Este artículo que le entregamos hoy sobre el gran revolucionario Lenin y su compañera Nadiezhda Krupskaia fue escrito por el Historiador Iván Ljubetic Vargas, asiduo colaborador del Boletín Rojo.
En el 154 natalicio de Lenin:
LENIN Y NADIEZHDA KRUPSKAYA:
EJEMPLOS DE REVOLUCIONARIOS
En el otoño
de 1918 Máximo Gorki preguntó
al
obrero Demetrio Pávlov cuál
era a su
ver el rasgo
más sobresaliente de
Lenin.
Éste respondió:
“Su sencillez.
Es sencillo como la verdad”
SUS COMIENZOS
Vladimir Ilich Ulianov, Lenin,
nació en la ciudad de Simbirk el 22 de abril de 1870. Su padre, Ilya, era
profesor y llegó a ser director de la enseñanza primaria de la provincia de
Simbirk. Su madre se llamaba María Blank.
Eran seis hermanos. El mayor de ellos, Alejandro, participó en un atentado terrorista contra el zar Alejandro III en marzo de 1887. El zar sobrevivió, pero los participantes en la acción fueron fusilados el 5 de mayo de ese año. Vladimir quería mucho a su hermano Alejandro. Su muerte significó un duro golpe para él. Pero expresó en esos terribles momentos: “Nosotros iremos por otro camino”.
Y así fue. El 4 de diciembre de 1887, Lenin encabezó, una huelga
de estudiantes en la Universidad de Kazán. Cumplía los 17 años y ocho meses.
Fue detenido, expulsado de la Universidad y relegado a la ciudad de Kokuchkino.
SE INICIA EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA
En 1888 comenzó su labor
revolucionaria. Tenía 18 años de edad. Se incorporó a un círculo marxista. Sufrió
la persecución de la policía zarista. Lo
detuvieron enviaron a la cárcel y luego fue
desterrado a Siberia Oriental entre 1896 y 1899. Allí conoció a quien
sería su compañera de toda la vida
Nadiezhda Krupskaia.
En 1900 Lenin salió al exilio. En el
extranjero trabajó organizando el
Partido y creando las condiciones para la
fundación de un periódico revolucionario. El primer número de éste, con nombre
Iskra (La Chispa), apareció el 24 de diciembre de 1900. Llegaba el Iskra a muchos puntos de Rusia, gracias a
una red de agentes que el propio Lenin organizó antes de salir del país.
Permaneció en Zurich (Suiza) y Múnich (Alemania).
De
“¿QUÉ HACER?”
A fines de 1901 y comienzos de 1902 Lenin escribió “¿Qué hacer? Problemas candentes de nuestro movimiento”. Apareció en Stuttgart, a comienzos de marzo de 1902.
Tiene el siguiente epígrafe: “… La lucha interna da al partido
fuerzas y vitalidad: la prueba más grande de la debilidad de un partido es la
amorfía y la ausencia de fronteras bien delimitadas; el partido se fortalece
depurándose…” (De una carta de Lasalle a
Marx, 24 de junio de 1852)
Este libro desempeñó un papel relevante en la creación de un partido marxista revolucionario de la clase obrera de Rusia.
En 1902 – 1903 fue difundido ampliamente en las organizaciones socialdemócratas En Kiev, Moscú, Petersburgo, Nizhni Nóvgorod, Kazán, Odesa y otras ciudades.
“UN PASO ADELANTE, DOS PASOS ATRÁS”
En 1903 organizo y tomó parte en
el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que se
efectuó entre el 17 julio al 10 de agosto de 1903, primero con sede en
Bruselas (Bélgica) y luego en Londres.
En su desarrollo se produjo la división entre mencheviques (corriente
oportunista) y bolcheviques (revolucionarios), estos últimos encabezados por
Lenin. Ese año de 1903, es la fecha
fundacional del Partido Comunista de Rusia.
