La gratitud
y la humildad, es parte de la Etica; pertenece a la Emulación Comunista.
Celula Danilo Gonzales.
La Danilo, en una Jornada Literaria.
Emulando en tiempos vivientes…
Un decilitro de agua, tres de
azúcar y una cucharada de licor de naranja… la hago hervir entre Tongoy y los
Vilos, hasta que quede suave y
cristalina.
Para comprobar su punto, saco
un poco y lo dejo caer en chorrito, parece cobre fundido, el almíbar de mis
cerros. Ese cobre y minerales que camuflaban y robaban los Gringos en
Potrerillos.
Pueblo minero, que ya no
existe.
Mientras esas unidades se
trasforman en otro nuevo elemento; separo yemas y claras de ocho huevos; dos
sustancias que vienen juntos de tiempos inmemoriables…
Son musgo y piedra en celibato
original…
Juntos o separados, tienen la
cualidad de hacer cosas para la eternidad… conservar la pintura de un Aliro
Delgado, por ejemplo; o pegar ladrillo tras ladrillo o piedra sobre piedra…
para levantar una casa, para proteger y desarrollar la infancia, la alegría y
la esperanza.
O simplemente matar el hambre.
Preparo una taza llena con
harina fina, la entrevero con una cucharada con polvos para hornear. La dejo
tranquila; me mira con sus ojos de trigo y sodio, me quiere hablar de su
infancia en los trigales, la hago callar, yo se que me va a hablar del socialismo, del proletariado,
de la unidad y de la tierra.
“Me tiene hasta la tosura.”
Con una batidora eléctrica le
doy como loco, a las claras de los huevos que van por magia, cambiando de
forma. La clara va tomando cuerpo, otro cuerpo, que me pide con su voz de agua
encarcelada, otros elementos para continuar los milagros…
Se me ocurre pensar en los
tiempos pasados. Mansa peguita estar
batiendo a mano o dando vuelta una manivela; dependiendo no de la gallina, sino
del Imperio y sus repartijas.
El almíbar lo tengo a punto…
A lo “Joaquin Murieta”, mi
mano derecha sostiene la batidora, la izquierda, la hoyita con el almíbar que
chorrito a chorrito; más gotas que chorritos, se va en comunión con la clara.
Cuando se ve parejito, meto el dedo y me lo chupo… le meto vino o no le meto:
Mejor no le meto.
Con la misma procesión y
presición, agarro con la mano izquierda, el plato con las yemas, que de una en
una, van a ir desapareciendo en el mareaje producido por la batidora.
Levanto un “cacho” el
aparatito, para que la mezcla respire.
Ya tenía el horno, por abajo,
a 175 grados… Compruebo su temperatura…
Dejo a un lado la batidora y
me armo con una cuchara de palo… Tiro la harina como en la Tirana y empiezo a
revolver.
El huevo y sus amigos se
trasformaron en una masa un tanto cremosa… agarro un molde ya embetunado en
mantequilla y espolvoreado con harina, le pongo un papel metalico por
debajo…”para que no me sobrepase la masa”… y al horno te fuiste milagro.
Pasados unos 35 minutos habro el horno, Con un fideo lo atravieso. Si
sale seco, estamos listos.
Sacamos del horno el milagro
de la ronda de las cosas, productos de la tierra y de la civilización del
hombre. Esperamos que se enfríe para dividirlo en dos, en tres.
Lo que sigue es relleno, cosa
de las necesidades, gustos y alegrías.
Esto, no es solamente una
receta de biscocho.
Es más bien, la grandiosidad
de los seres humanos, que buscan, luchan, mueren, crean, viven para encontrar
seres, objetos, que son el producto de lo maravilloso que es la dialéctica de
la unidad.
Elementos que en su unión, se
transforman, evolucionan, para el bienestar propio y de la humanidad.
La curiosidad, la tolerancia,
la fuerza, la organización, la humildad, la pobreza, el hambre, la injusticia y
la justicia, la moral y la etica, los errores y las victorias, las derrotas, el
empezar de nuevo, la clase, son entre otros; los elementos, factores, que han
permitido, no solamente hacer biscochos, sino tambien hicieron nuestra casa.
Cada una de las cualidades que
tienen los ingredientes del biscocho, las tiene tambien el hogar al cual pertenecemos...No es el elemento en si,
sino su esencia…
El huevo, huevo queda, si no
se aplican y transforman sus virtudes.
El huevo podrido es más
hediondo que el arenque sueco.
Con el permiso de Ustedes, los
“muchachos” de la Danilo Gonzalez. Queremos agradecer a unos viejos nuestros,
que tienen las virtudes de la tierra.
Lo que hace posible hacer un
viscocho.
Tienen sus particularidades que
les dio la clase y el intelecto.
Representan en su ser y
quehacer, la lucha de hoy y de toda la vida, del partido…Vienen junto a él,
hace muchos, muchos años atrás.
Han pasado de todo.
Desde andar enamorados,
“lachos y bailaores”, hasta estar presos, casi muertos de dolor e
insertidumbres; uno de ellos, en Septiembre de 1973, incrusto lagrimoso, la
bandera de existencia del Partido, en este pais de sombras verdes y blancas.
Otro, en prision, parecia
Betarraga. Otro cabiszbajo, pero su sabiduaria estaban como cuerdas de
violin… aprendiendo.
Otro, tenia la virtud del
“colapi”…unia, pegaba, fabricaba clase en los obreros…Como volantin, conquistaba las cimas de sus
cerros.
Desgraciadamente no podemos
duplicarlos… no funciona así la vida.
Ellos, se entrelazan en
armonía y a veces en tempestad: La intelectualidad y el obrero, el organizador
de partido, el proletario, el hacedor de sindicatos, el vigilante, el hombre de
los fierros.
El más jovencito, a los 17
años, lo mandaron a Rusia, a tirarse en paracaídas, viene haciendo biscochos
desde el año 1943… Jaime gato Rodriguez su nombre.
German Perotti, arquitecto de
ideas y de caminos de trenes. Ha sido en Suecia, en las altas esferas politicas
y sociales, el rostro del Partido de Volodia, de Corvalan; viene en harina
desde el 1935.
Olegario Garcia: aglutinador
de obreros, albañiles, es el hombre que levanta la pala, el compas y las
banderas; es hombre de sindicato, trasciende a Recabarren; desde 1933 que anda
con la yema.
Y el hombre, que me amarra
entre cerros, de piedra y mar… El guardián de nuestra alma e identidad de
clase… Amigo del mar y de pirquineros…
Él hizo madurar las espigas
para sostener la echona y el martillo… José Duran, su nombre…viene haciendo
viscochos desde 1927…
No seré yo y mis camaradas,
guaguas, que recien andan gateando.
Jaime, German, Olegario, José;
muchas gracias por pagar las cotizaciones y estar en el quehacer de combates.
Alejandro Fischer Alquinta.
2013-03-15