Queridos compañeros:
Adjunto un trabajo sobre un tema que está de
actualidad: la Nueva Mayoría.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
UNA VEZ MÁS: ¿QUÉ ES SER REVOLUCIONARIO EN 2016?
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
La derecha ataca, a través de sus poderosos medios de comunicación, al
Gobierno de la Presidenta Bachelet, a la Nueva Mayoría y, de manera especial,
al Partido Comunista. Los revolucionarios no vivimos dentro de una burbuja,
sino inmersos en la sociedad. Por tanto, recibimos esa propaganda. Hay algunos
compañeros a quienes les hace vacilar en sus posiciones. Incluso murmuran que
“hay que salirse de la Nueva Mayoría, crear otra coalición más revolucionaria”.
¿Con qué ropa, impacientes compañeros?
Hay que estudiar más para no
ser víctimas de interesados cantos de sirenas. Leer, por ejemplo, a
Lenin.
EL PARTIDO COMUNISTA TIENE UNA
TEORÍA REVOLUCIONARIA
Lenin escribió
en su obra “¿Qué hacer? ”: “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber
movimiento revolucionario” y que “Sólo un partido dirigido por una teoría de
vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia”. Sin teoría revolucionaria, la práctica es
ciega.
¿Cuál es esta
teoría revolucionaria? Es el
marxismo-leninismo.
TAMBIÉN UNA PRÁCTICA REVOLUCIONARIA
Porque sin práctica revolucionaria la teoría revolucionaria es muerta. Por eso,
los comunistas debemos estudiar para ser
capaces de educar, organizar, orientar y dirigir a las masas en la lucha por transformar la sociedad. Karl Marx escribió en 1845 las Once Tesis Sobre Feuerbach (Ludwig Feuerbach
fue un importante filósofo
materialista premarxista alemán del siglo XIX). En la última de estas once Tesis, Marx afirmó: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el
mundo, pero de lo que se trata es
de transformarlo”. Es decir, hacer la
revolución.
Es necesario desarrollar la práctica revolucionaria
según los principios del marxismo-leninismo.
Una cuestión
básica es trazar una correcta estrategia, que es la vía
general por la cual el partido revolucionario debe encauzar la lucha para
alcanzar el objetivo estratégico
trazado para un período determinado.
El objetivo
estratégico para un período se fija teniendo en cuenta las condiciones
objetivas (económico-sociales) y
subjetivas (ideologías, partidos) existentes.
La
estrategia debe señalar cuál es el enemigo principal; cuáles son los posibles aliados (política de alianzas).
También es
necesario determinar la táctica, es decir, las distintas
acciones concretas que se
deben ejecutar para llevar a cabo el plan estratégico.
LA LÍNEA ESTRATÉGICA PARA EL ACTUAL PERÍODO
El Partido Comunista de Chile, tiene más de 104 años de historia. Ha tenido siempre como meta final el socialismo, pero
para cada período ha trazado la estrategia adecuada a las condiciones objetivas
y subjetivas existentes. Sin voluntarismos.
Según la línea estratégica para el actual período,
aprobada en el XX Congreso, realizado en agosto de 1994 y ratificada por los
Congresos XXI (1998), XXII (2002), XXIII (2006), XXIV (2010) y XXV (2016) , es
la Revolución Democrática, cuya
objetivo estratégico es alcanzar un Chile realmente democrático en todos los
aspectos: económico, social y político.
Para realizar esta estrategia, los comunistas llevan a cabo diversas
acciones concretas o tácticas. Ellas corresponden a varios planos: sindical, social, político.
LA VOCACIÓN UNITARIA DE LOS
COMUNISTAS
Partiendo del postulado leninista que “la vanguardia sola no puede
triunfar”, los comunistas desde sus primeros años ha tenido como un principio
táctico una amplia política de alianzas. Los objetivos de los comunistas son
lograr las mejores condiciones para el pueblo y ello se puede lograr sólo
uniendo a amplios sectores. De ahí su permanente vocación unitaria.
LA VÍA ELECTORAL
En este momento, el principal aspecto táctico corresponde a lo
electoral, porque a través de elecciones presidenciales, como quedó demostrado
en 1970, se pueden alcanzar grandes conquistas para el pueblo.
Teniendo claro que lo determinante es la acción de masas.
LA NUEVA MAYORÍA
El pacto Nueva Mayoría fue inscrita el 30 de abril de 2013 en el Servicio
Electoral.
La Nueva Mayoría con todas sus debilidades y contradicciones, es un gran
logro. En su seno hay fuerzas políticas que difieren en diferentes aspectos,
pero que coinciden es derrotar a la derecha pinochetista, avanzar en terminar
con las desigualdades, cambiar la Constitución Política heredada de la
dictadura, realizar una reforma tributaria, mejorar en calidad la educación, la
salud, lo laboral y las pensiones.
