Discurso de Guillermo Teillier del Valle, presidente del
Partido Comunista de Chile, en el acto central por el 103 aniversario de la
colectividad, realizado en el Salón Mural, Intendencia de la Región del Biobío,
en la ciudad de Concepción.
Amigas y amigos;
Compañeras y
compañeros;
Estoy muy contento de
haber llegado a la Octava Región. Yo nací aquí, fui candidato a diputado por
Lota, fui secretario regional clandestino, de aquí partí a Santiago y me
detuvieron cuando llegué, en los tiempos de la dictadura. Así que siento que
hacer este acto del 103 aniversario del Partido Comunista, aquí en Concepción, es
algo merecido para esta ciudad. Lo hemos hecho en Santiago repetidas veces,
también en Valparaíso, y hacía falta hacerlo en Concepción, en la Octava Región,
donde se originan las más grandes luchas obreras y mineras de nuestra historia,
que tiene una raigambre campesina, de pescadores, de trabajadores forestales,
de una gran masa estudiantil, una Región donde la cultura se lleva adelante
como algo de primer orden.
No hay duda de que el
inicio del nuevo Siglo del Partido Comunista será señalado como un momento
crucial de su historia, habida cuenta, que este es el tercer gobierno en el
cual participa durante su centenaria vida. Estuvimos en el de Gabriel González
Videla, quien nos traicionó. Estuvimos, en esa época, once años ilegales.
Después estuvimos en el gobierno del Presidente Mártir, Salvador Allende
Gossens. Ya sabemos lo que pasó después; el golpe de Estado, la persecución
genocida contra nuestros partidos y contra el pueblo. Pero aquí estamos de
nuevo.
Hemos cumplido ya un
año formando parte del gobierno de la Nueva Mayoría encabezado por Michelle
Bachelet. Y podríamos decir, ¡y vaya que año! Primero, porque estamos muy
conformes porque hasta ahora se ha ido cumpliendo el itinerario del
cumplimiento de las reformas comprometidas con el pueblo. Hasta en enero de
este año, todo iba miel sobre hojuelas. Habíamos cumplido, y estábamos seguros
de que podíamos acometer nuevos desafíos y que este año sería un año de mayores
cumplimientos de nuestro programa y de mayores satisfacciones. Pero ocurrieron
otros hechos. Por ello es que en este 103 aniversario de nuestra fundación,
junto con saludarlos a todos ustedes con la fraternidad siempre presente de los
comunistas, más que a nuestra historia, me referiré a la contingencia política.
“Estamos asistiendo al
comienzo de la agonía de un sistema basado en la desigualdad”.
No es casual que
estemos viviendo la crisis política actual. La crisis no es más que el efecto
del choque que se produce entre la institucionalidad y la forma de hacer
política, que viene desde la dictadura, del choque de esa política con las
reformas estructurales que llegaron de la mano de las luchas populares, en
especial de los estudiantes y los trabajadores, que pusieron de relieve la
necesidad imperiosa de llevar adelante cambios profundos y la obligación
impostergable de cambiar la Constitución Política del Estado, que fue aprobada
de manera ilegítima durante la dictadura.
Estamos asistiendo al
comienzo de la agonía de un sistema basado en la desigualdad, que menoscaba la
dignidad de los trabajadores y los somete al arbitrio de las reglas del juego
que favorecen al gran empresariado. Estamos asistiendo a la agonía de un
sistema que favorece la relación perversa entre política y negocios. Se está
poniendo fin a la corrupción, a la compra de favores políticos, se está
transparentando una situación que ya no daba para más y que la opinión pública,
el pueblo de Chile, ya no soporta más.
Se van a acabar los fondos reservados de las grandes empresas para los
candidatos a parlamentarios, se van a acabar las boletas truchas, se van a
endurecer las leyes para castigar los delitos de cuello y corbata.
