miércoles, 29 de octubre de 2014

Editorial El Siglo: "Gran Concurso de Ideas contra la Reforma Laboral!.






Editorial El Siglo: "Gran Concurso de Ideas contra la Reforma Laboral!.


Como cada vez que las grandes empresas lo resuelven, ha comenzado un nuevo Concurso de Ideas. Esta vez se trata de apuntar con todo en contra de una Reforma Laboral. Está ocurriendo lo mismo en torno a la Reforma Educacional, y a otras a las que la ciudadanía les dio la aprobación a través de su voto.

Disciplinadamente, los agentes de los intereses de la extrema minoría del país afinan sus instrumentos expresivos y compiten entre sí para demostrar los mayores grados de servilismo. La “gran prensa”, esa que posa de independiente y “objetiva”, ofrece sus espacios para que los “especialistas” en la materia y toda clase de francotiradores y oportunistas de variados pelajes se ofrezcan como espectáculo luciendo sus alicaídos ingenios.

Es claro que los argumentos esgrimidos no tienen mucho de novedoso. Viejos recetas recalentadas son instaladas como la última novedad teórica. Para mejor “debatir” se inventan adversarios hechos a la medida de sus menguados recursos polémicos, como si se tratara de una “revolución inminente”, una suerte de refundación que recordara la Toma de La Bastilla o el Asalto al Palacio de Invierno.

Pero no se trata sino de devolver a los trabajadores chilenos algunos de sus derechos conculcados por la dictadura –la de los pinochet, los fernández y los labbé, entre otros “patriotas”.

Que los patrones no puedan contratar a otros trabajadores para reemplazar a los suyos en huelga legal, ¿habráse visto mayor insolencia?

Que los sindicatos, cuando existan, pretendan imponer como principio aquello de los “derechos adquiridos” y que cada negociación, cuando la haya, deba partir como piso de lo alcanzado anteriormente, ¿habráse visto algo más irracional y reñido con “la ciencia económica”?

Que los “emprendedores” no puedan ejercer su justo derecho a dividir su empresa en tantas razones sociales como “la ley” se los permita, y ello para no facilitar la sindicalización, ¿habráse visto mayor arbitrariedad y violación a la libertad de emprendimiento?

Que los sindicatos pretendan unirse en federaciones y confederaciones y aún en una Central, como con justa razón y desde el inicio de los tiempos lo hacen los grandes productores y comerciantes en sus asociaciones patronales, ¿habráse visto mayor insolencia?

Que los dirigentes de los sindicatos pretendan emplear parte de su jornada laboral en las tareas de representación de sus compañeros y hasta se permitan valerse de un “fuero” que los ampare, y aun quieran llegar al parlamento y los municipios con igual derecho que sus ilustrados empleadores, ¿habráse visto mayor insolvencia y desfachatez?

Cuando la economía va “viento en popa y a toda vela”, argumentan, ¿para qué una reforma laboral?
Cuando han llegado tiempos de “vacas flacas”, ¿cómo una reforma laboral?

Lo importante es… “producir”, alegan, “reactivar la economía”. Cómo y qué se va a redistribuir, si antes no se produce…

Y esos agitadores… les da con ese discursillo de la igualdad, de las utilidades excesivas, de los derechos del consumidor, de que paguen más los que tienen más. ¿Acaso no nos dejó dicho el Gran Dictador que “hay que cuidar a los ricos?”.

Bueno, póngase cada uno en su lugar –trabajador, trabajadora: obrero, empleado, profesor, pescador, temporero, estudiante, minero- y mire por detrás de las fraseología con que nos invaden a cada rato y por todos los “medios”, y seguro que en el fondo más que una letra chica lo que encontrará será un gran billetón que todo lo está financiando para que todo siga igual.