El Círculo Virtual de
Estudios Histórico-Políticos rinde homenaje a una mujer extraordinaria; Marta Ugarte,
quien por ser comunista y combatir en la
clandestinidad por la democracia y contra la
dictadura, fue secuestrada,
torturada con increíble crueldad y luego su cadáver arrojado al mar.
De no haber sido asesinada
por los verdugos de Pinochet, este lunes 29 de julio habría cumplido 79 años de
edad..
¡Honor y gloria a esta
heroína de nuestra época!
Carlota Espina
Editora.
Habría cumplido este 29 de julio, 79 años de edad:
UNA HEROÍNA LLAMADA MARTA UGARTE
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio
Recabarren, CEILER
Marta Lidia Ugarte Román nació
en Santiago el 29 de julio de 1934. Fue profesora, modista, miembro del Comité
Central del Partido Comunista de Chile, secretaria de la diputada Mireya
Baltra, Encargada Nacional de Educación del
PC, jefa provincial en Santiago
de la Junta de Abastecimientos y Precios (JAP) de DIRINCO, durante el Gobierno
de Salvador Allende.
BUSCADA POR LOS AGENTES DE LA DICTADURA
Desde la fecha misma del golpe
fascista del 11 de septiembre de 1973 fue buscada por agentes de la dictadura. Marta
Ugarte, como muchas heroicas compañeras y compañeros pasaron a la
clandestinidad para luchar por reconquistar la democracia para Chile. Para
eludir la persecución de los esbirros de la tiranía, dejó su domicilio y se fue
a vivir en Villa Catamarca calle Nº 42195-D, en compañía de una anciana quien la quería mucho. Una de
las compañeras con quien trabajó en esos
difíciles momentos fue Sola Sierra.
El 9 de agosto de 1976, llamó a
una hermana, comunicándole que iba al médico, que saldría de la casa alrededor
de las 14,30 horas y que después la llamaría para contarle como le había ido. Fue
ésta una medida de seguridad.
EN MANOS DE LOS VERDUGOS
No hubo tal llamado. Al día
siguiente la hermana se dirigió a donde
vivía Marta. Viajaba en un vehículo de
la locomoción colectiva, cuando cerca de la
casa, divisó a Marta que iba dentro de un auto de Investigaciones, en el
asiento trasero entre dos hombres de civil. Llevaba lentes oscuros. La hermana
supuso que debajo de los lentes llevaba los ojos tapados, pues a corta distancia no la reconoció y parecía no
ver nada.
La hermana esperó que se alejara
el auto y conversó con la dueña de casa,
quien le informó que después de salir el
día 9 no había regresado. Hizo muchas diligencias en compañía de otra
hermana.
LA “JUSTICIA” CÓMPLICE DE LA DICTADURA
Con fecha 16 de agosto de 1976
se interpuso un recurso de amparo a favor de Marta Lidia Ugarte Román, con el
rol 761-76, que no fue acogido ni por la Corte de Apelaciones ni la Corte
Suprema. Los antecedentes fueron remitidos al Juzgado del Crimen de San Miguel,
donde los familiares presentaron otro escrito por presunto secuestro, reiterando
que la desaparecida había sido buscada por agentes de civil Se llevaron a cabo
un sinfín de gestiones destinadas a lograr de parte de las autoridades el
reconocimiento de la detención y el lugar de su reclusión.
No se obtuvo ningún dato. La dictadura jamás reconoció su detención.
El Presidente de la Corte
Suprema se negó a recibir en audiencias a las hermanas de Marta, aduciendo que
el Servicio de Inteligencia había comunicado que no existía ninguna persona
detenida con el nombre de Marta Ugarte.
EN LA PLAYA LA BALLENA
El 12 de septiembre de 1976,
apareció en las páginas de la ‘crónica
roja’ de la prensa de Santiago, especialmente en “La Tercera”, la noticia sobre
el descubrimiento del cadáver de una mujer desconocida, que había sido
encontrado por un pescador en la playa de La Ballena, en Los Molles. Según la
información, la mujer habría sido asesinada
por varios delincuentes. Presumiblemente muerta días antes de ser
encontrada. Su cuerpo estaba quemado, los brazos y cuello amarrados con alambres;
un brazo quebrado y todas las vértebras rotas, dando la impresión que su cuerpo
había sido lanzado desde una altura considerable.