Este gobierno, nuestro
gobierno, que se debate en medio de la crisis política que genera el destape de
tantos hechos que pueden llegar a configurar delitos, tiene la obligación de
limpiar nuestra institucionalidad, de entregarle al país leyes claras y
precisas para evitar que en el futuro inmediato se reproduzcan estas acciones
deleznables para la convivencia democrática. Es lo que está haciendo la
Presidenta Bachelet y en ello tiene y tendrá todo nuestro respaldo. Haremos
todo lo posible para que esas leyes se aprueben con el máximo de celeridad en
el Parlamento.
Llevar adelante estas
leyes, no quiere decir que vayan a cesar los procesos judiciales y
administrativos en curso, relativos a posibles delitos, y está claro que no
habrá impunidad ni “arreglín” alguno para favorecer a nadie. Lo que se debe
cuidar, es que exista un debido proceso, pero debe hacerse justicia. No todos
los posibles delitos son iguales, y no todos los actores políticos están
metidos en actos de corrupción, la mayoría no lo está, y podemos responder con
claridad por el Partido Comunista: no estamos metidos en aguas turbias, tenemos
la conciencia y las manos limpias.
La derecha, y en
especial la UDI, han tratado de establecer un empate en las responsabilidades.
Ello no es posible, porque independientemente de que existen responsabilidades en
la Nueva Mayoría, es necesario dejar muy en claro que la autoría de este
sistema, que favorece la corrupción, es de la derecha cuando gobernaba con la
dictadura, que fue cuando expoliaron al Estado y a todos los chilenos, de las
empresas estatales y abrieron las puertas al desenfreno ultra neoliberal que,
entre otras formas, ha establecido el cohecho como forma habitual de
relacionarse con el aparato público para conseguir franquicias en beneficio de
sus negocios. A esto es lo que estamos diciendo basta, no señores de la UDI, su
reinado sobre la política y la economía mediante el abuso y la deshonestidad,
está llegando a su fin.
No es justificable que
algunos representantes de la Nueva Mayoría hayan caído en este juego, sabemos
que para muchos la salida de esta situación será como un parto doloroso, sin
embargo, no hay otro camino que el de cerrar filas ante las propuestas de
transparencia y probidad de la Presidenta de la República, asesorada por la
comisión Engel y, quienes deban hacerlo, tendrán que asumir la responsabilidad
y el costo, esclarecer los hechos y dar respuesta al cuestionamiento ético de
la ciudadanía.
“La inestabilidad
política trae peligros para el proyecto democratizador”.
La inestabilidad
política trae sin embargo peligros para el proyecto democratizador. No ha
pasado aún el peligro de una crisis institucional y, por otra parte, no se
dejan de escuchar las voces que desde la derecha, incluso desde sectores de la
Nueva Mayoría, y del mundo empresarial, plantean suspender las reformas, aligerarlas
o postergarlas.
Dirigentes
empresariales aducen que las reformas y los hechos de corrupción han creado
desconfianza hasta el punto de frenar la economía.
¿Y quiénes son los que
han creado la desconfianza? ¿Quiénes son los que han cometido delitos
tributarios, quiénes son los que han pagado boletas ideológicamente falsas? Y
nos preguntamos ¿dónde está la autocrítica del empresariado? Ellos piden que se
les devuelva la confianza. Ellos son los que tienen que devolverle la confianza
al país.
En este marco, yo
quiero decir que no estoy de acuerdo con las palabras del presidente del
Senado, Patricio Walker, quien en una entrevista dijo que se debe reformular la
reforma tributaria. No estoy en absoluto de acuerdo con esa afirmación. Y menos
aun vamos a estar de acuerdo con otra afirmación del presidente del Senado, de
que ellos en el Senado, van a someter a un examen minucioso la reforma laboral.
¿Con qué finalidad? Para no asustar a los empresarios, para no tocar los
intereses de los empresarios. Él ha dicho más: que no le va temblar la mano
para llevar adelante el diálogo, para poner dentro de la realidad económica la
reforma laboral. Yo pregunto: ¿no le temblará la mano para el diálogo con los
empresarios y con la derecha? ¿Y el diálogo con los trabajadores?
