martes, 5 de marzo de 2024

Tiempo.

 



Comentario radial y escrito.

 




 

 

Cuando yo era cabro, politólogos no había, mejor dicho, no conocí a ninguno, la cuestión era más frontal, era un cantar de libros, había si, intelectuales que hablaban ronco, siempre con un diario o libro bajo el brazo.

 

No era El Siglo, el formato era muy grande y la caligrafía chiquitita. 

Más tarde, en mis lejanías, ya no eran libros ni diarios, eran maquinas fotográficas. 

No me inflaban mucho, más bien recelaban de mí. 

Yo venía de guitarras, violines, bombo, quena y vino; con cervezas, pala y chuzo, haciendo hoyos en tomas de terreno, yo venía huérfano de casi todo, con huevo, limón, sal, pimienta y pan.

 

Explicarme lo de hoy, es necesitar conocer, es admirar a Luis Emilio, a Fidel, a Teresa, a Gladys, a Mireya y a la Magdalena. 

Digo esto así, porque mi mundo, mi tiempo de vida, anda por un torrente de parpadeos. 

Me cuesta masticar y tragarme el meollo, en el que nos están metiendo, nos obligan a vivir en una tela de araña, balanceada en un iracundo temporal.

 

Son crímenes inhumanos, con todas sus miserias a cuesta. 

Mi pensar me otorga la ignorancia de difarear. 

El Imperio Mongol de Genghis Khan, más de 800 años atrás, cubrió más de 24 millones de kilómetros cuadrados. 

No fueron nunca derrotados por las armas, solamente la codicia, la ignorancia y la incapacidad política de gobernar, lo derrumbó. 

Quizás, si el arte de gobernar políticamente es aplicado dentro de márgenes éticos y morales que necesita una civilización para vivir digna y tolerante; sin imponer una hegemonía de castigo, en los nuevos pueblos conquistados, la historia, hoy de américa, también de Europa, sería diferente.

 

La llegada de Colon en Guanahani habría sido recibida por un Khan Mongol. 

Son espacios del nunca saber, pero se tiene que entender, saber, que las ansias de oprimir, estrujar a los pueblos, para que algunos tengan divinos privilegios, esas ansias, no son un chicle infinito. 

Menos, si no pueden resolver con sabiduría y humildad, las contradicciones que surgen del tener y del no tener.

 

La memoria de los pueblos no se borra ni con aguarrás. 

El conocimiento real, sin tapujos, la dialéctica de nuestra vivencia, no nos puede dejarnos ciegos, indiferentes, ante la transformación de una oruga. 

Caminar por estas vivencias, denunciar el porqué del hambre misero, el porqué de las guerras, el mostrar al mundo los oficios de millones y millones de muertos caídos en combate, te puede morder quienes son los beneficiados…: No será un estudiante, un jornalero, un zapatero, un cantor y poeta, un albañil, un cesante, un médico, un enfermero, una periodista, un locutor, un ingeniero, un profesor.

 

A un banquero no lo encuentras ni por chiripa entre los caídos. 

Y si lo encuentras, fue sacrificado por la táctica y estrategia. 

Ahora, que mi paisito de agua es apéndice de la OTAN, me duele la Guernica Vasca; pequeña población bombardeada por el inmoral ataque aéreo de la “Legión Condor” del nacismo alemán y de la Legión fascista de Italia. 

Tengo amigos y hermanos que visitan todos los años “La Mano”. Monumento que simboliza la dignidad, la solidaridad internacionalista de suecos que combatieron en la Guerra Civil Española, en contra del fascismo de Franco. 

Es una locura el decir del presidente francés Emmanuel Macron, de la necesidad de enviar una mezcolanza gringa y de europeos al conflicto ruso/ucraniano. 

Como si no estuvieran, en estos mismos momentos, retrocediendo, abandonando a su suerte las trincheras cavadas para la ofensiva final. 

Y más aún, el viernes 1 de marzo, escuchaba decir a Lloyd Austin, secretario de Estado de los yanki, qué si Rusia vence a Ucrania, la OTAN le declarara a Rusia la guerra.

 

La caída del Muro de Berlín, significo en las sombras, la guerra declarada del Pentágono y de algunos aliados europeos, contra la Margarita, Unión Soviética. 

En que mundo vivimos. 

Cuál es la enfermedad que ataca al intelecto, a la capacidad de discernir de los pueblos, de su clase trabajadora, que, en tiempos electorales, elige a príncipes de la guerra y de la muerte, como a sus representantes en las instancias de poder, creadas por el desarrollo integral de sus respectivos países. 

Mi paisito, dos veces le dio casa a Sebastián Piñera, Argentina, no merece lo que le sucede. 

Trump, sale de instancias judiciales acusado de todo, de caliente, hasta corrupto; sale a la calle y el pueblo lo ovaciona, como el salvador de los sin casa. 

