domingo, 18 de agosto de 2019

Hoy como ayer






Hoy Venezuela, ayer Chile. Aprovechemos las lecciones del doloroso pasado y no nos dejemos confundir.

Eduardo Contreras

Abogado

Fuente: elsiglo.cl


31/07/2019. Ha concluido en Caracas, Venezuela, el XXV Encuentro  de más de un centenar de representantes de partidos políticos y movimientos revolucionarios de diversos países del mundo que dan forma al Foro de Sao Paulo. Como se ha  informado, esta instancia unitaria surgió del encuentro de organizaciones políticas de izquierda de América Latina y el Caribe, celebrado en julio de 1990. En aquel año fue convocado por el PT  de Brasil y logró reunir a 48 partidos y organizaciones que buscan establecer caminos que pongan fin a la dominación imperialista y capitalista y abran paso a regímenes políticos cuyo centro sea el bienestar de las grandes mayorías, de las clases populares. En suma construir un Estado que garantice a todos la salud, la educación, el trabajo, la previsión social, que  ponga fin a toda discriminación y asegure al Estado la propiedad de los principales medios de producción económica.

Como era obvio, entre los temas principales del Foro estuvo la situación en la propia Venezuela, la necesidad de impulsar el diálogo entre los actores nacionales y denunciar con fuerza la brutal agresión económica, financiera y política y la amenaza de agresión militar que en América Latina lleva adelante el imperialismo norteamericano no sólo contra Venezuela, sino también contra Cuba y Nicaragua.

Específicamente acerca de ese tema, el de la situación en Venezuela, escribimos esta nota. Y por seriedad y rigurosidad a este propósito es indispensable tener a la vista el proceso desestabilizador en contra del gobierno del Presidente  Salvador Allende y la Unidad Popular en el Chile de 1973.Guardadas las obvias diferencias del tiempo, condiciones y correlaciones internas de fuerza en cada país, en lo esencial las situaciones son similares. Lo dijimos en una entrevista televisiva y se me reprochó el igualar a los presidentes Allende y Maduro. Quienes así lo estimen es porque no entendieron nada de lo dicho o simplemente no quieren entenderlo por obvias que sean las similitudes de situaciones, no de las personas.

Allende y Maduro no son idénticos. Ambos son políticos revolucionarios, de izquierda, pero cada uno de su tiempo, y conforme sus personalidades y las circunstancias específicas y las condiciones concretas. Ambos han encabezado procesos profundos de cambios. Allende inauguró ese ciclo en Chile, que está todavía pendiente. En Venezuela Maduro continúa lo iniciado por el Comandante Hugo Chávez.

Lo fundamental es que se asuma que, más allá de los errores que se haya cometido en el curso de esos respectivos procesos, lo determinante de la crisis en el Chile de Allende y en la Venezuela Bolivariana y Chavista, es la acción del gobierno norteamericano.

En nuestro caso bien conocemos los pasos dados por el gran empresariado, encabezado por Agustín Edwards, por los medios de prensa del sistema, por los transportistas, los grandes comerciantes, los partidos de derecha y de centro derecha, los grupos terroristas y los mandos golpistas de nuestras Fuerzas Armadas que articularon el plan desestabilizador y golpista. Todo comenzó apenas la izquierda ganó las elecciones de 1970. Estudiar documentos como los informes del propio Senado de los EEUU conducen a la única conclusión posible. La grave escasez de alimentos, de remedios, de artículos esenciales, de recursos financieros, etc.. no fueron precisamente “errores del gobierno de Allende”.

Miles de millones de dólares perdidos para los pueblos de Chile y de Venezuela por la acción injerencista del imperio que se siente dueño de los destinos de América.

De esto conversamos hace unos días con el compañero Leonardo Fonseca, quien se desempeñara como Vicepresidente Ejecutivo de la Empresa de Comercio Agrícola durante el gobierno del Presidente Allende. Creo indispensable citarlo porque fue actor directo de lo que sucedía.

Esta es parte de su evocación rigurosa de aquellos años: “ La agresión que enfrenta hoy Venezuela es calcada al sabotaje que debió enfrentar el gobierno del Presidente Allende. Hasta entonces solo Cuba había sufrido en Latinoamérica el bloqueo impuesto en 1960 por EEUU, la OEA y las derechas del continente. Pasaron 11 años hasta 1970, cuando el presidente Nixon, Kissinger y el dueño de El Mercurio decidieron hacer gritar la economía chilena al inicio del Gobierno de la Unidad Popular. Fue una  agresión económica, mediática, con asesinatos y también política en que participaron los partidos en derecha, los grandes empresarios y sectores de la directiva de la DC, que formaban entonces la oposición.

“La ofensiva se centró en la economía y dentro de ello en los alimentos y las materias primas para su producción.  Chile era un país que debía importar gran parte de los alimentos pues el latifundio conservador  no era capaz de suministrar la demanda nacional. Por lo tanto el comercio exterior de alimentos fue donde apuntaron el sabotaje.

“Ello se agudizaba porque los sectores populares comenzaron a alimentarse mejor al disminuir la cesantía y mejorar las remuneraciones. Hubo mayor demanda  pero el  sabotaje generó serias dificultades para satisfacer plenamente su crecimiento. Entonces se enfrentó alguna carencia de artículos alimenticios e industriales de importación. El latifundio se incorporó de lleno con su órgano dirigente la Sociedad Nacional  de Agricultura.

