miércoles, 4 de marzo de 2015

¡NO ES CUESTIÓN DE GENES!






                             Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                             Centro de Extensión e Investigación
                             Luis Emilio Recabarren,  CEILER





RECORDAMOS  A UN INTERNACIONALISTA LLAMADO SALVADOR ALLENDE GOSSENS

                          “Salvador Allende fue un consecuente luchador
                            antiimperialista e internacionalista. En esta
                            posición se mantuvo durante su Gobierno  a
                            hasta el fin de sus días”
                            (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”)

Para Salvador Allende,  patriota  e internacionalista,  no hubo causa progresista en el mundo, especialmente revolucionaria, con la cual no haya solidarizado.

En 1954, cuando tenía 46 años y  era Senador, representando a las provincias de Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y China Popular.

Eran los tiempos  de la guerra fría, en que el imperialismo  tendía una cortina de hielo a los países socialistas.

El líder chileno con ese paso desafió al Imperio.

SOLIDARIZANDO CON LA REVOLUCIÓN CUBANA
El 1º de enero de 1959 el mundo, y sobre todo América Latina,  se  estremecieron con  el triunfo de la Revolución cubana.  Allende, a la fecha Vicepresidente del Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la Isla.

Llegó a La Habana el 20 de enero. Y le ocurrió un hecho poco conocido. Apenas se había instalado en el hotel, cuando le llamó la atención el bullicio que  venía de afuera. Se asomó. Vio un sorprende espectáculo: al son de una briosa música desfilaban doscientos policías estadounidenses, encabezados por el Alcalde de Miami. Indignado, al creer que ello evidenciaba la influencia de Estados Unidos sobre los líderes cubanos, decidió tomar el avión y regresar a Chile.

Por casualidad se encontró con su viejo amigo, Carlos Rafael Rodríguez, dirigente comunista, que había combatido al mando de Fidel en Sierra Maestra.

- Salvador, ¿qué estás haciendo tú acá?

-Vine a ver esta revolución. Pero no hay tal revolución y me voy.  ¿Qué revolución va a ser ésta cuando la festejan los policías yanquis?

-  Cometes  un error, Salvador. En esto no tienen que ver nada los líderes  de la Revolución. Conversa con ellos.

Esa misma tarde recibió una invitación del Che. Acudió a conversar con él. Lo puso en contacto con Raúl Castro. Luego se entrevistó con Fidel.  Quedó todo claro. En ese momento nació una hermosa amistad entre ellos.

DESPUÉS DE  PLAYA  GIRÓN
Apenas conocida la noticia del ataque de los mercenarios a Cuba, Allende voló inmediatamente a la Isla. No quiso estar ausente en  momentos en que el pueblo cubano había asestado la primera gran derrota al imperialismo estadounidense en América.

Como se sabe,  el 17 de abril de 1961, 1.400 contrarrevolucionarios preparados, financiados y dirigidos por el Imperio, habían desembarcado en Playa Girón, ubicada en Bahía Cochinos, provincia de Matanzas. Llegaron con fuerte apoyo de mar y aire, pero fueron derrotados en 68 horas. Fracasó el Plan Pluto elaborado por la CIA: crear una cabeza de playa, hacia donde se trasladaría un gobierno gusano, que sería reconocido por Washington, y que solicitaría la intervención militar de Estados Unidos. La aventura les costó a los invasores 200 muertos y  1197  prisioneros, además de muchos dólares al Imperio.

FIDEL SOBRE ALLENDE
El 13 de diciembre de 1972, el comandante Fidel Castro, en un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y con el Presidente Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana,  dijo:

“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero que llegó a Cuba fue Salvador Allende, que  ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país...

Por eso hemos recibido en estos días –y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto- al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”

ALLENDE CONDECORADO
En esa ocasión, Salvador Allende señaló en parte de su discurso:

“Levanto mi voz con profunda emoción en esta Plaza donde tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar la palabra de Fidel y de los dirigentes de la Revolución, frente a la estatua de Martí, que cobra vida y presencia con el calor del pueblo.

Lo hago con el sentimiento agradecido, porque hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de revolucionario: la Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso revolucionario...”

AMIGO DEL CHE GUEVARA



 Más adelante Allende relató:

 “Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”

El líder chileno había conocido al Che en su primer viaje a la Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.

Estuvo con él en la Quinta Sesión Plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social de la Organización de Estados Americanos, OEA, que se prolongó del  5 al 17 de 1961. Allende había viajado a Uruguay para expresar públicamente la solidaridad del pueblo chileno con Cuba revolucionaria y, junto con el Che,   denunciar el verdadero carácter de la Alianza para el Progreso del gobierno de John Kennedy: un nuevo caballo de Troya mediante el cual el Imperio pretendía frenar el proceso revolucionario  en América Latina.

SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA
En julio de 1967, Allende viajó a La Habana, encabezando una delegación compuesta por representantes socialistas, comunistas y de otros partidos de izquierda, para participar en la Conferencia Tricontinental de Solidaridad,  que condenó las acciones agresivas del Imperio. En esa conferencia, Allende presentó la propuesta de crear la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS. La iniciativa fue aprobada y en agosto de ese año nació en La Habana este organismo.

Allende vivirá siempre en nuestras conciencias y corazones como un ser humano excepcional y un revolucionario ejemplar.

LA ANTÍTESIS DE SALVADOR ALLENDE   


  
No es cosa de genes. La actual Presidenta del Senado es una lamentable demostración de ello.

Efectivamente, Isabel Allende Bussi, la segunda autoridad del país, militante socialista, se ha sumado a la  conspiración internacional que se ha desatado contra del gobierno constitucional y democrático de Nicolás Maduro.

Al parecer, la señora Isabel no se dio cuenta o se olvidó (como otros) de lo ocurrido durante los mil días del Gobierno Popular, encabezado por su padre.

Lo que ocurre en Venezuela, señora Presidenta del Senado, es lo mismo que sucedió durante el Gobierno Popular, son acciones iguales a las que el imperialismo desató contra Chile. Y a las cuales se opuso el Compañero Presidente hasta el último instante de su vida.

Quizás, usted señora Presidenta del Senado,  no está al tanto de las acciones subversivas, ya de vieja data, del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, un político que se ha sumado a los intentos de golpes de Estado, promovidos por la ultraderecha internacional en contra del gobierno bolivariano de Venezuela.

Debe saber, doña Isabel Allende, que este individuo que estaba vinculado al plan que iba a llevarse a cabo el pasado 12 de febrero, en el cual iban a intervenir aviones militares, los cuales incluso  pretendían asesinar a Nicolás Maduro.

Salvador Allende no habría dudado entregar su solidaridad con el Gobierno  bolivariano de  Venezuela, como lo hizo en su tiempo, con la Revolución Cubana, con Vietnam, con los guerrilleros del Che Guevara.

En cambio, usted, señora Isabel Allende, salió a  apoyar a uno de los golpistas, el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma.


¡Qué contradicción más monstruosa con la limpia y solidaria herencia de Salvador Allende!