En febrero-mayo de 1904, escribió
Lenin su obra “Un paso adelante, dos pasos atrás (una crisis en nuestro
Partido)” Este libro es uno de los tesoros del marxismo-leninismo. En él se refiere Lenin en detalle a los hechos ocurridos en el II Congreso del
Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR).
SOBRE EL ARTÍCULO 1º DE LOS ESTATUTOS
Este Congreso aprobó un Programa
revolucionario y los Estatutos elaborados por Lenin, con la sola excepción
del punto o artículo primero, en que los oportunistas en
cuestiones de organización lograron que se aprobara el proyecto formulado por
Mártov.
El punto uno de Martov señalaba: “Se considerará perteneciente al Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia a todo el que, aceptando su Programa, trabaje activamente para llevar a la práctica sus tareas bajo el control y dirección de los órganos del partido”.
Comenta Lenin: “La idea del
artículo primero de Martov sólo aparece al plantearse la cuestión de si pueden
los órganos del partido llevar a la práctica su dirección respecto a aquellos
miembros de este que no forman parte de ninguna de las organizaciones del
partido”.
La proposición del artículo
primero de Lenin (que fue aprobado después en el III Congreso del POSDR
realizado en 1905) señala: “Se considerará miembro del Partido todo el que
acepte su Programa y apoye al Partido tanto con recursos materiales, como con
su participación personal en una de las organizaciones de este”
Refiriéndose siempre al artículo
primero de los Estatutos, Lenin escribió en la obra ya citada: “Cuanto más
fuertes sean nuestras organizaciones del Partido, integradas por
socialdemócratas efectivos, cuanto menos vacilación e inconstancia haya dentro del Partido, tanto
más amplia y polifacética, tanto más rica y fructuosa será influencia del
Partido en los elementos de las masas obreras que lo rodean y que él dirige.
Porque, en verdad, no se puede confundir al Partido como destacamento de
vanguardia de la clase obrera con toda la clase” (Los subrayados son de Lenin).
LAS “TESIS DE ABRIL”
Entre noviembre de 1905 y enero de 1908 permaneció en la patria, donde actuó clandestinamente. Salió de nuevo al exilio. En Ginebra (Suiza) logró que se reanudara la publicación de Iskra.
El 15 de marzo de 1917 conoció la noticia de la Revolución Rusa de Febrero. A fines de marzo, junto con otros 31 bolcheviques, partieron desde Suiza hacia la patria. Llegaron a Rusia el 3 de abril de 1917. Al día siguiente elaboró sus “Tesis de Abril”, donde planteó la transformación de Revolución Democrático-burguesa en Socialista, a través de la conquista de los soviets. O sea, por una vía pacífica.
Pero en junio, el Gobierno
Provisional de Kerenski desató una sangrienta represión contra los
bolcheviques. Lenin debió ocultarse en Finlandia.
DESDE FINLANDIA
En julio-agosto de 1917, el Sexto
Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia aprobó la tesis de Lenin
de la insurrección armada inmediata, pero eligió un Comité Central, en que la
mayoría de sus miembros estaban contra
esa línea.
En agosto de 1917, los bolcheviques conquistaron los soviets de Petrogrado y Moscú.
En septiembre, Lenin, escribió desde Finlandia varias cartas al Comité Central, exigiendo el cumplimiento de lo acordado en el Sexto Congreso. No recibió respuesta alguna sobre el tema, pero le ordenaron que, por “razones de seguridad” debiera permanecer en Finlandia
Lenin seguía desde lejos los acontecimientos en un estado febril. El Comité Central no lo autorizaba retornar a Rusia por razones de seguridad.
Escribía cartas y documentos que enviaba al Comité Central, que ni siquiera eran discutidos. Cuando eran conocidos en las reuniones, no había pronunciamiento alguno.
Lenin insistía: “Los bolcheviques deben tomarse el poder”. “La demora se convierte absolutamente en un crimen”... “Hay que ir a la insurrección inmediatamente”.
No tenía respuesta alguna. También
planteó la necesidad de retornar a San Petersburgo. El Comité Central se lo
prohibió.
