El anticomunismo tiene dos formas fundamentales: el
exterminio físico de los comunistas y la propaganda negra tergiversando,
mintiendo sobre sus objetivos y métodos. En Chile tenemos ejemplos de ambas
formas.
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El anticomunismo ha sido la bandera pirata enarbolada por la burguesía y por aquellos que le sirven
de cómplices.
¿Por qué utilizan con mayor fuerza el anticomunismo en los momentos álgidos de un país? Porque la burguesía sabe que
los trabajadores constituyen
la única clase social capaz de encontrar una salida democrática a la
crisis y que son los comunistas, surgidos del seno de esa clase, los que -al
final de cuentas- mostrarán el camino para esa salida.
El anticomunismo adquiere dos formas principales: el
exterminio físico de dirigentes y
militantes comunistas y la propaganda negra, tergiversando sus acciones y
pensamiento.
EL EXTERMINIO FÍSICO DE LOS COMUNISTAS
Sobre la primera forma, en
Chile encontramos muchos ejemplos. Durante la dictadura de Ibáñez (1927-1931) numerosos dirigentes comunistas,
luego de ser terriblemente torturados, fueron relegados a las regiones más
inhóspitas del territorio, a las islas Juan Fernández, a Rapa Nui, etc.
El 25 de diciembre de 1931,
más de 30 militantes comunistas de Vallenar fueron sacados de sus casas y
asesinados por carabineros.
El 26 de junio de 1932 fue
detenido en Antofagasta, por la policía de Investigaciones, el joven profesor y
dirigente sindical Manuel Anabalón Aedo.
Conducido a
Valparaíso, lo asesinaron en medio de terribles tormentos. Fue un detenido
desaparecido durante meses. El 21 de diciembre de 1932 un buzo encontró su cadáver en el fondo de la
bahía de Valparaíso.
Muchos comunistas han sido
asesinados en diversas masacres contra los trabajadores.
En la masacre de Ranquil (Julio de 1934) fueron asesinados
a lo menos dos comunistas, el cacique mapuche Ignacio Maripe y el profesor Juan
Leiva Tapia.
En la masacre de Plaza Bulnes
(28 de enero de 1946) de los seis obreros asesinados, cinco eran militantes comunistas, entre ellos
estaba Ramona Parra.
El 21 de octubre de 1947
González Videla inició la represión contra los comunistas, los que más habían
trabajado para hacerlo presidente. El 3 de septiembre de 1948 promulgó la ley maldita que,
durante diez años, hasta el 6 de agosto de 1958, mantuvo ilegal y perseguido al
Partido Comunista.
El 1 de abril de 1957 fue asesinada la joven comunista
Alicia Ramírez en las protestas contra el alza de la movilización.
En la matanza perpetrada en
Santiago en un desfile de la CUT
(3 de noviembre de 1960) fueron asesinados dos trabajadores, entre ellos
el obrero comunista Vladimir Tobar
En la masacre del mineral de
cobre de El Salvador, perpetrada el 11
de marzo de 1966, entre las 8 víctimas, hubo
dos dirigentes sindicales comunistas: Ramón Santos Contreras y Raúl
Monarde.
En la Plaza Tropezón de Quinta Normal, el 8 de julio de 1970 fue asesinado por un carabinero de
civil, el joven comunista Miguel Ángel
Aguilera en los marcos de un paro de la
CUT.
11 de septiembre de 1973:
golpe cívico militar fascista. Tomó el poder Pinochet, el mayor anticomunista de nuestra historia
que, utilizando el terrorismo de estado implantó el neoliberalismo y perpetró
el genocidio de nuestro pueblo. Su objetivo era terminar con el enemigo
interno: el comunismo.
Más de 500 dirigentes y militantes comunistas cayeron heroicamente en la lucha contra la
dictadura fascista, dos direcciones clandestinas del Partido Comunista y una de
las Juventudes Comunistas. Otros miles fueron detenidos, torturados,
exonerados, lanzados al exilio.
11 de septiembre de 1993 luego de una masiva marcha, se
realizó el acto recordando y rindiendo homenaje a las víctimas de la dictadura.
Habló Sola Sierra. Después lo hizo Gladys Marín. De pronto disparos. Cayó
asesinado otro mártir de las Juventudes Comunistas: Octavio Araya Ortiz. Nueva víctima de carabineros.
El Manifiesto del Partido Comunista, elaborado por Carlos Marx y Federico Engels y
publicado por primera vez el 24 de febrero de 1848, comienza diciendo: “Un
fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Contra este
fantasma se han conjurado en santa
jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y
Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes”.
El Partido Comunista de Chile no es un fantasma que
recorre nuestra geografía. Surgió del seno de la clase trabajadora el 4 de
junio de 1912. Tiene programa, su objetivo
estratégico para este período es
conquistar un Chile Democrático.
Jamás ha participado en un golpe de estado ni en una
conjura antidemocrática. Nunca ha recibido coimas de empresas para votar en el
Parlamento leyes a favor de ellas. Ninguno de sus militantes ha sido condenado
por recibir sobornos ni por corrupto.
