La ultra y la derecha unidas
Andrea Dufournel
Mucho se ha discutido y argumentado sobre el papel de los partidos políticos en los movimientos sociales, en especial el papel que han jugado los dirigentes sociales ligados al Partido Comunista (PC). Durante la dictadura la lucha frontal contra el dictador la dio, entre otros sectores, el PC, recibiendo la más dura respuesta del régimen pinochetista con cientos de militantes asesinados, perseguidos, exonerados y exiliados en nombre del “combate al cáncer marxista”.
Hoy, cuando nuevamente nos gobierna la derecha, el escenario es el mismo, sólo han cambiado los protagonistas, han surgido grupos “ULTRAS”, que, según ellos, están luchando contra el sistema neoliberal, se declaran anti partidos…anti sistema…anti comunistas hasta la médula, pero lo más curioso no se declaran anti derechistas. Se declaran de izquierda, pero atacan a un partido históricamente de izquierda, como si ser de derecha no fuera tener un pensamiento militante, claro que la diferencia es que a los “ultras” no les molesta.
Se han auto asignado la tarea de hacer el trabajo sucio de la derecha, la de atacar y destruir las organizaciones sociales. No es casualidad el grito destemplado de…”el pueblo unido avanza sin partidos”, sus ataques van, incluso, más allá de las federaciones estudiantiles, su objetivo es, también, la CUT (Central Unitaria de Trabajadores). Se declaran orgullosamente “independientes”, culpan al PC de haber negociado y entregado el movimiento estudiantil, en circunstancias que fueron tres “independientes”, tan independientes como ellos, los que votaron a favor del gobierno en el parlamento. Cuando el resultado de sus acciones ha sido el debilitamiento del movimiento estudiantil, pretenden que la lucha que se realiza con una capucha, una piedra en una mano y una molotov en la otra es legítima, es el juego que les ha puesto la derecha fascista y han pisado el palito contribuyendo con sus acciones a que la opinión pública considere que las movilizaciones sólo generan caos y destrucción…nuevo punto para la derecha.
Hacen gárgaras con la democracia, pero… ¿cuál democracia la de ellos que cuando se somete un tema a votación y pierden, patean la mesa y se ponen sus capuchas dando un patético espectáculo que sólo aplauden la derecha y los empresarios arrellenados en sus caros sillones?.
El antiguo dicho “dividir para reinar” se manifiesta claramente en estos días, es la consigna de la derecha gobernante, es la consigna de estos grupos “independientes” que les molesta la organización y capacidad de quienes han logrado mantener la unidad en el movimiento estudiantil, no en vano se mantuvo en vilo al gobierno de Piñera por más de siete meses, podrán argumentar que no se ha logrado nada, pero yo les refuto que sí se ha logrado… o es que acaso el despertar de un pueblo adormilado por más de 17 años de dictadura, con el miedo corriendo por las venas y 20 años de gobiernos de “consenso” en que nos tuvieron a la espera de medidas que nos permitieran alcanzar una democracia real ¿no es producto de la lucha en unidad?, la convergencia de todas las fuerzas sociales es la que ha fortalecido las movilizaciones, no son las molotov, ni los piedrazos ni los saqueos a los que tanto protagonismo les dan los medios de comunicación manejados por la derecha.
Los años de anticomunismo han dejado su huella, hoy se visten de ultras, que con consignas “ultra revolucionarias” encantan incautos, tal como lo hiciera la derecha; el producto es el mismo, sólo han cambiado de envase, el apoliticismo y anticomunismo del que se nutren las arcas fascistas sólo tienen un solo temor, la organización de un pueblo convencido de que se puede cambiar un sistema, tiene un nombre y ese es: conciencia, conciencia de sus problemas, carencias y desigualdades, si a esto le agregamos unidad y organización tendremos por resultado cambios reales a un sistema injusto y perverso que crece y se nutre a la sombra de los ultras.
Ya lo dijo Pablo Neruda: "Ayer los comunistas eran acusados de explosivos, de extremistas, de fieras humanas. Hoy son acusados de reformistas, de pacatos, de prudentes. Son los mismos enemigos de ayer los que quieren detener el cauce organizado de la Revolución. Se vistan de conservadores, de fascistas, de ultra izquierdistas, bajo sus vestiduras tienen el mismo rostro. Saben que los comunistas han cambiado la historia. Ellos, de una o de otra manera, han coincidido en el anticomunismo para detenerla en su marcha. Pero la historia se mueve hacia adelante, dejando atrás a los retardatarios y a los impaciente