RETORNA A RUSIA
Lenin desobedeció la arbitraria
orden del Comité Central. Arriesgando ser detenido por la policía de Kerenski,
ayudado por Rahia, un fiel amigo, y otro bolchevique, cruzó clandestinamente la
frontera, ingresando a Rusia el 2 de octubre.
Nadezda Krupskaia, su compañera, le buscó un refugio seguro, desde donde escribió varios documentos. En uno de ellos planteó: “La revolución está perdida si el gobierno de Kerensky no es derribado en el futuro próximo”.
Por fin se reunió con el Comité
Central el 10 de octubre. Logró que se aprobara una nueva resolución sobre la
insurrección armada, pero sin especificar fecha ni detalles.
Comprendió que debía recurrir a las bases del Partido.
Con ese fin participó en una
Conferencia del Comité Central con representantes de las organizaciones bolcheviques de San Petersburgo. Asistieron
24 dirigentes, de los cuales sólo 9 eran del Comité Central.
La Conferencia aprobó la preparación inmediata de la insurrección por 19 votos, contra 2 y 3 abstenciones.
El 21 de octubre se reunió con los dirigentes de San Petersburgo. Allí planteó: “la insurrección debe llevarse a cabo el 25; el 24 sería prematuro y el 26 muy tarde”.
LA GENIALIDAD DE UN LÍDER
En el Instituto Smolny se vivían horas agitadas. Ahí estaba el centro revolucionario. Lenin planteó al Comité Central la necesidad de estar allí presente.
Se lo prohibieron. Al caer la noche del 24 de octubre,
Lenin decidió trasladarse
clandestinamente al Smolny y tomar en sus manos la dirección de la
insurrección.
Disfrazado y acompañado del camarada Rahia, luego de caminar varias horas, llegó poco antes de la medianoche al Smolny. No se dirigió a la sala donde sesionaba el Comité Central. Envió a Rahia a buscar a Stalin
Ambos se reunieron en una sala vacía y pusieron en marcha a las fuerzas insurreccionales que tenía listas el Comité Militar Revolucionario, pero que no se atrevía a lanzar todavía a la toma del poder.
Lenin convocó a los jefes militares de fábricas y regimientos. Decenas de motociclistas se lanzaron hacia los suburbios...
A partir de la una de la madrugada del 25 de octubre, destacamentos de soldados salieron de los cuarteles; grupos de obreros armados abandonaron las fábricas. Iban a apoderarse de los puentes, las estaciones ferroviarias, los edificios públicos...
“LA REVOLUCIÓN SE HA REALIZADO...”
Eran las 14 horas y 35 minutos del
25 de octubre de 1917. Se inició la sesión extraordinaria del Soviet de San
Petersburgo. Presidía León Trotski, que anunció a Lenin. Cuando la tempestuosa
ovación se calmó, éste dijo:
“Camaradas: la revolución obrera y
campesina, de cuya necesidad han hablado los bolcheviques, se ha realizado...”
A las 22,45 de ese mismo día 25 de
octubre, se inició el Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia. Hubo
acaloradas discusiones. Se eligió un nuevo comité ejecutivo para reemplazar al
elegido en el Primer Congreso, efectuado
en junio, en que tenían mayoría los eseristas (social-revolucionarios) y los
mencheviques. Ahora ganaron los bolcheviques. Obtuvieron 14 miembros del
consejo contra 11.
Eran las 3 horas y 10 minutos de la madrugada del 26 de octubre, cuando el presidente del Congreso anunció que el Palacio de Invierno acababa de ser tomado por los revolucionarios.
Había triunfado la revolución
socialista en Rusia. Según el moderno
calendario, esa gloriosa fecha corresponde al 7 de noviembre de 1917.
A LA CABEZA DEL PRIMER ESTADO SOCIALISTA
En medio de difíciles condiciones, el Gobierno de obreros y campesinos, dirigido por Lenin logró vencer la contrarrevolución interna y la intervención de 14 países.
