jueves, 25 de julio de 2013

A TRES AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DON LUCHO





El compañero Max Berrú presidente del CEILER, da lectura al discurso con que rinde homenaje al compañero Luis Corvalán.





A TRES AÑOS DEL FALLECIMIENTO DE DON LUCHO

Hace tres años, un día como hoy, dejó de latir el corazón del compañero Luis Corvalán. 

Pero un hombre no muere mientras viva en la memoria, en la conciencia, en el corazón, de quienes lo conocieron.

Más aún, hay hombres que viven sembrando ejemplo, dejando profundas huellas en la arena de la historia.  Huellas tan profundas, que no las puede borrar el viento del olvido.

De  esta forma, su recuerdo vence edades y se mantiene vivo y peleando mientras exista esa legión de revolucionarios, que marcha sin pausa forjando un mañana mejor.

Don Lucho es uno de ellos.

Quienes formamos en las filas  del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER, lo hacemos para honrar y difundir la obra y pensamiento de ese obrero tipógrafo que fundó el Partido Comunista de Chile.

Precisamente por ello, no podíamos sino tomar la iniciativa de rendir este justo homenaje a don Lucho, quien es,  en nuestra opinión, el más preclaro recabarrenista. Nadie como él, es un genuino heredero de la obra y pensamiento de Recabarren.

Por eso, don Lucho está presente en cada combate por la democracia, el pan, la justicia  y la alegría. Marcha, con quienes enarbolamos las rojas banderas de la redención del ser humano.

El compañero Luis Corvalán Lépez nació cuando la primavera ya se anunciaba, un 14 de septiembre de 1916, en Puerto Montt. Ingresó al Partido Comunista en febrero de 1932.

Se tituló como profesor normalista y su primera  designación fue  para la Escuela Santa María de Iquique. Al año de haber iniciado su labor como maestro, en agosto de 1936, sufrió la exoneración.

Trabajó en varios periódicos obreros, entre ellos, El Siglo, del cual fue director.

El 14 de diciembre de 1946 contrajo matrimonio con Lily Castillo, su compañera de toda la vida.

En 1950  fue designado miembro del Comité Central del Partido Comunista. En 1958 asumió como Secretario General. En 1961 llegó al Senado por dos períodos.

Llevó adelante una acertada política de alianzas, sin sectarismo alguno. Por ello, Jugó un rol  destacado en la convergencia de las fuerzas de izquierda, que dieron nacimiento a la Unidad Popular.

Proclamó a Salvador Allende como candidato a la Presidencia de la República, el 22 de enero de 1970.

Con  Luis Corvalán a la cabeza, el PC hizo una contribución decisiva para alcanzar la victoria popular del 4 de septiembre de 1970   y entregó un gran aporte durante el gobierno presidido por Salvador Allende.

Después del golpe fascista, Luis Corvalán fue detenido el 27 de septiembre de 1973. Mientras estuvo en manos de la dictadura, envió mensajes plenos de fuerza y optimismo. Proclamó: “Amo la vida, pero no temo la muerte si fuera necesario caer por mi causa”.

Durante su prisión, la compañera Lily se jugó por entero por su vida y libertad.

Fue liberado por la solidaridad internacional, el 17 de diciembre de 1976. Realizó una gran actividad en el exilio. El 3 de septiembre de 1980 proclamó en un acto en Moscú la Política de Rebelión Popular de Masas.

El 20 de agosto de 1983 ingresó clandestinamente a Chile.

En el Congreso clandestino de 1989, dejó la  secretaría general del Partido Comunista, pero  siguió como miembro del Comité Central.

Durante sus últimos años fue un ejemplar militante en la comuna de Ñuñoa, siendo un paradigma de dirigente del Comité Central.

Por su ejemplar vida, obra y pensamiento, Don Lucho es el más grande dirigente comunista chileno después de Recabarren.

Dejó  profundas e imborrables huellas en la arena de la historia. Las estamos siguiendo, porque coincidimos plenamente con las palabras con que finalizó sus Memorias:
“Las aguas revueltas tienden a decantarse y el pueblo a ser de nuevo el gran protagonistas en nuestra historia.
Es cuestión de tiempo que vuelvan a pasar a manos suyas sus propios destinos.
Es cuestión de tiempo y de lucha”


 ALGUNAS FOTOS DE LA ROMERIA EN HOMENAJE AL COMPAÑERO CORVALAN