Comentario radial y escrito
Limpiando lentejas 2
Los que andamos por otras geografías, mordiendo perenne un asqueroso 11 de septiembre de 1973, seguimos enfrentándonos a él, con raciocinio y moral.
Nuestro caminar, ha resguardado en
nuestro interior de mar y tierra, “como en los abrazos”, un paisito largo y
flaco, de antaño.
Y a la vez, luchando en otros países, por la conquista de la justicia social, por la soberanía de los pueblos, amenazados y mutilados por las garras del Águila de siempre.
Nos empuja, el cultivar la dignidad contenta de la vida.
Sin embargo, llevamos en ristre, más de 200.000 chilenos en ventolera,
Me llaman más de 3.216 asesinados,
ejecutados. Me imagino la tristeza de 1.093 desaparecidos.
Nuestra bitácora ha sido cruel.
Esos 200.000 en ventolera, más, el que limpia lentejas, han sobrevivido en un mismo tren, y en geografías diferentes y ajenas.
Los de mi casa, los que llevan mis abrazos, mis calendarios, mis angustias y mis estimas, vamos dejando el quincho, habitado antes, hasta el techo, se viene hoy, casi vacío.
Por eso, nos apuran los 60/ 80
años, con herramienta en mano.
Yo, me aferro rasguñando como lapa, pero, con un contento más grande que la Cordillera de los Andes, más en flor que la Precordillera.
Al igual que muchos, de credos e ideas diferentes, nos hinchamos de orgullo y complacencia, con sentido de clase, el saber que 52 años de lucha antifascista, no han sido en vano.
Se ha logrado amasar, junto a
otros que nos empujan, un hecho histórico, en 113 años transcurridos, y, tener
la posibilidad real, de elegir presidenta del país, a una mujer con las
características de Gladys Marín Millie.
Es pá ponerse a llorar. / Yo he visto Santiago vestirse de amaranto.
Muchos años atrás, titulaba yo, un comentario radial, de “Limpiando lentejas”.
Era una autocrítica a nuestro hacer, una advertencia al no olvido de la “vigilancia revolucionaria”.
Los acontecimientos políticos, en el mundo entero, las algarabías en los medios de difusión pronosticaban los últimos alientos del Socialismo, conducidos por Partidos Comunistas.
Gran parte del mundo occidental,
enloquecida, tiraba parafina.
La arrancadera era grande.
Los más astutos, querían cambiarse nombre, otros se acercaban arrepentidos al eurocomunismo.
Los más audaces se anteponían “Renovados”.
El despelote era grande.
Que sentimos hoy.
Que el Imperio gringo, amenaza una invasión militar contra Venezuela, Colombia, Cuba.
El mundo, expectante; Podría ser como la invasión a Granada, a Cuba, a Panamá; incluso, el riquerio, apuesta a una invasión a la Normandía.
Si la locura ocurre, el Gran Capital, entenderá, lo que es enfrentarse a todo un pueblo miliciano organizado, defendiendo su libertad.
No será una película del oeste
americano, en la que soldados de azul, arrasen un campamento Comanche o Apache.
¡No, no lo será!
Serán capaces nuevamente, sin consentimiento de las Naciones Unidas de fabricar una Yugoslavia 2.
Al menos, por debajo, lo hacen en Palestina.
La gente de izquierda, no escapo y
no escapa a la vorágine de la dialéctica del poder, a la lucha de clases, al
esfuerzo infrahumano, mortal, que emplea el capital, para hacernos descarrilar,
confundir, hacernos “bomberos locos”, o, admirar a los de arriba y basurear a
los de abajo.
De adonde sacaran tanto capital para hacernos tan “huevo e pato”
Somos testigos de cambios terribles, de muerte a granel, por no saber, ni poder “limpiar lentejas”.
Recuerdo a un comediante chileno decir que, para un humorista, el nacer y vivir en Chile, es una ventaja enorme, que, en mi paisito, ocurren tantas cosas inverosímiles, que dan para morirse de risa.
En cambio, en el pais de los gringos, el vivir es fome, todo funciona a la pinta, lo mismo sucede en Europa.
No es así.
Mi país, el Cono Sur, sus pueblos, sus instituciones han sido invadidos y agredidos en forma bestial por el multifacético Gran Capital.
Las diferencias de uno con los otros son abismales.
Los inmensos consorcios financieros, como la Shell, Black Rock, Coca-Cola Andina, BHP Billiton, Sodimac, Soquimich, tienen a sus medios pollos, incrustados en cada centímetro cuadrado de los poderes públicos del estado.
