jueves, 26 de junio de 2025

MANUEL GUERRERO CEBALLOS

 

Se cumplieron 77 años del natalicio de  Manuel Guerrero Ceballos, profesor, militante y dirigente comunista, dirigente AGECH.   

Manuel Guerrero Ceballos es uno de esos heroicos combatientes del pueblo que, como él mismo escribió, “están presentes en los caminos por los que  transitamos hoy y estarán presentes en la hora de la victoria”.

Lo recordamos en el Boletín Rojo, a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.



EN SU 77 NATALICIO

 

 

                                                            Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                            Centro de Extensión e Investigación

                                                            Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 



Cuando se nombra a nuestro compañero Manuel Guerrero Ceballos se le asocia  de inmediato, y con toda razón,  con el feroz crimen cometido por los agentes de Pinochet en marzo de  1985, cuando él, junto con otros dos profesionales comunistas, fue degollado.

Pero la vida de este querido luchador tiene otros capítulos dignos de conocerse.

Nació el 25 de junio de 1948.  Muy joven se incorporó a las Juventudes Comunistas. Estudió en la Escuela Normal José Abelardo Núñez., de donde egresó en 1967. Trabajó como maestro en las comunas de San Miguel y Conchalí.

 

CONTRIBUYENDO A LA VICTORIA POPULAR

Participó en la campaña electoral del 70. Así lo recuerda Manuel Guerrero Ceballos:

“La lucha presidencial entraba en tierra derecha. Los partidos populares, conformados en Unidad Popular, ya tenían candidato único: Salvador Allende. La unidad alcanzada, el programa y el candidato común ya eran una importante conquista. A todas partes llegó la palabra de la Unidad Popular y la juventud fue un vehículo magnífico, que con mística y arrojo, incorporó a importantes sectores jóvenes al combate. Del aporte juvenil nacieron himnos y la nueva canción chilena, las brigadas murales, cuya representante más alta fue la Brigada Ramona Parra, los jueves proletarios para el trabajo en las industrias, los domingos insurgentes para la labor propagandística y de educación política casa por casa en los barrios. Los caminos de Chile fueron cubiertos por los rayados de las Brigadas Venceremos. Los jóvenes luchaban por sus reivindicaciones en todas partes. Las salidas al campo para el trabajo con los campesinos e incluso a las playas con veraneantes, contaban con la presencia entusiasta de lolos y lolas de cortos años.

¡Cuántos jóvenes hicieron su escuela política en estas acciones!

Las Juventudes Comunistas crecían en número y madurez. Eran una organización  conocida y admirada y querida por los jóvenes trabajadores, estudiantes, artistas y pobladores. Los colores amarantos de su camisa florecían y cada jota-jota, tronaba en las calles con sabor a futuro. A su presencia contribuyeron el aporte de tantos jóvenes, militantes y dirigentes, que llenaron todo un período político muy importante de la historia de Chile. Entre estos sobresale la figura, creatividad política y firmeza revolucionaria de Gladys Marín bajo cuya égida la Jota alcanzó dimensión de fuerza juvenil nacional.  Tampoco en esa ocasión era fácil ser comunista.

El odio de clase de los reaccionarios se sentía a toda hora y se jugaban por frustrar los anhelos del pueblo. En la campaña varios compañeros fueron asesinados, golpeados y detenidos. Las bandas de los pijes agredían a mansalva a nuestros compañeros y la enérgica repuesta dada en cada oportunidad impidió que prosperara su intento  de intimidarnos”.(Manuel Guerrero Ceballos: “Desde el Túnel”, p. 22)

 

DURANTE EL GOBIERNO DE SALVADOR ALLENDE

Relata Manuel Guerrero: “El triunfo de Salvador Allende en 1970 fue la coronación del sueño y la lucha de largos años de la clase obrera y del pueblo chileno.

Al conocerse el resultado la juventud se volcó a las calles manifestando su  voluntad de combate y disposición ante las nuevas tareas que surgían. Las Brigadas Ramona Parra así como escribieron el nombre de Allende en el mismo instante en que fue proclamado candidato único de la Unidad Popular, ahora rayaron la alegría del triunfo y los desafíos venideros”.

Durante el Gobierno Popular, Manuel Guerrero Ceballos tuvo a su cargo la Organización Nacional de Trabajos Voluntarios Recuerda sobre estos. “Grandes tareas eran respaldadas por millares de muchachas y jóvenes. El trabajo voluntario fue una de las características de su participación. Estuvimos en la pampa del tamarugal rompiendo con chuzo la pétrea costra desértica para hacer vivir una diminuta planta que diera alimentación a ovejas y lograra que esa gigantesca porción de tierra, compuesta de  arena y sal, sirviera al país. En la inmensidad de la pampa, bajo 40 grados de calor, con una insignificante hierba  verde en las manos, buscábamos la primavera para Chile.

Las columnas de jóvenes, con sus mochilas al hombro, que cruzaban la extendida geografía chilena, participaban de la pujanza de un pueblo que era dueño de su destino.

La juventud construyó  represas, canales, casas, escuelas y caminos. Plantó árboles y extrajo cobre desde las profundidades de la mina. Sacó muelas y curó enfermedades. Cantó. Hizo teatro, pintó y escribió poemas. Formó brigadas de vanguardia de la producción. Creó miles de comités de Apoyo al Rendimiento Estudiantil. Manejó tractores, camiones y cargó en sus hombros miles de toneladas. Aseguró el abastecimiento. Peleó contra los reaccionarios que saboteaban. Se educó y entregó su palabra de adhesión.”  (Manuel Guerrero  Ceballos: Obra citada, p. 24)

 

EN LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA

Después del golpe fascista, participó   en el trabajo clandestino.

Escribe  Manuel Guerrero Ceballos: “La vida en la lucha clandestina es dura, áspera, sacrificada. Como nunca se debe actuar con resolución  y autonomía. Teniendo la orientación principal clara caminamos por caminos desconocidos. Cada aprendizaje cuesta, incluso vidas humanas... Las noticias de las detenciones y asesinatos nos golpeaban y herían, recordábamos a los compañeros con cariño y emoción. Muchas lágrimas derramadas en silencio, pero la exigencia de continuar combatiendo hacía más patético cada golpe.”

Relata: “Caminaba por Bellavista en dirección a Pío Nono. Serían las cuatro o cinco de la tarde. Bajo el brazo al medio de un diario doblado, llevaba una reciente declaración del Partido. Doblé por Pío Nono hacia Alameda y me encontré frente a una patrulla militar  que pedía identificación, revisaba papeles y bolsillos de los transeúntes.  La garganta se me apretó, el corazón dio un brinco y las manos transpiraron. Si retrocedo o cruzo igual me pararán y llamo más su atención, pensé. Con resolución avancé.

