Comentario radial y escrito.
Escribo esto, un 9 de octubre; es
mi “cumpleaños feliz”
Todavía está oscuro; escucho y
siento el caminar del mundo; sus correlaciones en el “tira y afloja”.
Su incline me urge arroparme con
hojas de ortiga.
Más tarde, se asoman en mi
ordenador saludos de buenaventuras, que me invitan a juntar los glúteos.
Me voy a mi melga de combate y
tecleo.
Gracias infinitas por traerme
tantos recuerdos.
Ellos se agigantan y me empujan.
El mes de octubre, para mi es
complicado.
Un 9 de octubre, 58 años atrás;
arrinconado y en combate, le dan muerte a Ernesto Guevara.
Un 12 de octubre; 533 años atrás,
atraca al Sur de América, el Genovés, Cristóbal Colon.
Al tiempo actual, no puedo
entender, esa solemnidad a todo traje y destajo que se le da, al 12 de octubre.
Hoy, no puedo asimilarlo.
Avergonzado, reconozco, que, 53
años atrás, les mentía a mis alumnos, desfigurando la invasión de occidente por
Guanahani.
La llegada de occidente a nuestro
continente ha sido y será el genocidio más grande de la historia de la
humanidad y del sano juicio.
Y digo seguirá, porque los
oriundos y los mestizos de américa, siguen de mil maneras, enfrentando el
azote, el atraco a sus soberanías.
Octubre, el mes de la Salud
Mental.
Que cuestión más irónica, más
cruel, tan cruel como este mes de la alimentación.
Me “sobrecoge” ese andar
hambriento, enajenado en Gaza, volviendo al hogar.
¡Cual hogar!
¡Chemimare!
Hermanan los escombros, la
tragedia de lesa humanidad con la paz, con el desarme y con la muerte.
Los buitres, sin Hamás, se
juntarán a sellar y celebrar, una infamia construida.
La Ciencia, tuerta, nos va
llevando al planeta Marte, con descanso y refrigerio en la Luna. Y el cáncer de
mamas, sigue en sus rieles, amenazante, corrupto en Andalucía y otras partes
del mundo.
En octubre, día de la niña, del
niño o del neñe, la humanidad le otorga derechos a todo lo existente.
Si hay algo que escapa a nuestro
saber y hacer, es justamente nuestra propia sexualidad.
Que será de esa infancia que
sobrevivió en Gaza.
¡Sabrán jugar con una pistola e
palo!
Me traigo a Violeta.
“Volver a ser de repente tan
frágil como un segundo”.
Y tan frágil lo siento, que se me
asoma, ese cruzar de dedos, conjurando, que otro mundo es posible. Triunfo, en
1917, de los bolcheviques en la revolución rusa.
Por ahí, se empezó a pisar terreno
más firme y concreto.
Mi saber social y político, mi
casa dialéctica, ya tenía por esos calendarios, 5 años de vida, comprometida
con su clase.
¡El gusto pá grande, oiga usted!
El otro asomarse grande, fue, el
25 de octubre 2019.
El interrumpir en calles y plazas,
un descontento social atronador en contra de Sebastián Piñera y de su política
neoliberal, sistema, aun practicado.
Uno se pegunta:
¡Que secretos guardaran los
Bancos!
Lo que pasa hoy en mi paisito,
políticamente hablando, son las consecuencias de ese detonador social.
Una vorágine de todo.
Incluso, el sistema imperante, les
teme todavía a esos gritares “del que no salta es momio”.
Y para vergüenza, todavía quedan
en mazmorras, algunos caminantes emputecidos por la injusticia del hambre y de
la pobreza.
Esa pobreza, que levanta
panderetas de delincuencia barata y corrupción de corbata.
Pobreza, que, según los
optimistas, tiene sus días contados en cualquier día de octubre.
¡Le sigo pengándole a la perra!
Algunos amigos, me dicen que soy
muy oscuro en mis decires, y, capaz que lo sea.
Tengo, con mucho agrado y
recorrido, el “Síndrome de Quelentaro”
“Eso es pá andarse riendo,
mierda”.
Me llama la atención el decir de
algunos, que la caída del fascismo y el volver a levantar raciocinios, se hizo
con cuaderno y lápiz.
Chemimare.
Por donde fondeo, el derecho del
pueblo, a la Rebelión Popular de masas.
Qué manera de insultar a los
cientos y cientos de jóvenes que cabalgaron con Manuel.
Si uno mira el mundo, con los ojos
de hoy y escucha con los oídos de ayer, sabrá, que el decir de Muamar Gadafi en
la Asamblea de las Naciones Unidas, en el 2009, fue y es una verdad tan actual,
como el parpadear.
Me emborracha de espanto, la
jubilosa cara de Hillary Clinton, cuando la muerte pernocto en Trípoli.
