Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
RUSIA 1905: MOTIN EN EL ACORAZADO POTEMKIN
El Potemkin fue un acorazado ruso que se construyó para la Flota del Mar Negro de la Armada Imperial Rusa. El buque se hizo
famoso por el motín de sus tripulantes contra los
oficiales en junio de 1905, durante la
Primera Revolución Rusa de 1905. Este motín se consideró un primer paso
hacia
CHILE:
VEINTISÉIS AÑOS DESPUÉS
Coquimbo, agosto
de 1931. Gobernaba el Vicepresidente Manuel Trucco. Los oficiales de las naves
de
Cundía la inquietud entre los marinos. Al enterarse de
ello, el comodoro Hozven reunió en el Latorre a 20 representantes de cada
unidad anclada en Coquimbo.
Les dijo: "Es una cobardía pedir que no se efectué
la rebaja de sueldos de un 30% sabiendo que el país está en bancarrota. Castigaré
con la expulsión cualquiera que sea el número de cobardes, a quién intente
presentarme esas peticiones..."
COMIENZA LA INSURRECIÓN
31 de agosto de 1931, 20 horas. En el Latorre se reunieron
clandestinamente los tripulantes de todas las naves surtas en
1.- A las 0,40 horas del 1º de septiembre las
tripulaciones deben apoderarse de los barcos y mantener en sus camarotes, con
centinelas a la vista, al comodoro, al almirante, a los comandantes y a los
oficiales de las dos flotas (Escuadra y División);
2.- Redactar un Manifiesto explicatorio de la acción,
3.- Obtener la adhesión de la totalidad de suboficiales
y sargentos;
4.- Designar un Estado Mayor de las Tripulaciones y
Comités Ejecutivos para encabezar la sublevación;
5.- Apoderarse de todo el armamento menor y de las municiones.
1º de septiembre, 0,40 horas. Suboficiales y marineros
se apoderaron del Latorre. A las 4,05 horas, una luz roja se encendió en seis
naves: en el O'Higgins, Orella, Serrano, Lynch, Videla y Hyalt. Significaba:
barco tomado. A las 4.10, hacen otro tanto el Aldea y el Riquelme.
LAS
TRIPULACIONES TIENEN EL CONTROL
Aún no asomaba el sol, cuando se constituyó el Estado
Mayor de las Tripulaciones, encabezado por el sargento, Ernesto González, un
profesor primario enrolado en
En él se señalaba: "Desde hoy 1º de septiembre
tripulaciones de
"... un deber de patriotismo obliga a las
tripulaciones de
COMO PALIAR LA CRISIS ECONÓMICA
La Moneda, Santiago, 23:30 horas. Apresuradamente se reunió
el Vicepresidente Manuel Trucco con sus ministros y dirigentes de los partidos
de derecha y centro. Se tomó conocimiento de los acontecimientos de Coquimbo y
se acordó enviar a parlamentar con los
sublevados al almirante Von Schroders.
Esa misma noche. El Estado Mayor de las Tripulaciones
envió un segundo mensaje radial al ministro de Marina, en el que planteaban
algunas medidas para paliar la crisis económica del país:
"1.- Calcular el tiempo prudencial para suspender
el pago de la deuda externa, bajo el punto exclusivo que dentro de ese plazo se
restablezca el orden financiero interno del país;
2.- Subdividir las tierras productoras persiguiendo el
fin de que haya el mayor número de productores y propietarios nacionales;
3.- Que las Cajas de Créditos, las Agencias Fiscales,
ADHESIONES AL MOVIMIENTO
Al emitir este segundo radiograma, la marinería alzada
en Coquimbo había recibido las siguientes adhesiones: de los buques anclados en
Talcahuano y del personal de Apostadero,
El miércoles 2, se produjo el primer contacto entre los
marineros sublevados y el emisario del gobierno. Las autoridades colocaron
varias condiciones para conferenciar: que las conversaciones fueran en tierra,
que se repusiera en sus cargos a los
jefes y oficiales.
Pero el Estado mayor
de las tripulaciones no las aceptó.
Exigió que las reuniones tuvieran lugar en el Latorre y planteó que no liberaría a la oficialidad hasta resuelto el conflicto.
SALE A LA LUZ
PÚBLICA EL CONFLICTO
Ese día, la opinión pública recibió, sorprendida y alarmada,
la noticia de los acontecimientos.
El miedo surgió en los sectores de la oligarquía, de la
burguesía y la mayor parte de los sectores medios.