- Alto!

El grito me hizo estremecer.

Me detuve.

- Su identificación

Cambié el diario de mano, apretándolo con fuerza. Saqué el carnet y se lo extendí. Lo miró atentamente.

- Dónde trabaja.

-  En una escuela.

Me observó, dio vuelta el carnet y vio la dirección. Me la preguntó. Dudé varios segundos, me costaba recordarla, finalmente lo hice y se la dije.

- Separe los brazos.

Con el diario en la mano derecha levanté los brazos. Torpemente sus manos iban chequeando el cuerpo.

Me angustiaba sólo pensar que me quitara el diario y lo abriera, cuando expresó:

- Está bien, siga no más...”     (Manuel Guerrero Ceballos: “Desde el Túnel” pp. 29 y 30)

 

LA DETENCIÓN

Manuel Guerrero Ceballos relata como cayó en manos del siniestro Comando Conjunto en 1976:

“Eran cerca de las 10 de la mañana  del 14 de junio. Iba al trabajo  y mi compañera iría a buscar al hijo, que había estado sábado y domingo con los abuelos. Caminábamos  con despreocupación hacia el paradero del microbús....

“Llevaba en la mano izquierda el bolsón escolar de mi hijo que orgulloso daba los primeros pasos en la lectura. Verónica, mi compañera, decía algo referente a la guagua que vendría o a la débil salud de nuestro hijo...

“Escuchamos a nuestras espaldas un vehículo que avanzaba a gran velocidad. Sin saber me estremecí y presentí el peligro. El vehículo se detuvo al costado nuestro. Bajaron dos individuos jóvenes a la carrera. Grité a mi compañera: ¡cuidado!

“Ya recibía golpes de pies y manos, era agredido. Por reflejo opuse resistencia. Mi compañera irrumpió en gritos y fugazmente vi que blandía su cartera en el aire...

Todo era un torbellino. De pronto escuché un estrépito y sentí un fuerte impacto en el pecho. Parecía que un caballo me hubiese dado una coz de lleno. Caí doblado y sentí que en vilo era arrojado dentro del auto. Mi cabeza se estrelló  en la puerta lateral derecha violentamente. Un dolor desconocido horadaba mi estómago y tronco. Quemaba, consumía. Los oídos zumbaban y la cabeza  se  aprestaba a estallar.

Las manos me las esposaron a la espalda... La primera certeza de la situación la tuve al sonar, atrasadamente en mis oídos, el aullido angustiado de Verónica- ‘son de la DINA’- ‘se llevan a mi marido, son de la DINA’,- ‘son los asesinos de la DINA’.

-¡ Cagué! – pensé.”    (Manuel Guerrero Ceballos: obra citada, p. 13)

Respondiendo  a una pregunta del periodista y escritor José Miguel Varas, dijo:

“Yo, en ese momento, cuando iba en el vehículo, empecé a sentir sangre que me cubría  mi piel, y comencé a tener dificultades para respirar, por lo que presumí que la herida –y posteriormente se confirmó- había sido en el pecho. La bala me ingresó por el costado inferior de la tetilla derecha, para quedar alojada, sin salida, bajo la axila izquierda, es decir, me atravesó todo el pecho...”  (Entrevista realizado por José Miguel Varas, en Europa en marzo de 1977)

“Las últimas ideas fueron de muda despedida de la vida y de cómo encarar el    interrogatorio. No debía perjudicar a nadie con mis respuestas. El precio de la  vida no lo iba a pagar con la confesión o la traición. Pensé en mi hijo. Si vivía quería mirarlo de frente.

El viaje llegó a su fin. Mentiría si no dijese que un miedo glacial me acompañaba. No cantaba ante la muerte, templaba; pero estaba dispuesto a resistir.”  (Manuel Guerrero Ceballos:  “Desde el Túnel”, p.  14)

 

LOS  CHACALES  ACTÚAN.

Guerrero Ceballos escribe sobre las torturas a que fue sometido:

 “Aguardé el golpe que podía venir de cualquier     lugar.

- Sáquenle la ropa.

Abrieron las esposas, me sobé las muñecas. Me empezaron a sacar la ropa. Seguí con la vista vendada.

Fui empujado hasta el borde de una tarima, camastro liso o mesa.

-‘Súbete’.

Con trabajo lo hice. Quedé tendido de espalda. Desnudo, con los ojos vendados, acostado sobre una cubierta fría y dura –como de latón o baldosas- terriblemente dolido. Mi angustia se desbordó. A pesar de mi oposición, las lágrimas rodaban por las mejillas. El cuerpo brincaba, me estremecía...

“Un golpe de puño, seco, recibí en la herida.

-‘Cuenta ahora, concha de tu madre’

Grité de dolor. Mordiendo las palabras contesté preguntado.

-‘¿Qué quieren les cuente?’

-‘Todo pu’s huevón’

-‘No tengo nada que contar’

Esperé otro golpe. Llegó y fue más violento. Del pelo a los pies me sobrecogió el dolor. La herida manaba más sangre.

La desnudez me hacía sentirme  desamparado, más estando con los ojos vendados y amarrado al mesón. A indefensión absoluta se unía la duda lacerante de ignorar que venía a continuación, de dónde venía y a donde iría el castigo siguiente.” (Obra citada, p. 18)

 

FUE UN DETENIDO DESAPARECIDO DURANTE UN MES

Lo continúan torturando. La gravedad de su estado obliga a los esbirros de la dictadura a conducirlo a un establecimiento, que según  él calcula  fue el Hospital de Carabineros de Santiago. Lo ingresaron con nombre falso. Lo atendieron para evitar que la hemorragia interna terminara con su vida antes de lograr que entregara las informaciones que requerían. Lo siguieron torturando en ese hospital.

Fue conducido a Cuatro Álamos. Allí seguía con los ojos vendados, continuaban con los ‘interrogatorios’, acompañados de golpes y uso de corriente eléctrica.

Después se le trasladó a  Tres Álamos, donde ya no tuvo incomunicado. Allí supo lo ocurrido con su compañera Verónica. No estaba detenida. Ello, como producto de  la conmoción pública que tanto la detención como el baleo generó en el sector y la cantidad de testigos que presenciaron esos hechos.

Eso impidió la detención de Verónica y le salvó la vida  a él. A pesar que el Ministerio del Interior negó su detención, ante un recurso de amparo presentado por su compañera, la dictadura no pudo seguir negando que estaba preso. Ya no era un desparecido.

 

VOLVIENDO A LA VIDA

Relata el paso de Cuatro Álamos a Tres Álamos, el  paso de ser desaparecido a la vida.

