lunes, 13 de junio de 2016

UNA VEZ MÁS: ¿QUÉ ES SER REVOLUCIONARIO EN 2016?



Queridos compañeros:

Adjunto un trabajo sobre un tema que está de actualidad: la Nueva Mayoría.

Un abrazo,


Iván Ljubetic Vargas



UNA VEZ MÁS: ¿QUÉ ES SER REVOLUCIONARIO EN 2016?


                    Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                            Centro de Extensión e Investigación
                                            Luis Emilio Recabarren, CEILER





                                           
La derecha ataca, a través de sus poderosos medios de comunicación, al Gobierno de la Presidenta Bachelet, a la Nueva Mayoría y, de manera especial, al Partido Comunista. Los revolucionarios no vivimos dentro de una burbuja, sino inmersos en la sociedad. Por tanto, recibimos esa propaganda. Hay algunos compañeros a quienes les hace vacilar en sus posiciones. Incluso murmuran que “hay que salirse de la Nueva Mayoría, crear otra coalición más  revolucionaria”.

¿Con qué ropa, impacientes compañeros?  Hay que  estudiar más para no ser  víctimas de interesados  cantos de sirenas. Leer, por ejemplo, a Lenin.

EL PARTIDO COMUNISTA TIENE UNA TEORÍA REVOLUCIONARIA

Lenin escribió en su obra “¿Qué hacer? ”: “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber movimiento revolucionario” y que “Sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia”. Sin teoría revolucionaria, la práctica es ciega.
¿Cuál es esta teoría revolucionaria?  Es el marxismo-leninismo.

TAMBIÉN UNA PRÁCTICA REVOLUCIONARIA

Porque sin práctica revolucionaria la teoría revolucionaria es muerta. Por eso, los comunistas debemos  estudiar para ser capaces de educar, organizar, orientar y dirigir a las masas en la  lucha por transformar la sociedad.  Karl Marx escribió en 1845 las Once Tesis Sobre Feuerbach (Ludwig Feuerbach  fue  un importante filósofo materialista premarxista alemán del siglo XIX).    En la última de estas once Tesis, Marx  afirmó: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Es decir, hacer la revolución.
Es necesario desarrollar la práctica revolucionaria según los principios del marxismo-leninismo.

Una cuestión  básica es trazar una correcta estrategia, que es la vía general por la cual el partido revolucionario debe encauzar la lucha para alcanzar el objetivo estratégico trazado para un período determinado.

El objetivo estratégico para un período se fija teniendo en cuenta las condiciones objetivas  (económico-sociales) y subjetivas (ideologías, partidos) existentes.

La estrategia debe señalar cuál es el enemigo principal; cuáles  son los posibles aliados (política de alianzas).

También es necesario  determinar la táctica, es decir,  las distintas  acciones concretas que se deben ejecutar para llevar a cabo el plan estratégico.

LA LÍNEA  ESTRATÉGICA PARA EL ACTUAL PERÍODO
El Partido Comunista de Chile, tiene más de 104 años  de historia. Ha tenido  siempre como meta final el socialismo, pero para cada período ha trazado la estrategia adecuada a las condiciones objetivas y subjetivas existentes. Sin voluntarismos.

Según la línea estratégica para el actual período, aprobada en el XX Congreso, realizado en agosto de 1994 y ratificada por los Congresos XXI (1998), XXII (2002), XXIII (2006), XXIV (2010) y XXV (2016) , es la Revolución Democrática, cuya objetivo estratégico es alcanzar un Chile realmente democrático en todos los aspectos:  económico, social y político.

Para realizar esta estrategia, los comunistas llevan a cabo diversas acciones concretas o tácticas. Ellas corresponden a  varios planos: sindical, social, político.

LA VOCACIÓN UNITARIA DE LOS COMUNISTAS

Partiendo del postulado leninista que “la vanguardia sola no puede triunfar”, los comunistas desde sus primeros años ha tenido como un principio táctico una amplia política de alianzas. Los objetivos de los comunistas son lograr las mejores condiciones para el pueblo y ello se puede lograr sólo uniendo a amplios sectores. De ahí su permanente vocación unitaria.

LA VÍA ELECTORAL

En este momento, el principal aspecto táctico corresponde a lo electoral, porque a través de elecciones presidenciales, como quedó demostrado en 1970,  se pueden  alcanzar grandes conquistas para el pueblo. Teniendo claro que lo determinante es la acción de masas.

LA NUEVA MAYORÍA

El pacto Nueva Mayoría fue inscrita el 30 de abril de 2013 en el  Servicio Electoral.

