Querida compañera,
querido compañero:
Adjunto un segundo artículo sobre el Pleno de agosto de 1977 del Comité
Central del Partido Comunista de Chile.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
EL APORTE DEL PARTIDO COMUNISTA A LA
REVOLUCIÓN CHILENA
En el Informe “La Revolución Chilena, la dictadura fascista y la lucha
por derribarla y crear una nueva democracia”, rendido por Luis Corvalán al
Pleno de agosto de 1977, se señala:
EL POR QUÉ JUGÓ EL PARTIDO UN ROL
DECISIVO
“No obstante todos nuestros errores, insuficiencias y debilidades, lo
fundamental de la Revolución Chilena está en los éxitos que alcanzó y, en este
sentido, a nosotros, los comunistas, nadie puede negarnos el papel decisivo que
jugamos.
En virtud de su conocimiento de
la práctica social y de la vida política del país, nuestro Partido
visualizó la posibilidad de conquistar
una parte del poder político, concretamente el Poder Ejecutivo, para iniciar
desde allí grandes transformaciones revolucionarias y marchar a la conquista
plena del Poder. Dicha posibilidad era al comienzo desestimada por otros
sectores y atacada y considerada imposible por la ultraizquierda. Los hechos le
dieron la razón a nuestro Partido.
LA VÍA NO ARMADA NO ES
EXCLUSIVAMENTE ELECTORAL
El Partido no consideró nunca la vía no
armada como una vía exclusivamente electoral. Lo principal era su
concepción como lucha de masas. Siempre puso el énfasis en el combate de las
masas populares por sus propias reivindicaciones y en aquellos objetivos
antiimperialistas, anti-oligárquicos y anti-monopolistas que interesaban a la
mayoría ciudadana y ayudaban por tanto
al entendimiento de todas las fuerzas democráticas. Comprendió, al mismo
tiempo, que esta lucha debía darse también en el terreno ideológico y político,
esclareciendo constantemente los objetivos de la Revolución y de la unidad del
pueblo y saliendo al paso de los deformadores de nuestra política.
UN APORTE A LA TEORÍA Y PRÁCTICA
REVOLUCIONARIAS
Un aporte del Partido Comunista de Chile a la teoría y a la práctica de
la revolución por una vía no armada constituye sus formulaciones acerca de la
relación que hay entre esa vía y la violencia.
El Partido supo establecer, y actuar en consecuencia, que la vía
pacífica no es sinónimo de pasividad; que se recorre en medio de aguda lucha de
clases, de combates permanentes, de constantes enfrentamientos, que no
desalojan sino presuponen no pocas acciones violentas, como tomas de tierra,
ocupaciones de terrenos para viviendas, luchas callejeras, huelgas ilegales,
etc.
Fue la comprensión correcta del carácter de la Revolución Chilena, la
apreciación justa de la posibilidad de la vía no armada y de las formas
concretas en que podía desenvolverse y, paralelamente, la tenacidad del Partido
en la lucha por su línea la que le permitió al pueblo de Chile lograr la
resonante victoria de 1970 y abrir paso a las transformaciones
revolucionarias”.
UNA VÍA PROPIA
Más adelante agrega: “Los grandes éxitos logrados por nuestro Partido se
deben en gran medida, insistimos, al hecho de haberse compenetrado de los
problemas cuya solución maduraba en la sociedad chilena; de haber comprendido
ciertas peculiaridades nacionales y tenido en cuenta las situaciones concretas.
Sin ello no habría podido lograr mayores triunfos, no se habría convertido en
un gran partido nacional y popular, ni habría podido entregar el aporte que dio
a la Revolución Chilena.
Nada de eso habría sido posible si el Partido se hubiese regido por
criterios dogmáticos o aplicado mecánicamente otras experiencias. En la
elaboración y aplicación de su línea ha actuado de acuerdo al principio de la
autonomía de cada Partido, que es principio del movimiento comunista”. (Luis
Corvalán: “Informe al Pleno de agosto de 1977 del Comité Central del Partido
Comunista de Chile” Ediciones Colo-Colo, 1978, páginas 38 y 39. Los subtítulos son nuestros)
PALPITANTEMENTE ACTUAL A LOS CUARENTA AÑOS
Qué enormemente importante, valioso y actual resulta la parte del
Informe de Luis Corvalán al Pleno de agosto de 1977, que hemos reproducido.
Cuando se cumplen 47 años de la victoria popular del 4 de septiembre de
1970 es necesario tener presente cómo se llegó a ella.
Recordar y rendir homenaje a
quienes forjaron ese momento estelar de nuestra historia desde Luis Emilio
Recabarren a Luis Corvalán Lépez, pasando por miles y miles de sencillos,
abnegados y heroicos militantes.
Y sacar las conclusiones para el presente y el futuro.