En este período parlamentario no ha apoyado ninguna ley
represiva.
Pero, los anticomunistas han pretendido y pretenden
tergiversar su limpia historia, su consecuente vocación unitaria. Ello con un
enorme apoyo de los medios de comunicación monopolizados por los grandes empresarios,
por la burguesía.
GABRIEL SALAZAR
Es el caso de un historiador llamado Gabriel Salazar, muy
aplaudido por la derecha.
Con fecha 22 de octubre de 2019, el periódico La Tercera publicó una
entrevista en que el historiador difarió desde
el “reventón histórico” hasta “una escalerita para llegar a la Asamblea Constituyente ”,
pasando por una extraña clasificación de los “vándalos” y del “pueblo mestizo”.
Pero no podía faltar, como es su obsesión, el ataque al Partido Comunista.
En parte de su afiebrada entrevista afirmó: “La clase
política civil es, toda ella, neoliberal. ¿Y la izquierda? «Hoy día no hay
izquierda en Chile, el Partido Comunista está, de frentón, dentro del sistema,
se está rigiendo por la
Constitución del ’80, está jugando a las alianzas dentro del
sistema. Y seguramente todos van a coincidir que aquí la lucha es contra el
enemigo, que dijo el Presidente, que son los vándalos”.
El Partido Comunista es el partido revolucionario de la
clase trabajadora, una de las dos clases antagónicas del sistema capitalista.
Se rige por sus principios marxista-leninistas. Lucha contra el neoliberalismo
y su Constitución. Para hacerlo debe estar dentro y no fuera del sistema, así
como lo está su clase social. De acuerdo con su vocación unitaria, el Partido
Comunista lleva desde su fundación una consecuente política de alianzas. Y esto
no lo podría hacer desde la luna o marte. Y algo más en estos días sublevación
popular, el Partido Comunista fue el primero que planteó la renuncia del
presidente Piñera y estuvo en primera línea en la acusación constitucional
contra él.
Fuad Chahín, presidente
de la
Democracia Cristiana (DC), sostuvo que los comunistas “votaron en contra de la
idea de legislar la reforma para permitir el plebiscito y desencadenar el
proceso constituyente”. Agregó provocativamente
que “Votaron igual que Ignacio Urrutia
(Partido Republicano), criticaron a quienes habíamos adoptado y logrado este
acuerdo”. Y, con prepotencia, advirtió: si van a estar en la batalla de aprobar
una nueva Constitución en el plebiscito del 26 de abril, “si se quieren sumar,
está bien, pero claramente en una tercera línea”.
¿En qué línea debería estar la DC que, impulsada por su
anticomunismo, apoyó el golpe del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura
fascista en su primer tiempo?
REVOLUCIÓN
DEMOCRÁTICA
Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (RD),
haciendo alarde de un fuerte anticomunismo,
afirmó que el Partido Comunista (PC) está “saboteando el proceso
constituyente”.
Luego, entrevistada en La Tercera , enfatizó: “Son
ellos quienes van a tener que explicarle a Chile sus razones para restarse y
para haber renunciado a hacer política. El Partido Comunista, contradiciendo
toda su historia, no fue parte del proceso”.
Catalina Pérez indicó que “no hay argumentos para no
sumarse a un acuerdo por más democracia y por una asamblea constituyente”.
Resulta extraño que la presidenta de Revolución
Democrática hable de “asamblea constituyente”, cuando ella con su firma,
cediendo ante la presión de la UDI ,
aprobó el siniestro cambio de esa
exigencia del pueblo movilizado por “Convención” constituyente, que no son lo
mismo.
Es igualmente extraño, que se sigan llamando “Revolución
Democrática”, cuando en ese mismo viernes 15 de noviembre de 2019
aprobaron una Convención sin paridad de
género, sin escaños reservados para los pueblos originarios y sin garantías
para los independientes. Además, en la sesión de sala de la Cámara de Diputados del
miércoles 4 de diciembre, junto a la
derecha y otros sumaron los 127 votos con que se aprobaron los
proyectos de leyes represivas de Piñera.
En esa ocasión, los diputados
comunistas votaron en contra.
LOS PORFIADOS HECHOS
Los hechos posteriores dieron la razón a los partidos que
no aceptaron ser parte del “Acuerdo
por la Paz Social y una nueva
Constitución”: el Partido Comunista, el Partido Progresista, la Federación Regionalista
Verde Social, el Partido Ecologista Verde, el Partido Humanista, Convergencia
Social, el Partido Igualdad y el Movimiento Democrático Popular.
Los partidos que firmaron ese
acuerdo han entrado en serias crisis y confrontaciones. Es el caso de los
partidos de oposición y la UDI ,
incluso entre UDI y sus socios de Chile Vamos.
Consecuente con su actitud
frente al Acuerdo, el Partido Comunista en la Cámara de Diputados votó en
contra del proyecto, en general, del plebiscito para una nueva Constitución.