martes, 29 de mayo de 2018

¿EXISTE LA IDENTIDAD CHILENA?




Querida compañera, querido compañero:

Ayer, viernes 25 de mayo de 2018, tuvo lugar en Puente Alto un exitoso  acto inaugural de la recién fundada Filial CEILER CORDILLERA.
Fue un panel que tuvo por tema la Identidad Chilena y se realizó en la sede del Sindicato de Trabajadores de la Corporación.
Concurrimos tres directores del CEILER Central: Alfonso Murúa, Cristóbal Videla y quien escribe esta nota.
El acto se inició con un emotivo homenaje al querido compañero Max Berrú. Habló el Presidente de la Filial CEILER CORDILLERA, José Nahuel.
Hubo dos expositores: Daniel Briones y yo.
Adjunto mi intervención.

Un abrazo,

Iván Ljubetic Vargas






Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER


¿Qué se entiende por identidad?: Es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una comunidad que los caracterizan frente a los demás.

ALGUNAS VERSIONES DE LA IDENTIDAD CHILENA

Según Jorge Larraín, existe una visión militar-racial en que el rol principal  en la conformación de la Identidad chilena lo constituye el ejército y las guerras.

Este mismo autor señala que “otro rasgo muy importante de la identidad chilena es la inseguridad. El chileno siempre se siente inferior frente a los extranjeros, dejándose explotar. Pone por ejemplo a los pampinos de las salitreras del norte. La falsedad de esta afirmación es evidente. Recordemos las valientes huelgas de los obreros del salitre, que fueron aplastadas con brutales masacres por las fuerzas armadas durante gobiernos reaccionarios:
Masacre en oficina salitrera Chile, 17 de septiembre de 1904;  masacre de la Escuela Santa María de Iquique, el 21 de diciembre de 1907; masacre en la Oficina salitrera Domeyko, en 1919; masacre en oficina salitrera San Gregorio, el 3 de febrero de 1921; masacre en oficina salitrera de La Coruña, 4 de junio de 1925; masacre en la Oficina Maroussia, el 4 de junio de 1925; masacre en oficina salitrera Pedro de Valdivia,  el 17 de septiembre de 1956.

Según Nicolás Palacios, la identidad chilena está representada por el “roto chileno”, que es esencialmente bélico.

Según Hernán Godoy,  la identidad chilena se forjó durante la Colonia. Su carácter es una dualidad: sumiso y agresivo indirecto.

¿SOMOS TODOS LOS CHILENOS IDÉNTICOS, IGUALES?
Veamos…

LAS RAÍCES DE LA ACTUAL SOCIEDAD CHILENA

Finalizado el proceso de la Independencia del sistema colonial español (1810-1818), Chile pudo vender sus riquezas naturales  (plata y cobre) a Inglaterra. Los recursos obtenidos le permitieron dar gran auge a la minería. Se ampliaron las minas. Surgieron fundiciones, talleres, fábricas. Para poder exportar los minerales se construyeron caminos, puentes, puertos, ferrocarriles. Paralelamente aparecieron formas capitalistas de producción. Y con ellas, dos clases nuevas.

Por un lado, la burguesía o clase capitalista  formada por los poseedores  de las minas y otras empresas. Por el otro lado,  los que  desposeían esas empresas, que para poder vivir, debían vender su fuerza de trabajo a los capitalistas.

Un obrero tipógrafo, llamado Luis Emilio Recabarren, dio una conferencia en Rengo el 3 de septiembre de 1910, donde explicó:
“No es posible mirar la sociedad chilena desde un solo punto de vista, porque toda observación resultaría incompleta. Existen dos clases opuestas”.

EVOLUCIÓN DE CLASE OBRERA: DE UNA CLASE EN SÍ A UNA
CLASE PARA SÍ

La clase obrera chilena surge hacia los años 20 del siglo XIX. Nace combatiendo. En 1834 se produce la primera huelga obrera en Chile. Fue en el mineral de plata de Chañarcillo, en la región de Atacama. En el siglo XIX hubo unas 110 huelgas. Pero hasta el segundo decenio del siglo XX la clase obrera chilena fue una clase en sí. Existía objetivamente, pero carecía de conciencia de clase y organizaciones sindicales y políticas propias.

El ya citado obrero metalúrgico Luis Emilio Recabarren, había nacido en Valparaíso el 6 de julio de 1876. A los 14 años entró a trabajar en una imprenta de Santiago. A pesar de ser duramente explotado, con largas jornadas y pésimos salarios, tuvo el valor de leer, de estudiar por su cuenta. Llegó a tener una importante cultura intelectual y puso sus conocimientos al servicio de sus hermanos de clase. Se transformó en un líder obrero, siendo el más grande educador de masas de la historia de Chile.