La situación en las Fuerzas Armadas era complicada. Al
levantamiento de la marinería se agregaban otros viejos conflictos: la pugna en el
interior de
Además, las relaciones de "civilistas" con
militares y policía eran muy malas por los acontecimientos ocurridos a la caída
de Ibáñez.
Pero, ya con las primeras noticias llegadas desde
Coquimbo, los "civilistas" -gente de derecha y centro- depusieron
su beligerancia hacia las fuerzas
armadas y carabineros. Las guardias cívicas, constituidas en julio de 1931,
acudieron a regimientos y comisarías para engrosar los grupos de reserva. Ello
sucedía en Santiago y en provincias.
LOS QUE
RESPALDAN AL GOBIERNO
Entregaron su incondicional apoyo al Gobierno,
También respaldaban al Vicepresidente Trucco,
Ese mismo día 2, renunció el gabinete. Manuel Trucco
designó nuevos ministros: Interior, Marcial Mora; de Guerra, Carlos Vergara
Montero: Marina, el almirante Carlos Spoerer;
de Hacienda, Arturo Prat, hijo del héroe de Iquique. La intención de
este último nombramiento era clara.
LA BANDERA
PIRATA DEL ANTICOMUNISMO
Coquimbo, jueves 3 de septiembre. En el Almirante
Latorre se llevaron a cabo las conversaciones entre el Estado Mayor de las
tripulaciones y la delegación del gobierno. Fueron largas y difíciles.
Finalmente, se aprobó un Acta de Acuerdo que puso fin al conflicto,
satisfaciendo las demandas de la marinería.
Entretanto en Santiago, ese mismo jueves, el general
Indalicio Téllez, Comandante en Jefe del Ejército, designado Jefe de Plaza de
la capital, en virtud del estado de sitio decretado por el gobierno, emitió una
circular -publicada por toda la prensa nacional- en que atacaba virulentamente
al comunismo, calificándolo de doctrina tiranizante. Autorizaba, así mismo, de
acuerdo con las autoridades civiles, a los regimientos para aceptar voluntarios
con o sin instrucción militar. En pocos días se inscribieron ocho mil
voluntarios.
El anticomunismo fue la bandera que levantó el gobierno
y toda la reacción contra el movimiento de las tripulaciones de
Las autoridades civiles y militares decretaron medidas
extremas: estado de sitio, ley seca, prohibición de toda reunión pública y
porte de armas de fuego, militarización de todo el país.
Carlos Maldonado, en su obra “
EL PC Y LA FOCH
JUNTO A LA
MARINERÍA
Los comunistas no participaron en la gestación del
movimiento de la marinería, ni tuvieron responsabilidad en su desarrollo, pero
solidarizaron incondicionalmente con ese histórico alzamiento.
“Recuerdo
-relata Elías Lafertte en su libro “Vida de un Comunista”, publicado en 1971 - que el día primero de septiembre llegó a
Santiago, enviado por Rufino Rozas, que se encontraba en Coquimbo, un compañero
de apellido Lobos, que pidió hablar conmigo y me comunicó, muy agitado, por
cierto, que tenía noticias de que la marinería se iba a levantar, apresaría a
los oficiales y lanzaría un manifiesto al país y peticiones de carácter
económico al gobierno. Algunas de estas peticiones, en la forma en que me las
expuso este compañero, no estaban sólo destinadas a aliviar su suerte, la de
los tripulantes de
"Nosotros, en Santiago –agrega Lafferte-
procurábamos por todos los medios, ayudar a los sublevados y contrarrestar las
acciones de las guardias blancas, que ya se habían constituido y desfilaban
militarmente por
En la noche del jueves 3, prosigue el dirigente
comunista, "en el local de los tranviarios se reunieron las organizaciones
afiliadas a
ACCIONES DE APOYO A MARINEROS
La huelga general se llevó a cabo al día siguiente, 4 de
septiembre. En algunos sectores fue total, como por ejemplo, la locomoción. En
Santiago, no corrió un solo tranvía. Varias carretas y carretones de pan y
vino, que salieron a trabajar fueron volcados en las calles. Se produjeron
incidentes en que quedaron varios heridos y contusos. Carabineros,
"Una manifestación de obreros comunistas y
socialistas -narra Lafertte- fue violentamente disuelta en Amunátegui esquina
de Alameda... Entre los rumores que circulaban -añade-, corrió que yo me
hallaba en Coquimbo, al frente de la sublevación. Dijeron también que había
sido muerto por las fuerzas del gobierno, pero Marcial Mora, Ministro del
Interior, declaró que no había tal cosa y que, simplemente, yo me hallaba
escondido. En efecto, esa era la realidad. Dormía en distintas casas, cada
noche en una, para evitar que me detuvieran, principalmente en casa de
profesores..."
