viernes, 29 de junio de 2012

ASEDIO AL MUSEO DE LA MEMORIA


Foto: Oscar Dante Conejeros Etcheverry




ASEDIO AL MUSEO DE LA MEMORIA


El Mercurio ha puesto sus páginas a disposición de una sospechosa ofensiva dirigida  contra el Museo de la Memoria. En su edición del día 22 de Junio, el historiador Sergio Villalobos  publica una dura crítica donde afirma que  la creación del Museo “ha sido una continuidad de disparates”, agregando más adelante:

 “En el mencionado "museo", para poder entenderlo, falta la política y la situación social del país desde varias décadas anteriores y, muy especialmente, la destrucción de la ética pública, los abusos, engaños y desmanes del gobierno de la Unidad Popular. Sólo teniendo en cuenta esos hechos, se puede comprender la reacción general del país y el movimiento militar. No se trata de ocultar los excesos oficiales, sino buscar la explicación de por qué ocurrieron.”

Ayer se incorporó  a esta ofensiva Margarita Krebs, actual directora de la DIBAM, a quién El Mercurio le concede una extensa columna en la sección cartas al director, donde coincide  con el señor Villalobos al sostener

“ A la luz de la contingencia que vivimos hoy, sería una gran contribución que el Museo explicara los hechos anteriores al golpe, pues pondría una nota de atención sobre los límites, la necesidad de cuidar las formas, y los procedimientos democráticos.”

La humanidad está hoy consciente del holocausto cometido por el régimen nazi desde que asumió el gobierno de Alemania el año 1933, hasta el fin de la segunda guerra mundial en 1945.

Muchos museos se han construido en el mundo a fin de dar a conocer las acciones criminales cometidas por dicho régimen, con la finalidad  de evitar su repetición y  educar a las nuevas generaciones en la preservación y el respeto a derechos fundamentales del ser humano.

Tal es el caso del Museo Estadounidense del Holocausto, construido en Washington DC, como consecuencia del informe presentado en 1979 por la Comisión Nacional del Holocausto que presidió Jimmy Carter  También el Museo del Holocausto en Jerusalem, la Torre del Holocausto en Berlín y el más reciente Museo del Holocausto también en Berlín, levantado simbólicamente en un terreno próximo al bunker donde se refugió Hitler en sus últimos días.

En ninguno de estos museos, se pretendió explicar el contexto político social de la época  para justificar las atrocidades cometidas por los nazis. Conforme a la argumentación sostenida por los detractores de nuestro  Museo, quienes diseñaron tales centros  estarían tergiversando la verdad al ignorar las enormes debilidades de la República de Weimer: la hiperinflación que llevó al colapso de la moneda alemana, la cesantía que afectó a 5 millones de alemanes, el desabastecimiento, la violencia cotidiana desatada –dicho sea de paso por las propias huestes de las SS- emuladas más tarde en Chile por las criollas bandas de Patria y Libertad, todo lo cual pavimentó el acceso de Hitler al poder.

¡No señor Villalobos y señora Krebs!

Nada puede justificar el haber incinerado a 6 millones de judíos, así como  no hay ningún contexto o causa que pueda justificar la sistemática  violación a los Derechos Humanos cometidas por la dictadura militar en Chile.

Ningún error o supuesta violación de la legalidad puede justificar la desaparición de miles de compatriotas. Nada puede justificar su  sepultación  clandestina, la posterior inhumación de sus restos, ya sea  para ser dinamitados o para ser arrojados a las profundidades del mar con un riel de ferrocarril atado a sus cuerpos.

Nada puede justificar los terribles tormentos aplicados a decenas de miles de compatriotas. Nada puede justificar la existencia de centenares de centros clandestinos de detención y tortura, extendidos a lo largo de todo el país. Nada puede justificar que se haya construído en Isla Dawson un campo de  concentración al modelo de Auchwitz.

Nada puede justificar el exilio forzoso de miles de familias separadas para siempre de sus raíces.

Nada puede justificar las universidades intervenidas, etc,etc,etc……

No menos grave es el hecho que a estas alturas de la vida, con tantos  y tan irrefutables testimonios conocidos en los procesos llevados a cabo por nuestro Poder Judicial, el señor Villalobos, a quién el Estado de Chile le concedió el Premio Nacional de Historia, califique como excesos oficiales las monstruosas violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura.

Está claro que la defensa  de los Derechos Humanos es una tarea permanente.

Nuestra obligación es poner atajo a quienes ayer cerraron sus ojos respecto a lo que ocurría delante de ellos y hoy pretenden construir un país  desprovisto de su  memoria.