Lo sacaron de la celda de incomunicación dos agentes de la DINA. Uno de ellos le dijo:

-‘Te vai de aquí, tení cueva, te salvaste del balazo primero y de ésta ahora’ ...

No me dijo nada más. Me entregaron mi carnet de identidad, me revisaron completamente y me obligaron a  seguirlos.

Salimos caminando por el pasillo, cruzamos la siniestra puerta de fierro y caminamos por oscuros senderos de tierra. Me hicieron ingresar a una oficina y cuanta no sería mi sorpresa de ver en ella a carabineros con su característico uniforme. Hasta me alegré de verlos...

El funcionario de la DINA dijo:

-‘Nosotros ya hicimos el pase, es huevá de ustedes como se las arreglan, y sin más se dio media vuelta y se fue. Quedé entre los carabineros.”

Estos lo condujeron  y lo hicieron golpear en una casucha que estaba en patio. Entró. Había una cantidad de personas. Les dijo:

-“Soy un preso, vengo recién llegando de Cuatro Álamos”. Fue recibido con alegría y enorme solidaridad.

- “Ese día los compañeros me cuidaron y atendieron como a un niño...” 

Pasó el tiempo. “Llegó el esperado día de visita. Los amigos me prestaron un poncho blanco y un gorro pasa montaña. Esperé como colegial que me llamaran por la lista. Los presos iban saliendo de uno a uno, donde estaban sus familiares sentados en unas bancas...

Por fin me llamaron. Salí caminando lentamente, mirando todo con verdadera emoción e interés, buscando entre todos esos rostros anhelantes mis seres queridos. No los vi. Me empecé a desesperar. Miraba y miraba. Y entre la muchedumbre asomó el rostro lloroso de mi compañera con su guata, cual banderola en el aire, acompañada de mi padre, mi madre y mi suegro.

No me reconocieron hasta estar muy cerca. Nos fundimos en un todo de abrazos, lágrimas, suspiros y sobre todo, vida”.   (Obra citada, pp. 87 y 88)

Así termina su narración Manuel Guerrero Ceballos, cuando va saliendo “desde el túnel”.

Fue liberado el 19 de  noviembre de 1976.  Fue el único detenido por el Comando Conjunto que salvó  vivo de sus garras.

 

EN EL EXILIO

A fines de noviembre de 1976 viajó a Suecia. Permaneció seis años en  ese país. En el destierro  participó activamente en las labores de solidaridad con la lucha del pueblo chileno. Además, escribió su desgarrador testimonio  “Desde el Túnel”.

En sus “Palabras iniciales”  explica: ”La idea de hacer esta narración nació de la angustia. Me explico. Encontrándome como preso político desaparecido, secuestrado por la DINA (posteriormente se vino a conocer la existencia del siniestro Comando Conjunto) y tenido en un lugar ignorado, bajo nombre falso, en las interminables horas de vigilia, desesperanza, dolor, impotencia, confusión, ira,  y cuanta sensación se pueda sentir en tal estado, me surgió la idea que si sobrevivía tenía que contar todo lo que me había pasado... Lo he escrito en el exterior de Chile...

Me decidí a hacerlo por dos razones centrales. El tiempo pasa y la memoria es frágil. Es necesario que las nuevas generaciones conozcan  lo que ha hecho y, lamentablemente, aún hace el fascismo en nuestra Patria. Y una segunda razón es que hay muchos hechos ignorados, más allá de lo que todos creemos, por nuestra propia población chilena. Es más de lo imaginado lo que no se conoce de la represión y la barbarie de los fascistas, como del heroísmo de muchas gentes simples y modestas de nuestro pueblo, en especial de la lucha juvenil y el papel  relevante que han jugado en ella, las Juventudes Comunistas, conformadas por rostros y vidas concretas, muchas de las cuales no están físicamente con nosotros...  Que ninguno de ellos se nos olvide, recordemos sus vidas y  aportes. Ellos estarán presentes en los caminos por los que transitamos hoy, estarán presentes en la hora de la victoria.”  (Manuel Guerrero Ceballos: “Desde el Túnel”, p. 5)

 

RETORNO A LA PATRIA

Regresó a Chile en noviembre de 1982. De inmediato se incorporó a la lucha clandestina  y a las labores de su gremio, el Magisterio.

Un año  antes, el 27 de noviembre de 1981, un grupo de 31 educadores de las Regiones Metropolitana, Quinta, Séptima y Octava, habían constituido la Asociación Gremial de Educadores de Chile, AGECH. Entre sus fundadores estaban  Julio González, Alfonso Bravo, Eduardo Hurtado, Alejandro Traverso, Samuel Lillo, Carlos Mena, Estanislao Montoya, Eduardo Osorio, Raúl Manríquez y Jorge Pavez. (Ver: Iván Ljubetic Vargas:  “Historia del Magisterio chileno”, p. 236)

Al llegar al país, Manuel Guerrero Ceballos  encontró al profesorado en lucha contra la dictadura, que no sólo reprimía a los maestros, sino que imponía la municipalización de la educación.

Pronto se distinguió por su claridad política, por su valentía y responsabilidad. Fue elegido Presidente del Consejo Metropolitano de la AGECH.  Estuvo a la cabeza de muchas luchas.

Una profesora que lo conoció personalmente en ese tiempo, lo recuerda como una persona muy jovial,  querida y respetada por sus colegas; elocuente y convincente en sus intervenciones; preocupado siempre por el lado humano de la gente, de gran consecuencia  entre su pensar,  lo que decía y lo que hacía.

Un dirigente del Magisterio, que trabajó junto a él, señala que, entre sus enormes cualidades,  estaba su profundo  respeto por los compañeros de otros partidos. En la AGECH –explica- participábamos colegas de diferentes fuerzas políticas e independientes  y Manuel actuó siempre con ejemplar modestia, jamás subestimó a los aliados, siempre los consultaba y tomaba en cuenta sus opiniones. Comprendía  muy bien que el cargo de Presidente del Consejo Metropolitano lo había obtenido con el apoyo de colegas de las más diferentes posiciones políticas e ideológicas. Esa actitud le granjeó el cariño y respeto de  profesores de todos los sectores.

 

DETENCIÓN Y MUERTE DE TRES COMBATIENTES  EJEMPLARES

El 28 de marzo de 1985, Santiago Nattino, publicista de militancia comunista, fue secuestrado  en plena vía pública en el sector alto de la capital.

En la noche, agentes de la dictadura llevaron a cabo un operativo en la sede de la AGECH, ubicada en la calle Londres 75. Detuvieron a varios profesores, que fueron liberados  24 horas después. .