Las noticias continuaron
apareciendo en los días siguientes. Se afirmaba que la identidad de la víctima
ya era conocida, que se mantenía en
reserva ‘para no entorpecer el
desarrollo de la investigación’. Se adelantaba que seguramente se trataba de
un crimen pasional y el asesino sería,
presumiblemente el marido o el amante.
UNA CORAZONADA DE LAS HERMANAS
En la mañana del 23 de
septiembre, las hermanas fueron informadas en la Vicaría de la Solidaridad que
la denuncia por secuestro en el caso de Marta Ugarte, presentada en el Juzgado
de San Miguel había sido rechazada, declarándose el juez ‘incompetente’
Ese mismo día, en la tarde, las
hermanas fueron al Instituto Médico Legal a solicitar que se les mostrara el
cadáver que habían traído desde La Ligua. Ésta fue una corazonada, ya que sólo
el color de su pelo coincidía con las fotografías que habían publicadas.
Fueron recibidas por el asesor
jurídico a quien le explicaron la razón de su ida. Él les pidió una foto de su
hermana y después de una larga conversación con
el Director del Instituto, fueron recibidas por éste. El Director les preguntó que eran ellas de
la mujer de la fotografía.
VIERON SU CUERPO MARTIRIZADO
Luego las interrogó sobre
detalles relacionados con Marta. Finalmente les afirmó que el cuerpo que tenían correspondía a la foto. Les dijo que debían
tener valor para pasar a ver el cuerpo, que estaba en muy malas condiciones
debido al tiempo transcurrido.
Las hermanas contemplaron el cuerpo martirizado de Marta Ugarte. Sus
manos, pequeñas en vida, estaban muy largas y sin uñas, lo mismo ocurría con
sus pies. Las piernas estaban casi desprendidas a la altura de la ingle; la
piel, en muchas partes presentaba huellas de quemaduras recientes y heridas
punzantes. Les permitieron ver sólo el lado izquierdo. Observaron que le falta
una parte de la lengua.
UN VALIOSO TESTIMONIO
La dictadura seguía negando
haber detenido a Marta Ugarte. El 24 de agosto de 1976, el dirigente sindical
Pedro Jara Alegría entregó el siguiente valiente testimonio:
“Que la Junta Militar diga que
nunca ha tenido detenida a la compañera Marta Ugarte es una vulgar mentira,
como todas las que acostumbra a decir la Junta. El que habla puede decir esto
con todo conocimiento de causa, porque yo estuve al lado de la compañera Marta
Ugarte.
“Y voy a relatar mi caso para
que vean que no estoy mintiendo, porque hay documentos que certifican que lo
que voy a decir es verdad. Yo fui detenido el 18 de agosto de 1976. Me llevaron
con tela adhesiva en los ojos, como acostumbra esta gente.
Allí, en Villa Grimaldi, me
cambiaron la tela por una venda, porque allí todo el mundo andaba vendado y me
metieron en una cajoneta...
“Voy a relatar la forma como me
encontré con Marta Ugarte. Un día antes de salir de allí, de Villa Grimaldi,
fui trasladado a una celda más cómoda, pues la que teníamos era una especie de
cajoneta de un metro y medio cuadrado, donde uno duerme así encogido. Un día
antes de salir fui trasladado a una celda más grande, junto con dos compañeros
más. Cuando me trasladaron a esa celda me encontré con la novedad que quien
tenía a mi lado era la compañera Marta Ugarte, que la conocía durante muchos
años y que también la conocía en los actos que hacíamos en el Partido...
“Ahí estuvimos charlando. Me
contó que la colgaban por horas, casi día por medio, cuando la sometían a
interrogatorio. También me contó que el compañero Víctor Díaz estaba en otra
celda. Había sido sometida ella a un careo con Víctor Díaz. Eso fue en Villa
Grimaldi.”
