viernes, 18 de diciembre de 2015

EL SUICIDIO DE RECABARREN




Hace 91 años:

EL SUICIDIO DE RECABARREN


                                      Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                      Centro de Extensión e Investigación
                                       Luis Emilio Recabarren,  CEILER

                                      


El 11 de septiembre de 1924 se produjo un golpe militar reaccionario. Tomó el poder una Junta de Gobierno  retrógrada, formada por los generales Luis Altamirano y Juan Pablo Bennett,  más el vicealmirante Francisco Neff. Ésta designó un gabinete constituido en su mayoría por miembros de la Unión Nacional, coalición derechista,  y exigió  la “depuración política y administrativa del país”.

COMUNISTAS REPUDIAN A GENERALES GOLPISTAS
Al producirse el golpe del 11 de septiembre de 1924, Alessandri abandonó secretamente La Moneda, se asiló en la Embajada de Estados Unidos y desde allí envió su renuncia al Congreso. Éste la rechazó y le autorizó el uso de una licencia por seis meses, con facultad para ausentarse del país.
Los comunistas, a través de Luis Emilio    Recabarren, repudiaron la actitud de los generales golpistas. Dio tres conferencias en Santiago y una cuarta en Valparaíso, el 8 de diciembre de 1924. Esta sería la última actuación pública del líder obrero.

NADA HACÍA PREVER
El miércoles 17 de diciembre, Recabarren se acercó a Lafertte y le dijo:
- Elías, ¿se acuerda del informe que le pedí sobre el estado de cotizaciones de los consejos regionales?
- Claro
- Bueno, necesito que lo amplíe aun más. Quiero conocer el estado de las cuotas, no ya de los consejos industriales, sino de las secciones de estos consejos
- Muy bien. Camarada, se lo prepararé en el menor tiempo que pueda.
Luego se alejó de la oficina de Lafertte. Y Elías se quedó preguntándose para qué quería esos datos.
Por aquellos días, Recabarren arrendaba junto a otro obrero de la imprenta, de apellido López,  una casa en calle Santa Filomena Nº 195 casi esquina Loreto, en el barrio de Recoleta. Allí vivía con Teresa, una hermana de ella y el  compañero López.

EL FATÍDICO VIERNES 19
Viernes 19 de diciembre de 1924. Faltaban tan sólo dos días para que finalizara la primavera, la estación de la vida, del amor, de la alegría.
Todo transcurría en forma normal en la casa ubicada en el número 195 de la calle Santa Filomena, en el barrio Recoleta de Santiago.
Según su costumbre, Recabarren se levantó temprano. Vestido con pantalones, zapatos y camiseta estaba en su pieza de trabajo, sentado ante su escritorio. A su lado, la mesa con la máquina de escribir que trajo desde Alemania en 1922.
La habitación tiene una ventana que da a la calle, protegida en el exterior por barrotes de hierro. Hay un tragaluz fijo y dos puertas. Una da hacia un pasadizo. La otra, sólidamente clausurada, a una pieza, donde vive el compañero López, que –en ese momento conversa allí con Alfredo Montecinos. Ante esa puerta se ve una cómoda. Existe, además, en la sala un estante con libros. También, gran cantidad de documentos y papeles.
El maestro está solo. Momentos antes, habían abandonado la pieza Teresa Flores y su hermana Ana, dirigiéndose hacia el interior de la casa.
Eran alrededor de las siete, cuando el estampido de disparos rompió el silencio matinal. Teresa, Ana, López y Montecinos corrieron a la habitación en donde se habían escuchado los balazos.  Encuentran a Recabarren muerto, tendido en el piso, cerca de su escritorio, con una pistola entre las manos. Es la máuser, que compró en Alemania. La sangre enrojece el suelo alrededor de la cabeza, blanca de canas, del maestro.

LAFERTTE: SU CUMPLEAÑOS MÁS TRISTE

El 19 de diciembre de 1919 Elías Lafertte cumplió 38 años de edad. Y tuvo la más terrible  e inesperada noticia. Relata:
La mañana del 19 de diciembre me hallaba en mi casa cuando a eso de las diez vi entrar a Tomás Connally. Estaba pálido, con los ojos saltados y las manos temblorosas. No alcancé a preguntarle qué le pasaba, porque me dijo a boca de jarro:-- Recabarren ha muerto...Se suicidó esta mañana de un tiro de revólver.
Me quedé mudo, sin creer tremenda noticia. Pero allí estaba para atestiguarlo Connally, quien venía de la casa de Recabarren. Mi mente se llenó de pensamientos atropellados, que se agolpaban, sin que pudiera aclarar nada. ¡Recabarren muerto!...
Corrí por las calles, entre incrédulo y desesperado, hasta llegar a la casa de Recabarren. La noticia de su muerte    se había empezado a  divulgar  y en la casa, junto a Teresa y a las hermanas de nuestro camarada, había ya unos cuantos políticos y dirigentes obreros.
Entré a verlo. El cadáver estaba tal cual había sido hallado, en una pieza que servía de escritorio, donde guardaba libros y papeles”.   (Elías Lafertte: “Vida de un Comunista”)

