domingo, 5 de junio de 2022

Querido Partido.

 


 


 

 

“Pá que voy a meter a mi apa y a mi ama.” 

Pero no puedo negar, no puedo olvidar lo que dijo una tarde un entrañable camarada, dirigente nacional de los trabajadores de la construcción: Olegario García. 

” Uno nace con esta guea”. 

Este nacer de conciencia de clase que se incrusta y evoluciona, es la única explicación al amor inmenso que siento por ti. 

Tu vivir, tu hacer me da ternura, me hace bien. 

Te he visto infinitas veces; de cabro, fui parte de tu juventud heroica, esa, que en su 50 aniversario pintaba de amaranto el Estadio Nacional. 

Para mí, viajero inmóvil, intolerable, me parecía que todo Santiago, tu camisa joven vestía. 

“Uno nace con esta guea”. 

He hablado muchas veces en tu nombre, nunca ha sido fácil pero siempre un honor infinito, una responsabilidad de clase, de compromisos y dignidad, de orgullo al sentir, que por unas milésimas de segundo vean en mí, a ti. 

Es un honor muy re grande. 

El decir de Olegario, la vida de los comunistas que conozco, que los puedo mirar a los ojos y sentir un bracero en el alma, me aconsejan por calendarios, ya, felicitarte jubiloso. 

Pero antes quiero decirte “lo que tengo embalado”. 

El vivir de los que estamos afuera ha sido una plegaria. 

Los que piensan diferente, no tienen idea… 

No se la doy a nadie. 

De la noche a la mañana tuvimos que reinventarnos, de la noche a la mañana, ser elementos estratégicos y tácticos. 

El fascismo nos partió en dos. 

Y en dos, muchos se fueron quedando como yo, en lejanías. 

Otros en dos volvieron…Algún injerto dejando. 

Los que se han quedado en lejanías tienen una historia aparte. 

En una ciudad al sur de Estocolmo, un Internacionalista heroico me comentaba: 

Alejandro, tenemos que hacer un homenaje inmenso, un salud y gloria, para todos aquellos militantes desconocidos que han quedado en los olvidos del exilio. 

Se entregaron con cuerpo y alma a la lucha antifascista sin gritar su propio nombre. 

Andrés tiene razón. 

Por esa conciencia de clase que uno nace, como decía Olegario, necesito Partido mío, hasta el último vaso de vino que me toque, seguir contigo en los amoríos. 

¡Salud en tus 110 años de vida…! 

Necesito trasmitir todos mis respetos a tus amigos y cercanos que componen tanto afuera como adentro, tu geografía. 

A tu militancia que está en lejanías, un abrazo y a ese MILITANTE DESCONOCIDO, solamente porque no grito su nombre por andar con la echona y martillo a cuesta, mi admiración, mis respetos, toda mi gratitud de clase.

 

¡Salud!!

 

Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo casi junio y en viaje.