. También estuvo en la Unión Soviética y en Argelia.

Esta gira contribuyó a acrecentar el prestigio internacional de Salvador Allende y a elevar la solidaridad mundial con el proceso revolucionario que vive Chile.

Antes de la salida de Allende del país, juró como Vicepresidente el general Carlos Prats González, que desde comienzos de noviembre ocupaba la cartera de Ministro del Interior. Tenía por entonces 57 años.

El general Prats fue entrevistado por la revista Ercilla, con ocasión de asumir tan importante cargo. Sus respuestas sirven para conocer sus puntos de vista. Se reproducen algunas preguntas y sus contestaciones.

Periodista: “¿Cuál es su opinión sobre el Primer Mandatario?”

C. Prats: “Mi impresión actual  es mucho más relevante que la que tenía antes de conocerlo personalmente. Tiene una personalidad realmente carismática. En estos dos años he aprendido a respetarlo, por sus condiciones humanas y por su gran habilidad política, dentro de su patriotismo de gobernante”

Periodista “General, ¿no piensa que no hay que creer tan ciegamente en los dogmas? El Programa puede ser muy bueno, teóricamente, pero…

C. Prats: “… igual que los planes estratégicos de un Ejército, la realidad de la guerra los va adecuando…”

Periodista: “Exactamente, General. Y más  si ese Programa está cambiando la vida de la ciudadanía sin que la mayoría esté de acuerdo”

C. Prats: “Para mí hay otros factores. El Programa puede ser muy bueno, pero hay otras circunstancias que influyen para que se creen situaciones muy difíciles para Chile. No se puede, por ejemplo, calificar como falla de un Programa de política interna, un cerco económico exterior que se extiende sobre Chile. Ni tampoco la situación provocada por la baja del precio del cobre. Esto es fundamental establecerlo. Por eso,  despejemos totalmente la idea de que este Gabinete significa una rectificación, en el sentido de renunciar o apartarse del Programa. Este Gabinete es, como lo he dicho, una reafirmación de la autoridad presidencial. Una fórmula necesaria para asegurar la paz social y dar tranquilidad a la ciudadanía”.

Respondiendo otra pregunta, el General Prats afirmó: “Estoy convencido que en octubre último estuvimos al borde de la guerra civil: De prolongarse esa situación el país habría llegado a un enfrentamiento armado”

Sobre el paro patronal y las FF AA, sostuvo: “Empecemos por referirnos al comportamiento de las Fuerzas Armadas en el paro. Fue algo realmente ejemplar. Como Comandante en Jefe del Ejército les confieso que me sentí orgulloso de su comportamiento. Las Fuerzas Armadas se mantuvieron disciplinadas, cohesionadas, y afrontaron todo con una entereza moral y un espíritu de cuerpo admirables. La acción del Ejército en los días del paro fue la confirmación de que lo predicado por el General Schneider  y por mí después, dio sus frutos. Las Fuerzas Armadas soportaron, además, numerosas afrentas, como las del ‘triguito’ y las ‘plumas’.

Sobre las causas que impiden la guerra civil, el General opinó: “…Si el Presidente Allende no hubiera tenido el poder de control sobre los trabajadores; si a la vez los trabajadores no hubieran dado un ejemplo de disciplina social, pudo producirse el enfrentamiento”.

Periodista: “¿Usted, General, categóricamente, descarta la posibilidad de un rol más efectivo de las FF AA? Usted sabe a qué nos referimos…”

C. Prats: “Hay algunos chilenos, no muchos por suerte, que piensan que las soluciones deben ser de fuerza. Ya les dije que cada país tiene sus propias características. En Chile, esa es una solución sin destino. ¿A qué conduciría?  A una dictadura. Tendría que ser implacablemente represiva. Para ello, las Fuerzas Armadas tendrían que transformarse en una policía especializada y refinada, y significaría transformar al pueblo en tupamaros.  A la semana siguiente de los aplausos al dictador, los políticos de los bandos más encontrados estarían unidos gritándonos: ‘Gorilas’ y pidiendo elecciones. Este no es un país de borregos. Los trabajadores representan un poder social. Están organizados. En este país hay dignidad vertical. En este país los dirigentes políticos mueven efectivamente a las masas. No. Nosotros los militares no acariciamos la idea de reemplazar al poder civil, ni es nuestra misión” (Ercilla Nº 1950, del 29 de noviembre al 5 de diciembre de 1972)

Este era el pensamiento del General Carlos Prats y siempre actuó en consecuencia con sus ideas. Por eso se ganó el respeto y el cariño del pueblo; como también el odio de la reacción, que llegaba a afirmar que estaba “vendido a los comunistas”. Tampoco gozó de la simpatía de la ultraizquierda.