LA DESPEDIDA
Los restos mortales de Recabarren fueron velados en el local de la Unión de Obreros Ferroviarios, en la calle Bascuñán Guerrero Nº 345.
Sus funerales, efectuados el 21 de diciembre,   fueron multitudinarios. Una gigantesca columna caminó entre una doble fila de obreros que, tomados de las manos, formaban dos cadenas humanas, que partían desde el local de la calle Bascuñán Guerrero, seguían por Alameda, Estado, Mapocho, Avenida La Paz, hasta el mismo Cementerio General. Relata Lafertte:
En la plazuela del Cementerio comenzaron los discursos. Simultáneamente, desde pequeñas tribunas, hablaban diez o más oradores. Algunos, a falta de tribunas, se subían a los barrotes de las ventanas de las casas y desde allí despedían los restos de Recabarren. Hubo un instante en que conté hasta quince personas hablando simultáneamente a la muchedumbre. (Elías Lafertte: Vida de un Comunista)



                             Masivos funerales de Luis Emilio Recabarren


CAUSAS DEL SUICIDIO DE RECABARREN
Su muerte fue algo tan sorpresivo, que muchos pensaron que había sido asesinado. El Partido Comunista y la FOCH actuaron con toda responsabilidad. No escucharon a quienes sugirieron que se culpara de la muerte del líder obrero a los militares que estaban en el poder. Nombraron una comisión investigadora. Ésta, después de un acucioso estudio llegó a la conclusión que en realidad se había suicidado.
Sobre la causa del suicidio de  Recabarren se han tejido muchas fábulas. Se ha escrito que el Maestro se suicidó porque volvió desilusionado de su viaje a Rusia Soviética. Ello es falso. Al regreso de esa visita, realizada en 1922, escribió y dictó muchas charlas sobre el tema, donde mostró la hermosa experiencia vivida en ese país gobernado por  obreros y campesinos.
Otros afirman que el golpe de los militares del 11 de septiembre de 1924 lo habría aplastado, porque significaba el derrumbe de toda su obra. Hay testimonios que muestran todo lo contrario.

¿Cuáles fueron las reales causas de que Recabarren se  suicidara con una pistola que había comprado en Europa en 1922?
Son varias y complejas.
Un severo desgaste que le significó dedicar treinta años a una lucha dura, difícil y sin tregua, contra los enemigos de clase.
La permanente persecución, calumnias y juicios arbitrarios llevados cabo por las autoridades reaccionarias,
La represión policial, los encarcelamientos y el exilio sufridos;
Los arteros ataques de una fracción trotskista al interior del Partido;
Una seria enfermedad al cerebro. Esta habría sido diagnosticada en Europa en 1922. Sufría de terribles dolores de cabeza.
Falta de un mayor apoyo de sus camaradas.
Su temor a tener un final no digno de un dirigente obrero. En 1916 -relata Salvador Ocampo-  Recabarren dijo, conversando con unos obreros, “viviré como Recabarren, seré Recabarren y no llegaré a viejo, porque moriré Recabarren”.  Al pedirle Ocampo que le explicara qué quiso decir con eso, Recabarren le respondió: “Mira,  suponte tú que pasan los años y un día un señor va con un niño en un paseo público y ve a un viejito que le está tirando miguitas de pan a unas palomitas. Y el niño le pregunta al caballero con quien va: ‘Oiga, ¿y ese señor quien será? Entonces el otro le dice: ‘Bueno, ese es Recabarren’. ¿Te imaginas? ¡Yo! A mí las circunstancias del país, las circunstancias políticas, me han colocado en un puesto en que soy una especie de cabeza visible de un movimiento de renovación. ¡Yo no llegaré a eso! ¡Yo no llegaré a eso!”
Pensamos que  cuando Recabarren apretó el gatillo de la pistola, tenía clara conciencia que, no por la edad  -tenía entonces 48  años y cinco meses-  sino por esa maldita enfermedad al cerebro, podría llegar a ser ese viejito que tiraba miguitas a las palomas.
Por otra parte, hemos llegado a la conclusión que Recabarren sufría de depresión endógena. En varias ocasiones en que estaba en los momentos más brillantes de su existencia, tenía reacciones muy depresivas. Ello ocurrió, por ejemplo, en 1912.
Y en 1924, poco antes de suicidarse, estaba pleno de energía y entusiasmo durante una gira que realizó al sur, y en un Congreso de los Empleados Particulares, en el que tuvo un brillante desempeño. También por esos días había escrito una carta a los compañeros de Antofagasta anunciándoles visita para fin de año.




                                  INVITACIÓN
El sábado 19 de diciembre de 2015 se cumplen 91 años de la muerte de Luis Emilio Recabarren. Con este motivo, convocamos a rendir homenaje al padre del Movimiento Obrero chileno, fundador del Partido Comunista de Chile, reconstructor del movimiento sindical clasista, pionero de la prensa y la cultura proletaria, el más grande educador de masas de nuestra historia.
Nos juntamos el sábado 19, a las 12 horas, en la entrada del Cementerio General por avenida La Paz.
Convocan:
-Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER;
-Municipalidad de Recoleta;
-Federación Nacional de Sindicatos de la Construcción, CNTC;
-Universidad Abierta Luis Emilio Recabarren;
-Federación de Trabajadores de la Región Metropolitana, FETRAM.