El 29 de marzo, a tempranas horas de la mañana, fue secuestrado, en momentos en que llevaba su hija al Colegio Latinoamericano de Integración, José Manuel Parada Maluenda, quien se desempeñaba como Jefe del Departamento de Análisis de la Vicaría de la Solidaridad. En esa misma oportunidad fue secuestrado Manuel Leónidas Guerrero Ceballos, profesor e inspector del mismo colegio y dirigente de la AGECH.

Familiares y compañeros de los detenidos se movilizaron. Interpusieron un recurso de amparo, donde incluso  indicaban el lugar en que podrían estar detenidos: el cuartel de  la Dirección de Comunicaciones de Carabineros, DICOMCAR, ubicada en calle Dieciocho (donde se comprobó posteriormente  habían estado). La justicia nada hizo.

El 30 de marzo de 1985 fueron encontrados los cuerpos  degollados de los tres militantes comunistas en el camino que une Quilicura con el Aeropuerto de Pudahuel.

Pinochet y sus secuaces intentaron negar su participación en  ese monstruoso crimen.

El Informe Rettig señaló: “De los antecedentes narrados y los reunidos en la investigación judicial, la Comisión ha llegado a la convicción de que Manuel Guerrero, José Parada y Santiago Nattino fueron ejecutados por agentes estatales debido a su militancia y las actividades que realizaban, en violación de sus derechos humanos”.

Manuel Guerrero Ceballos  es uno de esos heroicos combatientes del pueblo que, como él mismo escribió, “están presentes en los caminos por los que  transitamos hoy y estarán presentes en la hora de la victoria”.

Honor y gloria a los héroes y las heroínas que han luchado y han sido leales  hasta el último segundo de su existencia.

 

 


RECORDANDO A FERNANDO ORTIZ LETELIER

 


El día 24 de junio recién pasado, se cumplieron 103 años, del nacimiento de Fernando Ortiz Letelier, quién en vida fué, historiador, militante comunista, Secretario General de las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC), miembro del Comité Central del Partido Comunista. En la dictadura encabezó la Segunda Dirección clandestina del Partido Comunista, después de la caída en las garras del fascismo,  aquella Dirección que encabezaba el compañero Victor Díaz.

Lo recordamos en el Boletín Rojo, a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.



En su 103° natalicio:

 

 

 

                                                       Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                        Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

                          




 

El 24 de junio de 1922, Talca era azotada por un fuerte temporal. Lluvia y viento. El río Maule, que corre al sur de la ciudad comenzaba a subir peligrosamente. La gente pasaba corriendo por las calles avisando la amenaza de inundación en algunos sectores más pobres.

Carlos Ortiz, al escuchar esas voces y, en vez de quedarse al lado de su esposa Estela, que ya iba a dar a luz, salió para ir a ayudar a los damnificados.

Los elementos de la naturaleza estaban desatados, cuando nació el hijo de Carlos y Estela. Le pusieron el nombre de Juan por indicar  ese onomástico el calendario católico. Era el hijo mayor.

Juan Fernando Ortiz Letelier llegó a la vida cuando el agua invadía los barrios pobres de Talca y cuando el mundo aún estaba estremecido por la Revolución Rusa ocurrida sólo cinco años atrás.

 

SUS PRIMERAS ACCIONES POLÍTICAS


 

Puerto Montt en los años 30

 

Tenía 13 años cuando su familia se trasladó a Puerto Montt, pues al padre se le presentó la oportunidad de instalarse en esa austral ciudad con una tienda de géneros. Con ello las cosas mejoraron para la familia formaba por los padres, Fernando y dos hermanas: Marta y Eliana.

El muchacho no había cumplido los 16 años y  ya salía por los barrios modestos de la ciudad y le hablaba de la necesidad de votar por Pedro Aguirre Cerda.

En diciembre de 1939, luego de finalizar con excelentes calificaciones su Sexto Año de Humanidades, viajó a Santiago a rendir su prueba de bachillerato. Reprobó y volvió a Puerto Montt.

 

INGRESA  A  LAS  JJ CC

En marzo de 1940 rindió de nuevo el bachillerato y lo aprobó. Se matriculó en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, en el Departamento de  Historia de la Facultad de Filosofía y Educación.

A mediados de  1942, cuando cursaba el tercer año, debió viajar urgentemente a Puerto Montt. Su padre había fallecido y tuvo que hacerse cargo de la tienda. Debió jugar el papel de jefe de hogar a la edad de 20 años.

La madre, poco a poco, se fue haciendo cargo de la tienda. Entonces Fernando buscó un trabajo extra. Logró que la directora del Liceo de Niñas le diera algunas clases de Historia.

En 1943 se incorporó a las Juventudes Comunistas. Fue en una reunión realizada en medio de un bosque en los alrededores de Puerto Montt.

 

DE NUEVO EN SANTIAGO

Fernando era un estudiante de escasos  recursos, que necesitaba buscar la manera de costear su estada en Santiago. Afortunadamente logró un puesto como inspector en el Internado Nacional Barros Arana, donde tenía alimentación y alojamiento.

Precisamente fue en esas condiciones que vi por primera vez a Fernando Ortiz en 1947. Yo cursaba sexto humanidades  en el Internado Nacional Barros Arana; él ejercía las funciones de Inspector o “serrucho” como los llamábamos. Por entonces él era dirigente estudiantil y de las Juventudes Comunistas.  Había retornado a Santiago en agosto de 1945, después de haber permanecido tres años en Puerto Montt.

 

  

El INBA  hacia 1950

 

Santiago Cavieres, con quien fuimos compañeros de curso en el Barros Arana,  me contó que en 1946, cuando cursaba  el Quinto Humanidades, estaba haciendo fila para entrar al comedor, se le acercó un compañero de Sexto año y le dijo que en la Casa América del Partido Comunista, iba a dar una conferencia Fernando Ortiz sobre la formación ideológica de cuadros. “Asistí, me dijo. Fue una charla excelente, animada y llena de enseñanzas. Terminó con las palabras de un comunista francés, de un combatiente de los maquis (guerrilleros), Gabriel Perí, pronunciadas ante el pelotón de fusilamiento nazi: ‘Todos los caminos conducen al comunismo. El comunismo es el mañana que canta”.

 

Miguel Lawner relata: “Cuando ingresé a la Universidad en 1946, Fernando era dirigente de la Dirección de Estudiantes Comunistas”.