Y ahí caminan juntos el PS, el PPD, el PRSD, el PC, el MAS, la IC y el
PDC. En este último (que es un partido multiclasista) existe un sector que
intenta frenar las reformas.
El Partido Comunista ha planteado, en forma justa, la
necesidad de mantener la Nueva Mayoría, porque en las actuales circunstancias
no podemos aspirar a otro tipo de
coalición.
NO VIVIMOS EN
LOS TIEMPOS DE LA UP
Actualmente, el movimiento obrero
chileno aún no logra superar las graves heridas que le propinó el fascismo. La
conciencia de clase sólo existe en
pequeños sectores de trabajadores; sus organizaciones sindicales son débiles y
el partido revolucionario es reducido.
En estas difíciles circunstancias la lucha ideológica adquiere un rol
decisivo.
LA LUCHA
IDEOLÓGICA DE CADA DÍA
La ideología burguesa, difundida a
través de los poderosos medios de comunicación que poseen las clases
dominantes, crea en amplios sectores de trabajadores lo que se llama una conciencia falsa. Es decir, estos no comprenden cuáles son sus verdaderos intereses de clase.
Viven como pobres, pero piensan como ricos. Entonces actúan inconscientemente, contra sus propios intereses. Por ejemplo, votan por
candidatos de derecha.
Nuestra tarea, entonces, es forjar
entre los trabajadores la conciencia de clase. Es decir una conciencia real. Y
ello se logra a través de la educación
política, de la educación revolucionaria. Solamente al tener una conciencia real, una interpretación consecuente de sus
intereses de clase, pueden los
trabajadores ser constructores
conscientes de la historia.
Esto lo enseñó Recabarren, el más
grande educador de masas de la historia de Chile.
ES FUNDAMENTAL
FORTALECER EL PC
Por otra parte, es imprescindible
fortalecer el movimiento sindical y el Partido de la clase obrera.
Y en ello las células del Partido y
cada militante deben jugar un rol activo. Deben educarse y contribuir a educar.
Así construiremos la fuerza motriz,
el movimiento obrero, necesario para avanzar más rápidamente hacia el
socialismo.
No hay ni puede haber contradicción
en participar en una coalición de centro izquierda, como lo es la Nueva
Mayoría, y trabajar creando y fortaleciendo el movimiento obrero. Porque el PC
no pierde ni puede perder su independencia al participar en una coalición o en
el Gobierno.
Es lícito que nos preguntemos: ¿qué
hago yo, que hace mi célula, para derrotar a la ideología burguesa?
HAY REFORMAS Y
REFORMAS
Si las reformas son el objetivo
final en sí mismas, eso es reformismo. Pero si esas reformas (como las
realizadas en este Gobierno) son bases para seguir avanzando, son reformas
revolucionarias.
Estas reformas llevadas a cabo no le
lavan el rostro al sistema capitalista salvaje, sino que le están arrancando
parte de su “alma” al neoliberalismo, herencia de la dictadura. Ello con la
reforma tributaria, educacional, laboral y en especial con los inicios del
proceso constituyente, que culminará con una Nueva Constitución.
Debemos enfocar este tema desde el
punto de vista de nuestra teoría revolucionaria. Una de las leyes de la dialéctica marxista
nos enseña que los procesos sociales se dan a través de la acumulación de
cambios cuantitativos (por ejemplos reformas) que se truecan en cambios
cualitativos.
Las reformas llevadas a cabo en este
gobierno no son a lo gatopardo, sino que significan avances para los
trabajadores. La mejor muestra de ello son los furibundos ataques contra
ellas de la derecha reaccionaria y sus
poderosos medios de comunicación.
¿DENTRO O
FUERA DE LA “INSTITUCIONALIDAD BURGUESA?
¿Existen actualmente las condiciones para establecer una
institucionalidad socialista o para
llevar a cabo una revolución socialista?
Porque las posibilidades son institucionalidad burguesa o
institucionalidad socialista.
Incluso en 1970, en tiempos de la Unidad Popular, con una poderosa
coalición de izquierda, con un PC que contaba con 200.000 militantes; con una
CUT con cientos de miles de
afiliados, con la mayoría de los
trabajadores con una firme conciencia de clase, se planteó un Gobierno Popular
con miras al socialismo, bajo las normas de la institucionalidad burguesa,
según lo establecido en una Constitución burguesa. Y nadie puede dudar de la
posición revolucionaria de Salvador Allende, del PC y otros partidos de la
entonces Unidad Popular.