domingo, 18 de diciembre de 2011

87º aniversario de la muerte de Luis Emilio Recabarren Serrano



Él comenzó a escribir la Historia del PC de Chile:


UN LIDER LLAMADO LUIS EMILIO RECABARREN SERRANO

Iván Ljubetic Vargas


”Recabarren, hijo de Chile,

padre de Chile, padre nuestro,

en tu construcción, en tu línea

fraguada en tierra y tormentos

nace la fuerza de los días

venideros y vencedores”.

(Pablo Neruda; “Canto General”)

Luis Emilio Recabarren Serrano nació en Valparaíso en el Cerro Playa Ancha, el 6 de julio de 1876. Estudió cuatro años en una escuela primaria de ese puerto. Su familia se trasladó a Santiago. En la capital, a la edad de 14 años, comenzó a trabajar como obrero en una imprenta. Pronto aprendió el oficio de tipógrafo.

A pesar de ser duramente explotado, con largas jornadas, bajos salarios, agotadoras labores, tuvo la fuerza y la responsabilidad de leer, de estudiar. Fue un autodidacta que, capacitándose por su cuenta, se transformó en uno de los grandes intelectuales que ha tenido nuestro país.

Pero, más importante que eso, ¡puso sus conocimientos al servicio de los trabajadores!

SE INCORPORA A LA LUCHA SOCIAL

En 1894 se incorporó al Partido Demócrata, iniciándose en la lucha social. Tenía por entonces, 18 años de edad.

La clase obrera chilena había surgido en los años 20 del siglo XIX . Nació combatiendo. La primera huelga obrera estalló en 1834 en el mineral de plata de Chañarcillo, cerca de Copiapó. En el siglo XIX hubo 110 huelgas.

Recabarren comprendió que los trabajadores sólo podrían jugar su rol histórico, si unían a la combatividad, una firme conciencia de clase. Por eso se dedicó a educarlos. Para ello utilizó todos los medios a su alcance.

IMPULSOR DE LA PRENSA OBRERA

Por ejemplo, utilizó la prensa, el medio de comunicación más importante en su época.

Creó 11 periódicos y escribió en 50.

Tenía 23 años de edad, cuando en 1899, fundó lo que se considera el primer periódico obrero creado por Recabarren. Fue el semanario “Democracia”, de Santiago.

En el año 1900 escribió: “La prensa obrera es como la luz que señala desde lejos el camino más corto por donde debemos andar”.

En 1903 vivió un importante hecho, que años más tarde, lo evocó así:

“Yo recuerdo siempre con emoción la vez que llegó un grupo de obreros de Tocopilla y me dijeron: ‘Compañero, traemos dos mil pesos para comprar una imprenta. La Mancomunal de Obreros de Tocopilla ha logrado reunir este dinero para comprar una imprenta. Venimos a que usted nos acompañe a comprarla’.

¿Y que van a hacer ustedes con ella?, les pregunté.

Me contestaron: ‘Un periódico’.

¿Y quién se los va a escribir?

‘No tenemos quien nos lo escriba, pero confiamos en que usted nos buscará un tipógrafo para que lo escriba’

Y concluyeron por decirme: ‘Esperamos que usted mismo se vaya a Tocopilla y nos atienda el periódico’.”

Fue así como Recabarren viajó al norte, en septiembre 1903. En Tocopilla no sólo fundó, dirigió, escribió, tipió y editó el periódico “El Trabajo”, sino que pronto se convirtió en dirigente de la Mancomunal de Obreros de Tocopilla.

LE ROBARON LA DIPUTACIÓN

En marzo de 1906, Recabarren fue elegido diputado por Antofagasta, siendo el primer diputado obrero electo en América. Pero la mayoría reaccionaria del Congreso le quitó ese cargo que había conquistado limpiamente.