Nuestro gobierno tiene
que relacionarse mucho más con el movimiento social, quizá es poco lo que hemos
logrado, pero tenemos que seguir avanzando por este camino.
Efectivamente la
economía se ha desacelerado, principalmente producto de la crisis internacional. El Ministro de Hacienda hizo un planteamiento
también preocupante. Ha dicho que hay bajar los gastos el próximo año, aunque
ha asegurado que el financiamiento para las reformas está disponible. Nosotros
hemos dicho que vamos a defender el proceso de reformas, en la calle si es
preciso, es más, pensamos que las reformas deben avanzar con movilización
social pacífica y diálogo fructífero.
En estos días,
compañeras y compañeros, hemos visto en las calles multitudinarias
movilizaciones de estudiantes y profesores. A nosotros no nos asuntan esas
movilizaciones, creemos que es un buen signo de los tiempos.
Los profesores llevan varios
días de paro indefinido buscando el retiro del proyecto de carrera docente.
Respetamos la decisión del Colegio de Profesores y los apoyamos, como siempre
lo hemos hecho, frente a sus luchas. Pero debemos decir que nos parece que
junto a la movilización, se debe hacer el esfuerzo por acercar posiciones
mediante el diálogo, entre el Colegio y el Ministerio de Educación. A ello
estamos contribuyendo desde el Parlamento, pensamos que el proyecto que debe
beneficiar a los profesores con un gasto de 2.500 millones de dólares anuales,
puede ser modificado en la Cámara de Diputados con la voluntad del Ejecutivo y en
acuerdo con el Colegio. Lo contrario, podría significar el rechazo a la idea de legislar y la
imposibilidad de reponerlo hasta un año más, creando incertidumbre sobre todo
el proceso de reforma educacional. Eso podría tener consecuencias difíciles de
precisar, pero sería muy posible que se afectara el cumplimiento del conjunto
del programa del gobierno de la Presidenta Bachelet. Con eso, les haríamos un
favor a todos quienes quieren detener este proceso aprovechándose de la crisis
política del país.
Nos interesa sobremanera
que se complete todo el proceso de reforma educacional, que al fin del lucro,
el copago y la selección ya aprobado, se aprueben este año carrera docente,
desmunicipalización, y la calidad y gratuidad de la educación superior.
Asimismo nos interesa
sobremanera también, que la reforma laboral ya aprobada en la Comisión de Trabajo
de la Cámara de Diputados, sea aprobada la próxima semana en la Sala y que pase
por el Senado sin mayores tropiezos, al contrario de lo que pretenden algunos
pájaros de mal agüero.
En este sentido, queremos
adelantar que el Partido Comunista de Chile contribuirá al éxito de la
movilización a la que está convocando la CUT, para el mes de julio, con el fin
de apoyar la reforma laboral y abrir paso al acuerdo unitario para luchar por
una nueva Constitución para Chile.
Nosotros esperamos que
el actor principal del proceso constituyente sea el pueblo de Chile que es el
soberano. La Presidenta ha adelantado que el proceso tendrá un componente de
consulta ciudadana de real incidencia. Pensamos que se debe buscar el medio, el
instrumento preciso, para que en su totalidad, o parte de esa incidencia, sea
vinculante. Nosotros seguimos afirmando que la mejor forma de participación del
pueblo, es la Asamblea Constituyente.
“Nuestra tarea es
seguir trabajando para cumplir con el programa comprometido con el pueblo”.
Compañeras y
compañeros: es verdad que enfrentamos momentos difíciles, pero también grandes
desafíos. Nuestra tarea es seguir trabajando para cumplir con el programa
comprometido con el pueblo, buscar la unidad y
luchar por las reformas, no retroceder. La Nueva Mayoría tiene un gran
papel que jugar, en primer lugar cumplir con su palabra, el pueblo de Chile
necesita certezas, creer de una vez por todas que alguien no promete en falso.
