A 55 años de su partida física:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El 5 de febrero de 1967 Violeta Parra puso fin a su existencia con un balazo, en
Cesó de latir su corazón. Pero su canto permanece,
porque es nuestro propio canto, el canto del pueblo.
La
excelente biografía de Violeta Parra escrita por Víctor Herrero tiene, entre muchas
otras virtudes, el tratar un tema que otros autores ignoran, subestiman,
silencian o tergiversan: el compromiso político de la roja flor de Chile.
Efectivamente, Víctor
Herrero, en su libro “Después de vivir un siglo. Una biografía de Violeta Parra”,
relata:
“Exactamente al día
siguiente de su cumpleaños, Luis Cereceda contrajo matrimonio con violeta
Parra. Fue el viernes 2 de septiembre de
“…Las primeras semanas de
la pareja estuvieron marcadas por una de las campañas presidenciales más arduas
en la historia política chilena. Luis Cereceda era militante del Partido
Comunista que se había fundado en 1922 (En verdad, la fecha de fundación del PC
es el 4 de junio 1912). Como miembro activo de ese conglomerado, el esposo de
Violeta participó en la campaña presidencial del Partido Radical en las
elecciones de 1938. Aguirre Cerda
encabezaba el recién formado Frente Popular, que incluía a socialistas,
comunistas y otros partidos e izquierda…
“Luis y sus compañeros comunistas
del sindicato ferroviario repartían volantines y llamaban a votar por Aguirre.
Y Violeta, en su papel de ama de casa , también se involucró: estaba a cargo de
administrar un ‘comité popular’ en el barrio Matucana, donde se entregaba a
las familias carne, pescado, mantequilla y cereales a precios asequibles. El
fin apuntaba a ‘evitar las especulaciones de los grandes buitres que eran los
comerciantes mayoristas’, según lo expresara Alfonso Alcalde, quien también
militaba en el PC. “
“Aun cuando Violeta se
sentía asfixiada por su marido en materia artística, éste le entregaba algo que
ella no dejaba de valorar: conciencia política. ‘Mi padre y sus compromisos
entusiasman a mi madre’, escribió Ángel.
“Cereceda no sólo leía
regularmente El Siglo, diario de tiraje nacional que había fundado el PC en
agosto de 1940, sino que también llevaba
a casa folletos, volantines y libros que el partido le suministraba, según el
recuerdo de su hija Isabel. El marido de Violeta celebraba reuniones
partidistas en su casa y su fervor político era tal, que instaló un busto de
yeso de Joseph Stalin bajo el parrón de la parcela. ‘Este el padre de los obreros del mundo –les decía a sus
hijos Isabel y Ángel en referencia al máximo líder de
“El único pegamento que
al parecer mantenía unidos a Violeta y Luis era la política.
A mediados de 1946 ambos
participaron en la campaña presidencial de Gabriel González Videla… La candidatura de González Videla contaba con el respaldo
del Partido Comunista, por lo que Violeta y Luis apoyaron esa campaña. La cantante
formó en su barrio un Comité de Dueñas de Casa Comunista a favor del candidato.
Violeta intervino además como artista en algunos actos de proselitismo. En una
fotografía se la ve sobre una tarima de unos dos metros de altura y al lado de
un micrófono, frente a miles de hombres y algunas mujeres expectantes. Aunque
por entonces no tenía más de tres años, Ángel haría memoria de esos momentos. ‘Guardo
el recuerdo de mi madre al frente de una manifestación de fervor popular. Va
llevando una enorme bandera chilena la siguen cientos de mujeres morenas, con
vestidos floreados’. (Páginas 85 – 86)
La izquierda estaba ilusionada
con González Videla. ‘¡El país hierve de entusiasmo!’, tituló a mediados de
1946el diario comunista El Siglo. ‘El
pueblo organiza en todos los barrios comités
para impulsar la victoria. Los actos se cuentan por miles’ se afirmaba
en ese artículo. Y era cierto. La propia Violeta era parte de ello.
Cuando el 4 de septiembre
González Videla ganó los comicios,
Violeta, su marido y millares de chilenos pusieron felices “Hubo fiestas,
alegría y celebraciones en las calles, en todas partes”, recordó Roberto Parra.