 

EN LA UNIVERSIDAD

En 1948 yo llegué al Instituto Pedagógico a estudiar, igual que Fernando, Historia y Geografía.  Allí lo vi en repetidas ocasiones, activando las luchas estudiantiles. Eran los tiempos del Gobierno de González Videla. La represión cayó muchas veces sobre trabajadores y estudiantes. Recuerdo que la primera vez que salí a protestar en las calles de Santiago, fue para pedir la libertad de Fernando Ortiz, preso en virtud de la Ley Maldita.

En la Universidad los jóvenes comunistas, encabezados por Fernando, habían ganado la admiración y el apoyo de muchos estudiantes por su audacia y valor.

Lograron transformar a la Universidad en un foco de resistencia, en una verdadera isla democrática en medio de un país violentamente reprimido.

 

EN LA LUCHA CALLEJERA

En una charla dictada el 9 de octubre de 1964, Fernando relató su experiencia en la “Huelga de la Chaucha”, en agosto de 1949: “Tan pronto se dictó el decreto que autorizaba el alza  los micros en el año 49, inmediatamente los comunistas salimos a la calle. Tengo muy vivo en mi memoria las primeras salidas callejeras; éramos no más de 50 jóvenes comunistas... no habíamos recorrido una cuadra cuando el desfile de 50 personas se transformó en una gran manifestación.”

 

LA IZQUIERDA GANA LA FECH

Gracias al trabajo unitario de los jóvenes comunistas en la Universidad de Chile, el movimiento estudiantil ganó en fuerza e influencia, Fue así como la lista de izquierda ganó las elecciones en la FECH, que tuvieron lugar en agosto de 1950. Fueron elegidos José Tohá, de la Juventud Socialista, Presidente; Luis Dodds, de la Juventud Radical, Vicepresidente; y Fernando Ortiz, Secretario General.

 

A LA CABEZA DE LAS JJ CC

En medio de las luchas y acciones de los jóvenes chilenos, en ese turbulento año 1950, Fernando asumió el cargo de Secretario General de las Juventudes Comunistas de Chile.

 

Manuel Cantero

 


Conversando con el compañero Manuel Cantero el lunes 4 de junio de 2001, me dijo: “Durante el tiempo que Fernando fue Secretario General de las Juventudes Comunistas –entre 1950 y 1952- yo ocupé el cargo de Secretario de Organización. Lo conocí muy de cerca y puedo afirmar que tenía grandes valores morales. No era vanidoso. Era un excelente compañero desde todo punto de vista. Siempre muy preocupado de sus compañeros, en especial de quienes éramos funcionarios, que debíamos ser financiados por las JJ CC.

Era muy responsable, muy humano. Sumamente generoso. De gran sencillez. Yo lo visitaba en su casa, donde vivía modestamente, pero tenía una formidable biblioteca. Era muy estudioso. Un hombre cabal”.

 

EL “REINOSISMO”

Se conoce como ‘reinosismo’ ciertas desviaciones de izquierda, que desencadenaron una de las crisis que ha sufrido en su historia el PC de Chile.

Conversando con el compañero Volodia Teitelboim el 13 de enero de 1994, me explicaba que, en su opinión, esta crisis estaba muy vinculada con la ilegalidad del Partido y la dictación de la Ley de Defensa. Pero también –añadió-  con la contracción  que impuso en la organización del Partido la clandestinidad y el sentido de acoso... Esto determinó dentro del Partido un cierto desasosiego, preguntas. Y también yo la vinculo al carácter acentuadamente centralizado del Partido, que se agravó en ese tiempo. El Secretario General era Galo González; el Secretario de Organización, Luis Reinoso. El Secretariado en ese tiempo era de un número muy pequeño, generalmente tres personas; luego se extendió a cinco. Y se suponía que el Secretario de Organización era el segundo hombre del Partido, que además dirigía y tenía en sus manos todo el aparato del Partido”.

Había dos tácticas opuestas para enfrentar la dictadura de González Videla. Reinoso, a diferencia del resto de la Dirección, sostenía la necesidad de una lucha frontal contra el régimen y no concordaba con el repliegue organizado. Incapaz de  librar una lucha ideológica a favor de sus posiciones, adoptó el equivocado camino del trabajo de zapa. Transformó la Comisión Nacional de Organización en una verdadera fracción, Constituyó a espaldas del resto de la Dirección, grupos armados que realizaban acciones audaces.

 

LAS ACCIONES AUDACES

Miguel Lawner me contó en una conversación efectuada el 27 de junio de 2001: “A raíz de los sucesos de agosto de 1949, Reinoso captó que ese podía ser un camino para cambiar la situación.


 

Miguel Lawner

 


Le dio la misión a Fernando para ir buscando cuadros preparados en este tipo de lucha, todos conminados a no abrir la boca absolutamente a nadie. Entonces empezó el entrenamiento militar, que se hacía en una parcela por ahí en Isla de Maipo, con un viejo refugiado español de la guerra civil, que tenía en su poder una ametralladora, que debió ser del año de la cocoa, de la primera guerra mundial. Algunos ejercicios, gimnasia. Tonterías. Un par de prácticas con armas cortas. Todos cagados de susto; todos, claro, orgullosos de esta tarea heroica. Y para practicar, se asaltaron algunas panaderías de San Miguel, sin la intención de inferir daño a nadie. Sólo para probarnos. Eso fue catastrófico. Entrábamos a un boliche chico, con clientes todos conocidos, que defendían al dueño y te echaban a patadas realmente. Una aventura descabellada. Después de varias tentativas, nadie se prestó para una estupidez semejante...”

Esta situación se prolongó durante un tiempo sin que trascendiera a los niveles superiores del Partido, mientras se efectuaban algunas de estas acciones que tenían intrigada la Dirección por desconocer a sus autores... Luego hubo algunas acciones callejeras en que quedó en evidencia que las provocaciones partían de grupos de autodefensa nuestros”.

Afirma Miguel Lawner- “Fernando terminó por captar la situación, y se las arregló para comunicar sus dudas a otros miembros de La Dirección, lo cual permitió poner al descubierto la actividad fraccional y aventurera de Luis Reinoso” (Miguel Lawner: “Fernando Ortiz, ejemplo para nuevas generaciones”)

Esto lo confirma el compañero Samuel Riquelme, cuando en una conversación que sostuvo conmigo el 1 de septiembre de 1992, me afirmó: “Cuando Fernando se da cuenta que ha estado siendo utilizado contra el Partido se siente muy afectado. Conversa conmigo y me dice: ‘Aquí se nos ha querido meter  en una cosa antipartido y esto no se puede aceptar’. Con honestidad reconoce su equivocación y sin vacilar adopta la posición correcta. Con ello contribuye al fracaso de los planes de Reinoso. La Jota se mantiene fiel al Partido. No se divide. Sólo un puñado continúa con las posiciones reinosistas. Así se supera la crisis en las Juventudes Comunistas”.