La Nueva Mayoría con todas sus debilidades y contradicciones, es un gran logro. En su seno hay fuerzas políticas que difieren en diferentes aspectos, pero que coinciden es derrotar a la derecha pinochetista, avanzar en terminar con las desigualdades, cambiar la Constitución Política heredada de la dictadura, realizar una reforma tributaria, mejorar en calidad la educación, la salud, lo laboral y las pensiones.

Y ahí caminan juntos el PS, el PPD, el PRSD, el PC, el MAS, la IC y el PDC. En este último (que es un partido multiclasista) existe un sector que intenta frenar las reformas.

El Partido Comunista ha planteado, en forma justa, la necesidad de mantener la Nueva Mayoría, porque en las actuales circunstancias no podemos aspirar a otro tipo de  coalición.

NO VIVIMOS EN LOS TIEMPOS DE LA UP

Actualmente, el movimiento obrero chileno aún no logra superar las graves heridas que le propinó el fascismo. La conciencia de clase  sólo existe en pequeños sectores de trabajadores; sus organizaciones sindicales son débiles y el partido revolucionario  es reducido.

En estas difíciles circunstancias la lucha ideológica adquiere un rol decisivo.

LA LUCHA IDEOLÓGICA DE CADA DÍA

La ideología burguesa, difundida a través de los poderosos medios de comunicación que poseen las clases dominantes, crea en amplios sectores de trabajadores lo que se llama una conciencia falsa. Es  decir, estos no comprenden  cuáles son sus verdaderos intereses de clase. Viven como pobres, pero piensan como ricos. Entonces actúan  inconscientemente, contra sus  propios intereses. Por ejemplo, votan por candidatos de derecha.

Nuestra tarea, entonces, es forjar entre los trabajadores la conciencia de clase. Es decir una conciencia real. Y ello se  logra a través de la educación política, de la educación revolucionaria. Solamente al  tener una conciencia real, una interpretación consecuente de sus intereses  de clase, pueden los trabajadores ser  constructores conscientes de la historia.

Esto lo enseñó Recabarren, el más grande educador de masas de la historia de Chile.

ES FUNDAMENTAL FORTALECER EL PC

Por otra parte, es imprescindible fortalecer el movimiento sindical y el Partido de la clase obrera.

Y en ello las células del Partido y cada militante deben jugar un rol activo. Deben educarse y contribuir a educar.

Así construiremos la fuerza motriz, el movimiento obrero, necesario para avanzar más rápidamente hacia el socialismo.

No hay ni puede haber contradicción en participar en una coalición de centro izquierda, como lo es la Nueva Mayoría, y trabajar creando y fortaleciendo el movimiento obrero. Porque el PC no pierde ni puede perder su independencia al participar en una coalición o en el Gobierno.

Es lícito que nos preguntemos: ¿qué hago yo, que hace mi célula, para derrotar a la ideología burguesa?

HAY REFORMAS Y REFORMAS

Si las reformas son el objetivo final en sí mismas, eso es reformismo. Pero si esas reformas (como las realizadas en este Gobierno) son bases para seguir avanzando, son reformas revolucionarias.

Estas reformas llevadas a cabo no le lavan el rostro al sistema capitalista salvaje, sino que le están arrancando parte de su “alma” al neoliberalismo, herencia de la dictadura. Ello con la reforma tributaria, educacional, laboral y en especial con los inicios del proceso constituyente, que culminará con una Nueva Constitución.

Debemos enfocar este tema desde el punto de vista de nuestra teoría revolucionaria.  Una de las leyes de la dialéctica marxista nos enseña que los procesos sociales se dan a través de la acumulación de cambios cuantitativos (por ejemplos reformas) que se truecan en cambios cualitativos.

Las reformas llevadas a cabo en este gobierno no son a lo gatopardo, sino que significan avances para los trabajadores. La mejor muestra de ello son los furibundos ataques contra ellas  de la derecha reaccionaria y sus poderosos medios de comunicación.

¿DENTRO O FUERA DE LA “INSTITUCIONALIDAD BURGUESA?

¿Existen actualmente las condiciones para establecer una institucionalidad  socialista o para llevar a cabo una revolución socialista?

Porque las posibilidades son institucionalidad burguesa o institucionalidad socialista.

Incluso en 1970, en tiempos de la Unidad Popular, con una poderosa coalición de izquierda, con un PC que contaba con 200.000 militantes; con una CUT con cientos   de miles de afiliados,  con la mayoría de los trabajadores con una firme conciencia de clase, se planteó un Gobierno Popular con miras al socialismo, bajo las normas de la institucionalidad burguesa, según lo establecido en una Constitución burguesa. Y nadie puede dudar de la posición revolucionaria de Salvador Allende, del PC y otros partidos de la entonces Unidad Popular.