El Séptimo Congreso, 26 de marzo de 1918, cambió el nombre del partido por Partido Comunista de Rusia, reconociendo 1903 como su año de fundación.
Con la llegada al poder del partido soviético en Rusia en 1917, Nadiezhda Krupskaia fue nombrada Comisaria de Educación tomando entonces parte activa en la preparación de las leyes educativas, en las actividades encaminadas a luchar contra el analfabetismo, en la organización del sistema de escuelas ruso y en el establecimiento de fundaciones culturales para conseguir una sociedad nueva.
Fue editora de un gran número de publicaciones: Educación Pública, Escuela para adultos...
Dedicó mucho tiempo al mundo de la Biblioteconomía siendo además una experta conocedora de la Bibliografía rusa y de las Bibliotecas de la Europa Occidental mostrando, por otro lado, especial interés en las bibliotecas norteamericanas.
Tomó parte en la redacción de la legislación sobre bibliotecas rusas incluido el Decreto sobre la Centralización de estas.
Las conferencias y reuniones más
significativas realizadas en el campo de la Biblioteconomía fueron realizadas
bajo su supervisión. Krupskaya dio múltiples conferencias sobre la distribución
de libros, los problemas en el campo de la ciencia bibliotecaria o la
Biblioteconomía, escribiendo además numerables artículos sobre estos temas.
ATENTADO CONTRA LENIN
El viernes 30 de agosto de 1918, Lenin habló en un mitin en una fábrica de Moscú. Finalizado el acto se dirigió al auto que lo esperaba para conducirlo a la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo, que debía iniciarse a las 21 horas. Caminaba rodeado por una multitud. De pronto una mujer -miembro de un grupo terrorista de los eseristas- le disparó tres balazos, dos de los cuales lo hirieron gravemente. Una le penetró en el tórax comprometiendo la parte superior del pulmón izquierdo; la otra, se le alojó en el cuello muy cerca de la espina dorsal.
Se recuperó. El 18 de septiembre participó en la reunión del Consejo de Comisarios del Pueblo. Pero su salud comenzó a empeorar.
Desde 1922 la salud de Lenin era muy precaria. El intolerable estrés de encabezar la revolución, la guerra civil y la construcción de una nueva sociedad, le afectó seriamente. A esto hay agregar las secuelas del atentado de 1918, pues debió vivir con una bala en el cuello, peligrosamente cerca de la espina dorsal.
GRAVEMENTE ENFERMO
En mayo de 1922, sufrió un primer infarto cerebral, que lo dejó parcialmente paralizado en su lado derecho. Debió disminuir su papel en el Gobierno.
La enfermedad de Lenin en mayo de 1922 redujo notablemente la actividad política de Nadiezhda Krupskaia. Dejó gran parte de las tareas en el ministerio para acompañarlo en Gorki. Su principal actividad política se limitó a ciertas visitas de centros educativos cercanos y la redacción de algunos artículos.
Regresó a Moscú con Lenin el 2 de octubre y, durante las nueve semanas siguientes que precedieron al nuevo ataque de este, asistió a diversos congresos: de la Internacional Comunista, del Komsomol y otro de propagandistas.
Lenin sufrió una nueva serie de infartos que limitaron su actividad política hasta la primavera de 1923. Los médicos recomendaron reposo total, pero Lenin deseaba continuar con la actividad política; Krúpskaya mantuvo una actitud vacilante entre los deseos de su marido de evitar su aislamiento político forzoso y los consejos médicos que lo recomendaban.
Ante la insistencia de Lenin por mantener cierta labor, colaboró en la redacción de sus últimos artículos, que en conjunto se conocen como el “Testamento de Lenin”. En estos trataba diferentes temas como el de la dirección colectiva en el Partido. En uno, dictado el 24 de diciembre de 1922,
advertía sobre los peligros que involucraría poner a la cabeza del Partido y del gobierno soviético a Stalin o Trotski.