Empleó la prensa, las  conferencias, las asambleas, las conversaciones personales para educar a los trabajadores. Logró crear conciencia de clase en amplios sectores de trabajadores.

El 4 de junio de 1912 en Iquique fundó el Partido Comunista.

El 25 de diciembre de 1919, gracias a su tesonero trabajo nació la Federación Obrera de Chile, FOCH, la primera central sindical nacional de carácter clasista.

Cuando culminó esta obra de Recabarren: forjando la conciencia de clase, creando el partido revolucionario de los trabajadores y fundando la FOCH, la clase obrera chilena se transformó de una clase en sí en una clase para sí y jugará un rol cada vez más importante en el desarrollo de la historia de Chile.

LUCHA DE CLASES

Hacia noviembre de 1912, Recabarren escribió: “Las clases existen. Son un hecho. Desde que existen clases, existe lucha entre ellas.”
En la moderna lucha de clases, los trabajadores enfrentan a sus explotadores en tres aspectos:

1.- Lucha económica por sus reivindicaciones inmediatas (elevación de salarios, jornadas de trabajo, seguridad industrial, vacaciones, etc.)  El  arma que tienen en esta lucha son las organizaciones sindicales clasistas. Su instrumento en última instancia es la huelga.
Esta lucha económica ha sido muchas veces transformada en política por los gobiernos de derecha, interviniendo a favor de los patrones, utilizando a las fuerzas armadas y perpetrando más de 50 masacres en el siglo XX.

2.- Lucha ideológica para enfrentar y derrotar las ideas regresivas de la burguesía. Lucha por forjar en los trabajadores conciencia de clase, conciencia verdadera, es decir que el trabajador piense según sus reales intereses. Su herramienta es una teoría revolucionaria científica: el marxismo-leninismo.

3.- Lucha política para arrebatar a la burguesía el poder político. Su instrumento es el partido revolucionario de la clase trabajadora.

NOS PREGUNTAMOS DE NUEVO: ¿EXISTE UNA IDENTIDAD CHILENA? ¿SOMOS TODOS LOS CHILENOS IDÉNTICOS?   

Veamos los hechos, los porfiados hechos.

EN CHILE EXISTE UNA PODEROSA BURGUESÍA

Recabarren refiriéndose al siglo comprendido entre 1810  y 1910, dijo: “Hay progresos evidentes en el siglo transcurrido, ello no puede negarse. Pero esos progresos corresponden a la acción de toda la colectividad y en mayor proporción, si se quiere, a la clase proletaria que es el único agente de producción, de creación, de ejecución de la ideas y de los pensamientos. Pero esos progresos ostensibles, son precisamente la causa de la miseria proletaria. El progreso está construido, pues, con cuotas de miserias.

De todos los progresos que el país se ha beneficiado, al proletariado no ha correspondido sino contribuir a él, pero para que lo gocen sus adversarios”.

Tiene toda la razón Recabarren. En base a la explotación de los trabajadores  en minas, industrias y otras empresas y a la especulación financiera, se fue desarrollando una poderosa clase burguesa o capitalista. Ésta tiene a su cabeza siete multimillonarios clanes: la familia Luksic, Horst Paulmann, Julio Ponce Leroux, Familia Matte, Sebastián Piñera, Álvaro Saieh y Luis Enrique Yarur. El año pasado estos siete clanes reunían un patrimonio de 31.400 millones de dólares. La construcción de un hospital en Chile cuesta 2.500 millones de dólares. Por tanto, la fortuna de sólo estos siete clanes en 2017, equivalía  a construir 12 hospitales y medio.

Para darnos una idea de lo fabuloso de las fortunas de estos siete clanes en pesos chilenos corresponde en moneda chilena a  19 billones 939 mil millones de pesos. Un billón es un millón de millones.

La burguesía chilena, además de tener en sus manos las grandes fortunas, controla los medios de comunicación y desde el 11 de marzo de 2018 el poder ejecutivo. Su poder es inmenso.

LOS TRABAJADORES

Frente a la burguesía existen millones de personas que no poseen grandes ni pequeñas fortunas y que  viven de su trabajo. Son los trabajadores.
En Chile, el ingreso familiar promedio es menor a 30. 563 dólares al año. El de una familia de trabajadores es mucho menor.

Comparemos esta cifra de ingreso familiar con el patrimonio de Sebastián Piñera, que ocupa el quinto lugar de los multimillonarios chilenos y que su fortuna  es de  2 mil 700 millones de dólares. La fortuna de Piñera es 88.342 veces mayor que el ingreso anual familiar promedio.

¿SOMOS TODOS LOS CHILENOS IDÉNTICOS?

¿Somos idénticos en lo económico los miembros de la burguesía con un trabajador?
¿Son todos los chilenos iguales en sus condiciones de vida?
¿Tienen todos los habitantes de nuestro país idénticas creencias religiosas o ideales políticos?
¿Existe una justicia igual para el pobre que para el rico?