También pararon los ferroviarios.
AYUDAS PARA AMBOS BANDOS
"Una comunicación de los empleados públicos
-escribe Patricio Manns en su libro “
"En el frente contrario -añade Manns- las cosas se
daban de un modo sorprendente, determinando la rápida polarización del país en
dos bandos. Lota y Coronel, en la poderosa y combativa cuenca del carbón, se
habían unido a los amotinados de Talcahuano, mientras
SUCIA MANIOBRA
OFICIALISTA
En Coquimbo, el Almirante Schroeders presentó al Estado
Mayor de las tripulaciones una "nueva redacción" del Acta aprobada
por ambas partes el día anterior.
Al tomar conocimiento de esa maniobra del gobierno, los
jefes de la sublevación enviaron un mensaje que, en parte, señalaba:
"Este Estado Mayor ha tomado con profundo pesar
nota de la determinación del gobierno de dar una nueva redacción al acta que
pondría fin al movimiento, considerando que ello no sólo afecta a lo que el
gobierno estima fraseología innecesaria, sino también, y muy especialmente, al
fondo y objetivo de todo el movimiento de las tripulaciones. Creemos, señor
Almirante, que esta determinación del gobierno echa por tierra todos los buenos
oficios y nuestros deseos de paz y
concordia al no aceptar el acta que hemos expuesto a su consideración, y que es
la única que las tripulaciones están dispuestas a aceptar..."
UN ULTIMÁTUM Y LA DIGNA RESPUESTA
En
la noche del viernes 4, el gobierno dio por terminadas las conversaciones. Ya
había ganado el tiempo suficiente para poder derrotar militarmente el alzamiento.
El 5, los marineros recibieron un ultimátum:
"Agotados ayer medios conciliatorios y comenzadas operaciones de fuerza,
se exige ahora rendición incondicional desembarcando inmediatamente
tripulaciones desarmadas y sometiéndose a las órdenes del comandante de la
plaza. Si así lo hicieran, el gobierno atenuará el rigor de las sanciones; de
otro modo, aplicará ley marcial en toda su fuerza... Vicepresidente y
ministros".
La respuesta del Estado Mayor de la insurrección
enfatizó: "Declaramos ante la conciencia del país que en estos momentos,
las tripulaciones, al ver la intransigencia antipatriótica del gobierno y al
considerar que el único remedio para la situación es el cambio social, hemos
decidido unirnos a las aspiraciones del pueblo y zarpará junto a nosotros una
comisión de obreros que representa el sentir del proletariado de
UN SOS A ESTADOS UNIDOS
El sábado 5 de septiembre, el Ministro de Relaciones
Exteriores de Manuel Trucco, Luis Izquierdo, se entrevistó con el Embajador
estadounidense en Santiago, a quien informó que las autoridades chilenas
estaban convencidas que se trataba de una conjura de características
continentales, que por ello se necesitaba de la ayuda de Estados Unidos. El
mismo Embajador, reportó que Izquierdo le había informado que "los
rebeldes controlaban el mar y que estaban inspirados por agitadores que pretendían
proclamar una 'República Independiente en
UN CASO ÚNICO EN
LA HISTORIA NAVAL
Ese mismo día ocurrió un hecho que los marineros
insurrectos esperaban ansiosos. Como escribe Liborio Justo, "por fin, el 5
de septiembre de 1931, los barcos que venían desde el sur arribaron a Coquimbo
y ambas Escuadras, después de saludarse con grandes hurras, izando en sus
foques las banderolas de bienvenida, se unieron en la bahía, para sumar, en
total 23 unidades sublevadas y a cargo de sus tripulaciones, caso único en la
historia naval. ¡Quince mil hombres, después de haberse apoderado de todos los
barcos de guerra y puertos militares, con el apoyo de
“DAD ARMAS A VUESTROS
HERMANOS”
"Compañeros tripulantes de
"Hermanos marineros: El ultimátum que habéis
recibido a vuestras peticiones de mejoramiento económico por la clase ladrona
que nos gobierna y que ha estrujado la savia a nuestro pueblo, os está probando
que si no vais unidos con los trabajadores y si abandonáis las armas, seréis
barridos por la burguesía que nos gobierna.