Miguel Lawner
24. 06. 2012.

Recado a Gabriel Salazar


Foto: Oscar Dante Conejeros Etcheverry




Recado a Gabriel Salazar

Escrito por Marta Morales (*)  

He decidido  escribirle este recado, porque he leído sus declaraciones sobre Camila Vallejo y hay varias cosas que me gustaría decir al  respecto. La connotación mundial que adquiere Camila Vallejo, se debe, según creo, a la potencia del movimiento social y la claridad con  que dejó al descubierto lo que existe  bajo la piel de este jaguar latinoamericano.

Porque Ud. debe concordar conmigo que nuestro país se jacta de mantener una economía sana, pero es uno de los países más desiguales del mundo; y esta tremenda y vergonzosa desigualdad es la que ha volcado a las calles  a miles de  jóvenes a  demostrar que ya no están dispuestos a seguir soportando que la riqueza que producen los y las trabajadoras de este país se la apropien unos pocos que todos sabemos donde están.

Decir que una mujer joven  que ha tenido el reconocimiento  internacional  por su aporte a la lucha por una educación  más justa y digna para las actuales y futuras generaciones de este país lo ha sido “por  ser linda” significa, según mi entender,  negar las capacidades de  la joven Camila Vallejo y, por otra parte, relativizar la potencia  revolucionaria de las ideas democratizadoras  y de justicia social que contienen las demandas del movimiento social.

Camila tiene razón cuando le dice que sus afirmaciones tienen una  claro “sesgo machista”. Y creo  sinceramente que Ud. se excede  cuando condiciona la inteligencia  de la joven militante de las Juventudes Comunistas a dejar las filas de nuestro partido...Porque leo  claramente el si condicional en sus declaraciones a la prensa.

Sr. Salazar, hace muchos años las mujeres tuvimos que luchar y demostrar que “somos inteligentes”, pues Ud. debe recordar que hay toda una línea de “hombres sabios”, que afirmaban que las mujeres no la poseíamos. De verdad, creía que esa etapa oscura de nuestra historia estaba superada. Pero ahora ocurre (en pleno SXXI)  que las mujeres  comunistas hemos de entregarle a Ud. pruebas de nuestra inteligencia, puesto que se lee en sus frases que ser  mujer-comunista es ser no-inteligente.

Definitivamente mi compañera Camila  se queda corta cuando habla de un “sesgo machista”. Yo he llegado a la conclusión  de que es enteramente machista.

Yo no sé, de verdad, en qué basa sus asertos, pero lo que sí sé es que este partido comunista  que ya tiene 100 años de vida, ha contado en sus filas con innumerables  mujeres  valientes y  memorables luchadoras sociales; que  éste es uno de los primeros partidos políticos en incorporar mujeres a sus órganos de dirección; que sin más,  ya que celebramos este año  nuestro Centenario.

Quiero recordarle que Teresa Flores (22 años), una mujer  obrera  de inicios del siglo XX,  fue parte de la constitución del partido de Recabarren y que ella, junto a muchas mujeres proletarias, como  la joven de 14 años, Rebeca Barnes, organizaron los centros Belén de Zárraga cuyo aporte al movimiento de mujeres y feminista es innegable.  Teresa en el año 1923 es elegida Consejera Nacional de la Federación Obrera de Chile (FOCH), siendo la primera mujer chilena que ocupa un cargo sindical de nivel nacional.

Es cierto que ellas no asistieron a la Universidad y es posible que no comprendieran las virtudes  de la “Academia”, pero tuvieron la visión política y el empuje valeroso para  batallar en tiempos duros para las mujeres chilenas y del mundo.

Y le digo estas cosas, porque he pensado que la razón de su menosprecio a Camila se debe a que es comunista. Pero estoy convencida de que hombres y mujeres  tenemos la capacidad para decidir si militamos o no y si lo hacemos en qué partido lo haremos. Ello, claro, en función de ideales y lo que cada uno de nosotros y nosotras buscamos para nuestro pueblo.

Y muchas mujeres, como Camila, hemos decidido militar en este partido centenario  y  creemos firmemente en la capacidad  de este colectivo de hombres , mujeres  y quienes han asumido una opción sexual diferente, de aportar a la construcción de la patria justa y buena con la que soñara nuestro presidente Salvador Allende.

Si ello nos hace menos inteligentes ante sus ojos y su entendimiento es lamentable para Ud., pero nosotras vivimos alegremente nuestra militancia y, re-escribiendo a Neruda, en el Partido Comunista  nuestra vida no termina en nosotras mismas.