“Nosotros estuvimos también en una celebración y allí ella cantó y recitó un
poema muy largo, dirigido al Presidente, donde le decía que al pueblo no se le
puede engañar”. (Página 86)
“En los siguientes años
Neruda y Parra (Nicanor) mantuvieron contacto y fue así como el 12 de julio de
1953 Neruda invitó a Nicanor su cumpleaños número 49. La celebración se realizó
en una de las viviendas que el autor de ‘Crepusculario’ tenía en Santiago, una
residencia llamada ‘Michoacán’…
Nicanor convidó a su
hermana al evento. Y violeta que no conocía a nadie en esa fiesta, fue con su
guitarra. Todos los invitados estaban en el jardín, ya que era un domingo
inusualmente caluroso para ser invierno. Violeta Parra se sentó en una silla de
cocina al pie de un enorme castaño. Al cabo de un rato comenzó a cantar.
Interpretó viejas canciones campesinas que había recopilado recientemente uy
también sus propias composiciones. Nada del repertorio habitual del dúo con Hilda. Los comensales, entre ellos intelectuales,
poetas. periodistas y dirigentes del Partido Comunista estaban impresionados
con la presencia y música de esta mujer.” (Página 129)
“A partir de ese momento
se abrieron para Violeta las puertas grandes del Partido Comunista, que
inclusive proscrito gozaba de excelente salud en el frente cultural e
intelectual”. (Página 131)
“El cumpleaños (el
cincuentenario de Neruda, 1954) se extendió por
más de una semana…En el acto de clausura, que se realizó en el Teatro Caupolicán, participaron Margot Loyola
y Violeta Parra. Con ello, Violeta entraba oficialmente a la nomenclatura
cultural del Partido Comunista, que rápidamente se convertía en el conglomerado
favorito de los intelectuales y artistas del país”. (Página 165)
“Violeta, claramente comulgaba
con las ideas del comunismo. Y algo similar ocurría con Roberto y Lalo, así
como con Isabel y Ángel, que acabarían ingresando a las filas de las Juventudes
Comunistas”. (Página 166)
“En mayo junio de 1955,
Violeta fue invitada a ser parte de la delegación chilena que iría al Quinto
Festival Mundial de
“Respecto a (Julio) Escámez y Violeta, Ángel afirmó que
‘ellos tenían una relación intelectual muy fuerte, muy cabezona’. El hijo, que
en Concepción comenzó a militar en las Juventudes Comunistas, agregaría:
‘Conversaban mucho y discutían mucho porque Escámez era maoísta, entonces eso a
mi mamá no le cabía en la cabeza, ya que nosotros nos sentíamos bajo las
órdenes de Moscú”. (Página 254).
“En el verano de 1960
Pablo Neruda la invitó (a Violeta) a
Buenos Aires, 1962.
“Violeta le presentó una por una a la mayoría de las personas que estaban
viviendo ahí, actores, cineastas, pintores. ‘Eran todos profesionales y
afiliados al Partido Comunista -escribió el suizo-. Violeta era del partido y
creo que hasta tenía su carnet…” (Página 359)
“Aún en Buenos Aires, a
fines de mayo recibió (Violeta) un telegrama del Partido Comunista de Chile. En
este le pedían participar en el Festival de
En el viaje surcando el
Atlántico hacia el Festival, “
“Aún afligida por el
fusilamiento (de Julián Grimau), Violeta animó a sus amigos a participar con
ganas en la marcha del 1º de mayo. Tito Guisado recordó que Violeta iba por el
centro de Ginebra, con el puño izquierdo en alto, entonando a viva voz ‘Arriba
los pobres del mundo’, una parte del himno conocido como
“A mediados de septiembre
de 1963, Violeta y sus hijos recibieron una invitación para participar en la
tradicional ‘Fiesta de
“La cantautora quedó tan
impresionada con este acto cultural, que le escribió una extensa carta a Luis
Corvalán, senador y secretario general del Partido Comunista. Le relató ahí su
experiencia y le propuso que los comunistas chilenos hicieran algo similar.