"Compañero marino: Tú tienes los buques ya, dad
armas a tus hermanos de miserias y en 48 horas, los consejos de marinos,
soldados, obreros y campesinos le habrán dado a Chile un gobierno donde la
miseria no impera.
"Marino hermano: date cuenta que lo que habéis
hecho es lo más grande y sin no lo lleváis hasta el final, si no te unes con los
trabajadores, seréis aniquilados por la oligarquía.
"Marino: el triunfo es tuyo: para que nada ni nadie
te lo quite, únete con los trabajadores.
"Ten presente: no dejes el arma".
COMIENZAN LAS
ACCIONES
En la noche de ese sábado 5, el gobierno exigió la rendición
incondicional de los sublevados en Talcahuano. Fue rechazado por la marinería.
Domingo 6 de septiembre. Era muy temprano aún, cuando la
flota surta en Coquimbo, luego de calentar las máquinas, echando grandes
penachos de humo, levó anclas y abandonó la bahía. La intención del Estado
Mayor era situarla en mar abierto para ofrecer menor blanco al bombardeo de la
aviación, que se había concentrado en la base de Ovalle. Pero, poco después del
mediodía, los barcos retornaban para ocupar los mismos lugares donde estuvieron
antes.
Eran las 15:30 horas. En Talcahuano, tropas del Regimiento
Chacabuco rompieron fuego contra el destructor Riveros, que se había acercado a
tierra para ayudar a sus compañeros amenazados por el Ejército. También lo
atacó el Grupo de artillería Silva Renard.
UN DRAMÁTICO
RELATO
A las 17:00 horas, el regimiento O'Higgins cargó contra
el Apostadero Naval. Sobre este episodio, el sargento Ernesto González, jefe de la insurrección de
la marinería, relata:
"A borde del 'Latorre', en Coquimbo, todo el Estado
Mayor seguía las alternativas del combate a través de la acción de una radio
estación. El operador nos describió en detalle la ofensiva contra los
fuertes...
"De pronto gritó: '¡Atención Coquimbo! ¡Ahora
vienen contra nosotros!' Y nos pidió que mantuviéramos el receptor encendido.
Después de un silencio oímos de nuevo su voz: 'Me parece que los fuertes nos
están traicionando. Ninguno dispara contra el Ejército que baja desde los
cerros'.
"Pasado otro minuto dijo: 'Ahora los tengo aquí enfrente.
Nos cascan con todo: ametralladoras, artillería, armas cortas. Esto es un
hervidero de balas. Atención -dijo luego- ¡está cayendo gente!'...
Transcurrieron tensos minutos. 'Coquimbo -dijo- si me pasa algo dejaré sonando
un pito largo y así sabrán ustedes que ellos llegaron aquí y se termina la
resistencia...'
"Enseguida describió con varios detalles el avance
de las tropas gobiernistas, inmensamente superiores en número y los
desesperados esfuerzos de los defensores del apostadero. Nosotros escuchábamos
consternados, con profunda emoción... Entonces el muchacho gritó a través del
aparato: '¡Epa! ¡Ya están subiendo hasta mi emplazamiento! ¡Vienen entrando los
primeros!' Y después oímos solamente un largo pitazo que marcaba, según la
señal convenida por este héroe increíble, la caída del apostadero Naval y
también su muerte."
LA AVIACIÓN
ATACA
No alcanzaban a comentar esos sucesos los miembros del
Estado Mayor, cuando se escuchó el grito de los vigías del Almirante Latorre:
Aviones a estribor. Eran las 17:30 horas del domingo 6 de septiembre. Se
iniciaba el ataque aéreo contra
La aviación de guerra estaba comandada por su jefe,
coronel Vergara, hermano del Ministro de Guerra. Lanzó varios ataques sobre los
barcos, especialmente contra el Almirante Latorre. El ataque fue repelido
vigorosamente por la marinería.
El bombardeo duró 25 minutos y fue presenciado por los
habitantes de Coquimbo desde el muelle y sus inmediaciones, desde las partes
altas de las casas y de los cerros.
Un avión fue derribado y otros cinco averiados. De
La acción de la aviación contra la marinería sublevada
fue, desde el punto de vista militar, un rotundo fracaso.
