martes, 16 de junio de 2015

Discurso de Guillermo Teillier del Valle, presidente del Partido Comunista de Chile, en el acto central por el 103 aniversario.






Discurso de Guillermo Teillier del Valle, presidente del Partido Comunista de Chile, en el acto central por el 103 aniversario de la colectividad, realizado en el Salón Mural, Intendencia de la Región del Biobío, en la ciudad de Concepción.

Amigas y amigos;
Compañeras y compañeros;
Estoy muy contento de haber llegado a la Octava Región. Yo nací aquí, fui candidato a diputado por Lota, fui secretario regional clandestino, de aquí partí a Santiago y me detuvieron cuando llegué, en los tiempos de la dictadura. Así que siento que hacer este acto del 103 aniversario del Partido Comunista, aquí en Concepción, es algo merecido para esta ciudad. Lo hemos hecho en Santiago repetidas veces, también en Valparaíso, y hacía falta hacerlo en Concepción, en la Octava Región, donde se originan las más grandes luchas obreras y mineras de nuestra historia, que tiene una raigambre campesina, de pescadores, de trabajadores forestales, de una gran masa estudiantil, una Región donde la cultura se lleva adelante como algo de primer orden.
No hay duda de que el inicio del nuevo Siglo del Partido Comunista será señalado como un momento crucial de su historia, habida cuenta, que este es el tercer gobierno en el cual participa durante su centenaria vida. Estuvimos en el de Gabriel González Videla, quien nos traicionó. Estuvimos, en esa época, once años ilegales. Después estuvimos en el gobierno del Presidente Mártir, Salvador Allende Gossens. Ya sabemos lo que pasó después; el golpe de Estado, la persecución genocida contra nuestros partidos y contra el pueblo. Pero aquí estamos de nuevo.
Hemos cumplido ya un año formando parte del gobierno de la Nueva Mayoría encabezado por Michelle Bachelet. Y podríamos decir, ¡y vaya que año! Primero, porque estamos muy conformes porque hasta ahora se ha ido cumpliendo el itinerario del cumplimiento de las reformas comprometidas con el pueblo. Hasta en enero de este año, todo iba miel sobre hojuelas. Habíamos cumplido, y estábamos seguros de que podíamos acometer nuevos desafíos y que este año sería un año de mayores cumplimientos de nuestro programa y de mayores satisfacciones. Pero ocurrieron otros hechos. Por ello es que en este 103 aniversario de nuestra fundación, junto con saludarlos a todos ustedes con la fraternidad siempre presente de los comunistas, más que a nuestra historia, me referiré a la contingencia política.
“Estamos asistiendo al comienzo de la agonía de un sistema basado en la desigualdad”.
No es casual que estemos viviendo la crisis política actual. La crisis no es más que el efecto del choque que se produce entre la institucionalidad y la forma de hacer política, que viene desde la dictadura, del choque de esa política con las reformas estructurales que llegaron de la mano de las luchas populares, en especial de los estudiantes y los trabajadores, que pusieron de relieve la necesidad imperiosa de llevar adelante cambios profundos y la obligación impostergable de cambiar la Constitución Política del Estado, que fue aprobada de manera ilegítima durante la dictadura.
Estamos asistiendo al comienzo de la agonía de un sistema basado en la desigualdad, que menoscaba la dignidad de los trabajadores y los somete al arbitrio de las reglas del juego que favorecen al gran empresariado. Estamos asistiendo a la agonía de un sistema que favorece la relación perversa entre política y negocios. Se está poniendo fin a la corrupción, a la compra de favores políticos, se está transparentando una situación que ya no daba para más y que la opinión pública, el pueblo de Chile,  ya no soporta más. Se van a acabar los fondos reservados de las grandes empresas para los candidatos a parlamentarios, se van a acabar las boletas truchas, se van a endurecer las leyes para castigar los delitos de cuello y corbata.
