En su 96 natalicio:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Uldarico Donaire Cortez nació el 28 de
octubre de 1924 en
En su infancia adolescencia se caracterizó
por ser muy reservado e introvertido.
Su padre militó junto con Luis Emilio
Recabarren en el Partido Demócrata y le
acompañó en la fundación del Partido Comunista en 1912.
INGRESA A LAS JUVETUDES COMUNISTAS
En una Conferencia de las Juventudes
Comunistas, efectuada en
En 1943, Uldarico Donaire fue elegido
dirigente del poderoso sindicato que agrupaba a las oficinas de San José,
Mapocho y
En 1945, fue elegido presidente del
Sindicato de Trabajadores del Salitre. Por entonces tenía 21 años. Fue el más
joven de los candidatos que postularon a ser dirigentes del sindicato.
PERSEGUIDO EN TIEMPOS DEL TRAIDOR
En 1947, durante el gobierno del traidor
González Videla, tanto Uldarico Donaire, como su padre, sufrieron la represión.
Fueron detenidos, llevados a Huara y
luego al campo de concentración de Pisagua. El resto de la familia fue
deportada al sur. Llegaron a Quillota, donde
recibieron la solidaridad de los sindicatos del lugar.
Un amigo les cedió un pequeño terreno en
EL COMPAÑERO RAFAEL CORTEZ
Uldarico Donaire muy pronto reanudo sus
actividades políticas clandestinas. Se trasladó a Santiago. En 1950 fue
designado funcionario del Partido a tiempo completo. A partir de ese momento
usó la chapa de Rafael Cortez. Fue miembro de la comisión de organización del
CC. En el XIV Congreso Nacional del Partido Comunista, realizado en Cartagena,
en abril de 1956, pasó a encabezar
En los años 60 viajó a China, Cuba y
Uldarico Donaire fue un autodidacta. Se
casó con Marta de las Mercedes Pérez, con quien tuvo cuatro hijos.
EN
Después del golpe cívico-militar del 73,
formó parte de la primera dirección clandestina del Partido Comunista, ocupando
los cargos de Sindical, Cuadros y Seguridad. Utilizó la chapa de “Julio”.
Fue detenido en calle Conferencia 1587, el 5 de mayo de 1976. Tenía 52 años de edad.
Juani,
la hija mayor de Uldarico Donaire, lo recuerda así:
“En
la niñez nos llevaba tomados de la mano a la escuela, su ayuda con las tareas
escolares, estar atento a ofrecernos un libro, llevarnos de paseo las tardes de
domingo, al parque, al cine, el ballet, el circo, a tomar once o simplemente
comprarnos dulces o pasteles para comerlos en la casa mientras resolvíamos
crucigramas o conversábamos.” (Carmen Hertz, Apolonia Ramírez y Manuel Salazar:
“Operación Exterminio”, página 202)