 

FERNANDO SANCIONADO

Fueron expulsados por labor fraccional Reinoso y demás miembros de la Comisión Nacional de Organización. Fernando fue duramente criticado y sacado de sus cargos de responsabilidad, quedando sólo como militante.

Incluso se le impidió ser miembro de la Dirección de la célula de la que era miembro en la Comuna de Ñuñoa.

Fueron  para él duros años de prueba.

En los años 1954 – 1955, Fernando Ortiz era  ayudante de la  Cátedra de Historia Social y Económica de Chile, creada por el profesor  e historiador Hernán Ramírez Necochea. Recién entonces, pudo dedicarse seriamente a culminar sus estudios.

En 1956 se tituló como profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica en la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile. Su tesis para graduarse lleva el título de “El Movimiento Obrero en Chile. 1891-1919”,  y fue  publicada en Madrid en 1985.

 

COMIENZA A REPUNTAR EN EL PARTIDO

En la edición Nº 54, correspondiente a febrero de 1959, de “Principios”, revista teórica del Partido Comunista, apareció un artículo de Fernando titulado “Algunos episodios de la Historia Social de Chile”. Fue una buena señal. 

En 1965 ya había  superado los años amargos vividos a partir de 1952. Era un destacado profesor universitario y en el Partido –que fue la razón de su existencia- había dejado de ser sólo un  militante de célula  y ocupaba importante responsabilidad.  Formaba parte de la Comisión Nacional Universitaria. También integraba el Consejo de Redacción de la revista “Principios”,

En el  XVIII Congreso Nacional del Partido (llamado incorrectamente XIII), realizado entre el 10 1 17 de octubre de 1965, en el cual yo participé formando parte de la delegación de Cautín  y fui miembro de su Presidencia, Fernando fue elegido uno de los 55 miembros titulares del Comité Central.

 

EN LA REFORMA UNIVERSITARIA

Fernando Ortiz Letelier fue  uno de los precursores de la Reforma Universitaria. Ya en 1960  apareció un artículo suyo bajo el título de “Notas para una discusión sobre el problema universitario”, donde plantea tesis que servirán de base al movimiento reformista.

En 1967  el movimiento estudiantil dio el impulso inicial a la reforma universitaria. Primero en Valparaíso, luego en la Universidad Católica de Santiago. Sus alumnos se tomaron la Casa Central y colocaron en su frontis aquel famoso letrero: “El Mercurio miente”.

 

 

Fernando Ortiz en el Pedagógico

 

Luego entraron a la pelea los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad de Chile, donde encontraron rápido eco en numerosos académicos, entre ellos Hernán Ramírez y Fernando Ortiz.

En la revista “Apuntes”, Fernando Ortiz escribió: “Si la crisis llegó a las Universidades es porque sus metas y estructuras eran la expresión  de la vieja sociedad; una universidad profesionalizante, imbuida de un falso academismo, anarquizada,  que servía para formar una intelectualidad apta para servir a la sociedad burguesa”.

La Reforma logró dar importantes pasos en la democratización de la Universidad. Ellas se vieron fortalecidas por el apoyo que prestó a la educación  el Gobierno de Salvador Allende. Yo la alcancé a vivir en la Universidad de Chile de Temuco, donde fui elegido miembro del  Consejo Normativo de esa sede.

 

ENCABEZANDO EL PARTIDO CLANDESTINO

Con el golpe fascista del 11 de septiembre de 1973, Fernando Ortiz, como tantos profesores chilenos, fuimos exonerados de  nuestras  funciones docentes.

 

               

 


Fernando pasó a la clandestinidad para luchar por un Chile democrático. En mayo de 1976, habiendo sido detenidos los miembros de la dirección clandestina del  Partido Comunista, encabezada por el compañero Víctor Díaz, en Calle Conferencia, le correspondió encabezar  una nueva Dirección del  Partido. Lo hizo en un momento muy difícil para la resistencia antifascista. Cumplió con valentía su papel, hasta que cayó en las garras de los agentes de Pinochet el miércoles 15 de diciembre de 1976.

La terrible noticia de la suerte  corrida por mi amigo y compañero la conocí estando exiliado en Alemania Federal.

 

HOMENAJE A UN GRAN COMUNISTA

El prólogo del libro de Fernando “EL movimiento Obrero en Chile. 1891 – 1919”, editado en 1985, fue escrito por la distinguida educadora doña Olga Poblete. En él escribió: “La presente edición aparece como un homenaje  a un militante ejemplar que, desde muy joven vinculó su vida a los intereses y aspiraciones de su pueblo y que desde el  mismo día del golpe militar, jamás abandonó la lucha contra la opresión de la Junta, hasta el instante mismo que ingresara a la larga lista de chilenos detenidos desaparecidos”.

 

 

 


 


TREINTISEIS AÑOS DESPUÉS

El martes 24 de julio de 2012,  el Ministro Instructor de la causa, Miguel Vásquez Plaza, junto al Director Nacional del Servicio Médico Legal, doctor Patricio Bustos Streeter, dan a conocer a familiares de cuatro patriotas detenidos desaparecidos que los restos de sus parientes, encontrados once años atrás, en una mina abandonada de Cuesta Barriga, han sido identificados.

Estas identificaciones son posibles gracias al trabajo del equipo multidisciplinario de la Unidad de Identificación Forense del Servicio Médico Legal, además de las pruebas genéticas hechas en el Laboratorio de Innsbruck, Austria.

Entre los cuatro identificados hay tres militantes comunistas: Fernando Ortiz. Lincoyán Berríos y Horacio Cepeda.

El velatorio de los restos de los héroes comunistas se realiza en el centro cultural Michoacán, comuna de La Reina, donde tiene lugar un acto de homenaje a Lincoyán Berríos, Horacio Cepeda y Fernando Ortiz.

