CRÓNICA DE UNA
GIRA MARAVILLOSA
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Eran más de las dos de
la madrugada de hoy lunes 13 de octubre de 2014, cuando el avión en que
veníamos Max Berrú y el Diputado Hugo Gutiérrez
tocó tierra en el aeropuerto de Santiago.
Con Max habíamos partido
hacia el norte el viernes 10. Nuestra misión era el lanzamiento del libro “El
Partido Comunista de Chile, un joven combatiente de más de 100 años” en
Antofagasta e Iquique, regiones muy ligadas a la historia del partido
revolucionario de la clase trabajadores chilena, en especial de su fundador,
Luis Emilio Recabarren.
En Antofagasta nos
esperaba un comunista a carta cabal, amigo de Max y que ya pasó a integrar mi lista de buenos
amigos. Su nombre Rubén Pizarro. Nos llevó
a su hogar. Nos dijo están en su casa. Y fue así, de verdad. Su compañera, Rosa
Pastene, nos atendió con cariño y esmero.
Una de sus hijas, Génesis Pizarro es la secretaria de las JJCC de Antofagasta; su hermano Moisés tiene un
excelente conjunto musical, el “Grupo
Sindicato” que actuó con Max.
La presentación del libro
en Antofagasta fue organizada, de manera impecable, por la célula Emérita
Villa, encabezada
por las compañeras Nelly Lemus y Marisol Victoriano. Hubo 90 personas en un
local muy bien adornado. Habló Max. Luego lo hice yo. En mi intervención
agregué escrito a mano,
lo siguiente:
“Entre las muchas alegría
que he tenido en esta ciudad, una me ha emocionado profundamente. Me di cuenta
que no había arado en el mar. La compañera. Génesis Pizarro Pastene, SP de las
JJ CC de Antofagasta me contó que, por iniciativa del joven comunista Víctor
Tapia Araya, en esa ciudad se conmemora la verdadera fecha de fundación de la
Jota, que nació en Antofagasta, el 1 de abril de 1923, en los tiempos de
Recabarren.
Después de 20 años
–agregué- de intentos porque las JJ CC
recuperen sus años perdidos, mis planeamientos han encontrado eco en esta
ciudad. Los jotosos de Antofagasta deben estar orgullosos de ser los primeros
en el país de celebrar su cumpleaños en
la fecha que corresponde”.
Se vendieron los 20
libros que habíamos enviados. Y faltaron. Encargaron siete más.
Después hubo una hermosa
peña, con la actuación de un joven cantante. Y luego la brillante actuación de
Max Berrú con el Grupo Sindicato.
Esta peña, dedicada a
nuestro viaje, alcanzó tal éxito, que permitió cancelar los pasajes de toda la
gira.
En Antofagasta tuvimos la
oportunidad de visitar la sede del Partido, propiedad adquirida por el propio
Luis Emilio Recabarren: allí se conserva una histórica imprenta también
adquirida por el fundador. En ese local funciona Radio Mundo, que nos realizó,
junto con Max, una extensa entrevista.
A Iquique llegamos a
mediodía del sábado 11 de octubre. Allí la presentación del libro fue tomada
por el propio Comité Regional del Partido, a cuya cabeza está el camarada Julio
Aránguiz. El mismo nos fue a buscar al aeródromo, junto con la compañera Irene Bravo, miembro del CR, que jugó el rol protagónico en la preparación y
realización del exitoso y emotivo acto
de lanzamiento del libro.
Este ser efectuó en el
salón 0’Higgins del Palacio Astoreca. Abrió el acto la compañera Irene Bravo.
Luego intervino e interpretó bellas canciones Max. El diputado Hugo Gutiérrez,
que viajó especialmente para estar en este lanzamiento, hizo una presentación
brillante, documentada y plena de emotividad del libro y se refirió con
elogiosas palabra al autor. Nos conmovió
profundamente.
Luego vino una verdadera
lucha por comprar un libro. Habíamos enviado 20. También faltaron. Se
encargaron otros 9.
Para mi esta gira fue una
experiencia inolvidable: ver con qué cariño los compañeros y amigos, recibían
el libro; con orgullo lo lucían viejos pampinos y jóvenes revolucionarios; como
la forma en que nos trataron en ambas ciudades. Ahí percibí con claridad que
los comunistas constituimos una gran familia.
Eso me hizo recordar los
versos de Neruda del “Cuando de Chile” :
“Ay cuando
podré entrar en la sala del Partido
a sentarme con Pedro Fogonero,
con el que no conozco y sin embargo
es más hermano mío que mi hermano.”
Pero esta crónica sería incompleta si no
dijera lo importante que es Max Berrú para el CEILER. Es, como yo le digo, un
abridor de puertas y también de corazones. Lo conocen en todos lados. Vi a
jóvenes emocionadas y emocionados pedirle un
autográfo. Y él siempre tan sencillo y fraternal. Tan solidario. Gran
parte del éxito de esta gira tiene que ver con Max.
Tampoco serían completas estas líneas si
no dejara constancia del excelente trabajo, a control remoto, realizado por la
compañera Norma Acuña.
En Iquique fui entrevistado por tres
canales de televisión. En ambas ciudades me emocionaba cuando compañeros y
compañeras querían sacarse fotos conmigo. Otros me regalaban libros. El
diputado me regaló un maravilloso libro sobre Iquique. Un obrero me dio el tomo
1 de los escritos de Recabarren, casualmente el mismo que no me devolvió un
compañero hace unos 20 años atrás.
Creo, para terminar, que
le atinamos el palo al gato al publicar este libro: Aborda un tema que es
deseado conocer por mucho. Si estos primeros pasos se ven ratificado en un
mediano plazo, no es irreal pensar en una segunda edición.