En mayo de 1923, luego de tener el tercer infarto, Lenin quedó postrado en cama, imposibilitado de hablar.
Nadiezhda se encontraba junto a Lenin en el pueblo de Gorki, en la madrugada del 21 de enero de 1924, cuando éste falleció tras un repentino empeoramiento de su estado después de semanas de mejoría. La causa de su fallecimiento fue un infarto cerebral.
El día anterior, Krúpskaya había
acabado de leerle las conclusiones de la XIII Conferencia del Partido, que
preocupaban a su esposo y que había tratado de mezclar con lecturas más
ligeras. Antes, le había leído a novela del escritor estadounidense Jack London
“Amor a la Vida”.
LA HERENCIA TEÓRICA LENINISTA
En los 35 años de labor teórica y
práctica, entre 1888 y 1923, Lenin escribió más de 30 mil libros, folletos,
cartas y documentos. Unos 9 mil de ellos figuran en los 55 tomos de su Obras
Completas, editadas entre 1958 y 1965.
Citamos sólo algunas de sus obras:
“Sobre la cuestión de los mercados” (1893),
“El desarrollo del capitalismo en Rusia” (1899), “Anarquismo y socialismo” (1901),
“¿Qué hacer?” (1902),
“Las tareas de la juventud revolucionaria” (1903),
“Un paso adelante, dos atrás” (1904),
“Dos tácticas de la socialdemocracia en la Revolución Democrática” (1905),
“Materialismo y empiriocriticismo” (1908),
“Carlos Marx” (1914),
“La quiebra de la Segunda Internacional” (1915),
“El imperialismo, etapa superior del capitalismo” (1915),
“El programa militar de la revolución proletaria” (1916),
“El Estado y la Revolución” (1917),
“La revolución proletaria y el renegado Kautsky” (1918),
“La Tercera Internacional y su lugar en la historia” (1919),
“El ‘izquierdismo’ enfermedad infantil del comunismo” (1920),
“La crisis del Partido” (1921),
“Carta al Congreso” (1922),
“Sobre las Cooperativas” (1923),
“Nuestra Revolución” (1923),
“Más vale poco y bueno” (1923).
LENIN EL DIRIGENTE
Quienes militaron y trabajaron con él coinciden en señalar varias cualidades del líder ruso.
A Lenin siempre le eran propios el realismo político y la capacidad de apreciar objetivamente la situación, ver todas las posibilidades que se ofrecían en tal o cual momento. El realismo político de Lenin permitía evitar el falso optimismo o pesimismo en los bruscos virajes de la historia. Al sufrir derrotas no se dejaba llevar por el pesimismo e infundía confianza en los otros. Sabía extraer lecciones hasta de las batallas perdidas.
En base al análisis científico de la realidad, Lenin elaboraba planes audaces de construcción de una nueva sociedad. Una gran eficacia caracterizaba también su actividad como estadista. Determinaba con extraordinaria rapidez las tareas más importantes del momento, pero no olvidaba las secundarias.
Lenin consideraba de enorme trascendencia la oportuna reacción del Partido ante los cambios de la situación política.
El estilo leninista de trabajo y
la propia personalidad de Lenin ha dejado una profunda huella en la conciencia
de la humanidad y en la cultura.
LENIN, EL SER HUMANO
Todos los que conocieron de cerca
a Lenin destacan su excepcional modestia en los asuntos concernientes a su
persona. Después de ser herido en agosto
de 1918 criticó el tono de las publicaciones aparecidas en los periódicos.
Escribió: “Soy como los demás... Toda la vida luchamos, en el plano ideológico,
contra la admiración excesiva de las virtudes de una sola persona, resolvimos
ya hace mucho la cuestión de los héroes, ¡y he aquí otra vez el culto a la
personalidad!”
El modo de vida de Lenin no se diferenciaba de la vida espartana de sus contemporáneos.
