jueves, 8 de febrero de 2018

CAPÍTULO XV: ¿NO QUIEREN NOMBRAR LA SOGA EN CASA DEL AHORCADO?




REFLEXIONES DE UN MILITANTE COMUNISTA DE BASE EN TORNO A LA DERROTA DE DICIEMBRE DE 2017 (XV)


       

Iván Ljubetic Vargas, historiador

 
CAPÍTULO XV: ¿NO QUIEREN NOMBRAR LA SOGA EN CASA DEL AHORCADO?

Es curioso que en un Pleno del Comité Central, que tiene por tema analizar y sacar conclusiones de una derrota que tiene tan graves consecuencias tienen para el pueblo, no se mencione el estado orgánico y funcionamiento del Partido. ¿Acaso los participantes de esa reunión que forman la Dirección Nacional no conocen la realidad de ello? ¿Tal vez  no consideran que una causa de la derrota fue que el Partido de la clase obrera no estuvo en condiciones de jugar el rol de vanguardia en esa decisiva lucha por ganar el Ejecutivo, que en nuestro país tiene un sobredimensionado  poder? ¿No entienden que sólo un Partido con todas sus células vivas, con organismos de dirección activos y capaces, puede jugar un papel decisivo y no ser un elemento secundario?

Lenin explicó que “el partido revolucionario, como destacamento de vanguardia de la clase, debe estar lo más organizado posible y sólo tiene que  aceptar en su seno a aquellos elementos que admitan un mínimo de organización”. (Los subrayados  son de Lenin). (Lenin: “Un paso adelante, dos pasos atrás”. Obras Escogidas en tres tomos.  Tomo I, páginas 316-317)

Sobre el mismo tema agrega Lenin: “Para ser de verdad intérprete consciente, el Partido debe saber establecer unas relaciones de organización que aseguren determinado nivel de conciencia y eleven sistemáticamente este nivel… Ya que nos hemos agrupado en un partido para una trabajo metódico, debemos preocuparnos de asegurar que sea metódico” (Ídem. Tomo I, páginas 342 y 343)

Lenin advierte: “El retraso de la organización del trabajo, en comparación con su contenido, es nuestro punto flaco… El estado rudimentario y efímero de la forma no permite seguir haciendo progresos serios en el desarrollo del contenido, provoca una estancamiento vergonzoso, lleva a malgastar las fuerzas y hace que los actos no correspondan a las palabras”. (Ídem. Tomo I, página 431)

Aquellos que hablan bonito dicen que no se puede tapar el sol con un dedo. También que no podemos ocultar la verdad metiendo la cabeza en la arena. Pero en estos momentos en lo que refiere a nosotros, sobran dedos y tenemos un desierto de Atacama cubriendo con su arena toda la geografía de nuestro Partido.

Correos y conversaciones con compañeros nos dejan el alma dolida. La mayoría se quejan del mal funcionamiento de las células y de los organismos intermedios, también de las comisiones nacionales, incluso del Comité Central.  Lo que ocurre en muchos comunales es igual a lo que pasa en el de Ñuñoa, donde milito. Acá, sin ningún sentido autocrítico, le echan la culpa a “los de arriba”.

Razones hay demás para que el tema de la organización y funcionamiento del Partido, de la aplicación consecuente de las normas leninistas, ocupen un lugar importante en la próxima Conferencia Nacional, que sea la culminación de un proceso que se inicie desde las bases partidarias mismas.

De una vez por todas nombremos la soga en  casa del ahorcado. Y en base, a una sana crítica y una sincera autocrítica, enmendemos los pasos por la senda de Lenin y Recabarren, de la cual nunca debieramos apartarnos.