Los funerales se efectúan el sábado 28 de julio de 2012 en el Memorial de los detenidos desaparecidos ubicado en el Cementerio general. Hasta allí llega un  numeroso público. Hay varias intervenciones una de ellas es del Presidente del Partido Comunista de Chile. Guillermo Teillier, quien dice:

“A nombre del Partido Comunista de Chile, entregamos nuestro más profundo reconocimiento y expresamos nuestra admiración a los familiares de nuestros queridos compañeros Fernando Ortiz, Horacio Cepeda y Lincoyán Berríos, por el enorme valor, lealtad, tenacidad y el cariño y comprensión que han demostrado, y de lo cual nos dan ejemplo, en esta lucha tan larga por tener al fin en el regazo íntimo, familiar, los restos de sus seres queridos, detenidos desaparecidos por más de 36 años, bajo un velo de mentira institucionalizada, que ocultaba y pretende seguir ocultando la crueldad y ensañamiento con que se trató a miles de chilenas y chilenos por el solo hecho de pensar distinto…

Es difícil encontrar las palabras para expresar el significado, el alcance que tiene el papel jugado por estos compañeros, Víctor Díaz y Fernando Ortiz, frente al Partido, junto a las compañeras y compañeros de los equipos de dirección que los acompañaban, por los que trabajaban con ellos en las casas de seguridad o como enlaces, los que dirigían al Partido en regiones y comunas, en aquellas circunstancias tan difíciles, y todos aquellos y aquellas que asumían la defensa de las víctimas de la dictadura. La actitud de estos compañeros puede connotarse con la conducta ejemplar de lealtad hacia el pueblo.  Sus nombres, junto a los de quienes dieron todo de sí para poner fin a la dictadura, sin excepción alguna, quedarán inscritos para siempre en la historia de nuestro partido centenario.

Honor y gloria a nuestros queridos compañeros Fernando Ortiz, Horacio Cepeda y Lincoyán Berríos. Mil veces venceremos”.

            


                             Fernando Ortiz  Lincoyán Berríos   Horacio Cepeda                                   




LUIS FIGUEROA MAZUELA

 

El día 22 de junio recién pasado, se cumplieron 103 años, del nacimiento de Luis Figueroa Mazuela, quién en vida fué, militante comunista, sindicalista, diputado y miembro del Comité Central del Partido Comunista, Presidente de la Central Única de Trabajadores de Chile (CUT) y Ministro del Trabajo, en el Gobierno de la Unidad Popular, encabezada por el Compañero Presidente Allende.

Lo recordamos en el Boletín Rojo, a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.


En su 103° natalicio:

 

 

 


                                                             Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                              Centro de Extensión e Investigación

                                                             Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

                                                      

                


 

Luis Humberto Figueroa  Mazuela, nació el 22 de junio de 1922 en el poblado de  Artificio de la ciudad de La Calera. Fue uno de los seis hijos de una familia de trabajadores agrícolas. Su padre se llamaba Daniel Figueroa Leinis; su madre, Rosa Mazuela.

 

SU JUVENTUD

Estudió en la Escuela Parroquial de La Calera, donde pudo cursar sólo hasta el tercer año de preparatoria.

 

  


 

A los catorce años  debió abandonar la escuela para incorporarse al trabajo y así ayudar económicamente a su familia. Sus primeras labores las realizó en la construcción. Luego, a los quince años, se empleó como garzón en un hotel de Valparaíso. Después trabajó en una fábrica de refrigeradores y, finalmente, entró como obrero gráfico en la Imprenta Horizonte.

En su juventud mostró ya sus rasgos de gran organizador. Fundó y participó activamente  en clubes deportivos vinculados a la Juventud Obrera Católica. Llegó a ocupar el cargo de presidente de la Juventud Obrera Católica de La Calera.

En 1938 ingresó a las Juventudes Comunistas de Chile.

El 28 de junio de 1940 se casó con Ema del Carmen Gómez Berríos, en La Calera. Tuvieron siete hijos.

En 1947 fue elegido miembro del Comité Central de las Juventudes Comunistas.

 

SE INCORPORA AL MOVIMIENTO SINDICAL

Se Incorporó  a las luchas sindicales, siendo miembro  Departamento Juvenil de la Confederación de Trabajadores de Chile (C.T.CH) en la Provincia de Valparaíso. En 1950 fue elegido Consejero Juvenil de la CTCH en Santiago.

 

Del 12 al 16 de febrero de 1953 se desarrolló el Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile, CUT. Tuvo lugar en el Teatro Coliseo de Santiago y asistieron 2.355 delegados en representación de 952 organismos sindicales de todo el país. Entre esos delegados concurrió una delegación del Departamento Juvenil de la CTCH, formada por Luis Figueroa, Jorge Godoy y Mario Mena. Estos plantearon la constitución de un Departamento Juvenil de la nueva central, pero ello no se logró. Pero, por lo menos, obtuvieron que Luis Figueroa fuera nominado  Consejero Juvenil Nacional

 

 

Dirigentes de la CUT protestan ante el Presidente Ibáñez por represión
en 1957, junto a Clotario Blest está Luis Figueroa

 

DIRIGENTE DEL PC Y DE  LA CUT

En el XVI Congreso Nacional del Partido Comunista, celebrado en Santiago entre el 13 y el 18 de marzo de 1962, Luis Figueroa fue elegido miembro del Comité Central del Partido. 

El Tercer Congreso de CUT se realizó entre el 1 y el 5 de agosto de 1962. Participaron en él 2.414 delegados en representación de 1.107 organizaciones sindicales. Su consigna mostró la madurez política de los trabajadores: “Chile necesita cambios de fondo”. En este evento, Luis Figueroa fue elegido Secretario General de la Central Única de Trabajadores.

 

PRESIDENTE DE LA CENTRAL

El Cuarto Congreso tuvo lugar del 26 al 28 de agosto de 1965, en Santiago.  Se desarrolló bajo el lema “Independencia Sindical y Unidad para Vencer”.  Concurrieron 2.104 delegados, representando a 900 organizaciones sindicales.

 

Fue un torneo unitario.  El Partido Comunista propuso designar el Consejo Directivo Nacional por aclamación.  La fórmula era:  7 dirigentes del PS; 6 del PC; 5 del PDC y 3 del PR. Se opusieron los socialistas.  Argumentaron que era necesario  conocer la fuerza de cada tendencia.  Esto trajo problemas: la DC Y el PR no aceptaron la posición socialista y se marginaron de las elecciones.  Estas arrojaron el siguiente resultado:  Lista del PC eligió el Presidente, Luis Figueroa, y once dirigentes; Lista del PS, el Secretario General y 8 consejeros.

 

EL QUINTO CONGRESO DE LA CUT

El Quinto Congreso Nacional del CUT tuvo lugar entre el 19 y 24 de noviembre de 1968, en Santiago. Asistieron 3.653 delegados, representando a 1.497 organismos sindicales de base, que totalizaban 340.000 afiliados. Fue el más importante torneo gremial realizado hasta entonces. El movimiento sindical vivía un período de auge.

El V Congreso de la CUT se desarrolló en un ambiente unitario, bajo la consigna “Unidad de los Trabajadores para los cambios revolucionarios”.