Una de las tantas falsedades que se repiten sobre Luis Emilio Recabarren, es que en 1906, cuando fue electo diputado por Antofagasta, siendo miembro del Partido Demócrata, se negó a jurar, porque no creía en Dios. Se afirma que había dicho “yo prometo, pero no juro”. Y que, por eso, le robaron la diputación. Esto es falso. Y sobre este tema, el mismo padre del movimiento obrero chileno escribió un folleto titulado “Mi Juramento”.

Allí explica que “para la formación de esta obrita, me valgo de documentos oficiales y de publicaciones hechas en aquella época por la prensa”.

Agrega : “Volví a Chile, a fines de 1908, cumplí mi prisión (cuatro meses en la cárcel de Santiago y cuatro en la de Los Andes) y a fines de 1909 recorrí el país entre Valparaíso y Osorno. En este viaje constaté el hecho que alrededor de mi nombre y mis actos se había tejido una malla de mentiras que en pocos casos pude destruir.

“Era creencia general –y lo es aún- que en 1906, al incorporarme a la Cámara de Diputados yo me negué a prestar el juramento reglamentario y que este hecho había sido la causa de mi expulsión del Congreso.

“Esto es falso, pues, yo juré en cumplimiento y conforme a la ley. Ahora yo no quiero que esta falsedad se mantenga en lugar de la verdad; por dos razones: primero porque daña la doctrina de la democracia, porque hace creer a las masas ignorantes que la democracia es antirreligiosa; segundo porque tengo un inmenso amor a la verdad, mejor diré un culto y no quiero que se explote y se especule con la mentira”.

¡A él lo despojaron de su diputación porque era un obrero!.

TERESA LLEGA A SU VIDA

Conoció a su compañera Teresa Flores, una joven proletaria de 18 años, estando preso en la cárcel de Los Andes. Con fecha 20 de mayo de 1909 le escribió una carta, en donde le dice:

“Tu compañía me fortalecerá. Tengo la convicción de que tu persona me dará más bríos para luchar. Tú me inspirarás y harás que mis pensamientos sean cada vez más hermosos, y a medida que esto se produzca tú irás bebiendo en mis labios el amor que yo beba en tu alma... Unamos a nuestra dicha la dicha de todos. Así nuestra felicidad será tan inmensa como inmensa sea la felicidad de todos”. Luis Emilio tenía por entonces 33 años de edad

“EL DESPERTAR DE LOS TRABAJADORES”

De los once periódicos fundados por Recabarren el más importante es “El Despertar de los Trabajadores”, de Iquique, cuyo primer número apareció el 16 de enero 1912.

Su nacimiento fue saludado jubilosamente por los obreros de la zona. Pero, también desde el comienzo, perseguido con saña por los patrones. Prohibían su entrada a las salitreras y otras industrias. Sin embargo, los trabajadores, arriesgando la pega y la libertad, lo leían.

Salvador Ocampo, un obrero que llegó a ser senador de la República, entregó el siguiente testimonio:

“Yo trabajaba en una cuadrilla de cargadores de la Chile Exploration Company de Tocopilla. Era una especie de arrenquín, que ayudaba a los trabajadores en las cosas más esenciales y les preparaba sus alimentos para los momentos de descanso. Esto ocurría hacia 1912. Yo tenía 10 años de edad.

Esta cuadrilla estaba compuesta por unos mocetones bravos, los más salvajes que había por esos lados. Todos, la gente más buena y más humana que he conocido. Algunos de ellos compraban ‘El Despertar de los Trabajadores’, que Recabarren editaba en Iquique y que llegaba hasta allí clandestinamente. Sería unos diez o doce los que compraban ‘El Despertar’.

La cuadrilla se componía de 40 obreros. El caso es que esta gente compraba el diario y a la hora de almuerzo, al mediodía, yo veía como leían los títulos con grandes dificultades –eran pocazos los que sabían leer- y después se guardaban el diario.

