Querida compañera, querido
compañero:
Escribo para hacer un
llamado urgente: debemos impedir que se cumpla el deseo de algunos dirigentes
comunistas de eliminar "El Siglo" de papel. Si esto se consuma, en mi opinión, es traicionar la gloriosa herencia de Luis
Emilio Recabarren, creador e impulsor de la prensa obrera.
Hago este llamado pese a
que en los últimos años mis artículos han sido vetado, luego de colaborar 40
años en las páginas de "El Siglo".
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
ELIMINAR “EL SIGLO” DE PAPEL ES TRAICIONAR EL LEGADO DE RECABARREN
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Luis Emilio Recabarren, venciendo enormes
dificultades -persecución policial, destrucción de imprentas, prisión, un Partido
muy débil, falta de recursos- fue capaz de fundar once periódicos. Esa herencia
es un tesoro para los comunistas.
Siguiendo la senda recabarrenista, un grupo de
revolucionarios, basándose en las
fuerzas del Partido Comunista y en el apoyo del pueblo, sacó el 31 de agosto de 1940 el primer número
de El Siglo.
Este hecho marcó el inicio de su primera etapa, que
finalizó con el cese de su publicación el 14 de julio de 1948 como consecuencia
de la Ley Maldita. Para reemplazarlo,
sacó el 10 de septiembre de 1949 el
periódico Democracia, que circuló sin explicitar que era comunista para evitar
ser clausurado. El reconocimiento como órgano del PC se produjo en su última
edición, en 1952.
La segunda
etapa abarca desde el 25 de octubre de 1952, cuando
reapareció ocho días antes de que terminara el gobierno de González Videla hasta el golpe fascista de 1973.
Fue en esa etapa cuando inicié a colaborar con
nuestro periódico.
GRACIAS AL
DIPUTADO OBRERO MEDEL...
El de 1957 fue un invierno muy crudo. Las torrenciales lluvias hicieron subir el
caudal de los ríos de la provincia, provocando grandes inundaciones.
Especialmente desastrosas resultaron las
crecidas del Cautín y del Imperial. Este último anegó vastas zonas desde Nueva
Imperial hasta la costa, dejando damnificadas a gran cantidad de comunidades
mapuches.
De Concepción al sur, no teníamos parlamentario
comunista. Debido a ello, el Comité Central designó al diputado por Concepción,
camarada Santos Leoncio Medel, para que visitara y atendiera, desde el punto de
vista parlamentario, el sur del país.
El compañero Medel era un minero del carbón, que no
siendo de edad avanzada tenía el pelo
totalmente blanco. Hablaba con voz ronca, en forma pausada; era
extraordinariamente amable y cordial; entusiasta y apasionado como un joven,
optimista y alegre; sencillo y modesto (Mucho después vine a saber que ya por
entonces su organismo estaba gravemente
afectado por la silicosis, la terrible enfermedad que ataca mortalmente
los pulmones de los mineros).
Viajó a Cautín a recoger antecedentes de las
secuelas de las lluvias caídas. Me correspondió acompañarlo en su minuciosa
gira desde Temuco hasta Puerto Saavedra. Visitamos comunidades mapuches, el
barrio Estación de Carahue, la zona costera del Pacífico. Por todas partes desolación y muestras de la
indolencia y despreocupación de las penurias del pueblo de parte de las
autoridades. Gobernaba el ex dictador Carlos Ibáñez del Campo.
En nuestra casa, mientras tomábamos una taza de té,
el compañero Medel me dijo:
- Camarada Iván, le deseo pedir un favor. Resulta
que debo escribir algo para el diario, pero como hemos andado los dos juntos y
usted es mejor para la pluma que yo, he pensado que usted podría redactar una
informacioncita de lo que vimos y de lo que hicimos. No pude negarme. Escribí
de inmediato el artículo, poniendo todo
mi empeño. Lo corregí varias veces.
Después se lo pasé al diputado. Pensé que iba a proponer correcciones.
Lo leyó en voz alta y me dijo:
- Muy bien compañero. Le quedó excelente. Mañana en
la mañana, apenas llegue a Santiago, lo llevaré a “El Siglo”. Y si usted no
tiene inconveniente para ello, lo publicaremos con su nombre.
Acepté feliz, Se hacía realidad un viejo anhelo de
escribir en el diario del Partido.
Fue así como, al diputado obrero Santos Leoncio
Medel, apareció mi primer artículo en “El Siglo”.
COLABORANDO
DURANTE 40 AÑOS
En abril de 1958 escribí un artículo sobre las
Juventudes Comunistas con el nombre de José Soto.
En 1959 en mi viaje como delegado al Festival de la
Juventud y de los Estudiantes efectuado en Viena escribí varias crónicas, de
las cuales se publicaron dos.
En 1961 aparecieron 10 artículos míos; 32, en 1962;
3, en 1963; 4, en 1964; 3, en 1965; 1, en 1966; 1, en 1967; 6, en 1968; 2, en
1969; 13, en 1970; 40, en 1972.
Durante la UP, El Siglo tenía una tirada de 29.000
ejemplares diarios, ocupando el segundo lugar entre la prensa pro allendista,
muy por detrás de El Clarín (220.000) y
por delante de Puro Chile (25.000), La Nación (21.000) y última Hora (17.000).
La tercera
etapa
corresponde a la época de clandestinidad, en la que el órgano del PC circuló
esporádicamente y con gran dificultad, debido a la persecución que ejerció la
dictadura. En ese tiempo el lema del
diario era "el primer activista de la revolución chilena”.
La cuarta
etapa
se extiende desde septiembre de 1989, cuando se convierte nuevamente en una
publicación de circulación legal, hasta enero de 2018, cuando dejó de
publicarse como periódico de papel, a raíz del incendio de la imprenta en que
se editaba.
