Ante la precariedad e insostenibilidad de las reiteradas y obsesivas
fijaciones respecto a mi país, por parte del secretario Insulza, debo hacer
mención de algunos aspectos que caracterizan la feroz e inaudita campaña sin
ética ni recato alguno, denostando de su condición de burócrata internacional
que le obligarían a una mínima conducta decorosa.
No es con plañiderías cargadas de incuestionables intereses personales como
el secretario podrá desvirtuar lo indesvirtuable ni demostrar sus descaradas
injerencias e insolentes inventos bajo una pretendida noble causa de aportes a
la solución de los problemas en Venezuela, no lo hizo en los casos de Honduras
y Paraguay. ¿Cambiaron las variables de su escenario particular o terminó de
colapsar ante el imperio…o ambas a la vez?
Pide el secretario que sean liberados los políticos presos porque así,
según su muy peculiar opinión, milagrosamente los violentos dejaran de ser
violentos, los golpistas se convertirán en demócratas y los degolladores se
convertirán en mansas palomas.
Antes del golpe de 2002 estaban libres, derrocaron al Presidente Chávez,
celebraron su festín de muerte, quedaron libres, y al contrario, acrecentaron
sus miserias e intentaron el golpe petrolero en 2003. En 2013 estaban libres y
ello les llevó a “drenar sus…furias” y asesinaron a trece venezolanos; en 2104
estaban libres y otra vez asesinaron a placer.
Los venezolanos demócratas exigimos acopio de sindéresis y cese a la
perturbación de la paz. Las inauditas campañas de permanente fogoneo del
fascismo en Venezuela no la achacamos a presuntas malas memorias o inocentes
influencias mediáticas, no hay puntada sin dedal.
Es inmoral y de total bajeza
espiritual que intereses personales
pretendan sostenerse a partir de la sangre de venezolanos inocentes,
especialmente cuando los autodesignados salvadores de la patria coinciden
plenamente con Uribe.
Embajador Arévalo Méndez