Martes, 14 de Junio de 2016 11:20
No habrá guerra civil en Venezuela. El conflicto que enfrentamos deriva de
nuestro pleno e inalterable derecho a combatir la nada oculta agenda violenta
de sectores políticos y económicos atados a los designios de Washington. Guerra
contra el hambre, el racismo, la exclusión y el abuso; esa es nuestra guerra.
No han podido y no podrán regresarnos a los venezolanos a los esquemas
neoliberales de las décadas ochenta y noventa. Hemos decidido por un modelo de
desarrollo que fatalmente colisiona contra los intereses de los EEUU y de uno
que otro disminuido gobierno europeo.
Hemos decantado por el diálogo antes que la confrontación, eso sí,
rechazando el bien pasar sin independencia, soberanía y dignidad. La pax
americana no nos callará. Nuestra disposición y voluntad es seguir la senda
libertaria históricamente confrontada con el modelo hegemónico mundial
pergeñada, más por la sumisión criolla que por el propio poder imperial.
No habrá cesión de nuestros recursos naturales, ni concesiones, ni
privatizaciones de los activos nacionales para favorecer a catervas y
grupúsculos de intereses políticos con aviesos fines económicos para quienes la
sangre - de otros pueblos y naciones, obviamente - bien valen una
privatización. Quien codicie nuestras riquezas tendrá que unirse a la invasión
programada, dado que es imposible arrodillarnos ante los púlpitos discursivos y
a los obsequiosos conciliábulos foristas, tipo Almagro.
A propósito del referendo revocatorio. No cederemos a chantajes internos y
externos ni a presiones desprovistas de espíritu democrático y conciliatorio. Resultan
insólitas, prejuicidas y dictatoriales, afirmaciones y consejas, tales como,
que el revocatorio es por las buenas o por las malas. El revocatorio está
sometido a los mandatos constitucionales. Abandonar la senda democrática ha
resultado en sangre y odios en este nuestro sufrido continente.
Lo que corresponde a los venezolanos, solo los venezolanos resolveremos. El
injerencismo, las invasiones usamericanas aplaudidas por las élites de siempre
han perdido vigencia. La opinática, el bulling mediático y geopolítico han
visto reducida su capacidad operativa, así ha sido, y será cuando de Venezuela
se trata.
Arévalo Méndez Romero
Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Chile