Le decía antes -honorable profesor- que son muchas y muchas las mujeres que han militado y militan en nuestras filas. Y Ud., en su condición de connotado historiador, debe saber que el aporte que las mujeres hemos hecho a las luchas de nuestros pueblos ha sido enorme. Y ha sido así, en muchos lugares del mundo y en nuestra América Latina las mujeres nos incorporamos a las luchas por la Independencia, a  la lucha -ya le decía- por ser reconocidas como “seres racionales”, por la abolición de la esclavitud, por el derecho a la educación y no la que se le entregaba a las señoritas de clase alta, que eran educadas para la sumisión y reproducir el círculo de la dependencia y de la esclavitud y la tremenda valoración por introducir temas como la filosofía y la geografía en la formación de las mujeres.

Es de este siglo la larga lucha  por el derecho a voto y nuestra participación en política e incluso nos hemos alzado como una más en las batallas contra las dictaduras que han asolado a nuestros  países en distintos momentos de nuestra historia. Y con ello hemos contribuido a la conformación  de nuestras identidades como pueblos y como naciones.

Y quiero volver a hablar  acerca de mis compañeras mujeres, porque en este Partido Comunista, del cual Ud. le dice a Camila que debe irse, una joven mujer -Gladys Marín- fue la primera Secretaria General de las Juventudes Comunistas de Chile, y Diputada a los 23 años, luego de la noche oscura fue la primera mujer en ser Secretaria General del Partido Comunista y después su primera presidenta. Gladys fue también la primera mujer en ser candidata a la Presidencia en nuestro país.

Y como Gladys, nuestras compañeras Hilda Cid pionera  en introducir la cristalografía de Rayos X en el país, Sola Sierra, tremenda luchadora  por los DDHH,  Mireya Baltra dirigente suplementera, diputada y Ministra del Trabajo del Gobierno Popular, Eliana Aranibar  diputada, Julieta Campusano, senadora, Rosa Gajardo, Micaela Troncoso, Victoria Muñoz, Delfina González, Julia González, Humilde Figueroa, Laura Rodig, militantes mujeres destacadas entre el 1926 y el 1930, Sary Cortés, primera mujer menchista que participa como representante del PC en el Frente Popular, Eulogia Román dirigente del partido, obrera tabacalera y María Ramírez, miembro del Comité Central, obrera de una fábrica de camisas, ambas  dirigentes del MEMCH; María Gilbert primera mujer miembro del Comité Central, María Marchant Regidora; Mercedes Fuentealba, obrera  y primera dirigente de la Unión de Mujeres de Chile.

Y sigo diciendo: Amanda Altamirano, diputada; Vilma Rojas, diputada; Silvia Acosta, diputada, Graciela Trujillo, Eliana Fernández y Teresa Carvajal dirigentes de la CUT, Elena Pedraza, dirigente sindical, Ana González, la Desideria, Violeta Parra, y cientos de mujeres que han ocupado hasta ahora diversos cargos de representación social y política. Hoy día Karol Cariola, es la joven  Secretaria General de las Juventudes Comunistas.

Y quiero decir con esta lista incompleta de mujeres de distintas condiciones sociales, que al Partido Comunista las mujeres notables no le somos ajenas y que la presencia de mujeres  no es accesoria. No veo razón, entonces, por la que Camila Vallejo debiera irse.

Y le digo, porque para eso es este recado, que no es correcto que queriendo dar “sabios consejos” se nos niegue a las mujeres como sujetas políticas y se nos reduzca en sintonía con el imaginario patriarcal a “fetiches sexuales”.

Tampoco me parece que en la actual situación donde es tan necesaria la unidad social y política para derrotar al verdadero enemigo de clase se menoscabe  a una joven dirigente estudiantil, como Camila, lo cual no  extrañaría  viniendo de la derecha). Con eso, usted daña al movimiento social, pues el liderazgo de  mi compañera emerge precisamente de ese movimiento y no de una turbia maquinación de los viejos del PC, como Ud. afirma.

Parece que no todos remamos en la misma dirección.

(*) Profesora






miércoles, 27 de junio de 2012

UN REVOLUCIONARIO LLAMADO SALVADOR ALLENDE






El martes 26 de junio se cumplieron 104 años del nacimiento de Salvador Allende. En su homenaje el Círculo Virtual de Estudios históricos-Políticos entrega a sus socios y amigos, cuatro articulos que sobre el Compañero Presidente escribió el historiador Iván Ljubetic Vargas.