Y no es ningún chiste.
En un país vestido así, necesario se hace, “Limpiar lentejas”.
Aunque más necesario, es limpiar
por allá arriba. En la tierra de las posibilidades.
En Nueva Jersey, más de 20.000 personas viviendo en las calles; en los Ángeles 80.000 sin vivienda.
No entiendo, como, nuestro intelecto, nuestro hacer, nuestra hacer de la cultura, no ha podido enfrentar, contrarrestar, ese anticomunismo bienvenido, ignorante, aberrante.
Las inmensas mejorías laborales, de servicios, culturales, que han tenido y tiene nuestro pueblo han sido amasadas por la hoz y el martillo.
De que me sirve gritar democracia, soberanía, justicia, si mi familia tiene hambre y mañana también.
Pensando en la fuente de la risa y la chacota, que piensan ustedes de Donald Trump, que piensan ustedes del pueblo que lo eligió y que le aplaude.
Pienso en Groenlandia y en su pueblo los Inuit, en los otros habitantes que cayeron en esa Isla inmensa.
Que pensaran de la invasión diplomática a lo McDonald’s tratando de deslumbrar al pueblo isleño y friolento, con las oportunidades de ser como Miami.
Que pensaran los daneses, rivales
de antaño con Britania.
Cachuo me tiene Trump.
Los que saben, dicen que la Precordillera que abraza a lo largo a mi paisito, hasta yo nací por ahí, tiene sus orígenes en América del Norte.
No vaya a ser cosa, que el Caballero
del Mostrador, herido casi de muerte por una bala en la oreja, reclame mi pais
y una chorrera más para arriba, de su pertenencia.
¿Qué dirá San Martín, del León del Obelisco, que pensará?
Necesito creer, que los de mi camada, sientan que el tiempo, ha sido como el volar y el corazón del Colibrí.
Hemos sentido, los vivires de la Unión Soviética, para mí, sigue siendo un libro, un cuaderno abierto y un lápiz.
Nada esta terminado, todo esta
inconcluso, las ideas, tienen alas.
La vigilancia revolucionaria, en la URS, brillo por su ausencia.
No hay ningún escrito acabado como construir una vigilancia; hay que inventarla y pegarla en un libro abierto.
No hablo mucho de Rusia, estoy
choriao con ella.
También con Vladimir Putin.
El ser lo que son hoy en día,
demuestra, que nada estaba perdido; podrían haber defendido esa esperanza de
los asalariados del mundo.
Lo que es China, Vietnam, Cuba, Laos, Corea del Norte son astillas de un mismo palo.
El anticomunismo era una cuestión de moda.
No condeno a nadie, cada uno con su conciencia, pero siento, que es una traición a la clase asalariada, los que voltearon y voltean el bulto a lo Mandrake.
El llamado Eurocomunismo, abrazo a la Social Democracia Internacional, instancia política, que, para mí, significa “Peor es nada”
Que vemos, que tenemos, en este callejón que nos mata y que nos vive.
En el país de las oportunidades,
hay humanidad de Estado, que comulga con la inmigración, que entiende las
injusticas sociales, que lucha, para esquivar los mandatos federales que
oprimen al pueblo trabajador. Así tenemos Nueva York, California, Illinois,
Colorado, Oregón.
Pablo Neruda, tiene razón en su Canto General, “Que despierte el leñador”
Pero claro, los medios de
comunicación no dicen nada. (Es una forma elegante de guerra civil, pero sin
muertos por publicar)
El anticomunismo, es un insulto al intelecto, digo esto, pensando en el ADN que llevamos “a tota”.
Podemos ser bandidos, podemos ser no bandidos. Se trata de reflexionar, de plantarse frente al espejo y preguntarse el mundo deseado.
Algo te tiene que decir, que, así como vamos, no llegamos ni a Pénjamo.
Los alambres de púas, los dueños
que lo construyen, resguardan la propiedad privada, con el arma más poderosa;
la ignorancia, la incapacidad intelectual del pueblo de no ver al verdugo, ese
que no te quita la risa, pero si te roba, la alegría de vivir.
Un cantor dijo:
“El año pasado ha sido un año de
profunda búsqueda interior, estoy más convencido que nunca de que es obligación
de cada hombre, sin importar si es carpintero, poeta, albañil o taxista, ser
también parte de lo político y participar en la vida de su barrio, país y
planeta”
Ese cantor fue Dean Reed.
Un estadounidense, que lavo avergonzado frente a la Moneda, su pabellón patrio de 50 estrellas.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo00831