jueves, 23 de junio de 2011

EVOCANDO AL CAMARADA MARIO ZAMORANO DONOSO










Los que han escrito la Historia del PC:



EVOCANDO AL CAMARADA MARIO ZAMORANO DONOSO

Iván Ljubetic Vargas




Mario Zamorano Donoso nació 5 de mayo de 1931. Era obrero marroquinero.

Lo conocí a comienzos de los años cincuenta. Por entonces, era yo secretario político del Comité Local de San Antonio de las Juventudes Comunistas. Mario, estaba a la cabeza del Comité Regional Santiago.

En más de una oportunidad, participó en las reuniones del Local de San Antonio. Lo recuerdo de regular estatura, amplia frente, nariz aguzada, con un tono algo nasal en su voz. Siempre muy preciso en sus intervenciones. De una sencillez, modestia y fraternidad emocionantes.

Era un joven obrero, que tenía una innata condición de educador. Daba el consejo oportuno.

MIS DOS MAESTROS

Fui promovido al Comité Regional Santiago. Estoy seguro que Mario tuvo mucho que ver en ello. En las primeras reuniones me sentía como pollo en corral ajeno. Entonces dos jóvenes obreros fueron mis maestros: Mario y el negro Barrios, hoy conocido como Luis Moya. Después de las reuniones del Comité Regional, siempre uno de ellos me acompañaba a donde estaba mi pensión. Íbamos en uno de esos viejos y ruidosos tranvías y todo el tiempo me conversaban. Me invitaban a sus casas y hablábamos de muchos temas. Sin darme cuenta, ellos fueron entregándome una serie de conocimientos que me sirvieron para irme superando en las filas de la Jota.

ACTIVISTA DEL COMITÉ REGIONAL

Debe haber sido en mayo de 1953, cuando en una sesión del Comité Regional Santiago, se propuso y se acordó que yo asistiera a una reunión del Comité Local de Las Barrancas, entonces una comuna de Santiago. No me atreví a decir que no. Pero, terminada la reunión, me quedé conversando con Mario. Le dije:

- Yo no puedo cumplir esa tarea. Lo siento mucho.

Mario, con esa tranquilidad que le era tan propia, me miró un momento. Luego, sonriendo, replicó:

- Tú puedes hacerlo. Tienes la valiosa experiencia del trabajo en San Antonio.

- No, no puedo, me falta la capacidad política necesaria. Seguramente van a discutir algún tema complicado del que no tengo idea...

- Lo puedes hacer muy bien –insistió- estoy seguro de ello.

Cambié de táctica: -Además eso queda muy lejos y yo no tengo idea como llegar allá.

- Es muy sencillo, dijo Mario sin inmutarse. Tomas la micro... Explicó entonces detalladamente que micro tomar, donde bajarme. Incluso me dibujó un pequeño plano.

EL ARTE DE CONVENCER

- Es que –argumenté, ya con pocas esperanzas de eludir la tarea- por esos lados cogotean de día...

- Es verdad, contestó el paciente Mario. No es un barrio muy tranquilo. Pero los compañeros te esperarán en el paradero que te he indicado. Uno de ellos te conoce. Al final de la reunión te irán a dejar al micro.

- Tengo otro problema -añadí en un último intento- estoy en una pensión, donde cierran la puerta a las 22 horas y no tengo llaves.

-Yo sé -me replicó el imperturbable Mario- que vives con otros dos compañeros en la misma pieza, que tienen teléfono y una ventana a la calle. Pues bien, les comunicas a los compañeros que mañana llegarás tarde, que estén atentos esperándote y que le tirarás unas piedrecitas a los vidrios para que te vayan a abrir.

A LO HECHO, PECHO...

Al día siguiente tomaba la micro, con harto susto. No por perderme en un barrio que no conocía, tampoco por los cogoteros, ni porque la misión que cumplía era clandestina, debido a la ley maldita. Nada de eso me preocupaba. Lo que me tenía en ascuas era asistir por primera vez a la reunión de un Comité Local que no fuera el de San Antonio y, más encima, como representante del Comité Regional Santiago.

En el paradero señalado por Mario, me esperaban tres camaradas. Me recibieron con alegría y fraternidad. Mientras caminábamos hacia el lugar de reunión, me hablaron del excelente trabajo que realizaban en la Comuna.

EN EL COMUNAL DE BARRANCAS

Poco después de las 19,30 se inició la reunión. Hubo un informe político, que abordó diferentes temas y señaló que el tema central de esa sesión era la preparación de una gran fiesta popular, con tres objetivos: reunir fondos, estrechar vínculos con las organizaciones juveniles de Las Barrancas y reclutar nuevos militantes.

Al oír esto, me volvió el alma al cuerpo. Hubo interesantes intervenciones de los miembros del Comité Local. Después, le ofrecieron la palabra al compañero del Comité Regional.

Estaba nervioso, pero ya sabía lo que tenía que decir. En base a notas tomadas en la reunión del Regional, hice algunos alcances a la situación política. Luego hablé de la importancia del acto que preparaban.