En esa, como otras operaciones de represión contra los
marineros en rebelión,
LOS TEMORES DEL GOBIERNO
En los momentos en que tenía lugar el frustrado
bombardeo en Coquimbo, continuaban los combates en Talcahuano. "La lucha
más cruenta -afirma el historiador Ricardo Donoso en el primer tomo de “Alessandri agitador y demoledor”- tuvo
como escenario los Arsenales de
El domingo 6 en la noche, se efectuó una conversación
entre el Ministro de Relaciones Exteriores, Luis Izquierdo, y el almirante
Edgardo von Schroeders. Este último
relata que el ministro le dijo: "Si la aviación vuelve a fallar en su
proyectado ataque a
"Me dijo -sostiene el Almirante- que en este caso
vendría a dominarlos
EL COMIENZO DEL
FIN
Después del bombardeo se entregaron al gobierno los
destroyers Riquelme, Hyatt, Orella y Videla.
Lunes 7 de septiembre. En la mañana, los buques aún en
manos de sus tripulaciones salieron del puerto de Coquimbo. El acorazado
O'Higgins regresó y se rindió.
Los marineros comprometidos en la rebelión estaban
divididos. Cada vez eran más los que deseaban llegar a un acuerdo con el
gobierno. En el resto de las naves, ya no se obedecía al Estado Mayor. En
Coquimbo se rumoreaba que el Almirante Latorre no se rendía porque "la
tripulación y el Estado Mayor de los insurrectos estaban en desacuerdo sobre el
camino a seguir. Los primeros deseaban entregarse y los segundos pensaban
hundir al barco, conforme a lo que han manifestado en otras ocasiones. Se
informó que bandadas de aviones e hidroaviones seguían la marcha del 'Latorre'
con el objeto de obligarlo a rendirse.
EL FIN DE LA
INSURRECIÓN
Ese lunes 7 cayeron los fuertes del Morro, Punta de
Parra y el Borgoño.
Según Ricardo Donoso, "en el combate de Talcahuano
hubo un apreciable número de bajas entre muertos y heridos, tanto de parte de
los rebeldes como de las tropas gubernativas. La captura de los fuertes puso en
poder del gobierno mil prisioneros y todo el armamento y municiones que existía
en ellos".
En Valparaíso, regimientos del gobierno marcharon sobre
En la noche del lunes, el último bastión de la
insurrección era el Almirante Latorre. Acosado por los aviones, su tripulación
terminó por levantar bandera blanca.
El Boletín de Informaciones Nº 14 del gobierno, expedido
el martes 8 de septiembre a las 11 horas, señalaba que el Ministro de Guerra
anunció que el Latorre se había entregado en la
base de Quintero. El Boletín Nº
15, de ese mismo día a las 19:30 horas, afirmó que "las fuerzas de
Liborio Justo -en
un artículo titulado “
LAS CAUSAS DE LA DERROTA
¿Por qué fracasó la sublevación de la marinería de
Se puede afirmar que la rendición de los insurrectos no
fue resultado directo del bombardeo de la flota en Coquimbo. Lo que sí influyó,
al parecer significativamente, fue el
haberse gestado una suerte de contrarrevolución a borde de las naves alzadas.
Elías Lafertte se pregunta: ¿Cuáles fueron las causas de
que una sublevación que desde los primeros momentos había prendido como un
reguero de pólvora fuera vencida después
de la primera batalla? El mismo responde. "Hay muchas causas. Desde luego,
faltó una dirección segura, una espina dorsal ideológica a ese movimiento, que
fue esencialmente emocional, una improvisación que respondía a un clamor que
hacía presa en el ánimo de los marineros y suboficiales. Pero ellos no sabían a
dónde ir ni qué hacer. ¿Qué habrían hecho de triunfar su movimiento? Se
levantaron en realidad en respuesta a una indignación desesperada, a un justo temor de perder su
pan, pero carecían de organización y dirección políticas. Sus jefes mismos, comenzando
por Ernesto González, no eran capaces de dirigir y encauzar el heroico impulso
de sus hombres".
OPINIÓN DE UNO
QUE TOMÓ PARTE
Pedro Pacheco Pérez, profesor comunista que participó en
la insurrección y que fue uno de los condenados a muerte, amnistiados gracias a
la presión popular, en un artículo
titulado “Hace Treinta Años” y publicado en “El Siglo” con fecha 2 de
septiembre de 1972, explica:
"La mayor firmeza y combatividad se encontraban
entre los tripulantes de más baja graduación y con cierta experiencia, como los
cabos. Los más vacilantes fueron los suboficiales, los que, desgraciadamente,
en mayor proporción dirigieron el movimiento, debido a que los marineros los
eligieron impulsados por su respeto a la jerarquía".
