martes, 29 de agosto de 2023

¡Ay mi dios!

 


 

 

 

Comentario radial y escrito.

 


 

 



Agarre por instinto el tranco pá la playa.  

Iba ensimismado hasta los tuétanos con algunos personajes incrustados por el poder mediático en mis interrogantes de vida. 

Vidas de tanto ver, de tanta existencia, de tanta inmoralidad social. 

Si no fuera por el estado crítico de salud del intelecto de mi pueblo asalariado, me reiría a carcajadas.  

Digo mi pueblo y no nuestro, para no meterme con los que esconden la mano. 

Tan metido estaba y andaba por entender, que escuché por detrás hablar en español, me di vuelta “gustoso” y afable. 

¡Dios mío de los coloraos!

Me descontrola tanta ignominia desatada, criminal, ignorante, tanta intelectualidad corrupta ensuciando nuestras  instancias de poder político. 

Que insensatez el no querer sentir tanto grito de terror desparramado; que actitud tan infame, de dolor, de tanta violación de bayonetas, de esconder tanta muerte no sabiendo construida.  

¡Ay, tanta soledad!   

No se puede hoy, después de 50 años, ignorar la cobardía de bombardear por aire triste, por primera vez en la historia de nación, la fuerza aérea matando a su propio pueblo y a su casa de gobierno.  

¡Eso aprendieron, cobardes, en la Escuela de las Américas!

¿Que han aprendido de los premios Nobeles de nuestro país? 

¿El plan Z, los bandos por doblegar, aterrorizar? 

Caravana maldita de la muerte, entre tanta maldad, dejaste una partitura inconclusa, quede sin un muchacho Barrantes de apellido…Y todo por pensar distinto, por amar a su pueblo diferente. 

Y hablan de libertad, de democracia, de soberanía. 

La lucha de clases y sus correlaciones de fuerza, la lucha de los imperios por imponerse hegemónicamente, me tienen jugando al ajedrez. 

No me dejan achuntarle al color. 

Me dejan los morenos. 

La reina y rey blanco tienen concedidas no sé por quién, propiedades de alfiles y caballos; las torres se pueden trasladar también en diagonal…  

Los peones en tiempo de peligro pueden saltar como el caballo.   

Las piezas negras, como la morena Habana, deben jugar como se juega el ajedrez. 

Saquen la cabeza por la ventana y observen, no miren, observen.   

Cuando el pobrerío comenzó a conocer más la palabra, a conocer su significado en carne propia, a preguntarse del porqué de las diferencias si las necesidades son las mismas, se preguntó, yo lo vi, mil veces angustiado, viendo la lista de útiles escolares a comprar. 

¿Quién empaqueto el bagayo?  

¿Quién le dio tantos milenios y poder para ir robando de pueblo en pueblo? 

¿Cómo se inventaron los sueños de ser igual en la inmensa diferencia?  

Hoy por hoy, la cuestión se complica; no es una cuestión divina ni natural.  

De acuerdo dice el pudiente, pero, alguien tiene que andar como las tristes; sino pá que la caridad, la bondad, las parroquias, las ONG, el paraíso para los humildes y sufrientes.  

Pretender casa propia con jardín es una pretenciosa locura. 

Amarrando este decir, necesito admirar a mi gobierno, aplaudirlo por habilitar edificios en manos de jotes, para viviendas para el pueblo.  

Conociendo a los brazos cortos, se hace necesario decir…:  

¡Cuidado! 

Volviendo a la hebra. 

Mis heridas en salmuera se descantan violentas para enfrentar a la acostumbrada soberbia del criminal que nos advierten a cada minuto:  

El saber leer y escribir no les sirve para negarle los derechos y privilegios a los elegidos. 

Y a eso le llaman democracia, libertad. 

No me duelen los decires del riquerio, me duele el pregonar de los enanos que no necesitan que los obliguen para andar de rodillas, esos no saben de diptongos 

Las calles de mi paisito lindo se cambian de nombre que representan la infamia social, sin embargo, por las tierras de Alicante, por donde transitó Miguel Hernández, ese que cantaba y canta eterno:   

“Vientos del pueblo me llevan/ vientos del pueblo me arrastran, /me esparcen el corazón / y me aventan la garganta.”  

Los ediles hermosean hoy, las calles denominadas Primo de Rivera.  

Un falangista, que sin querer queriendo pavimento más tarde los gritos en la Guernica.  

Las búsquedas van forjando valores y principios, pero también funerales como quien deshoja margaritas, como quien camina a la Escuela Santa María.  

Y yo grito “chemimare” desesperado: 

! Cuidado  Choño, escucha Manuel, van a negar tu muerte, tu dolor.” 

“Martuca,  Marta, no te negaran tres veces, te están negando 18.250 veces”. 

Estos caminares,  van adquiriendo a tropezones de tantas cruces, dignidad y justicia social.  

Y este saber de letras y gritos provoca una reacción en cadena, te transformas a los ojos del riquerio en un pueblo peligroso. 

Hace 531 años atrás fuimos invadidos por la codicia de los poderosos, por los enviados a enmendar nuestra cultura, nuestra forma de ser. 

Por eso ando choriao con mi pueblo; se me quita al tiro, me alegra saber que saben leer y manejar la palabra.  

¡Y no es cualquier cosa! 

Es traer Curalaba, vestirla. 

Lenin hablaba del Estado.  

Una instancia estructural en donde habitan como en un panal, elementos, ideas, utensilios de muerte y programas de desolación, todo, para conservar los privilegios de los poderosos.  

En manos del riquerio es un órgano opresor, infame, pero, cuando la clase asalariada entiende la palabra y va, gracias a la lucha de clases conquistando ese estado y expulsando a sus habitantes chupa sangre, la historia cambia.  

El Estado se transforme en un órgano al servicio y protección del pueblo.  

Y en el Estado se manejaran los mercados, que, gracias a la soberanía practicada, sus ganancias van exclusivamente en beneficio del pueblo y no de un grupito hoy asustado. 

El Neoliberalismo es una doctrina imperialista que lo único que persigue es quitarle al estado y a cualquier gobierno progresista, humanista su poder político. 

Por eso, ese Milei, ese Bolsonaro, ese Kast , ese Abascal y otros vistiendo con el mismo sastre, inventan, construyen caos para apoderarse mintiendo de gobiernos y con ellos de los medios estratégicos de producción. 

Cuida a tu pueblo, ese que hace las cosas. Eso es ser patriota, sobre todo revolucionario.

 

Alejandro Fischer Alquinta. 

Mediterráneo 20230827