UN ANIVERSARIO QUE CONVOCA A NUEVAS BATALLAS
por Volodia Teitelboim
Intervención en el acto celebrado en Moscú el 7 de enero de 1981, conmemorando el 59° aniversario de la fundación del Partido Comunista de Chile.
Elías Lafertte solía recordar que en el tiempo de su juventud, cuando era obrero de la pampa salitrera, el plato fuerte del calichero consistía en los porotos. Marx, en el primer tomo del Capital, recoge la afirmación y el comentario de Leibig que los capitalistas obligan a ingerír porotos a los obreros sudamericanos porque habían descubierto que con pan no rendían tanto trabajo. (1)
LA CULMINACION DE UN PROCESO HISTORICO
E1 que después fuera presidente del Partido Comunista de Chile comprobó en su estómago y en sus labores de pampino la verdad del materialismo histórico mucho antes que la hubiera descubierto como teoría. Cuando en 1912 él participa en la fundación del Partido Obrero Socialista, en Iquique, la explotación del hombre por el hombre tiene en nuestro territorio una historia que viene desde mediados del siglo XVI, desde la conquista española. Registra expresiones de lucha de la naciente clase obrera por lo menos 80 años antes de la constitución del primer partido de los comunistas chilenos. En 1832 se desarrollan, en efecto, movimientos reivindicativos de mineros que presuponen embrionarias formas de conciencia y un primario nivel de organización.
El Partido Comunista de Chile, nacido hace 59 años, en Rancagua, no surge, pues, en un campo vacío, no es una invención foránea ni una creación caprichosa. Es la culminación de un proceso histórico, consecuencia de la maduración de la lucha de clases y de un desarrollo ideológico que, aunque esporádico, discontinuo, insuficiente, ya a mediados del siglo pasado empieza a manifestarse en organizaciones como la Sociedad de la Igualdad. Aunque sea una golondrina que todavía no hace verano, en 1854 se vende en Santiago la Miseria de la Filosofía, de Carlos Marx, lo cual atestigua que había personas interesadas ya entonces por las ideas del socialismo científico. No hay que descartar el influjo que ejerce la llegada de revolucionarios extranjeros. En 1872 arriban a punta Arenas, una ciudad recién nacida, en el extremo sur de la Tierra, unos 300 franceses desterrados por participar en la Comuna de París. No sabemos si su presencia en el país tuvo alguna relación con el hecho que un funcionario particularmente celoso denuncia dos años más tarde al gobierno de la época, diciéndole que "la rebelión contra el trabajo conocida con el nombre de huelga, que tan perniciosas consecuencias ha producido en Europa y sobre todo en Inglaterra, donde tuvo su origen, ha pretendido iniciar también entre nosotros una cruzada tan perjudicial como la que ha tenido que soportar el Viejo Mundo".
Efectivamente, sobre todo tras la Guerra del Pacífico, que supone una nueva etapa en el desarrollo de la economía capitalista y la aparición del imperialismo en Chile, ligada a un visible crecimiento del proletariado salitrero y fabril, contabiliza en la década que sigue al conflicto, 59 huelgas por lo menos. En 1890, un diario de derecha, "El Estandarte Católico", sostenía horrorizado: "Hay manifestaciones inequívocas del aparecimiento en Chile de la plaga asoladora del comunismo". Advertía movimientos inquietantes, veía gente que proponía tan peligrosas ideas. Antes de finalizar el siglo XIX la "Unión Socialista" afirma en su programa que su "objeto es implantar el socialismo en Chile".
Luis Emilio Recabarren personifica una síntesis de todos esos ensayos y los proyecta a una etapa superior, que unifica teoría y práctica. Cuando en enero de 1899 funda el periódico "La Democracia", su sueño es llegar a ese cuarto de millón de obreros existentes en Chile, cantidad apreciable para esos tiempos, en un país relativamente pequeño de América Latina, A esa clase que surge se dirige abiertamente: "Mi confianza -escribe en 1904- está en el proletariado, en su combatividad... Aprovechar estas energías, interpretarlas y orientarlas, hacer que contribuyan a la liberación del pueblo y que la patria se beneficie con ellas: he aquí la gran labor. Ya vendrá el día de la victoria".
VOCACION INTERNACIONALISTA
Internacionalismo, he aquí un rasgo que fue patrimonio precoz de los trabajadores chilenos, reflejado, por ejemplo, en 1897, por la solidaridad de la Conferencia Obrera de Santiago con la lucha de Cuba por su independencia. Recabarren es un verdadero patriota, cualidad que en el revolucionario se funde con el internacionalismo. Bajo su inspiración, la Mancomunal Obrera de Iquique saluda la Revolución Rusa de 1905, señalando que "la honrosa actitud del ....
Publicado en:
Boletin del Exterior N°46 - marzo - abril 1981
páginas 82 al 96
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