Pues bien, cuando supieron que yo sabía leer, me exigían que se los leyera. Lo primero que me decían era: ‘A ver, compañero Guachito (así me llamaban a mí), leamos lo que dice Recabarren’. Entonces yo buscaba si venía algún artículo con su firma. Si no venía, les decía: ‘No, Recabarren no dice nada aquí’. Pero insistían: ‘Bueno, pero es que ... ¡el editorial!, pues Guachito, ¡esa es la palabra de Recabarren!’.”

Hasta aquí el relato de Salvador Ocampo.

EL ARTE UN MEDIO DE EDUCACIÓN

Recabarren también usó el teatro para educar a los trabajadores. Formó grupos artísticos, escribió obras para ponerlas en escena y él mismo actuó, cuando fue necesario.

Uno de los que cooperó con Recabarren fue el gran dramaturgo proletario Antonio Acevedo Hernández., Premio Nacional de Literatura 1957.

Orlando Millas nos relata que este gran escritor frecuentaba, hacia 1960, las oficinas de redacción de “El Siglo” llevando sus colaboraciones. Al final de su existencia recordaba a Recabarren “como el maestro que despertó en él la conciencia de su dignidad”.

El líder obrero echó mano a las melodías de moda, a las cuales ponía letra combativa. Por ejemplo, con la música del aria de la ópera Nabuco, creó el Himno al Primero de Mayo.

En uno de sus versos decía:

“Despertad, oh falange de esclavos!

de los sucios talleres y minas,

los del campo, los de las marinas,

tregua, tregua al eterno sudor!”

Aprovechó también la música de la Canción de Yungay, para escribir el himno “A unirse”,

cuyo coro era:

“Alegres cantemos

el triunfo social

que al fin los obreros

uniéndose están.

El sol socialista

la vida será

el día que todos

amemos la paz.”

PADRE DEL MOVIMIENTO OBRERO

Educó también con sus discursos, conferencias, polémicas públicas y con sus conversaciones personales. Escribió varios libros y folletos, además de sus numerosos artículos de prensa.

Recabarren es el más grande educador de masas de la historia de Chile. Pero fue, además, un extraordinario organizador y un líder obrero.

Con mucha dedicación, esfuerzos y sacrificios, logró entregar a los trabajadores chilenos los tres elementos que le permitirían jugar un papel importante en los acontecimientos nacionales:

1) Forjó conciencia de clase en amplios sectores obreros, a través de la educación y de su ejemplo.

2) Creó el partido revolucionario de los trabajadores. El 4 de junio de 1912, fundó en Iquique el Partido Comunista de Chile, hace ya 99 años.

3) Reconstruyó el movimiento sindical clasista, que había surgido en enero de 1900 con las Mancomunales, las que desaparecieron con la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, perpetrada el sábado 21 de diciembre de 1907.

Fue al cumplirse estas tres condiciones que nació el movimiento obrero chileno.

REPUDIANDO LA MASACRE DE 1907

Don Reca, estando exiliado en Buenos Aires, escribió varios artículos repundiando esa matanza llevada a cabo durante el gobierno reaccionario de Pedro Montt. En uno de ellos titulado “La barbarie burguesa en acción”, afirmó:

“Emplear la crueldad extrema, infundir el terror en el menor tiempo posible, desbaratar toda organización que pueda resistir, he ahí el plan de los burgueses chilenos”.

Los esfuerzos de Recabarren por reconstruir el movimiento sindical clasista tuvo sus primeros frutos en 1912 y culminó con la formación de la Federación Obrera de Chile, la gloriosa FOCH, el 25 de diciembre de 1919..

CANDIDATO A LA PRESIDENCIA

Recabarren fue un militante disciplinado. Estaba en la cárcel de Tocopilla, cuando tuvo lugar el Segundo Congreso Nacional del Partido Comunista, realizado en Antofagasta el 1 y 2 de junio de 1920. Este evento acordó proclamarlo candidato a la Presidencia de la República, para enfrentar al demagogo y uno de los más sangrientos masacradores de nuestra historia, Arturo Alessandri Palma. Fue el primer candidato obrero a la Presidencia de Chile. Naturalmente, fue derrotado.