Carlota Espina
Editora



UN REVOLUCIONARIO LLAMADO SALVADOR ALLENDE

Iván Ljubetic Vargas

Fue una tarde de verano de febrero de 1952. Nos juntábamos en el puente Arévalo, en San Antonio. Allí donde termina la avenida  Centenario  y comienza el camino a Santiago. Se veían  lienzos, banderas rojas y chilenas.   Estudiantes universitarios que veraneaban en la zona, se  unieron  a nosotros,  jotosos de San Antonio,  y formamos un alegre destacamento juvenil, que lanzaba  consignas  y cantaba canciones revolucionarias.
De pronto alguien gritó:
-          ¡Ahí viene el candidato!
-          ¡Y también el camarada Lafertte!, agregó  otro.
Comenzamos a  marchar por Centenario. Llegamos a la Plaza de San Antonio, muy cerca del puerto. Escuchábamos sirenas de remolcadores y de algún barco. La brisa  traía el salobre sabor a mar.
Se inició el acto. Lo abrió el presidente del Comando Allendista de San Antonio. Fue anunciado Elías Lafertte. Aplausos y La Internacional.  Gobernaba el traidor. Los comunistas estaban fuera de ley y eran perseguidos. Por ello, la plaza se pobló de gritos: -¡Y que fue... y que fue... Aquí estamos otra vez!

EDUCADOR DE MASAS

Con enorme entusiasmo y el Himno Nacional recibimos a Salvador Allende. Fue la primera vez que lo vi y escuché. Era un  educador del pueblo. Su discurso fue claro y emotivo.
Se refirió a los problemas de Chile y a sus soluciones.
Esa noche, bajo un cielo estrellado y teniendo como música de fondo el  ronronear  del océano,  Allende planteó las medidas para terminar con el atraso del país y la miseria de la gente: romper las ataduras con el imperialismo,  hacer de Chile el cobre chileno,  realizar una profunda reforma agraria...
Nos llamó a  luchar sin claudicar y jamás sentirnos derrotados.
El futuro es nuestro, enfatizó el candidato del Frente del Pueblo.
Aquella  noche de febrero de 1952 quedé convencido que triunfaríamos el 4 de septiembre de ese año.
No fue así.  Se impuso el ex dictador Carlos Ibáñez del Campo, apoyado por una amplia coalición, en que habían  desde marxistas hasta fascistas.
Allende perdió. Sacó algo más de 50 mil votos (el 5,43% de los sufragios válidamente emitidos). Pero no fue derrotado.  Siguió luchando.

¿QUIÉN ERA ESE REVOLUCIONARIO AL QUE LOS FRACASOS NO  DERROTABAN?

Salvador Allende Gossens  nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Por entonces, Chile tenía una población de tres millones de habitantes. La clase obrera cumplía 80 años de combativa existencia y se componía de 250 mil trabajadores. De su seno había surgido Luis Emilio Recabarren, quien desde hacía 15 años participaba en la lucha social.
Al nacer Allende, se habían cumplido  seis meses de la masacre de la Escuela Santa María de Iquique.
El joven Salvador tenía 18 años cuando ingresó, en 1926, a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Un año más tarde se inició la dictadura del  general  Ibáñez.
Los sectores más consecuentes se opusieron a la tiranía. Entre ellos, los estudiantes universitarios. En primera fila estuvo Allende.  El 26 de julio de 1931 un amplio movimiento democrático hizo caer al dictador.
Chile vivió impactantes acontecimientos. A comienzos de septiembre de 1931 se sublevó la marinería de la flota de guerra.
En junio de 1932 un golpe militar dio nacimiento a la República Socialista, que duró  doce días,  siendo  derrocada el 16 de junio de 1932.  Ese mismo día, Allende fue detenido y encarcelado. Estando en prisión, falleció su padre. Le autorizaron para asistir  una hora a los funerales. Ante la tumba de su progenitor  hizo  solemne promesa: “Desde este momento consagraré mi vida a la lucha social”. Era el 8 de noviembre de 1932. Cumplió con ese compromiso hasta el fin de su existencia.
Allende fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Chile, surgido el 19 de abril de 1933.
El 6 de mayo de 1936 se constituyó el Frente Popular, primera coalición de izquierda de nuestra historia.
En los comicios presidenciales del 25 de octubre de 1938 triunfó el abanderado del Frente Popular, el  maestro radical Pedro Aguirre Cerda. El 28 de septiembre de 1939, cuando tenía 31 años de edad, Allende asumió como Ministro de Salubridad. Ese mismo año, contrajo matrimonio con Hortensia Bussi.