Este gobierno, nuestro gobierno, que se debate en medio de la crisis política que genera el destape de tantos hechos que pueden llegar a configurar delitos, tiene la obligación de limpiar nuestra institucionalidad, de entregarle al país leyes claras y precisas para evitar que en el futuro inmediato se reproduzcan estas acciones deleznables para la convivencia democrática. Es lo que está haciendo la Presidenta Bachelet y en ello tiene y tendrá todo nuestro respaldo. Haremos todo lo posible para que esas leyes se aprueben con el máximo de celeridad en el Parlamento.
Llevar adelante estas leyes, no quiere decir que vayan a cesar los procesos judiciales y administrativos en curso, relativos a posibles delitos, y está claro que no habrá impunidad ni “arreglín” alguno para favorecer a nadie. Lo que se debe cuidar, es que exista un debido proceso, pero debe hacerse justicia. No todos los posibles delitos son iguales, y no todos los actores políticos están metidos en actos de corrupción, la mayoría no lo está, y podemos responder con claridad por el Partido Comunista: no estamos metidos en aguas turbias, tenemos la conciencia y las manos limpias.
La derecha, y en especial la UDI, han tratado de establecer un empate en las responsabilidades. Ello no es posible, porque independientemente de que existen responsabilidades en la Nueva Mayoría, es necesario dejar muy en claro que la autoría de este sistema, que favorece la corrupción, es de la derecha cuando gobernaba con la dictadura, que fue cuando expoliaron al Estado y a todos los chilenos, de las empresas estatales y abrieron las puertas al desenfreno ultra neoliberal que, entre otras formas, ha establecido el cohecho como forma habitual de relacionarse con el aparato público para conseguir franquicias en beneficio de sus negocios. A esto es lo que estamos diciendo basta, no señores de la UDI, su reinado sobre la política y la economía mediante el abuso y la deshonestidad, está llegando a su fin.
No es justificable que algunos representantes de la Nueva Mayoría hayan caído en este juego, sabemos que para muchos la salida de esta situación será como un parto doloroso, sin embargo, no hay otro camino que el de cerrar filas ante las propuestas de transparencia y probidad de la Presidenta de la República, asesorada por la comisión Engel y, quienes deban hacerlo, tendrán que asumir la responsabilidad y el costo, esclarecer los hechos y dar respuesta al cuestionamiento ético de la ciudadanía.
“La inestabilidad política trae peligros para el proyecto democratizador”.
La inestabilidad política trae sin embargo peligros para el proyecto democratizador. No ha pasado aún el peligro de una crisis institucional y, por otra parte, no se dejan de escuchar las voces que desde la derecha, incluso desde sectores de la Nueva Mayoría, y del mundo empresarial, plantean suspender las reformas, aligerarlas o postergarlas.
Dirigentes empresariales aducen que las reformas y los hechos de corrupción han creado desconfianza hasta el punto de frenar la economía.
¿Y quiénes son los que han creado la desconfianza? ¿Quiénes son los que han cometido delitos tributarios, quiénes son los que han pagado boletas ideológicamente falsas? Y nos preguntamos ¿dónde está la autocrítica del empresariado? Ellos piden que se les devuelva la confianza. Ellos son los que tienen que devolverle la confianza al país.
En este marco, yo quiero decir que no estoy de acuerdo con las palabras del presidente del Senado, Patricio Walker, quien en una entrevista dijo que se debe reformular la reforma tributaria. No estoy en absoluto de acuerdo con esa afirmación. Y menos aun vamos a estar de acuerdo con otra afirmación del presidente del Senado, de que ellos en el Senado, van a someter a un examen minucioso la reforma laboral. ¿Con qué finalidad? Para no asustar a los empresarios, para no tocar los intereses de los empresarios. Él ha dicho más: que no le va temblar la mano para llevar adelante el diálogo, para poner dentro de la realidad económica la reforma laboral. Yo pregunto: ¿no le temblará la mano para el diálogo con los empresarios y con la derecha? ¿Y el diálogo con los trabajadores?