¿A QUIENES LES CONVIENE HACER CREER QUE EXISTE UNA IDENTIDAD CHILENA?

A la burguesía y sus cómplices (conscientes o inconscientes). Porque si la inmensa mayoría de los habitantes de este país tuvieran una conciencia real, si fueran capaces de darse cuenta como otros, gracias a explotarlos, viven una vida llena de riquezas y comodidades, la derecha que es la vanguardia política de la burguesía capitalista, no ganaría ninguna elección.

EL ROL DE LA LUCHA IDEOLÓGICA

Pero, como ocurrió en diciembre de 2017 gana las elecciones presidenciales. ¿Por qué hay pobres que votan por los ricos, por sus enemigos de clase?
Porque la burguesía, a través del control que ejerce sobre los medios de comunicación, lanza constantemente un diluvio de falsas informaciones, oculta la verdad, miente, engaña.  Y ello surte efecto. Es por eso que, millones de trabajadores tienen una conciencia falsa. Viven como pobres, endeudados, angustiados por los problemas, pero piensan como burgueses. En las elecciones o no votan (ayudando con ello a sus enemigos)  o marcan preferencia por los representantes de la clase que los explota. Y están convencidos que todos somos hermanos, que nos une una bandera tricolor. Estas son falacias, falsedades.

CUANDO LA TRICOLOR FUE MASACRADA

Se iniciaba 1966. Los trabajadores del mineral de cobre de El Salvador estaban en huelga solidarizando con sus compañeros del mineral El Teniente.

El entonces ministro de Defensa de Eduardo Frei Montalva, Juan de Dios Carmona, ordenó la ocupación militar de El Salvador.  No había razón alguna para ello: allí reinaba la tranquilidad y el orden. El operativo tuvo lugar el 11 de marzo de 1966. Fue realizado por efectivos del Ejército. 
Eran alrededor de las 14 horas.  En la sede social, trabajadores, mujeres y niños habían almorzado recién.  Algunos jugaban a las cartas, otros leían o conversaban.  También hubo quienes dormitaban.  Una comisión lavaba platos y servicios; otra, ordenaba mesas y bancas.  Los niños, incansables, correteaban alegremente.
De pronto alguien dio la voz de alarma: soldados habían rodeado el local.  Los pequeños, asustados, corrieron a donde estaban sus padres.  Hombres y mujeres se inquietaron.
El oficial a cargo de la tropa, prepotente y altanero, ordenó desalojar la sede.  La gente se negó.  No había motivo para ello: estaban en su local y no molestaban a nadie. Los trabajadores intentaron dialogar.  La respuesta fue brutal.  Los uniformados rompieron los vidrios de las ventanas y arrojaron bombas lacrimógenas al interior.  El aire se hizo irrespirable.  Gritos de desesperación y de ira.
Todos salieron corriendo.  Unas mujeres se envolvieron con banderas chilenas, como buscando en el pabellón patrio una protección.
El capitán Alejandro Alvarado Gamboa dio una orden.  Y el estrépito de una descarga se elevó por encima de los gritos y el ruido de las carreras.
Los soldados dispararon contra la gente indefensa.  Cayeron algunos.  Otros siguieron corriendo.  Una nueva descarga.  Gritos y quejidos.
Una mujer, que llevaba una bandera chilena fue asesinada.  Se llamaba Leopoldina Chaparro Castillo.  Tenía 36 años y estaba en avanzado estado de embarazo.  Cerca de ella cayó otra: Marta Egurrola de Miles, madre de tres hijos y otro por nacer. 
También cayeron asesinados seis obreros.  Ocho muertos y cuarenta heridos fue el saldo de la masacre.  Y, como siempre, después de una matanza se pretendió culpar a las víctimas.
¿De qué sirvió a esa mujer proletaria cubrirse con la bandera tricolor?
La bandera de Chile tiene diferentes significados. Depende de quien la lleve en sus manos. 


LA GRAN TAREA: DERROTAR LA PROPAGANDA BURGUESA

Derrotar la propaganda negra de los enemigos de clase es de enorme importancia. Siguiendo el ejemplo de Luis Emilio Recabarren, el trabajador debe leer, estudiar la verdadera historia de Chile, conocer  las luchas de los trabajadores, saber de las hermosas lecciones de aquellos que entregaron toda su vida para contribuir a forjar un Chile mejor. Un Chile sin explotación de los trabajadores, con democracia, con justicia social, en que todos los seres humanos tengan las mismas posibilidades.
Ello lo alcanzaremos, como escribió Recabarren en 1910: “aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y con  la implantación de un régimen en que la producción sea un factor común y común también el goce de los productos."
Entonces si, en esa nueva patria nacida de una roja aurora, podremos hablar de una identidad chilena.