En esa etapa volví a colaborar. De vuelta del
exilio, apareció un artículo mío en
1990; 26, en 1991; 7, en 1992; 4, en 1993; 3, en 1994; 1, en 1995; 5, en
1997.
PROHIBEN
QUE APAREZCAN MIS ARTÍCULOS
Después de ese año, fui vetado, Como es (era) el
órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Chile, el hecho que
manifestara mis posiciones contrarias a las de algunos miembros de la
Dirección Central en materias tácticas,
significó que se cerraran a machote las puertas de El Siglo a un militante que
durante 40 años colaboró en él sin remuneración alguna.
El 27 de septiembre de 2002, el compañero Guillermo
Teillier a propósito de mi libro “Historia del Partido Comunista de Chile. La
Crisis que se comenzó en los años ochenta”, me dedicó un artículo de dos
páginas con el título de “La crisis de Iván”, donde me trató muy mal,
inventando que yo estaba al frente de una fracción (cosa que nunca se aclaró).
Entonces, basándome en mi derecho a réplica, escribí una respuesta y la llevé a
“El Siglo”, Allí me dijeron que por orden de la Dirección del Partido no se
publicaba nada mío. Pero, a pesar del veto del CC, nada ni nadie me quita el derecho de sentirme
muy junto a El Siglo. Cuarenta años son más que algo.
VITRINA EN
LA ESQUINA ROJA DE ÑUÑOA
En el año 2008, por iniciativa y gracias al impulso del compañero Moisés González, surgió
la idea de las Vitrinas. La central y la
que se mantuvo durante años fue la ubicada
en Irarrázaval esquina Pedro de Valdivia, que llamamos la esquina roja
de Ñuñoa. Fue iniciada con los miembros del secretariado del Comité
Comunal y más tarde quedó bajo la
responsabilidad de la célula Teresa Flores.
Funcionó, salvo excepciones, todos los sábados desde el 8 de marzo de
2008. En su desarrollo participaron, además de miembros de la Teresa Flores,
compañeros de las células Américo Zorrilla, Julieta Campusano, Aurora, Santiago
Aguilar, Lelia Garreaud, Mario Zamorano
y María Marchant.
En muchas ocasiones vendimos veinte ejemplares de
“El Siglo”. Y no en pocas, participé voceando y vendiendo nuestro semanario.
En
la Vitrina, en la esquina roja de
Ñuñoa, sábado 31 de mayo de 2014.
NO PUEDE DESAPARECER “EL SIGLO” DE PAPEL
Los que están por decretar la muerte del periódico
de papel, argumentan que basta con el
periódico digital. Qué poco conocen al pueblo, a los trabajadores. Una vez más
esos dirigentes muestran su ignorancia de la importancia de la lucha ideológica. Si fuera verdad lo
que ellos sostienen, ¿por qué se
mantienen los periódicos de COPESA y de El Mercurio? ¿Por qué, incluso, regalan
periódicos gratis?
Ellos comprenden mejor el legado de Recabarren que
algunos debieran ser sus herederos.
Recordemos lo ocurrido en 1957, en la llamada
“Batalla de Santiago”. En la madrugada del 3 de abril de 1957, matones de la
entonces policía política asaltaron,
destruyeron la Imprenta Horizonte, que era del Partido Comunista. Rufianes
como eran incluso se robaron máquinas de escribir y otros elementos.
Simultáneamente realizaron idéntico operativo en las oficinas de “EL Siglo”.
Entonces los dirigentes comunistas no buscaron el camino más cómodo. Actuaron
siguiendo el ejemplo de Recabarren y 28
días después de los asaltos volvió a
publicarse “El Siglo”.
Ahora, en enero de 2018 un incendio afectó a la
imprenta (que tengo entendido no es el Partido) en que se editaba el semanario.
Han pasado mucho más de 28 días y lo único que hemos conocido al respecto de la
Dirección del Partido es solicitar ayuda solidaria para el compañero dueño de
la imprenta siniestrada (lo que es muy justo hacerlo) y tratar de convencernos
que basta con la edición digital a la que no tienen acceso la inmensa mayoría
de los trabajadores.
LA VOZ DE
LA MILITANCIA ES LA VOZ DEL PARTIDO
Lenin en su obra “La socialdemocracia y las elecciones a la Duma”, escribió:
“Todos los asuntos del Partido deben ser manejados
–directamente por medio de representantes- por todos los miembros del Partido
en un plano de igualdad de derechos, sin excepción”. (Lenin: Obras Completas,
tomo 14, p. 253, citado por
Otto Kussiner y otros en “Comunismo Científico. Diccionario”, Editorial
Progreso. Moscú, 1981, p. 122)
Si bien es cierto que “El Siglo” es el órgano
oficial del Comité Central del Partido Comunista de Chile, la militancia –según
las normas leninistas- tiene derecho a manejar todos los asuntos el
Partido.
He recibido numerosos correos de compañeras y compañeros que están incluso desconsolados
por la eliminación de “El Siglo” de papel. Es bueno que esa expresión se haga
pública.
Exijamos, por ejemplo, que el objetivo principal de
la Campaña de Finanzas 2018, que lleva el nombre de la gran compañera Julieta
Campusano, sea dotar al Partido y al pueblo chileno de un periódico que sea
ojalá sea diario o, por lo menos aparezca tres veces a la semana.
Así nuestro Partido será digno heredero del creador
de la prensa obrera chilena, Luis Emilio Recabarren.
Queremos ver al heroico pionero de “EL
Siglo”
recorriendo las calles de la
ciudad