Nuestro gobierno tiene que relacionarse mucho más con el movimiento social, quizá es poco lo que hemos logrado, pero tenemos que seguir avanzando por este camino.
Efectivamente la economía se ha desacelerado, principalmente producto de la crisis internacional.  El Ministro de Hacienda hizo un planteamiento también preocupante. Ha dicho que hay bajar los gastos el próximo año, aunque ha asegurado que el financiamiento para las reformas está disponible. Nosotros hemos dicho que vamos a defender el proceso de reformas, en la calle si es preciso, es más, pensamos que las reformas deben avanzar con movilización social pacífica y diálogo fructífero.
En estos días, compañeras y compañeros, hemos visto en las calles multitudinarias movilizaciones de estudiantes y profesores. A nosotros no nos asuntan esas movilizaciones, creemos que es un buen signo de los tiempos.
Los profesores llevan varios días de paro indefinido buscando el retiro del proyecto de carrera docente. Respetamos la decisión del Colegio de Profesores y los apoyamos, como siempre lo hemos hecho, frente a sus luchas. Pero debemos decir que nos parece que junto a la movilización, se debe hacer el esfuerzo por acercar posiciones mediante el diálogo, entre el Colegio y el Ministerio de Educación. A ello estamos contribuyendo desde el Parlamento, pensamos que el proyecto que debe beneficiar a los profesores con un gasto de 2.500 millones de dólares anuales, puede ser modificado en la Cámara de Diputados con la voluntad del Ejecutivo y en acuerdo con el Colegio. Lo contrario, podría significar  el rechazo a la idea de legislar y la imposibilidad de reponerlo hasta un año más, creando incertidumbre sobre todo el proceso de reforma educacional. Eso podría tener consecuencias difíciles de precisar, pero sería muy posible que se afectara el cumplimiento del conjunto del programa del gobierno de la Presidenta Bachelet. Con eso, les haríamos un favor a todos quienes quieren detener este proceso aprovechándose de la crisis política del país.
Nos interesa sobremanera que se complete todo el proceso de reforma educacional, que al fin del lucro, el copago y la selección ya aprobado, se aprueben este año carrera docente, desmunicipalización, y la calidad y gratuidad de la educación superior.
Asimismo nos interesa sobremanera también, que la reforma laboral ya aprobada en la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, sea aprobada la próxima semana en la Sala y que pase por el Senado sin mayores tropiezos, al contrario de lo que pretenden algunos pájaros de mal agüero.
En este sentido, queremos adelantar que el Partido Comunista de Chile contribuirá al éxito de la movilización a la que está convocando la CUT, para el mes de julio, con el fin de apoyar la reforma laboral y abrir paso al acuerdo unitario para luchar por una nueva Constitución para Chile.
Nosotros esperamos que el actor principal del proceso constituyente sea el pueblo de Chile que es el soberano. La Presidenta ha adelantado que el proceso tendrá un componente de consulta ciudadana de real incidencia. Pensamos que se debe buscar el medio, el instrumento preciso, para que en su totalidad, o parte de esa incidencia, sea vinculante. Nosotros seguimos afirmando que la mejor forma de participación del pueblo, es la Asamblea Constituyente.
“Nuestra tarea es seguir trabajando para cumplir con el programa comprometido con el pueblo”.
Compañeras y compañeros: es verdad que enfrentamos momentos difíciles, pero también grandes desafíos. Nuestra tarea es seguir trabajando para cumplir con el programa comprometido con el pueblo, buscar la unidad y  luchar por las reformas, no retroceder. La Nueva Mayoría tiene un gran papel que jugar, en primer lugar cumplir con su palabra, el pueblo de Chile necesita certezas, creer de una vez por todas que alguien no promete en falso. Nos jugamos este año la posibilidad de ser gobierno el próximo período presidencial con la finalidad de consolidar lo avanzado y crear nuevas expectativas de democratización, igualdad y justicia social. La derecha se la juega para evitar tal posibilidad, su propósito no es otro que revertir todo lo avanzado. Nos cruzaremos con todas nuestras fuerzas frente a esa posibilidad que quiere abrir la derecha.