‘Recogimos su sugerencia y de ahí nacieron los encuentros festivos de la
familia comunista que realizamos durante años hasta el golpe militar ´de
Cuando Ángel retorna a
-Pásale esta cinta al
partido. Le puede servir para la campaña. Al llegar a Chile en abril , el hijo
de veinte años se contactó con Américo Zorrilla, un viejo sindicalista que el
jefe de finanzas del Partido Comunista, para entregarle el valioso material”,
(Páginas 413- 414)
“Unos días después de la
derrota (de Salvador Allende en 1964), Violeta asistió a una reunión del Comité
Central del PC”. (Página 417)
“Un evento importante de
este mes (octubre de 1965) fue el acto de clausura del (XVII) congreso
comunista. En un repleto Teatro Caupolicán, Violeta fue una de las artistas
encargadas del cierre. También actuaron Isabel, Ángel. Margot Loyola y el
conjunto folklórico Millaray. El encargado de dirigir el acto, que culminó con
un discurso del senador Luis Corvalán, fue Víctor Jara.” (Página 449)
Los párrafos citados de
la excelente biografía de Violeta Parra, que lleva como título “Después de vivir un siglo”, escrita por Víctor Herrero, me hicieron recordar un hecho que me impactó
hace ya 60 años.
Ejercía como profesor en el Liceo de
Nueva Imperial. Un día de abril de 1961 Gladys, una de las tres hermanas
Jiménez que tenía por alumnas, me dijo:
-Don Iván, mi papá desea invitarlo a comer pasado mañana jueves, ¿puede usted?
Me sorprendió mucho la invitación, pues
el padre de mis alumnas era un sargento de carabineros, que vivía frente
a donde estaba mi pensión. Acepté.
La comida estuvo muy buena, pero
mejor estuvo la sobremesa. La dueña de casa fue a buscar una guitarra y con
una hermosa voz cantó una composición
que no conocía:
“Cuando llegan las
noches de invierno
los palacios de luces se llenan
y los pobres se mueren de pena
en sus
casas sin lumbre ni pan .
Y la cruel burguesía se ensaña
Contra todos los trabajadores,
pero llegan ya tiempos mejores
y su crimen tendrán que pagar.
Es muy triste vivir
es terrible habitar
en la tierra de crueles burgueses
donde sólo se sabe explotar.
Si la plebe reclama derechos
los burgueses se niegan a dar
y los llevan con grillos a la cárcel
los echan al fondo del mar.
Yo quisiera mirar toda roja
una sola bandera en la tierra
y q’el hombre no fuera a la guerra
y q’el hombre no muera en prisión.
Es muy lindo vivir
es muy lindo habitar
en un lindo país socialista
donde saben los hombres amar”.
Quedé emocionado. Me pareció increíble escuchar esa canción en casa del
sargento. La señora me dijo:
-Don Iván, le dedico a usted esta canción. Me la enseñó mi padre, que
era obrero del salitre y, que ,según él,
la cantaba un dirigente llamado
Recabarren.
Pasó el tiempo. No olvidé esa emocionante comida en casa del sargento, pero no recordaba bien el texto de la canción. Estando en el exilio hacia 1980 llegó a mis manos un libro titulado “Violeta Parra: Violeta del Pueblo”, editado por Visor en Madrid, en 1976. Allí encontré esa canción, “un vals popular con letra de Francisco Pegoa”, una de las canciones que cantaba Luis Emilio Recabarren en sus viajes por los pueblos mineros del norte de Chile. (Páginas 14 y 15)
Violeta Parra, flor roja del pueblo, recogió en forma consciente la
tradición de los revolucionarios de comienzos del siglo XX que, con Luis Emilio
Recabarren a la cabeza, utilizaron la canción como un arma contra los
explotadores y como un medio de educar políticamente a los trabajadores.
Los viejos mineros del norte contaban que, cuando Recabarren llegaba con su palabra convincente, con sus libros y folletos, con su mensaje de lucha por cambiar el mundo de fase, él mismo interpretaba canciones.
Violeta Parra, con su voz de artista excepcional, también hizo de la canción un medio para llegar a los explotados, a los oprimidos y entregar, en forma sencilla, un mensaje político.
Y están, entre otras, composiciones como “Según el favor del viento”,
“Arriba quemando el sol”, “Me falta un guerrillero”, “Mira como sonríen”,
“Porque los pobres no tienen”, “Yo canto la diferencia”, “Arauco tiene una
pena”, “
Violeta Parra, en base a su
inteligencia y gracias a tener sus raíces fundidas en el alma del pueblo y mediante
su capacidad de crear, pudo
dar un salto cualitativo y convertirse en una artista popular y universal.
Por eso pudo, con pleno derecho, proclamar:
“Yo canto a la
chillaneja
si tengo que decir algo,
y no tomo la guitarra
por conseguir un aplauso
yo canto a la diferencia
que hay de lo cierto a
lo falso
de lo contrario, no
canto”.