“Lenin compartía todas las privaciones de aquellos días cuando escaseaba el combustible, las viviendas y hasta los alimentos”, recuerda G. Lausbury, uno de los dirigentes del partido laborista inglés que visitó la Rusia soviética.
Lenin siempre se preocupaba de los
demás. A pesar de sus muchas actividades diarias como estadista, encontraba
tiempo para escribir centenares de recados, dar órdenes verbales para ayudar a
unos y otros camaradas, de mandarles a descansar, a curarse, de proporcionarles
viviendas, etc.
Lenin odiaba a las clases
explotadoras, pero no tenía enemigos personales.
EL HEROÍSMO DE LENIN
Máximo Gorki, el gran intelectual ruso, tiene una obra llamada
“Lenin en
“Su heroísmo, casi enteramente desprovisto de relumbrón exterior, la abnegación modesta, ascética, frecuente en el intelectual ruso, en el revolucionario que cree sinceramente en la posibilidad de la justicia sobre la tierra; era el heroísmo del hombre que ha renunciado a todas las alegrías del universo para trabajar duramente por la felicidad de los hombres”.
“Cuando murió Lenin, reconocieron lealmente hasta sus más encarnizados enemigos que con él había perdido el mundo al hombre ‘que era la más viva encarnación del genio entre los grandes hombres contemporáneos’.
“Para mí, Lenin, es un héroe de
leyenda; es un hombre que ha arrancado de su pecho el corazón ardiente para
alumbrar con su llama el camino que conducirá a los hombres lejos del abyecto
caos contemporáneo.”
NADIEZHDA KRUPSHKAYA DESPUÉS DE LA
MUERTE DE LENIN
La muerte de Lenin, ocurrida apenas seis meses después de cumplirse los veinticinco años de matrimonio, afectó profundamente a Krúpskaya, privada de su compañero personal y guía político. Aunque no ambicionaba los principales puestos políticos, su convencimiento de ser la que mejor comprendía las ideas de Lenin, que consideraba cruciales para el triunfo del comunismo al que había dedicado su vida, le hizo entregarse a la política nacional.
Formalmente, Krúpskaya apoyó al régimen de Stalin y mantuvo una actividad pública intensa hasta su muerte en 1939. Acumuló gran número de cargos honoríficos. A pesar de que Krúpskaya permaneció en su apartamento del Kremlin, las relaciones con Stalin y su familia, que eran sus vecinos, fueron muy escasas.
Se convirtió en la imagen de la abuela bondadosa de la revolución, con gran interés en los niños. Principal referente del partido acerca de la liberación de la mujer defendió los avances logrados en la Unión Soviética en la igualdad entre sexos.
Convencida de la necesidad de estudiar la actividad de Lenin para continuar su obra, dedicó grandes esfuerzos a publicar diversas obras sobre él, siendo las mejores de entre ellas una serie de bosquejos sobre su persona que aparecieron primero en Pravda y Bolshevik entre 1925 y 1933 y más tarde como libro con el nombre de Recuerdos de Lenin.
Ya anciana, comenzó a visitar más asiduamente diversos balnearios en el Cáucaso (en 1931, 1933 y 1937) y un sanatorio, frecuentado por antiguos revolucionarios y situado a las afueras de Moscú. Su círculo de relaciones se fue reduciendo a estos viejos camaradas y al personal del Ministerio de Educación, donde continuaba trabajando.
El 24 de febrero de 1939, los bolcheviques veteranos le organizaron una fiesta por su inminente septuagésimo cumpleaños en Arjangelskoye, a donde había acudido a descansar. Esa misma noche, sin embargo, comenzó a sentirse indispuesta y fue rápidamente trasladada al hospital del Kremlin, donde perdió el conocimiento. Despertó nuevamente la noche del día siguiente, afirmando su disposición a asistir al próximo congreso del partido, pero un embolismo abdominal, complicado con arterosclerosis, acabó con su vida
Nadiezhda Krúpskaya murió a las 6:15 a. m. del 27 de febrero de
1939 en Moscú, un día después de haber
cumplido setenta años de edad.