07/09/2015
MAURICIO LEANDRO
Estimado
diputado Felipe Kast:
Sé
lo que es marchar pacíficamente y que sin previo aviso una horda de hombres de
ley te rodeen; sé lo que se siente ver cómo una granada lacrimógena impacta en
la cara de uno de tus compañeros; sé cuanto cala el dolor de ver a tus compañeras de 13, 16, 25 años, manoseadas
por un carabinero; sé lo que es estar seis horas en una comisaría rodeado de
Fuerzas Especiales que te dicen: “qué te pasa maricón, hazte el valiente ahora
concha e’ tu madre, cabro culia’o”; sé lo que es salir a marchar en el sur y
sentir en tu carne cómo las espaldas de tus peñis o los vientres de tus lamien,
se cubren de perdigones; sé lo que es vivir la frustración de marchar no por
gusto, ni con alegría, sino con la impotencia del no pago, por la asfixia
económica, por la pensión de mierda, por la deuda histórica, por el crédito con
aval del Estado; sé lo que se siente ser víctima de un sistema de salud que me
condenó a la fila, a la espera eterna (ya no estamos en la UP ); sé lo que es la rabia
acumulada.
Honorable,
a mí que soy un ignorante, coménteme qué sintió: ¿Es más fuerte que la nuestra
la lacrimógena cubana? ¿Es más abortiva el agua de sus guanacos? ¿Lo amenazaron
con desaparecerlo en la comisaría castrista? ¿Cojea por los lumazos en sus
piernas? ¿Tiene moretones? ¿Le tocaron el culo?
Estaré
atento a su respuesta diputado.
Atentamente
Mauricio
Leandro