Luego enfatiza: "El error más notable fue la falta
de vinculación orgánica con el pueblo. Era, por otra parte, natural que así
fuera, pues nadie sabía qué o quién había detrás del movimiento. Recién había
caído el dictador, el Partido Comunista recogía sus cuadros de la ilegalidad,
la tiranía había despedazado y corrompido gran parte del movimiento
obrero".
Al mismo tiempo, Pacheco Pérez, define la insurrección
de las Tripulaciones como "una primera participación del pueblo armado en
la solución de sus problemas y de los problemas de la nación, con mucho de espontánea
y con graves errores políticos y orgánicos, pero una lección rica en
enseñanzas".
OTRAS RAZONES
Liborio Justo señala que "los obreros en Santiago
se habían visto obligados a reanudar las tareas y otra vez andaban los
tranvías. Además (la escuadra en manos de las tripulaciones, Nota del autor)
carecía de combustible para ir muy lejos".
En la revista “Internacional Juvenil”, editada en Montevideo
en diciembre de 1931, se sostiene: "El movimiento de la marinería chilena,
a pesar de su extensión a toda la escuadra, de la solidaridad proletaria con
que se ha contado y de los comienzos de solidaridad en el ejército, no ha sido
un movimiento conscientemente político de los marinos, ni se transformó en un
verdadero comienzo de la revolución de todas las masas laboriosas de
Chile". Agrega que la sublevación
fracasó también "por falta de organizaciones comunistas en
NO HABÍA MADURADO EL FACTOR SUBJETIVO
En lo referente a por qué el heroico
movimiento de la marinería no se transformó en el inicio de una revolución
social en Chile, a las razones ya expuestas, se deben agregar otras no menos importantes.
Es necesario tener en cuenta que la sublevación de los
tripulantes de la armada tuvo lugar a sólo 35 días de haber sido derribada la
dictadura de Ibáñez. De ella, las dos
fuerzas civiles que apoyaron el levantamiento habían salido muy debilitadas.
La FOCH, al empezar septiembre de 1931, estaba bastante
disminuida en miembros e influencia, tanto por la represión, como por la grave
cesantía que castigaba a la clase obrera, especialmente al proletariado
salitrero. A esto se debe añadir el desarrollo logrado por los "sindicatos
legales".
El Partido Comunista sufría serios problemas: una militancia
muy reducida, como resultado de la represión, de la traición y deserción de no
pocos militantes, entre ellos seis de los nueve parlamentarios elegidos en 1925
y 1926; con una estructura orgánica que recién iba adquiriendo la necesaria eficacia;
debilitado por la pugna de fracciones en su interior; con una dirección central
reconstituida hacía un mes; carente de
una acertada línea política y de una adecuada política de alianzas; sin una
política militar y con ninguna influencia en las fuerzas armadas.
En otras palabras, en septiembre de 1931, no existía en
Chile el elemento principal del factor subjetivo -un Partido
revolucionario- capaz de ponerse a la
cabeza de una revolución social,
aprovechando las condiciones objetivas que ya habían madurado.
LOS
COMUNISTAS SIGUEN SOLIDARIZANDO CON TRIPULANTES
Derrotado el levantamiento de
La masacre "legal" anunciada conmovió la
conciencia de amplios sectores. Se constituyeron comités para impedir las penas
de muerte, de las cuales ya se había dictado el "cúmplase" . Los
integraban trabajadores, estudiantes, abogados partidos populares.
Los comunistas salieron a la calle. El 21 de mayo de
1932 jóvenes comunistas de Valparaíso repartieron proclamas exigiendo respeto a
la vida y la libertad de los marinos sublevados. En Santiago, los
universitarios efectuaron combativos mítines. Orador infaltable era el joven comunista, estudiante de derecho de
En Chillán, narra Luis Corvalán, en. “De lo vivido y lo peleado. Memorias”:
“con otros muchachos del grupo Avance,
asistía a los mítines del Partido Comunista cuando se efectuaban los días que
teníamos salida. Sus oradores, Oscar Ghillardi entre otros, exigían trabajo
para los desocupados y la libertad de los marineros detenidos. Entre éstos
había varios condenados a muerte, uno de los cuales era Pedro Pacheco, que
había sido alumno de nuestra Normal (
Durante la breve “República Socialista” encabezada por
Marmauke Grove (del 4 al 16 de junio de 1932) dictó un decreto que amnistió y
liberó a todos los marinos encarcelados por su participación en la insurrección
de los primeros días de septiembre de 1931.