Bienvenida a compañero Evo Morales en Chile
Santiago 10 Marzo de 2006
"Bolivia no ha ganado nada", repite el stablishment chileno, con
la misma arrogancia ciega con la cual anunciaba su razonable optimismo, su
seriedad, su autosuficiencia... al final su trágica distancia de los mundos en
que vivimos todos. La prensa oficial se apura en recordar que el 84 % de los
chilenos no quiere oír hablar de ceder una pulgada, un milímetro de territorio.
Quieren creer que al final todo esta bien, que las razones del orden, de la
pedante seriedad de pavos reales se impondrán y todo esto será un mal recuerdo
rápidamente olvidado y que los bolivianos y sus exóticos e irresponsables
dirigentes volverán a desaparecer en el páramo de la invisibilidad, donde ponen todo eso que desprecian,
ningunean y desconocen.
Bolivia, y lo que es mejor, los bolivianos, hace varios años que vienen
ganando. Y lo que es mejor aun, se lo han ganado a pulso, peleándole al
supuesto destino de país mendigo, a ese estado colonial que durante siglos
sojuzgó a los pueblos. Bolivia es hoy día un buen motivo para tener esperanzas,
sonrisas y sueños. Y nada ha sido fácil, nada fue regalado.
Como saben desde hace años siento que en esas tierras se crean ideas
americanas, se construyen proyectos indios, se inventan nuevas maneras de estar
en el territorio, desde lo que somos, desde lo que tenemos. También saben que
durante años he unido mi mirada a esas historias. La última vez que estuve en
La Paz fue en la Primavera del año pasado, no andaba filmando. Tuve mucho
tiempo para hablar con mucha gente, para pasear sin rumbo, para escuchar y ver.
Pensaba entonces en como en estos pocos años la sociedad ha cambiado, Escribí
mis impresiones en el Blog: http://rene.davila.free.fr/index.php?Diario-de-rodaje-epilogo
Después de tantas batallas la sensación que se me impuso es la de un país
que por primera vez tiene auto-estima, para usar un término común, y no usar
esas palabras prohibidas por la siutiqueria reinante, palabras como dignidad.
Ganar o perder. Con sus pobres cuentas pragmáticas los que mandan en Chile
creen que pueden negar la realidad, escamotearla y hacer un enésimo pase mágico
para mantener todo en orden. En realidad los que mandan, esa pequeña oligarquía
plutocrática, ni siquiera se ocupan de todo. Dan la dirección, y sólo cuando es
urgente desplazan a las castas operativas y entran al terreno. En temas como
estos no tienen necesidad, se sienten en terreno seguro, en medio de
certidumbres que se entroncan con los mitos fundadores. "Chilenos
todos..."
En Chile hemos estado perdiendo y ganando. Y tal vez lo mas importante de
lo que hemos ganado es cierto escepticismo respecto de las verdades
indiscutidas hasta hace muy poco. Falta mucho; la maquinaria aplastante aun
domina mentes y voluntades sin que haya mucho escándalo; todavía nos venden
culebras, nos engañan o nos mandan para la
casa. Que haya un 16% de chilenos dispuestos a favorecer una salida soberana de
Bolivia al Pacífico me parece auspicioso, pareciera que me conformo con poco. No
les creo nada a las encuestas, pero 16 % es un buen punto de partida.
Cuando uno viaja por el continente, cuando se sale del encierro del valle
central y del dominio cultural metropolitano con su reino de patéticas
certidumbres inamovibles, uno puede pensar que en una de esas las cosas
cambian; los pueblos se rebelan, los creadores crean, los pensadores piensan...
Se puede osar pensar en que las cosas puede que "Siempre han sido
así..." pero pueden cambiar.
Cuando comencé a filmar en Bolivia este ciclo documental, hace 13 años,
nadie daba un copeck por el MAS, los cocaleros y Evo Morales. El presidente
hablaba con acento norteamericano, resultado de su formación en la mera capital
del imperio y en las calles los indios debían ceder el paso a los blancos.
En Chile las cosas han cambiado mas de una vez y muchas cosas se han
obtenido con el esfuerzo y la abnegación del pueblo, tampoco nos han regalado
nada. Aqui también hay dignidad y coherencia, también tenemos mucho que aportar
a la historia de los pueblos. Lo que nos falta es aquello que mas odian las
elites, la capacidad colectiva de imaginar, de soñar, de pensar una sociedad
diferente. Pero puede venir, y muchos estamos en eso.
René Dávila
Santiago 24 de septiembre 2015