“Los primeros meses del Gobierno de la Unidad Popular los latifundistas mandaron al matadero a cientos de miles de hembras de reproducción y terneras; trabajaban con visión de largo plazo. La demanda era creciente pues en Chile el consumo per cápita de carne de vacuno era de apenas 12 kilos por habitante al año pero una parte de ellos consumían como país desarrollado y gran parte de la población se conformaba con huesos de vez en cuando.”

“Creció el consumo de Nescafé, en lugar del té que disminuyó su demanda, pero la fábrica no trabajó a plena capacidad. La gente consumió más pastas estancándose el consumo de pan. Se comenzó a demandar más productos industriales como jabón y pasta de dientes para lo cual había que importar las materias primas.

“El medio litro de lecha sufrió desde sus inicios los esfuerzos para impedir el cumplimiento del plan estrella del Presidente. Los barcos con leche se demoraban en exceso o se perdían. Lo mismo sucedió con la leche en polvo destinada a elaborar leche fresca por las plantas en invierno. Cuba nos ayudó en ese momento.

“Se perdían los barco que traían carne desde Argentina, ningún armador daba razones. Se atrasaban sin explicación los embarques de carne por ferrocarril. EEUU logró el cierre del crédito internacional de los bancos destinado a operar las importaciones. En muchas oportunidades hubo naves cargadas de trigo y maíz en puertos de EEUU y Argentina los cuales no zarpaban por no haberse abierto la Carta de Crédito, documento de pago de la mercadería. Empresas norteamericanas a las que se nacionalizó embargaron cobre en los puertos europeos  restringiendo la disponibilidad de divisas para operar el comercio exterior.

“Comandos de marina dinamitaron el oleoducto que traía bencina, parafina y diesel desde Concón a Santiago generándose escases de combustible para el transporte. Los dueños de camiones impidieron el transporte de carga desde los puertos a los centros de consumo. Comandos de la derecha dinamitaron las vías férreas para impedir que el trigo llegara a los molinos desde el puerto de San Antonio. Otros grupos sabotearon las grúas portuarias destinadas a descargar alimentos.

“Venezuela enfrenta hoy una situación aun más grave de agresión y sabotaje afectando seriamente a sus habitantes, muchos de los cuales han debido emigrar. Hoy la ofensiva mediática desenfrenada confunde incluso a algunos compañeros. Nunca el imperio y la gran burguesía van a entregar una parte  de su poder sin luchar empleando todos los medios que disponen para preservarlo. El control de las riquezas de Venezuela es lo que está en el centro de la disputa.”.

El autorizado testimonio aquí citado disipa dudas, aclara lo que hemos dicho y reafirma la identidad de situaciones generales y concretas de ambos procesos. La acción del gobierno de los EEUU en contra de todo proyecto de cambios en nuestro continente ha sido y será la misma. Y eso es lo esencial más allá de errores o malas decisiones o acciones propias.

Los golpistas chilenos acusaron a Salvador Allende de instaurar una “dictadura comunista” Tan ridículo como hoy los fascistas chilenos, más los abundantes renegados del progresismo, declaran que Venezuela es una dictadura. Lo afirman Piñera, su vocera Cecilia Pérez, los Kast, los de la UDI, RN y demás grupos que fueron precisamente los que dieron el golpe contra la Unidad Popular y establecieron la sangrienta dictadura de Pinochet. Son los que hoy tienen la desvergüenza suprema de afirmar que quienes defendemos el proceso venezolano “no conocen el valor fundamental de la democracia”

Le hacen coro aquellos que pactaron con la dictadura.

Los que abrieron esta eterna transición que no termina de llegar a una real democracia. Tanto así que la vida nacional se rige hasta hoy por una Constitución Política hecha a puertas cerradas por un pequeño grupo de pinochetistas, ratificada más tarde por traidores y renegados del pasado democrático del país.

¿Dictadura en Venezuela? ¿Violaciones de los derechos humanos? No puede hablarse de dictadura en un país donde la oposición golpista se mueve tranquilamente, negocia con el gobierno constitucional y legítimo y hasta tiene  un “presidente encargado”, figura que al tenor de la Constitución bolivariana y la realidad concreta es absolutamente ilegal e ilegítima. En efecto, Nicolás Maduro está vivo, no ha renunciado, ni hay sentencia en su contra.

Imaginemos un instante si durante la dictadura de Pinochet, algún militante del PS, o de la DC o del PR se hubiera autoproclamado “presidente encargado” de Chile y cuánto habría durado vivo.

¿Se olvidaron también de la existencia durante la Unidad Popular de los grupos terroristas de derecha, entre ellos Patria y Libertad que dirigía Pablo Rodríguez, y de cómo había que perseguirlos y sancionarlos? ¿O también dirán que aquello era violar sus derechos humanos? Y entonces, ¿por qué llaman así el hecho de que hoy se deba perseguir y sancionar a los sectores de  la oposición venezolana que realizan actos terroristas, incluida la muerte de compatriotas nuestros?

Han llegado a decir que Nicolás Maduro fue electo en comicios sin opositores a los cuales se les prohibió participar. ¿Y por qué mejor no leen los antecedentes y se encontrarán con la sorpresa no sólo de que compitieron opositores, sino más de uno harto más importante que Guaidó?  Como en nuestra Unidad Popular, hoy se construye el relato de un mundo de mentiras sobre Venezuela. Lo decimos con la autoridad que los comunistas tenemos en materia de derechos humanos en Chile y en la certeza de que si se violan en cualesquier lugar lo denunciaríamos con fuerza.

Pero es hoy como ayer.

Hoy Venezuela, ayer Chile. Aprovechemos las lecciones del doloroso pasado y no nos dejemos confundir.