Editorial de El Siglo, edición N° 1655 del 28 de marzo 2013
Un acuerdo
para cumplirlo y respetarlo
Es probable que al cierre de la presente edición la ex presidenta Michelle Bachelet haya
anunciado ya su decisión de postular nuevamente a la Presidencia de la
República para desplazar a la derecha del gobierno. El PS y el PPD anunciaron
ya su disposición a proclamarla oficialmente el sábado 13 de abril próximo.
Esta circunstancia abre una serie de interrogantes. Los partidos de
oposición están empeñados en construir un programa presidencial común, que
incluya al menos cinco ejes fundamentales. A
partir de ese documento, los
precandidatos presidenciales del sector debieran pronunciarse antes de
las primaria del 30 de junio.
Todo ello, junto al proceso de confección de una lista parlamentaria
conjunta, que incluya a militantes de los partidos de oposición, más allá de la
Concertación –esto es, IC, MAS y tal vez PRO-
independientes y representantes de los movimientos sociales.
No está claro si Bachelet, el PS y el PPD convinieron ya en un programa
presidencial que coincida con los ejes que están concordando las demás
colectividades políticas a través de sus centros de estudio e investigación
junto a otras entidades que comparten miradas anti neoliberales.
Programa, lista única parlamentaria y participación en una primaria
presidencial son hitos que deberían converger en un acuerdo amplio. Si la ex
mandataria estuviera de acuerdo con el programa y se mostrara dispuesta a
suscribirlo, seguiría la necesidad de que, en su calidad de pre candidata
presidencial, avalara de alguna manera la nómina de postulantes al parlamento
y, finalmente, que acepte concurrir a primarias con otros candidatos como los
que se publicitan actualmente: Claudio Orrego, Andrés Velasco, José Antonio
Gómez y probablemente otros.
El Partido Comunista ha dado a conocer claramente su objetivo de aumentar
la cantidad actual de diputados, de 3 hasta 8, de acuerdo a como sería su
representación en un sistema proporcional. Se han puesto sobre la mesa,
incluso, los nombres de Camila Vallejo, Karol Cariola, Daniel Núñez, Cristián
Cuevas y Camilo Ballesteros. También se ha planteado la posibilidad de llevar
candidatos a la Cámara Alta. Todo, con total transparencia y sin ceder en principios
ni metas a mediano y largo plazo.
Asimismo, el PC se ha reservado el
derecho a apoyar al precandidato presidencial de oposición que muestre mayor
afinidad con las propuestas de ejes programáticos planteados en su momento. Con
el mayor realismo, el PC subraya la necesidad de un compromiso responsable ante
el pueblo de cumplir en el período de cuatro años que vienen las propuestas
planteadas por el movimiento social y las demandas de los trabajadores. Un
próximo pleno del Comité Central del PC deberá ratificar todos estos acuerdos
con carácter definitorio.
Pende como una advertencia la experiencia anterior en que la Concertación
trazó un programa que el PC apoyó para votar entonces por Patricio Aylwin, tras
el desplazamiento de la dictadura, que se convirtió lamentablemente en un
documento para guardar en algún cajón de escritorio en La Moneda. Todo indica
que a estas alturas no están los tiempos como para repetir esa mala práctica.
Por otra parte, el ministro del Interior, Andrés Chadwick motejó de “retrógrado”
al PC al referirse a que la Concertación debe aliarse con un partido de esas
características para derrotar a la derecha. Según la Real Academia de la Lengua
Española retrógrado es: Partidario de ideas, actitudes, etc. propias
exclusivamente de tiempos pasados, y enemigo de cambios e innovaciones”. Nada
más alejado del pensamiento y la acción del PC. Los partidarios del
pinochetismo y los que se oponen a una nueva institucionalidad son los genuinos
retrógrados que están tratando de mantenerse a toda costa en La Moneda.