lunes, 2 de marzo de 2015

LUCHA POR CORRELACION DE FUERZAS POLITICAS, SOCIALES Y ELECTORALES, MARCARAN EL 2015.









Juan Andrés Lagos. 27/02/015. Santiago. Las situaciones críticas son también una oportunidad, y eso demanda un esfuerzo para retomar la iniciativa.

El año pasado, con absolutamente todas sus tensiones, contradicciones, complejidades y matices, fue un período y tiempo político bueno y positivo.

El gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, de la Nueva Mayoría, demostró su vocación de cumplir el programa votado por la mayoría ciudadana; terminó el año legislativo impulsando y aprobado reformas y cambios sustantivos que impactan en la vida social en ámbitos políticos, sociales e institucionales.

Fue un año en que se interactuó con los más importantes movimientos sociales de Chile. Por primera vez, desde el inicio de la década de los noventa, los movimientos sociales interactuaron y dialogaron con un gobierno que no sólo escuchó, también consideró no pocas de sus propuestas. Este no fue un espacio calmo y sin tensiones, pero lo relevante es que abrió por primera vez un espacio institucional que antes estuvo casi totalmente cerrado. Y eso es positivo y tiene proyección.

La NM como coalición mostró su fuerza y proyección, y dejó en evidencia que se trata de una necesidad política para los cambios y el futuro, y no un puro espacio de tiempo episódico.

La derecha, amparada en un blindaje mediático hasta ahora casi total e incontrarrestable, simplemente adoptó la política de golpear, resistir, boicotear de diversas formas los cambios. No pudo reponer la política de los consensos, y avanzó entonces hacia una acción demoledora, fáctica, destructiva, incluyendo también, en ese esfuerzo, las bases de la actual institucionalidad.

Esa acción, con formas distintas, es la misma que este sector aplica en Argentina; Brasil; Ecuador; Venezuela; Bolivia; entre otros países de la Región, y tiene como objetivo detener los procesos transformadores amparándose en los poderes del imperio, en medio de un objetivo cuadro mundial de fuerzas en que nuevos países y bloques comienzan claramente a disputar a EEUU-Eurozona el liderazgo y la hegemonía mundial.

En Chile, esta derecha no ha podido, hasta ahora, recoger los descontentos sociales acumulados por décadas; tampoco el desgaste del primer año de gobierno de la NM; pero sería un error bien contundente creer que esta derecha está derrotada en sus poderes fácticos, económicos y electorales.

Claramente, los campos de disputa y las luchas por las correlaciones de fuerzas políticas, sociales y electorales en Chile, marcarán el escenario del año 2015 y los que vienen.

Es en este contexto, que las situaciones que cursan y que impactan directamente en la actividad política y su dependencia del poder del dinero, son cuestiones críticas, que golpean a todo el sistema.

La derecha trata simplemente de no asumir su escandalosa situación. Y, muy por el contrario, lo que hace es golpear a su adversario, llegando sus ataques directamente a la Presidenta de la República, y tratando de hacer caer en su barro a todos los actores, partidos y sujetos políticos, especialmente los comprometidos con los cambios.

De hecho, eso fue lo que hizo durante todo el año 2014, y especialmente con el Partido Comunista y dirigentes sociales.

Esta situación, si se observa en su totalidad, golpea a todo el sistema político, en medio de una aguda crisis de representatividad y credibilidad ciudadana, que hace, entre otras cosas, que en las elecciones municipales pasadas no votara el sesenta por ciento de las y los chilenos en condición de hacerlo.

El asunto es que la derecha no tiene preocupación por eso. Simplemente no le importan mucho las elecciones y su participación. Todo indica que sus sectores más atávicos pasaron la línea y hoy buscan una crisis general de la política. Ellos, que nunca han negado la posibilidad de recurrir al factor autoritario y populista para dominar la situación.

En este contexto, la NM y su gobierno están en condiciones y tienen la fuerza para retomar la iniciativa. Ha sido una correcta primera acción el anuncio de la Presidenta de darle extrema urgencia a una propuesta global que, definitivamente, supere las causas que generan la espúrea relación entre el dinero y la política.

Del mismo modo, adoptar con celeridad todas las acciones que cierren puertas a situaciones que impidan la probidad y la transparencia. En su primer anuncio, la Jefa de Estado ha señalado que hará honra a su cargo, y nosotros le creemos sin ninguna duda alguna.

Junto con asumir los resultados de las investigaciones judiciales en curso, sabemos, claramente, que los espacios estructurales en donde el poder del dinero campea es en la derecha, en su poder económico-fáctico, en un sistema que recién damos los primeros pasos para cambiarlo, sobre la base de una correlación de fuerzas que lo permite.

Pero el terma de fondo es retomar la iniciativa política por los cambios. Por las reformas laborales; por los derechos de las mujeres; por los cambios estructurales en la educacción; por la descentralización del país; por un sistema plural de comunicación social y por una nueva constitución política para Chile.

Eso es lo que sigue estando en juego, en lo esencial.-