En la elección del Consejo Directivo Nacional hubo una innovación. Antes cada delegado tenía un voto; ahora, poseía tantos votos como socios al día en sus cotizaciones. Los resultados de la votación fueron:

 

REELEGIDO PRESIDENTE

El Partido Comunista  reeligió como presidente a Luis Figueroa y obtuvo otros 13 consejeros; el PS, el secretario general y 6 miembros del Consejo; el PDC, el primer vicepresidente y dos consejeros; el PR, el segundo vicepresidente y un consejero. El MIR no logró representación.

 

En marzo de 1969, Luis Figueroa fue elegido diputado por el primer distrito de la Séptima  Agrupación Departamental (Santiago) para el periodo 1969-1973.

 

EN EL GOBIERNO DE SALVADOR ALLENDE

En los mil días del Gobierno Popular los trabajadores formaron parte de éste. La CUT jugó  entonces un rol de enorme importancia. Muchos de sus dirigentes ocuparon puestos claves en la  dirección del país. Incluso fueron ministros.

 

Durante ese período los trabajadores alcanzaron importantes conquistas, sin necesidad de recurrir a conflictos. No hubo contradicciones entre ellos y su gobierno. Allende le otorgó la plena legalidad a la CUT.

             

 

 


TRABAJADORES JUNTO A SU GOBIERNO

Los días 30 y 31 de mayo de 1972 se llevaron a cabo elecciones directas, a través de todo el país, para elegir el Consejo Directivo Nacional de la CUT. Ellas mostraron el apoyo mayoritario de los trabajadores al Gobierno Popular y la ninguna influencia que tenían en ellos las posiciones de ultraizquierda.  Sus resultados fueron:

 

Partido Comunista                              173.064      votos      (31,8%)

Partido Socialista                                148.117                   (27,1%)

MAPU                                                 25.970                   (  4,7%)              

Partido Radical                                    21.910                   (  4.0%)  

Izquierda Cristiana                                 3.336                   (  0,6%) 

Partido Social Demócrata                        1.601                   (  0,3%)                    

API                                                        1.599                   (  0,3%) 

                                           

TOTAL UNIDAD POPULAR               375.597                  (68,8%)

  

Partido Demócrata Cristiano               147.598                   (27,0%)              

Partido Izquierda Radical                         3.572                   (  0,7%)

           

OPOSICIÓN  DE DERECHA              151.170                   (27,7%)

  

MIR (FTR)                                             10.192                  ( 1,8%)                     

Unión Socialista Popular                           5.420                  ( 1,0%)                

Independientes más PCR                          3.216                  ( 0,6%)            

Movimiento Social  Libertario                       676                  ( 0,1%)

 

 

 

MINISTRO DEL GOBIERNO POPULAR




Durante el Gobierno  Popular encabezado por Salvador Allende  fue Ministro del Trabajo y Previsión Social entre el 2 de noviembre de 1972 y el  5 de julio de 1973, habiendo sido precedido en ese cargo  por Mireya Baltra  Moreno y sucedido por Jorge Godoy Godoy 

Tras el golpe militar de 1973  estuvo detenido. En 1974 salió al exilio  en Suecia.  Ocupó el cargo de Presidente del Comité Exterior de la CUT (CEXCUT)  hasta su fallecimiento.

 

HOMENAJE DEL SINDICALISMO MUNDIAL

Víctima de una prolongada enfermedad  (cáncer al páncreas) Luis Figueroa Mazuela falleció en el Hospital  Sabbastbergs de Estocolmo el 7 de septiembre de 1976. Tenía  54 años.

 

                 

 Hospital Sabbtsbergs de Estocolmo

El 12 de septiembre en el local sindical de los trabajadores gráficos de Suecia, en un hecho sin precedentes, el movimiento sindical mundial le rindió homenaje, con la participación de las  confederaciones sindicales internacionales  FSM, CIOLS, CMT, CPUSTAL y las federaciones profesionales bases de las confederaciones mundiales señaladas. 

El martes 21 de septiembre fue sepultado en el cementerio Skogskyrkogården al sur  de la ciudad de Estocolmo.  

 

Repatriados sus restos a Chile, se realizaron sus funerales el 12 de noviembre de 1988.

 

 

HOMENAJE DE LA CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES

El viernes  15 de junio de 2012,  el Consejo Nacional Ampliado de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), rindió homenaje a Luis Figueroa Mazuela.

 

El acto, dentro de  las celebraciones del centenario del Partido Comunista de Chile, estuvo presidido por las máximas autoridades de la Central, Arturo Martínez, presidente; y Jaime Gajardo, Secretario General; y contó con la presencia del presidente del PC, diputado Guillermo Teillier y los dirigentes de esa colectividad, Jorge Insunza y Oscar Aroca.

Con el salón plenario copado, la actividad se inició con un video que recordaba a los trabajadores y dirigentes sindicales perseguidos por la dictadura, detenidos desaparecidos, ejecutados políticos, torturados y enviados al exilio y de la reconstrucción del movimiento sindical durante los años ochenta.

Luego habló  Arturo Martínez, En parte  de su alocución dijo:

“Ya era hora que rescatáramos la figura de Luis Figueroa, le debíamos este homenaje. Asumió la conducción de los trabajadores en una época muy gloriosa, en donde Chile amanecía y buscaba cambiar la sociedad capitalista y construir una sociedad distinta y ahí estuvo ejerciendo su cargo con responsabilidad. Como todos los dirigentes sindicales, no tuvo grandes estudios, él venía de las zonas rurales y difícilmente cursó la enseñanza media, pero se forjó con la vida, aprendió de ella y, tal como alguna vez dijera otro gran dirigente, Héctor Cuevas, se forjaron en la Universidad de la Vida. Ahí se hizo don Lucho y ahí fue donde lo conocí, yo también participé  de esa época gloriosa”.

Por su parte, el presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo Teillier, señaló que “nos sentimos profundamente orgullosos por este homenaje al compañero Luis Figueroa Mazuela en los 100 años del Partido Comunista. Y que lo hagan los trabajadores de Chile acá representados es muy significativo y creo que es el homenaje más esperado por nuestro partido. Curiosamente, Luis Figueroa es obrero tipógrafo, al igual que Luis Emilio Recabarren y que varios otros fundadores de nuestro partido, lo cual no es casual, puesto que los tipógrafos tenían la oportunidad de leer todo lo que les llegaba a sus manos y así se fueron instruyendo”.

La actividad finalizó con la entrega de un presente por parte de la CUT al Partido Comunista (ver: Pablo Rojas en Crónica Digital, 15 de julio 2012)

(Una importante fuente para este trabajo fueron los antecedentes proporcionados desde Estocolmo, Suecia, por Jorge Godoy, ex Presidente de la CUT y ex Ministro del Trabajo y Previsión Social del Gobierno de Salvador Allende)