APORTANDO
En las Juventudes Comunistas de San Antonio teníamos una gran experiencia en ese tipo de actividades. En base a ella, propuse una serie de medidas prácticas tanto para la preparación como para la exitosa realización del acto.

Estas ideas fueron acogidas con entusiasmo y calificadas como muy importante en las conclusiones de esa reunión.

Terminada ésta, todos me acompañaron al paradero. Ellos estaban muy agradecidos de mi aporte. Yo feliz.

“VALÍA LA PENA INSISTIR”

En la siguiente reunión del Comité Regional, el Informe se refirió, entre muchas otras cosas, al agradecimiento de la Jota de Las Barrancas por el aporte del Regional a la preparación de su acto.

Al finalizar la reunión, Mario se me acercó sonriendo y me dijo: Compañero Iván, ¿verdad, que valía la pena insistir? Hay muchos camaradas que no saben las capacidades que poseen.

Ese episodio muestra como era Mario Zamorano.

En 1955 me fui a trabajar al sur. Ello no cortó los lazos de camaradería y de amistad con Mario. Fue siempre muy solidario y buen compañero. Cuando ese mismo año nos casamos con Marcia, fue a Llo-Lleo con Isolina, su compañera. Recuerdo que nos llevaron “Las Uvas y el Viento” de Pablo Neruda.

UN SOLIDARIO CAMARADA

A comienzos de 1958, en el III Congreso, siendo secretario del CR Cautín, fui promovido al CC de las JJ CC. Allí me encontré de nuevo con Mario.

En mayo de ese año, falleció mi madre, hermana de Juan Vargas Puebla, Mario concurrió a Llo-Lleo para estar conmigo en ese doloroso momento de mi vida.

En el IV Congreso de las JJ CC, efectuado en febrero de 1960, Mario fue elegido secretario general de la Jota, cargo que desempeñó brillantemente hasta 1965. Ese año pasó al Partido, donde a partir de ese momento hasta su muerte fue uno de los principales dirigentes de éste.

UN ABRAZO AL INICIARSE 1972

La última vez que estuve con Mario fue en enero de 1972. Él era secretario nacional de organización del Partido. Y en ese momento tenía la responsabilidad de un gran acto que se preparaba en el Estadio Nacional.

Me invitó a que lo acompañara. Fuimos juntos. Luego de recorrer las diferentes localidades de este campo deportivo, nos despedimos con un abrazo, pues esa misma tarde yo debía volver a Temuco. Ninguno de los dos, nos imaginamos siquiera que esa sería nuestra última despedida. No nos volvimos a ver nunca más.

DURANTE LA DICTADURA

Producido el golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, Mario, como muchos otros heroicos compañeros pasaron a la clandestinidad, trabajando bajo las difíciles condiciones del terrorismo de Estado de la dictadura de Pinochet.

Formó parte del Comité Central clandestino encabezado por el camarada Víctor Díaz.

En conversación que tuve con el compañero Víctor Cantero el 10 de junio de 2001 me relató lo siguiente: “La reunión que se iba a realizar en la casa de calle Conferencia 1587, en Santiago, tenía por objetivo estudiar el tema sindical. Por eso además de la Dirección clandestina –Mario Zamorano, Jorge Muñoz y Uldarico Donaire concurría también Jaime Donato del equipo sindical. Habíamos tomado como norma de seguridad, que a toda reunión de la Dirección, dos de sus miembros no participaban.

En esta ocasión nos correspondió a Víctor Díaz y a mí no asistir. El compañero Víctor Díaz fue detenido el 12 de mayo en una casa de Bello Horizonte 979, en Las Condes. Esto significó que quedáramos sólo dos de la Dirección, la compañera Inés Cornejo (que hacía poco había sido relevada de esa responsabilidad) y yo. Obviamente, ninguno de los dos podía continuar a la cabeza del Partido en el interior...”

PERDÍ UN GRAN COMPAÑERO Y AMIGO

Estaba en el exilio en Alemania Federal, cuando supe la terrible noticia de la detención de Mario por los agentes de Pinochet el 4 de mayo de 1976 en la calle Conferencia Nº 1587 de Santiago, un día antes de cumplir los 45 años de edad. De tantas crueles noticias recibidas en esos años, talvez la que más me golpeó fue la detención y desaparecimiento de mi amigo y camarada Mario Zamorano.

Muchas veces he citado y sigo citando las sabias enseñanzas que me entregó ese sencillo obrero, que fue mi mejor maestro.

Mario Zamorano es uno de nuestros imprescindibles.

Honor y gloria a él y a todos nuestros héroes, los que con su vida, lucha y muerte han estado entre los que han escrito la Historia de nuestro Partido.


CALLE CONFERENCIA 30 AÑOS



Fotos: oscar dante conejeros etcheverry - 6 mayo 2006




Al cumplirse los 30 años de la desaparición de los integrantes de la Dirección clandestina del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier, presidente del Partido junto a militantes y familiares plantan cinco arboles a la memoria de cada uno de ellos. Dirección de la cual formaba parte Mario Zamorano y que fué hecha desaparecer por los organismos represivos de la dictadura fascista de Pinochet, desde la casa de calle Conferencia 1537, en mayo de 1976.