ANTIMILITARISTA

Recabarren fue el primero que, desde posiciones revolucionarias, abordó el problema del militarismo.

Escribió muchos artículos sobre el tema. Por ejemplo, el 9 de junio de 1904, apareció en ‘La Voz del Pueblo’ de Valparaíso un artículo suyo donde planteaba:

“¿Para qué sirve el Ejército? Para aplastar solamente a la clase obrera. Para acabar las huelgas. Para ponernos cadenas. Para defender nuestros tiranos”.

El 5 de octubre de 1924 declaró: “Hemos sido, somos y seremos siempre antimilitaristas, porque estamos convencidos que el militarismo es la afrenta de toda civilización, es la carga más inútil y pesada que soportan los pueblos, y es la amenaza permanente de todos los derechos. El militarismo será siempre la fuerza opresora con que la clase capitalista explote al pueblo”.

NACIONALIZAR NUESTRAS RIQUEZAS

Luis Emilio Recabarren fue el primero que en Chile planteó la necesidad de nacionalizar nuestras riquezas naturales, entre ellas el cobre.

Estando preso en la cárcel de Tocopilla, escribió el 11 de agosto de 1920, un artículo titulado “Pongamos remedio al mal”. En él señaló:

“Los problemas de la miseria y de la esclavitud no terminarán mientras tanto la clase obrera se resigne a sufrir la actual organización social. No son los burgueses los que van a remediar el mal, tenemos que ser nosotros”. Y agrega:

“Nacionalicemos las industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras, los bosques, el cobre.” Hasta aquí lo escrito en 1920.

INTERNACIONALISTA

Recabarren fue un consecuente internacionalista. En Argentina, donde estuvo exiliado de 1906 a 1908, y a donde viajó más tarde en 1916, participó activamente en el movimiento sindical y fue uno de los fundadores del Partido Comunista argentino.

Tuvo importante influencia en el movimiento obrero boliviano, a través, especialmente del periódico “El Despertar de los Trabajadores”, que editaba en Iquique, como también a través de la organización sindical. Por ejemplo en Bolivia existió una sección de la FOCH chilena.

En su Conferencia “Ricos y pobres a través de un siglo de vida republicana”, dictada en Rengo el 3 de septiembre de 1910, Recabarren, ajeno a todo chovinismo, definió lo que realmente fue la llamada guerra del Pacífico, “una guerra de conquista en que la clase gobernante de Chile se anexó a la región salitrera”.

SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN DE 1917

Al producirse la Revolución de Octubre, Recabarren se encontraba en Buenos Aires. Apenas conoció los acontecimientos que sacudían Rusia, escribió el 23 de diciembre de 1917:

“Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá el régimen capitalista con todos sus horrores”.

Salvador Ocampo evoca la actividad solidaria desarrollada por el maestro en Antofagasta:

“Yo recuerdo perfectamente que Recabarren salió a la calle con nosotros en 1918 a celebrar los triunfos de los bolcheviques y a proclamar que ese era el camino que tenía que seguir el proletariado...

“Hicimos mitines en diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos lugares estaba cerca de mi casa. Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida Argentina con la calle Bolívar. Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era la otra calle-, Recabarren salía con los compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad de apoyar la Revolución bolchevique...

“Nosotros, los jóvenes, creamos una tribuna portátil y a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba con la tribuna al hombro: era chiquillo, muchacho todavía. Y entonces, en cualquier lugar donde nos permitían las autoridades, plantábamos la tribuna y Recabarren empezaba a hablar”.

Cinco años después del triunfo de la Revolución en Rusia, Recabarren viajó a ese país.

El 9 de octubre de 1922, inició su viaje a Europa. Iba a participar en calidad de delegado de la Federación Obrera de Chile, FOCH, en el Segundo Congreso de la Internacional Sindical Roja, y a representar al Partido Comunista de Chile en el Cuarto Congreso de la Internacional Comunista. Ambos eventos a efectuarse en Moscú.