EL CORONEL ORDENA
De Villa Grimaldi, Marta Ugarte
fue trasladada al sector de Peldehue, en terrenos del Ejército, donde –por
órdenes del oficial de la DINA, coronel de Carabineros Germán Barriga Muñoz- debía ser asesinada por
medio de una inyección que el ‘doctor’ Osvaldo Pincetti, conocido como ‘el
brujo’ en la DINA, debía colocarle.
Un ex agente, de iniciales
E.V.T., que perteneció a la Brigada Tucán mandada por el coronel Barriga, relató ante un tribunal de justicia:
“La inyección que el doctor Pincetti le puso a Marta Ugarte parece que no la dejó
totalmente muerta o adormecida. Nos percatamos que, al momento de
ensacarla, todavía se seguía moviendo.”
La orden que dio el coronel
Barriga fue terrible: “Todos estábamos ahora apurados porque el helicóptero
venía. Entonces abrimos el saco, cortamos uno de los alambres que ataban el
trozo de riel al cuerpo de la dirigente comunista y la ahorcamos con él. No se movió más.
Después amarramos nuevamente el saco con el mismo alambre. Llegó el helicóptero
Puma del Ejército. Y Barriga ordenó subir los cuerpos a bordo”.
FONDEADOS DESDE UN HELICÓPTERO
E,V.T., el cabo Leyton y otro
par de agentes ayudaron a cargar los cuerpos.
El Puma se dirigió a alta mar,
llevando al piloto, un copiloto y un agente
Luego de percatarse que no había
testigos, lanzaron los bultos al mar. Cayeron al fondo del mar. Pero uno de ellos, el de Marta Ugarte, al que faltaba
una de las amarras del riel de tren, permitió que éste se desprendiera,
liberando el cadáver de la dirigente comunista hacia la superficie. El agua lo
llevó hacia la costa, depositándolo en la playa La Ballena.
La campaña publicitaria de la
prensa pro dictadura culminó y cesó el
27 de septiembre con la aparición de una clara fotografía que permitía
fácilmente identificar a la víctima.
Demoraron en entregar el
cadáver. Sólo el 8 de octubre de 1976 fue sepultada en el Cementerio General
Marta Lidia Ugarte Román.
INFORME RETTIG CONFIRMA EL CRIMEN
A comienzos de marzo de 1991 la
publicación del Informe de la Comisión de Verdad y Reconciliación, o Informe
Rettig, permitió la comprobación parte de la verdad de los crímenes cometidos
por la dictadura de Pinochet.
Refiriéndose al caso de Marta
Ugarte, señaló:
“El 9 de agosto de 1976 fue
detenida por agentes de la DINA la militante del Partido Comunista y miembro de
su Comité Central, Marta Lidia Ugarte Román. Según testigos, la afectada
permaneció recluida en el sector denominado ‘La Torre’ de Villa Grimaldi,
muriendo posteriormente a consecuencia de las torturas de que fue objeto. Su cadáver fue arrojado por
sus captores al mar, pero no obstante las precauciones que éstos tomaron para
evitarlo, fue encontrado semidesnudo dentro de un saco amarrado a su cuello con
un alambre, el 9 de septiembre de ese mismo año en la plaza La Ballena, ubicada
en Los Molles. Según el informe de la autopsia, la afectada sufrió en vida una
luxo fractura de columna, traumatismo toraco abdominal con fracturas costales
múltiples, ruptura y estallido del hígado y del bazo, luxación de ambos hombros
y cadera, y una fractura doble en el antebrazo derecho, habiendo fallecido el 9
de septiembre de 1976.
La Comisión llegó a la
convicción de que Marta Ugarte fue detenida y hecha desaparecer forzosamente
por agentes del Estado, quienes violaron así sus derechos humanos, lo que se
confirma por el hecho de que fortuitamente haya aparecido su cadáver que sus
captores intentaron ocultar arrojándolo al mar”.