Ay, Libia, que ha sido de ti.
Hablo del coronel Muamar Gadafi,
porque siento, necesito mostrar la brutalidad de la OTAN, principalmente, de
los Estados Unidos de Norte América, al invadir y violar suelos ajenos.
Los invasores se cercioran
primero, de la capacidad de fuerza, de los aliados internos del pais por
invadir.
Esta película que gratuito me
monto, me deja en Chile, me deja en Venezuela y en el Nobel de la Paz
aterrizado.
Carlos Marx, decía que el
capitalismo lleva en sus vísceras, su propia destrucción, y, es cierto, lo malo
que se demora mucho en morir, y sus estertores se niegan a desaparecer y dejan
funerales muy re grandes.
Los poderosos del mundo llevaran
incrustados para siempre, el ultimo parpadear de 66.000 palestinos asesinados.
La revolución Industrial, nos
dejó, dos elementos que son partes, de estas agonías que vivimos y sabemos.
El carbón y el petróleo.
Me acuerdo de Fidel Castro,
caminando por Lota, cuando digo carbón.
El que tiene petróleo,
aparentemente es un bacán.
Digo aparente, porque hay que tener fuerza y
“moros en la costa”, para mantener en ascenso y poderosa esa victoria.
Vean ustedes lo que es Riad,
capital de Arabia Saudita.
Venezuela, si la vemos con los
ojos de Hugo Chávez, con más de 30 años luchando endemoniado; para darle a su
pueblo, un vivir de acuerdo con sus recursos naturales; país, con las reservas
más grandes de petróleo en el mundo entero, seria una pega de pestañeo, sin
embargo, tienen en cambio, que vivir sobreviviendo; esquivando las garras del
águila americana y de otras uñas ponzoñosas de occidente, que quieren
apoderarse del maldito petróleo.
No han podido y no podrán.
Lo he comentado otras veces,
cuando todo un pueblo defiende al unísono su soberanía, no hay invasión
perpetua posible.
A Cuba, por ejemplo, no pudieron
por playa Girón, teniendo incluso, lagartijas como carne de cañón, lo hacen con
un bloqueo miserable, inimaginable, que lleva 60 años de cobardía.
Esta tragedia siglo XXI, es una
vergüenza para la humanidad.
Venezuela saldrá adelante con su
gobierno bolivariano y su aplicación del “Plan Chávez.”
Y, mire usted, para atraer a las
“almas de jote”, denominan, con el manoseado y prostituido Nobel de la paz, a
Corina Machado.
Figura de peón, alfil o caballo
del enemigo interno del Chavismo.
Es cómico el galardón.
Entre Trump y Machado, se jugó “al
poto sucio”.
Nuestro Sur de América está siendo
atacada por muchos y muchos flancos. Nicaragua resiste digna y poderosa, su
pueblo es Sandino.
Colombia es una trinchera de la
dignidad de los pueblos.
Eso del enemigo interno, me tiene
complicado, es vaporoso, no se ve, pero ahoga.
Es el enemigo de clase, dentro de
la clase.
Por eso, la cuestión del premio
Nobel de la paz, es una cuestión a lo Mandrake para confundir.
Como lo es, la vuelta a la
democracia, con lápiz y cuaderno.
Mi país, políticamente, conmigo
incluido, hemos retrocedido por causa del fascismo unos 50 años.
El programa de Gobierno de la
coalición política, Unidad por Chile, que lleva como candidata a Jeannette
Jara, es, un Sur ideológico hermoso, como lo dijera Daniel Jadue.
Y, más aún, tiene un aroma
antiguo, tan antiguo como el hilo negro.
En el año,
Por ejemplo:
Aumento en los salarios según el
costo de la vida. Seguridad laboral, proteger la economía del país.
Ver la cuestión de la deuda
externa y la huida de capitales.
Analizar los contratos de los
recursos naturales con empresas extranjeras.
Robustecer en forma inmediata la
soberanía nacional y las relaciones de todo tipo con el resto del mundo.
Promocionar la paz y la
colaboración entre los países hermano.
Apoyo a la macroempresa y
nacionalización de los recursos estratégicos.
Cachurear a los Bancos.
Investigar la forma de impuestos
de las multinacionales.
Cuento esto, para no morderme la
lengua con eso del enemigo de clase, dentro de la clase, que, por el atraso
político y social que hemos sufrido como país, podría, de todas maneras,
hacernos daño.
No se me olvida Afganistán,
Palestina, Ucrania, El Salvador, Perú, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Colombia,
Honduras, Panamá, Cuba, mi paisito flaco, ese de la esperanza en noviembre, que
me tienen con rosario y caligrafía en mano, dibujando vigilancia
revolucionaria.
Alejandro Fischer Alquinta.
Estocolmo 20251012