En marzo de 1923 se publicó en Santiago “La Rusia Obrera y Campesina. Algo de lo visto en su viaje por Luis Emilio Recabarren”. Un folleto de 94 páginas.

Explicaba su autor: “Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder económico, con el cual irá construyendo su bienestar...

Y pude ver con alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían efectivamente en sus manos toda la fuerza del poder político y económico.”

En una “Historia de Chile”, publicada en 1967 por el Instituto de Historia de la Academia de Ciencia de la URSS, se dice: “Luis Emilio Recabarren puede ser considerado el primer historiador chileno de la Revolución Socialista de Octubre”.

LOS PRIMEROS DIPUTADOS COMUNISTAS

Luis Emilio Recabarren y Luis Víctor Cruz, fueron los primeros comunistas elegidos diputados, en un pacto electoral concordado con la Alianza Liberal, uno de cuyos partidos era el Demócrata. Ello ocurrió en las elecciones de marzo de 1921.

Elías Lafertte, en “Vida de un Comunista” relata: “Cuando Recabarren iba a hablar, en la Cámara se producía expectación. Nosotros íbamos a la galería a escucharlo y aplaudirlo. Hablaba ante los honorables, lo mismo que ante los obreros, sin modificar su vocabulario sencillo y claro, su tono tranquilo, sus convicciones firmes. Las cosas que tenía que decir, las decía tranquilamente, impertérrito ante las interrupciones indignadas de sus enemigos de clase. No tenía empacho en plantear las cuestiones más revolucionarias; todo lo exponía con la sinceridad del que tiene bien arraigadas sus convicciones”.

En la sesión de la Cámara del 8 de mayo de 1924, los diputados comunistas Luis Emilio Recabarren y Luis Víctor Cruz protestaron porque el Gobierno de Arturo Alessandri Palma había clausurado el 28 de marzo la única escuela que funcionaba en el centro minero El Taldo –creada y financiada por los trabajadores- con el pretexto de que los alumnos allí cantaban la Internacional.

En su intervención, Recabarren manifestó: “Si de los 500 obreros de la mina, 400 son comunistas, es lógico que sus hijos entonen la canción más popular en el mundo, cuyo

nombre temen los señores diputados burgueses en Chile. Además es una bella canción”.

Uno de los parlamentarios de derecha quiso dárselas de gracioso y ridiculizar a Recabarren e interrumpiéndolo le dijo: “¿Por qué no la canta, honorable colega?

El diputado comunista se puso de pie. Y con desafiante aplomo cantó a todo pulmón:

“Arriba los pobres del mundo

de pie los esclavos sin pan

y gritemos todos unidos

viva la Internacional...”

Talvez, el chileno sea el único parlamento burgués, donde se ha escuchado en una sesión oficial, el himno de los revolucionarios de la tierra.

EDUCADOR DE DIRIGENTES OBREROS

Recabarren, como gran educador, formó muchos líderes obreros. Unos, a través del trabajo directo con él, como es el caso de Elías Lafertte Gaviño que, siendo un sencillo obrero del salitre, llegó a ser fundador del Partido Comunista, secretario general de la FOCH, senador y el primer Presidente de su Partido.

Otro es el caso del ya citado Salvador Ocampo.

Pero hubo obreros que sin actuar junto a él, recibieron su influencia. Uno de ellos, es Juan Vargas Puebla.

En una conversación que tuve con él en enero de 1991 me relató:

“A comienzos de 1924, en el barrio pobre que yo vivía, se hizo un acto en la esquina de Moneda con Cueto, en que se exigía la rebaja de los arriendos. Allí vi y escuché por primera vez a Recabarren, hablando arriba de un cajón azucarero.

El 1º de Mayo de ese mismo año lo escuché tres veces. Primero en un acto unitario efectuado en la Alameda.