¡Puta la ignorancia pa grande! 

Los 200.000 años vividos por la humanidad no nos enseñan nada. 

En la primera y segunda guerra mundial murieron 85 millones de seres humanos. 


Así como esta Gaza, quedo Leningrado, polvo sobre polvo. 

Como quedo Nagasaki, Hiroshima, quedara el mundo entero. 

Los pocos que queden, no podrán construir otra civilización. El miedo, el terror de inventar algo, será, para los pocos sobrevivientes, una papa caliente. 

Una guerra, denominada Guerra del Opio, dejaron 50 millones de muertos. 

En el siglo XIX, esta guerra desnaturalizada que duro 20 años, fue practicada por el imperio Británico, introduciendo y comercializando el opio y sus derivados en el Imperio Chino. 

Los cálculos eran prometedores, por eso, en los últimos años de la drogadicción del pueblo chino, Francia, se metió al crimen genocida y táctico, que debilitaba integralmente la sociedad China. 

Por eso, Hong Kong tiene la historia que tiene hoy, por eso, Taiwán es un puntito minúsculo, que irresponsablemente lo arman y quieren transformarlo en un pasillo para invadir el continente asiático 

Pensar así es una locura estúpida.

 

Baboseaban la libertad, la soberanía, la democracia. 

La mentira mangoneada nos mata, nos hace morir. 

Hoy, el miedo, el terror cerval de los imperios financieros, es perder la hegemonía, la supremacía en el mercado. 

Ellos, han sido destinados por poderes divinos a manejar la oferta y la demanda. El poder mediático garantiza: Que vestirnos, que comer, que pensar, que ser. 

Por ahí, en las Naciones Unidas, se asomó una idea encaminada para apoyar a las economías emergentes, que podrían contribuir, como contrincante, a emparejar las estanterías del libre mercado.

 

Así se asomó el BRICS. 

Otra alternativa de boliche, instancia que se va erigiendo como verdugo del neoliberalismo. 

Actualmente los países que conforman el BRICS arropan el 45% de la población mundial; con el 32 % del PIB. 

Las guerras de hoy pueden tener ese causal. 

Que puede sentir un hombre con mis características, un comunista militante, que se está quedando lejos, que habla de “lucha de clases”, del hacer de la política, política que adquiere otras dimensiones y escenarios. 

La lucha de clases es dialéctica, de ayer, de hoy y de mañana. 

Vivo en un país desarrollado, un pais con un bienestar social lindo, construido por gigantes como Olof Palme, ciudadano antifascista; sin embargo, hoy, un país, que está perdiendo ese bienestar social conseguido por políticas justas, y, lo están metiendo, contaminados por príncipes de la guerra, en forros que lo pueden llevar por derroteros invisibles e inesperados.

 

Un país, actualmente gobernado por la derecha y por su extrema. 

Atravieso por un “callejón oscuro” que me aforra como “banda publicitaria”. Necesito explicar un canto. 

La próxima semana, el viernes 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer. 

El día 8 de marzo, es una fecha conmemorativa “a la payaya”, pero no menos justa. 

Organizaciones humanistas, progresistas querían dejar en la memoria un incendio brutal acontecido en una fábrica de camisa en la ciudad de Nueva York.

 

Murieron 129 mujeres inmigrantes. 

Han pasado 133 años, cada tiempo que pasa, el desarrollo integral en las diferentes civilizaciones y organizaciones de estas, denuncian, acusan, los cobardes crímenes cometidos por las civilizaciones patriarcales, en contra de otro género humano, que no tiene que ser necesariamente una mujer, si de géneros hablamos. 

Ya no es la fuerza bruta, “la huasca” empleada, para organizar la sobrevivencia patriarcal, en el seno de la familia, de lo fáctico o de la sociedad. 

Hoy, la huasca es el miedo, la inseguridad, hoy, la huasca es la construcción de valores, principios y prendas, que enredan la perdiz y encasillan ese intelecto maravilloso de mujer, en sostenes y calzones, que pretenden representar a la mujer fiel y leal, a la mujer maravilla, a la que sabe cuidar, mantener y proteger las espaldas del milenario triunfador. 

Esa que hace pan de la nada no está en el discurso. Tampoco esa que defiende valiente, no solamente la libertad de género, sino, el desarrollo integral de la sociedad. 

Y no lo hace a golpe, lo hace a través del conocimiento, de la reflexión, de la historia y memoria. 

Ella, esa mujer que camina hoy infunde terror a los encaramados por la testosterona. 

Les deseo a la mujer, éxito rotundo y cuerdo, en su enfrentamiento contra el oscurantismo de género, al mismo tiempo volver a decirles que tienen en mí, la palabra y la guitarra. 

¡Juntos resistiremos! 

Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo 2024 0302