martes, 11 de octubre de 2011

Radio Berlín entrevista a Luis Corvalán









LA POLÍTICA DE REBELION POPULAR HA JUGADO Y JUEGA UN GRAN PAPEL

La Radio Berlín de la República Democrática Alemana entrevistó el 3 de junio reciente al secretario general del Partido el compañero Luis Corvalán.

Damos a continuación esa entrevista:

RADIO: ¿Cree usted que las recientes manifestaciones de protesta que ha habido en Chile lleven a un proceso irreversible que conduzca al derrocamiento de la tiranía de Pinochet?

CORVALÁN: Si. Se puede afirmar que es irreversible el proceso que conducirá al término de la dictadura fascista de Pinochet. Pero, como todo proceso, tendrá que vencer todavía no pocos obstáculos. Será coronado por el éxito en un plazo que puede ser cercano, sólo a condición de que todas las fuerzas opositoras redoblen su combate por la democracia y se unan cada día más.

A decir verdad, la Jornada de Protesta del 24 de Marzo y, sobre todo, la del 11 de Mayo, alcanzaron una evergadura y una fuerza que el régimen no se imaginaba y que han ahondado las disenciones en el campo de la dictadura.

Lo más sobresaliente del momento actual es el desarrollo pujante de la lucha de las masas y los avances en la unidad de la oposición forjados al calor de estas luchas.

La iniciativa ha pasado a manos del pueblo y el régimen fascista, aunque todavía puede golpear, se encuentra en una situación de creciente orfandad. Hoy es acosado hasta por parte de muchos de los que han sido sus partidarios.

RADIO: -Pinochet, al igual que Reagan, culpa a la Unión Soviética de la efervescencia de las masas populares. ¿Podría usted comentar este hecho7

CORVALAN: La Unión Soviética mantiene una política de permanente solidaridad con las luchas de nuestro pueblo. Tal es, también, la conducta de la República Democrática Alemana, de Cuba y otros países socialistas, y ello es bien recibido por la mayoría de los chilenos. Pero, la efervescencia social o las luchas que se libran en nuestro país no son sino la expresión del repudio popular y nacional que despierta la dictadura. Ante el desastre económico a que el fascismo ha conducido al país, frente a sus crímenes y persecuciones, el pueblo no tiene otra alternativa que la de luchar por el derrocamiento de la tiranía, por la libertad y la democracia.

Tanto Pinochet como Reagan falsifican los hechos. Las luchas que libran los pueblos centroamericanos y del Caribe son la respuesta inevitable que ellos dan a decenas y decenas de años de dominio y abusos del imperialismo a través de tiranías despóticas y serviles, y es ridiculo achacárselas a la URSS o a Cuba.

RADIO: -Luego de la formación del Comando Nacional de Trabajadores, ¿cono evalúa usted dicho Comando y las represalias a las manifestaciones conjuntas de la oposición en Chile?

CORVALAN: El Comando Nacional de Trabajadores se formó con posterioridad a las jornadas de protesta del 24 de Marzo y del 11 de Mayo. Este ha sido un acontecimiento de importancia trascendental, que muestra que las organizaciones que representan a la mayoría de la población se unen en la lucha por la libertad.

En represalia a los combates de masas y a su unidad creciente, Pinochet ha ordenado detenciones, relegaciones y razzias masivas en las poblaciones populares, en tanto que somete a proceso judicial a los dirigentes de la Confederación del Cobre. Pero nada de ésto logra sus objetivos. Cada medida de la dictadura se traduce en un ánimo de mayor combatividad en las masas. Cada golpe de la tiranía le crea nuevos y nuevos adversarios dispuestos a acabar con el fascismo.

Ciertamente, Pinochet es capaz de aferrarse al poder y de apelar, para ello, al terror brutal hasta el último instante. Pero ningún tirano —por muy tirano que sea— es dueño absoluto de la situación, mucho menos en periodos en que ésta entra en crisis y tal crisis afecta a clases, capas, instituciones y personas de todos los sectores sociales.

RADIO: ¿Qué posibilidades tienen los EE.UU. para continuar apoyando a Pinochet o para la búsqueda de otras vías que les garantice la mantención de su influencia en Chile?

CORVALAN: El gobierno de Reagan, más que la anterior administración norteamericana, le brinda su apoyo político y económico a Pinochet, y todo indica que seguirá prestándole su ayuda.

Al mismo tiempo, hay un sector de la opinión pública de los EE.UU. que repudia al régimen fascista de Pinochet y existen también sectores del campo imperialista que seguramente están en búsqueda de otras vías que les garanticen la mantención de su influencia en chile. Pero lo más determinante en la actual situación está llamado a ser la lucha del pueblo chileno. Nosotros, comunistas, estamos por la salida más avanzada, que ojalá no deje piedra sobre piedra del edificio del fascismo. A la vez, hay otros sectores de la oposición que se trazan perspectivas de menor alcance. Todo esto entra en juego. En cualquier caso, será la amplitud y fuerza de la lucha del pueblo lo que asegurará su victoria, independientemente de los deseos y el apoyo que el imperialismo le preste a Pinochet.

Se puede añadir que las jornadas de protesta habidas en Chile en los últimos meses han conmocionado al país. La protesta ha adquirido las más diversas formas. Se ha expresado en paros en fábricas, universidades y escuelas, a través de manisfestaciones callejeras, haciendo sonar las cacerolas y las bocinas de los automóviles, privándose de hacer compras en fechas preetablecidas, apagando la luz eléctrica a una misma hora, organizando variadas y múltiples acciones de sabotaje y desorden organizado. La política de rebelión popular del Partido Comunista ha jugado y juega un gran papel, contribuyendo a levantar el espíritu de lucha de la gente y a crear más fe en las fuerzas propias del pueblo. Al mismo tiempo, ha contribuido a llevar el desconcierto y la descomposición al campo enemigo.

Las jornadas de protesta han demostrado una gran combatividad. Se han efectuado, por asi decirlo, a la luz del día, con anuncio público, en abierto desafio a la dictadura. Esto quiere decir que miles de combatientes han tenido que enfrentarse a los órganos represivos, a sus carros lanza-aguas, a sus perros policiales, a las balas plásticas y también a las de plomo, a sus garrotes y, en el caso de los detenidos, a las torturas, largas incomunicaciones y relegaciones.

Nada de ello los ha amendrentado. Más aún, en numerosos casos, la población ha enfrentado a la policía y hasta la ha obligado a replegarse.

Esta fuerza y combatividad del movimiento indican que el pueblo de Chile ha emprendido resueltamente el canino de la lucha con vista a terminar con la dictadura.

Tomado de: Boletin del Exterior N°60

Partido Comunista de Chile

julio - agosto 1983