Terminado éste, los de la FOCH, con Recabarren a la cabeza, marcharon en dirección al cerro Santa Lucía. Yo, por entonces tenía 16 años de edad y era dirigente de la Juventud anarco-sindicalista. Llevando la bandera de esa juventud, seguí a los fochistas. En la Plaza Vicuña Mackenna, que está junto al cerro, Recabarren se subió a un muro y pronunció un segundo discurso.

Después nos dirigimos al local de la FOCH en la esquina de Agustinas con Tenderini. Era una vieja casa con un balconcito. Desde ahí habló Recabarren dando por finalizada la jornada de ese medio día.

Sin que nadie me lo pidiera y ni estar programado, subí hasta el balcón y dije unas palabras en nombre de los jóvenes anarco sindicalistas. La gente que escuchaba, casi todos comunistas, me aplaudió. Fue la primera ocasión en que hablé en público. Estaba nervioso y emocionado. Cuando finalicé, Recabarren, me acarició la cabeza y me dijo cariñosamente:

-‘Bien muchacho, lo has hecho muy bien’.

Me sentí feliz. Esa fue la segunda y última vez que vi vivo a Recabarren”.

ADIOS AL LÍDER OBRERO

En 1981, Juan Vargas Puebla, estando exiliado en México, escribió:

“Volví a ver al maestro Recabarren el 21 de diciembre de 1924, ahora dormido para siempre en un ataúd, en medio de una severa capilla ardiente en el local de la Unión de Obreros Ferroviarios, en la calle Bascuñan Guerrero Nº 345. Pálido, los ojos cerrados, las manos cruzadas sobre el pecho, cubierto de flores rojas y por las banderas de Chile y del Partido Comunista. Era la expresión más elocuente de la serenidad que lo caracterizó toda su vida de apasionado luchador revolucionario por la causa de la justicia social, del socialismo y del comunismo”. Hasta aquí el testimonio de Juan Vargas Puebla.

Los funerales de Luis Emilio Recabarren, fueron multitudinarios. Una gigantesca columna caminó entre una doble fila de obreros que, tomados de las manos, formaban dos cadenas humanas, que partían desde el local de la calle Bascuñan Guerrero, seguían por Alameda, Estado, Mapocho, Avenida La Paz, hasta el mismo Cementerio General.

“En la plazuela del Cementerio -relata Elías Lafertte- comenzaron los discursos. Simultáneamente, desde pequeñas tribunas, hablaban diez o más oradores. Algunos, a falta de tribunas, se subían a los barrotes de las ventanas de las casas y desde allí despedían los restos de Recabarren. Hubo un instante en que conté hasta quince personas hablando simultáneamente a la muchedumbre”.

EL SUICIDIO

Luis Emilio Recabarren se había suicidado el viernes 19 de diciembre de 1924. Fue algo tan sorpresivo, que muchos pensaron que había sido asesinado. El Partido Comunista y la FOCH actuaron con toda responsabilidad. No escucharon a quienes sugirieron que se culpara de la muerte del líder obrero a los militares que estaban en el poder.

Nombraron una comisión investigadora. Ésta, después de un acucioso estudio llegó a la conclusión que en realidad se había suicidado.

Sobre la causa del suicidio de Recabarren se han tejido muchas fábulas. Se ha escrito que el Maestro se suicidó porque volvió desilusionado de su viaje a Rusia Soviética. Ello es falso. Como ya hemos señalado, al regreso de esa visita, realizada en 1922, escribió y dictó muchas charlas sobre el tema, donde mostró la hermosa experiencia vivida en ese país gobernado por obreros y campesinos. Otros afirman que el golpe de los militares del 11 de septiembre de 1924 lo habría aplastado, porque significaba el derrumbe de toda su obra. Hay testimonios de todo lo contrario.

¿Cuáles fueron las reales causas de que Recabarren se suicidara con una pistola que había comprado en Europa en 1922?

Son varias y complejas.

- Un severo desgaste que le significó dedicar treinta años a una lucha dura, difícil y sin tregua, contra los enemigos de clase.

