Queridos familiares y amigos:
El cambio de gabinete y su
repercusiones, me han movido a la reflexión adjunta.
Los saluda con afecto
Miguel Lawner
La retroexcavadora fue ayer
protagonista principal en la ceremonia de cambio del gabinete y continúa hoy
día en las primeras planas de la prensa y televisión.
Apenas concluida la
investidura de los nuevos ministros, los dirigentes de la derecha política
presentes en la ceremonia, manifestaron sus anhelos de poner fin a la política
de la retroexcavadora y recuperar la capacidad del diálogo y el consenso.
Por su parte, los titulares
a 8 columnas de las primeras páginas del cuerpo C en la edición de hoy de El
Mercurio son los siguientes:
C.2-. “JORGE BURGOS: A mi
no me gustan las retroexcavadoras”
C3.- “Tendremos una cocina
americana mucho más abierta y transparente: Ministro de la Segpres JORGE
INSUNZA”.
C.4.- “MARCELO DÍAZ arriba
a a Segegob y anticipa que el diálogo marcará su gestión”.
El Mercurio remacha su
verdadero objetivo de sepultar el programa de gobierno, publicando una columna
de Eugenio Tironi titulada La Parascopía, que subraya con el siguiente
recuadro:
C.5.- “Se fueron los que
redactaron el programa y se han desgastado defendiéndolo con dientes y muelas”.
Impresiona la astucia y
capacidad del 1% dueño de Chile, para caracterizar la gestión del gabinete
anterior como no dialogante y resuelta a demoler un modelo económico
supuestamente ejemplar.
Bastó que se creara una
nueva coalición política capaz de arrebatarle 50 alcaldías a la derecha. Bastó
que por primera vez en 25 años se pudiera vencer al espúreo sistema binominal
en la última elección parlamentaria y bastó que Michelle Bachelet obtuviera una
victoria electoral aplastante enarbolando un programa de reformas destinado a
acabar con la desigualdad, para que los grandes poderes económicos descargaran
toda su artillería contra el nuevo gobierno, una vez que constataron que las
reformas no eran sólo una promesa electoral.
Se colgaron de una
declaración del senador Quintana emitida un año atrás, aludiendo a la
retroexcavadora como instrumento para imponer cambios de verdad, y desde
entonces hasta ahora, la repiten una y otra vez, en sus esfuerzos por
caricaturizar al gobierno como intransigente y sectario.
Como ustedes saben, yo soy
un arquitecto con una larga experiencia profesional. Soy de la generación que
ejecutaba las excavaciones de terrenos con chuzo, picota y pala. Era una labor
extenuante que requería la participación de jornaleros fuertes y corpulentos. Subir
la tierra excavada a grandes profundidades, requería la existencia de las
llamadas carreras, es decir, rampas de madera que subían en zigzag desde las
profundidades, para permitir que un trabajador pudiera empujar la carretilla
cargada cuesta arriba, mientras otro, con una soga atada a su cintura, hacía lo
propio por delante.
Era un trabajo de esclavos,
no diferente al empleado cinco mil años atrás para la construcción de las
pirámides egipcias.
La irrupción de la
retroexcavadora para realizar los movimientos de tierra fue para nosotros una
conquista tecnológica gigantesca. La máquina rinde en una jornada lo mismo que
50 jornaleros.
Si …… la bendita
retroexcavadora acabó con un pasado agobiador y abrió en la construcción un
futuro racional.
El gobierno cuenta en sus
filas con quienes no comparten los cambios de verdad. Durante los 20 años de
gobiernos de la Concertación, muchos de sus cuadros dirigentes fueron siendo
cooptados por los grandes grupos económicos. Salían del gobierno y pasaban más
tarde a formar parte de los directorios de las AFP, Isapres, Bancos, Sociedades
Anónimas, Empresas pesqueras o de la Gran Minería del Cobre, Universidades
privadas, Inmobiliarias, etc.
A esto debemos sumar la
habilidad de empresarios como Julio Ponce Leroux para sobornar al mundo
político de todos los colores.
El ex Presidente de la DC,
senador Ignacio Walker, no se cansó de matizar todas las reformas del gobierno,
acción muy celebrada por los medios de comunicación que no le mezquinaron
primeras páginas.
Oscar Garretón es otro
ejemplo en este sentido. Durante el gobierno de la UP, abrazó las ideas
radicales de un grupo del MAPU, que tanto dañó causaron a la gestión del
Presidente Allende, llamando públicamente a la insurrección de la marinería. Durante
su exilio, se dio una voltereta de campana, transformándose en próspero
empresario, representante de multinacionales españolas y de otras sociedades. Días
atrás lo escuché hablando durante un desayuno, en la tribuna de la Sofofa, encabezando
un movimiento empresarial opuesto a la reforma laboral, iniciativa que se
debate actualmente en el Parlamento. En la tarde de ese mismo día, apareció
respaldando la candidatura de Camilo Escalona a la presidencia del Partido
Socialista.
¿Quién puede entender que
dicho camaleón milite aún en el mismo partido político al cual pertenece la
actual mandataria?
Las primeras declaraciones
de los nuevos ministros aparecen manipuladas en los titulares de la prensa de
hoy. Más allá de estos titulares, los ministros subrayan su voluntad de
continuar con las reformas, pero pisan el palito al reiterar la necesidad de
los acuerdos, como dando a entender que el gabinete anterior practicó las
imposiciones a tabla y raja. Estas declaraciones son las que enfatizan los
medios de comunicación. Son maestros de la tergiversación, como fórmula
hipócrita para esconder su objetivo de oponerse a cualquier cirugía mayor del
actual modelo económico.
Preparan así el terreno
para descalificar al nuevo gabinete, en caso que el gobierno insista en el
cumplimiento de su programa.
Que se cometieron errores
en el primer año de gobierno, qué duda cabe, pero la campaña de desinformación
orquestada por los dueños de Chile fue impresionante.
El actual gobierno llegó a
La Moneda en aras de las grandes movilizaciones sociales iniciadas en 2011, que
impusieron en la agenda política la necesidad de las grandes reformas. No queda
otro camino que proseguir con estas luchas, como única fórmula de hacer
realidad el propósito de construir una sociedad inclusiva que garantice de
verdad los derechos a una educación, una salud y una vivienda digna para cada
familia chilena. Estas movilizaciones deben dirigir los misiles en dirección
del enemigo principal, evitando la confusión entre las filas del pueblo.
Miguel Lawner
12.05.2015.