El próximo año ya tendremos la primera confrontación electoral en la que sin duda la disputa se centrará en torno a las reformas y la Nueva Constitución. Los partidos de la Nueva Mayoría ya empiezan a conformar sus listas de candidatos a alcaldes y concejales. Las directivas se ponen de acuerdo en la forma de enfrentar las elecciones de manera conjunta. El desafío ya está presente y, desde luego, nosotros tenemos que recoger el guante.
Simultáneamente a estas tareas, empezaremos nuestro XXV Congreso Nacional, que tendrá su punto de partida cuando se publique la Convocatoria. Un Congreso abierto, participativo, desde la base, que son nuestras células y comités comunales. Todos los comunistas debemos participar, con nuestro carné al día. Lo principal es discutir y aprobar la política que nos señalará el rumbo para los próximos años y elegir a nuestros órganos de dirección colectiva.
Compañeras y compañeros:
Les agradezco la presencia en este salón que tiene tanta memoria, y no podría terminar este discurso sin recordar a todas a nuestras compañeras y a todos nuestros compañeros que tanto lucharon, a nuestros detenidos desaparecidos y ejecutados. Creo que nuestro homenaje hoy lo podemos hacer en las personas de los compañeros Fernando Álvarez, Isidoro Carrillo, Danilo González, Bernabé Cabrera, Vladimir Araneda y nuestra querida compañera Tatiana Fariña.
No podemos dejar de saludar a los compañeros ex presos políticos y torturados que con su huelga de hambre hacen conciencia sobre la necesidad de más verdad y justicia y más reparación digna para todos los que sufrieron la represión.
Saludamos también al pueblo mapuche que lucha por su reconocimiento como pueblo y por la recuperación de sus tierras. ¡Adelante pueblo mapuche!
Saludamos a los pescadores que exigen la derogación de la Ley de Pesca o “Ley Longueira” como se le conoce. Ya sabemos cuánto pagó Corpesca a un senador de la Comisión de Pesca para que hiciera el trabajo de aprobar esta ley tan ilegítima y que tanto lesiona los intereses del pueblo de Chile y sobre todo de los pescadores artesanales.
Queremos saludar a todos los pueblos hermanos del Continente, en especial a los de Cuba y de Venezuela, que luchan por su liberación definitiva.
Saludamos a nuestros aliados de la Nueva Mayoría y les decimos que estamos dispuestos a seguir adelante con esta unidad, hasta consolidar lo hecho y para seguir adelante con el proceso democratizador.
Estamos en un momento crucial, en que debemos cruzar filas y hacer un esfuerzo supremo por devolver la confianza al pueblo de Chile. Tenemos fuerza, tenemos reserva, si es que tenemos la voluntad política, estamos en condiciones de hacerlo. Esto es lo que el Partido Comunista plantea hoy, como un saludo a considerar, como una bandera a tomar, para llevar adelante las luchas que darán vida a los mejores anhelos de nuestro pueblo.
En especial, quiero saludar a ustedes, compañeras y compañeros. Dignos hijos de Luis Emilio Recabarren. Saludar a los jóvenes que hoy ingresan a nuestro Partido. Son ya unos 100 jóvenes que en el último tiempo han ingresado al Partido a reforzar sus direcciones intermedias y direcciones nacionales, es un gran aporte al desarrollo del Partido. Estamos seguros que ellos seguirán la senda de lucha y defensa de los intereses del pueblo y de los trabajadores.
Compañeras y Compañeros: como hemos dicho siempre, aquí estamos otra vez. Y como decía nuestra compañera Gladys Marín, mil veces venceremos.

Muchas Gracias.