Inaceptables y dolorosas son las declaraciones de la Presidenta del Partido
Socialista de Chile en contra de la condena de Leopoldo López, dirigente
opositor declarado culpable por incitación a la violencia y otros delitos
enmarcados en un plan declaradamente sedicioso llamado “La Salida”(1) que
condujo a una fuerte ola de violencia callejera de tendencia fascista que duró
varios meses y que costó la vida de 43 seres humanos además de millonarias
pérdidas materiales. Declaraciones tan desafortunadas como desinformadas en que
la Senadora, hija de Salvador Allende, dice: “no logro entender que un opositor
que haga una acción que no tiene ninguna violencia, que manifiesta su opinión
crítica a un gobierno pueda ser encarcelado”. ¿Cómo leer, cómo entender dichas
afirmaciones teniendo en cuenta la historia reciente de Chile, su historia
personal y nuestra propia historia familiar? Historia que fue marcada
justamente por este tipo de violencia desenfrenada y llena de odio.
El condenado dirigente político Leopoldo López hizo un llamado abierto y
público, claramente dirigido a la insurrección, “al alzamiento”, a “permanecer
en las calles hasta lograr la salida del gobierno”, “hasta que logremos sacar a
quienes nos están gobernando”; que como decíamos condujo a unos meses de
violencia política que buscaba el derrocamiento de un gobierno legítimo y con
gran apoyo ciudadano, como decir que la acción premeditada del sedicioso plan
“La Salida” es “una acción que no tiene ninguna violencia”, que solo
“manifiesta su opinión crítica a un gobierno”. Peor aún, cómo calificar a López
“preso de conciencia” cuando además de lo referido fue uno de los protagonistas
más visibles y violentos de la represión del régimen golpista que derrocó por
48 horas a Hugo Chávez el año 2002. ¿Por qué hacer semejantes y desafortunadas
declaraciones, tan reduccionistas, tan desinformadas, tan doble estándar? “A
nombre personal” y “como Presidenta del Partido Socialista de Chile” sabiendo
perfectamente que quien habla es la hija de Salvador Allende. ¿Por qué hablar
de Leopoldo López y callar sobre las múltiples crímenes y atrocidades que se
cometen a diario en nombre de la supuesta lucha antiterrorista, la democracia y
la libertad?
Creo que hay respuestas más de fondo y que tienen que ver con lo
ideológico, sobre conceptos sobre el Socialismo y el Neoliberalismo, etc… pero
en este caso sobre todo se evidencia un doble estándar cuando se habla de
Democracia y Derechos Humanos, cuando hay una valoración y un juicio
condenatorio a priori al hablar de estos temas en los casos de Venezuela y
Cuba, y cuando por otro lado no se dice nada, no se señala, no se condenan, por
ejemplo, los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Israel
contra el Pueblo Palestino, las fosas comunes del Uribismo en Colombia, las
torturas en la cárcel de Guantánamo, la terrible desaparición de 43 estudiantes
normalistas en México hace un año!…, por qué el silencio ante los Presos
Políticos Mapuche, el asedio y represión brutal a las Comunidades Mapuche por
parte del gobierno que representa? O simplemente las guerras genocidas
promovidas y auspiciadas por el gobierno de los EEUU en el mundo, etc… ahí no
hay denuncias, solo hay silencio.
Por otro lado está lo pragmático de la política, el desviar la atención de
los problemas internos; cuando el gobierno de Chile está pasando sus peores
momentos en términos de legitimidad ante la ciudadanía, cuando la clase
política está valorada de forma tan negativa, cuando los escándalos de la corrupción
estructural de la política en Chile (si, de ese Chile supuestamente tan
incorruptible) salen a la luz. La llamamos corrupción estructural e inmoral (y
de cierta forma hasta “legalizada” en la actual Constitución heredada de
Pinochet), porque ahora se sabe hasta qué niveles se ha prostituido la política
ante el poder económico de las grandes empresas, de las familias más poderosas,
de las grandes fortunas económicas que financian las campañas de los políticos
en todos los niveles y en casi todos los sectores y casi a todos los partidos
políticos.
Pero lo peor y más inmoral, es cuando empresas expoliadas y enajenadas al
Estado chileno durante la dictadura pinochetista, empresas estratégicas que
fueron entregadas, por ejemplo al entonces yerno de Augusto Pinochet, Julio
Ponce Lerou, y quien a través de la empresa Sociedad Química Minera de Chile
(SOQUIMICH) aparece entregando millonarias sumas de dinero a campañas de
políticos de los partidos del actual gobierno, incluyendo gente del Partido
Socialista, el mismo partido que fundara Salvador Allende, gente como el
senador Fulvio Rossi (que incluso se entrevistó con Enrique Capriles en su
última visita a Chile) quien ha sido llamado a declarar por boletas facturadas
a la empresa controlada por el ex yerno de Augusto Pinochet; asimismo con
Milton Lee Guerrero, ex tesorero del Partido Socialista. Por otro lado esta
gente como Enrique Correa, importante dirigente político durante el Gobierno de
la Unidad Popular y que ahora es importante lobbysta de la Consultora
Imaginacción que le ha hecho asesorías a SOQUIMICH, al grupo Penta y al grupo
Luksic, todos grupos económicos financistas de la política chilena y que además
en absoluta incoherencia ideológica y ética, es Vice-Presidente de la Fundación
Salvador Allende….
Por último, no se puede dejar de comentar sobre las declaraciones de Felipe
González, para quien “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que
Maduro”, opiniones como estas son un real insulto a los derechos humanos y a la
historia, un insulto a las millones de víctimas de las dictaduras
latinoamericanas. Estas declaraciones se enmarcan en la misma campaña
internacional contra Venezuela, de la cual desafortunadamente se ha hecho eco
la senadora Isabel Allende. Esto no es casualidad porque el señor Felipe
González y el PSOE son el referente ideológico del Partido Socialista de Chile
de pos-dictadura. Cabe preguntarle a la dirección del Partido Socialista de
Chile, que sufrió en carne propia los horrores y las atrocidades de la
dictadura pinochetista, si está de acuerdo con que semejante camaleón político,
que con estas declaraciones mostró sin vergüenza su falta total de ética, siga
siendo su mentor político.
(1) El plan ‘La Salida’ derivo directamente en las protestas violentas, las
llamadas “guarimbas”, que azotaron viarias ciudades de Venezuela durante más de
dos meses donde el odio político se apodero de sectores importantes de la
oposición, solo con mencionar que en muchos sectores sociales donde se
realizaban las ‘guarimbas’, en postes y semáforos se colgaban del cuello a
muñecos vestidos de rojo, en alusión a los simpatizantes del chavismo, también
hubo mucho hostigamiento y amenaza a las familias que reconocían como
simpatizantes del gobierno en los sectores donde predomina la oposición y donde
se realizaban las ‘guarimbas’, por lo demás sectores siempre de clase media
alta o alta.
*Pablo Sepúlveda Allende es médico y es nieto del Presidente Salvador
Allende.
Fuente: radio.uchile.cl