- La permanente persecución, calumnias y juicios arbitrarios llevados cabo por las autoridades reaccionarias,

- La represión policial, los encarcelamientos y el exilio sufridos;

- Los arteros ataques de una fracción trotskista al interior del Partido;

- Una seria enfermedad al cerebro. Esta habría sido diagnosticada en Europa en 1922. Sufría de terribles dolores de cabeza.

- Falta de un mayor apoyo de sus camaradas.

OPINIONES DEL AUTOR

Al respecto del suicidio del maestro, pensamos que, además de las causas ya enumeradas, existen dos cuestiones que se deben tener en cuenta.

Una, su temor a tener un final no digno de un dirigente obrero. Para pensar esto, nos basamos en algo ocurrido en 1916 y que relata Salvador Ocampo. En una oportunidad Recabarren dijo, conversando con unos obreros, “viviré como Recabarren, seré Recabarren y no llegaré a viejo, porque moriré Recabarren”.

Al pedirle Salvador Ocampo que le explicara que quiso decir con eso, Recabarren le respondió:

“Mira, suponte tú que pasan los años y un día un señor va con un niño en un paseo público y ve a un viejito que le está tirando miguitas de pan a unas palomitas. Y el niño le pregunta al caballero con quien va: ‘Oiga, ¿y ese señor quien será? Entonces el otro le dice: ‘Bueno, ese es Recabarren’. ¿Te imaginas? ¡Yo! A mí las circunstancias del país, las circunstancias políticas, me han colocado en un puesto en que soy una especie de cabeza visible de un movimiento de renovación. ¡Yo no llegaré a eso! ¡Yo no llegaré a eso!”

Pensamos que cuando Recabarren apretó el gatillo de la pistola, tenía clara conciencia que, no por la edad, tenía entonces 48 años y cinco meses, sino por esa maldita enfermedad al cerebro, podría llegar a ser ese viejito que tiraba miguitas a las palomas.

Por otra parte, hemos llegado a la conclusión que Recabarren sufría de depresión endógena. En varias ocasiones en que estaba en los momentos más brillante de su existencia, tenía reacciones muy depresivas. Ello ocurrió, por ejemplo, en 1912.

Y en 1924, poco antes de suicidarse, estaba pleno de energía y entusiasmo durante una gira que realizó al sur, y en un Congreso de los Empleados Particulares, en el que tuvo un brillante desempeño. También por esos días había escrito una carta a los compañeros de Antofagasta anunciándoles visita para fin de año.

UN HOMBRE EXCEPCIONAL

Luis Emilio Recabarren fue un revolucionario consecuente. Un hombre extraordinario, fuera de serie. Pero un hombre, al fin y al cabo. Con virtudes y cualidades sobresalientes. También con debilidades y defectos.

Naturalmente no nació revolucionario. Se fue forjando a través de un proceso, no libre de contradicciones.

Fue un obrero, por ello su relación con el proletariado no era la de un elemento extraño a él. Era uno de sus iguales.

De fuerte personalidad, sufría –sin embargo- momentos de hondas depresiones.

Sentimental y sensible, de un profundo humanismo. De una honestidad a toda prueba.

Es el padre del movimiento obrero chileno, fundador del Partido Comunista, creador de la prensa obrera, impulsor del teatro proletario.

PRESENTE, HOY Y SIEMPRE

Su ejemplo sigue vivo.

Su vida, obra y su pensamiento, así como sus palabras, tienen hoy total vigencia..

En cada acción, en cada combate que libramos, está el Maestro presente.

Marcha con nosotros en la dura lucha de cada día.

Es bandera de todos los revolucionarios consecuentes.

Colaboración de: Círculo Virtual de Estudios Históricos - Políticos

VER:

FUNERAL DE LUIS EMILIO RECABARREN


RECABARREN

BOCETO DE SU VIDA Y SU OBRA

por Carlos Contreras Labarca