Nos jugamos este año la posibilidad de ser gobierno el próximo período
presidencial con la finalidad de consolidar lo avanzado y crear nuevas
expectativas de democratización, igualdad y justicia social. La derecha se la
juega para evitar tal posibilidad, su propósito no es otro que revertir todo lo
avanzado. Nos cruzaremos con todas nuestras fuerzas frente a esa posibilidad
que quiere abrir la derecha.
El próximo año ya
tendremos la primera confrontación electoral en la que sin duda la disputa se
centrará en torno a las reformas y la Nueva Constitución. Los partidos de la
Nueva Mayoría ya empiezan a conformar sus listas de candidatos a alcaldes y
concejales. Las directivas se ponen de acuerdo en la forma de enfrentar las
elecciones de manera conjunta. El desafío ya está presente y, desde luego,
nosotros tenemos que recoger el guante.
Simultáneamente a
estas tareas, empezaremos nuestro XXV Congreso Nacional, que tendrá su punto de
partida cuando se publique la Convocatoria. Un Congreso abierto, participativo,
desde la base, que son nuestras células y comités comunales. Todos los
comunistas debemos participar, con nuestro carné al día. Lo principal es
discutir y aprobar la política que nos señalará el rumbo para los próximos años
y elegir a nuestros órganos de dirección colectiva.
Compañeras y
compañeros:
Les agradezco la
presencia en este salón que tiene tanta memoria, y no podría terminar este
discurso sin recordar a todas a nuestras compañeras y a todos nuestros
compañeros que tanto lucharon, a nuestros detenidos desaparecidos y ejecutados.
Creo que nuestro homenaje hoy lo podemos hacer en las personas de los
compañeros Fernando Álvarez, Isidoro Carrillo, Danilo González, Bernabé
Cabrera, Vladimir Araneda y nuestra querida compañera Tatiana Fariña.
No podemos dejar de
saludar a los compañeros ex presos políticos y torturados que con su huelga de
hambre hacen conciencia sobre la necesidad de más verdad y justicia y más
reparación digna para todos los que sufrieron la represión.
Saludamos también al
pueblo mapuche que lucha por su reconocimiento como pueblo y por la
recuperación de sus tierras. ¡Adelante pueblo mapuche!
Saludamos a los
pescadores que exigen la derogación de la Ley de Pesca o “Ley Longueira” como
se le conoce. Ya sabemos cuánto pagó Corpesca a un senador de la Comisión de
Pesca para que hiciera el trabajo de aprobar esta ley tan ilegítima y que tanto
lesiona los intereses del pueblo de Chile y sobre todo de los pescadores
artesanales.
Queremos saludar a
todos los pueblos hermanos del Continente, en especial a los de Cuba y de
Venezuela, que luchan por su liberación definitiva.
Saludamos a nuestros
aliados de la Nueva Mayoría y les decimos que estamos dispuestos a seguir
adelante con esta unidad, hasta consolidar lo hecho y para seguir adelante con
el proceso democratizador.
Estamos en un momento
crucial, en que debemos cruzar filas y hacer un esfuerzo supremo por devolver
la confianza al pueblo de Chile. Tenemos fuerza, tenemos reserva, si es que
tenemos la voluntad política, estamos en condiciones de hacerlo. Esto es lo que
el Partido Comunista plantea hoy, como un saludo a considerar, como una bandera
a tomar, para llevar adelante las luchas que darán vida a los mejores anhelos
de nuestro pueblo.
En especial, quiero
saludar a ustedes, compañeras y compañeros. Dignos hijos de Luis Emilio
Recabarren. Saludar a los jóvenes que hoy ingresan a nuestro Partido. Son ya
unos 100 jóvenes que en el último tiempo han ingresado al Partido a reforzar
sus direcciones intermedias y direcciones nacionales, es un gran aporte al
desarrollo del Partido. Estamos seguros que ellos seguirán la senda de lucha y
defensa de los intereses del pueblo y de los trabajadores.
Compañeras y
Compañeros: como hemos dicho siempre, aquí estamos otra vez. Y como decía
nuestra compañera Gladys Marín, mil veces venceremos.