viernes, 22 de marzo de 2019

¡VENDEPATRIAS!


Querida compañera, querido compañero:

Hay quienes posan de patriotas. Hacen gárgaras de defensores de la democracia, de amor a Chile,
pero cuando están en verdad en juego los intereses de la patria se ponen de lado de los intereses de los explotadores extranjeros. Tienen el alma vendida al diablo, que suele ofrecer "ayuda humanitaria".

Un ejemplo de vendepatria es El Mercurio.

Hace hoy justamente 130 años llegaba a Valparaíso el "Rey del salitre", representante del imperialismo británico,  y el siempre  servil  vocero de la burguesía trazó de él un amable retrato.
Y junto a El Mercurio estuvieron también por entonces  patriarcas del Partido Conservador, Partido Liberal y Partido Radical.

Un manga de antipatriotas, pagados con libras esterlinas, llegaron hasta la guerra civil para derrocar al patriótico Presidente Balmaceda.

Un abrazo,


Iván Ljubetic Vargas



                                    Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                    Centro de Extensión e Investigación
                                      Luis Emilio Recabarren,  CEILER


Hace 130 años, el  21 de marzo de 1889, “El Mercurio” escribió: “El señor North es un hombre, al parecer de cincuenta y cinco años, rubio, de mirada inteligente y perspicaz, su carácter franco y jovial lo hacen simpático desde el primer momento…”

¿Quién era ese señor tratado con tanto cariño por el vocero de la burguesía criolla? Se trataba del coronel John Thomas North, el “rey del salitre”.

¿QUIÉN  ES ESTE SIMPÁTICO PERSONAJE?

John Thomas North era uno de los hombres más ricos del mundo. Poseía grandes oficinas salitreras, todos los ferrocarriles de la región de Tarapacá, tenía el monopolio de la distribución del agua en esa provincia, valiosos intereses en la explotación de minas de carbón  en la región de Arauco, era dueño del alumbrado eléctrico; monopolizaba el comercio de aprovisionamiento de las pulperías de las salitrera, además de otras importantes empresas.

Pero sus propiedades no sólo estaban en Chile, las poseía también en varios países de la tierra.

EN CHILE SE HIZO LA AMÉRICA

Llegó a nuestro país en 1866 como mecánico. Traía 10 libras esterlinas en sus bolsillos. Trabajó en diversos oficios en la región de Tarapacá. Durante la Guerra del Salitre (1879 -1883), a través de sucios manejos con su socio, el también inglés Robert Harvey, logró apoderarse de ricas oficina salitreras. Fue el comienzo de sus gestiones que lo llevaron a convertirse en prácticamente el dueño de las actividades económicas de Tarapacá.

UN  PRESIDENTE PATRIOTA Y ANTIIMPERIALISTA

El 18 de septiembre de 1886 asumió la Presidencia de la República de Chile José Manuel Balmaceda, uno de los cuatro grandes mandatarios que ha tenido el país. Comprendió que no podía aceptarse que el norte de Chile fuera una factoría británica.

Entonces planteó dos objetivos patrióticos: hacer del Estado parte de la industria salitrera y estatizar todos los ferrocarriles de Tarapacá.

NORTH DECIDIÓ PONER FIN AL PLAN DE BALMACEDA

John Thomas North estaba en Londres cuando conoció las preocupantes noticias provenientes desde  Chile. Decidió viajar para solucionar el molesto problema. Llegó a Valparaíso el 21 de marzo de 1889, el mismo día en que “El Mercurio” le dedicara el elogioso artículo.

Se entrevistó con Balmaceda convencido que podía llegar a un “arreglo”. Traía regalos para ablandarlo. No tuvo éxito.

Recurrió entonces, a un numeroso grupo de chilenos que, pagados por él, actuaban contra los intereses de Chile. Entre ellos había abogados y periodistas.

También connotadas figuras políticas, como Carlos Walker Martínez, líder del Partido Conservador, varias veces diputado y senador; Julio Zegers, dirigente del Partido Liberal, diputado y ministro de Hacienda en 1878; Enrique Mac Iver, patriarca del Partido Radical, parlamentario durante 46 años, ministro en dos ocasiones y Gran Maestre de la Masonería.

Gran cantidad de parlamentarios eran empleados a sueldo de North. Con toda razón, escribió Balmaceda en enero de 1891: “El Congreso es un haz de corrompidos. Hay un grupo a quien trabaja el oro extranjero y que ha corrompido a muchas personas” 

LA CONTRARREVOLUCIÓN DE 1891 

Cuando los medios “pacíficos” no prosperaron, se echó manos a la violencia reaccionaria. El 7 de enero de 1891 se sublevó la Escuadra, encabezada por Jorge Montt. Se inició así la Guerra Civil del 91, que costó 10 mil vidas. El ejército, que se mantuvo leal al Presidente Balmaceda, fue derrotado por tropas organizadas por el prusiano Körner y financiado por North, representante del imperialismo británico.

José Manuel Balmaceda, se asiló en Embajada argentina.  Espero que finalizara su período presidencial y se suicidó el 19 de septiembre de 1891.

SE IMPUSO EL IMPERIALISMO CON EL APOYO DE VENDEPATRIAS

La historia oficial  le llama Revolución de 1891 y da por causa de ella al conflicto entre el Presidente y la mayoría del Parlamento. En verdad, hubo problemas entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, pero ellos eran  la expresión de algo más de fondo.

Esa guerra civil  fue la respuesta violenta, subversiva, a la política  patriótica  de Balmaceda.  La llevaron a cabo  los sectores perjudicados con ella: el imperialismo británico, los latifundistas y la oligarquía financiera criolla.

Fue una contrarrevolución, porque en nuestro país se estaban produciendo cambios de carácter verdaderamente revolucionarios desde el término de la Guerra  del Salitre. Se buscaba el avance hacia formas más democráticas de convivencia; se procuraba el establecimiento y desarrollo del capitalismo industrial; se pretendía reducir y anular la influencia del imperialismo.

Los promotores de esa guerra civil estaban empeñados en impedir en desarrollo de una revolución como esa.

Y una vez más el imperialismo (británico ayer, estadounidense hoy) contó y cuenta con serviles antipatriotas.