HACIA LA VICTORIA POPULAR

En 1951 surgió el Frente del Pueblo, formado por el ilegal Partido Comunista y el  pequeño Partido Socialista de Chile.
El Frente del Pueblo proclamó a Salvador Allende  candidato a la Presidencia de la República. El 4 de septiembre de 1952 ganó el ex dictador Ibáñez.
En febrero de 1956  nació el Frente de Acción Popular, FRAP. Lo formaron los partidos Comunista, Socialista de Chile, Socialista Popular, el Partido del Trabajo y otras colectividades.
El FRAP proclamó la segunda candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República.  Fue vencido el 4 de septiembre de 1958.  Quedó segundo, detrás del derechista Jorge Alessandri Rodríguez. Pero, el avance de las fuerzas populares fue enorme. Los 51 mil votos de 1952 se habían convertido en 356 mil (el 28,51% de los votos válidamente emitidos).
El imperialismo tomó nota de ello. A partir de ese momento, adoptó una  enconada posición antiallendista.  Esto quedó comprobado en la campaña presidencial que debía culminar el 4 de septiembre de 1964.
Ya en 1962 el Presidente John Kennedy señaló “que era de interés de la seguridad nacional norteamericana que resultase elegido en 1964 el candidato Eduardo Frei Montalva”.
Esta  insolente intervención en nuestros asuntos internos, fue respaldada por decenas de  millones de dólares, según  afirmó Edward Korry,   ex  Embajador estadounidense en Santiago.
Por su parte,  la jerarquía de la Iglesia Católica chilena emitió, con fecha 18 de septiembre de 1962, un documento donde se sostenía que “de una victoria del comunismo en Chile,  la Iglesia y todos sus hijos no pueden esperar otra cosa sino persecuciones, lágrimas y sangre”.
 Triunfó Frei  en 1964, con el apoyo del imperialismo y de la derecha criolla.  Pero las fuerzas democráticas continuaban creciendo. Ahora Allende, candidato del FRAP,  obtuvo 997.902 votos (el 38,64% de los sufragios válidamente emitidos).

CON LAS BANDERAS DE LA UP

El 9 de octubre de 1969 se constituyó la Unidad Popular. La formaron comunistas, socialistas, radicales, socialdemócratas, el MAPU y  la Acción Popular Independiente, API.
A mediados de diciembre de 1969 se aprobó el Programa Básico del Gobierno Popular. Pero no fue fácil designar el candidato único. Renunciaron en aras de la unidad  Pablo Neruda, del Partido Comunista; Jacques Chonchol, del MAPU; Alberto Baltra, del Partido Radical. Pero se mantenían  Salvador Allende, del Partido Socialista, y Rafael Tarud, del Partido Socialdemócrata y de la Acción Popular Independiente. Pasaban los días y no se definía el abanderado de la Unidad Popular. Los otros: Jorge Alessandri, de la derecha, y Radomiro Tomic,
democratacristiano, estaban hacía meses en campaña.
El  Partido Comunista convocó a una concentración en la Plaza Bulnes para el 22 de enero de 1970. Y comunicó a sus aliados que, si a esa fecha no había candidato único,  proclamaba definitivamente a Pablo Neruda.
Poco antes de las 19, hora fijada para el inicio del acto, se logró el difícil parto. Luis Corvalán, secretario general del Partido Comunista, pudo decir en esa tarde de verano: “Salió humo blanco... Tenemos candidato único... Es Salvador Allende”.
Estalló la alegría en la plaza. Miles de  gargantas enronquecieron gritando: “Allende... Allende... Allende”...  “El pueblo unido.. jamás será vencido”.  Y el  eco recorrió  la patria entera.
Se inició la campaña presidencial más breve de la Izquierda.
Breve, pero a la ofensiva, con movilizaciones de masas, con la constitución de miles de comités de base, con acciones audaces que derrotaron la campaña del terror, con  heroicas brigadas, entre ellas las Ramona Parra, que pintaron hasta el cielo.
Y la cuarta fue la vencida. El 4 de septiembre de 1970 triunfó Allende. Obtuvo el 36,22% de los votos válidamente emitidos.
 Cuando amanecía el día 5, dijo en  emotiva improvisación:
”Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo sólo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo...
“ A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad  del Compañero Presidente...
“Le debo este triunfo al pueblo de Chile, que entrará conmigo a La Moneda”. Y así fue. Después de 60 días al rojo, en que el Imperio y todos los enemigos del pueblo recurrieron hasta al crimen para impedir la llegada de Allende a La Moneda,  el  3 de noviembre de 1970 se inició el Gobierno Popular, el período más brillante de la historia de Chile.

CONSECUENTE HASTA LA MUERTE

2 de diciembre de 1971.  En el acto de despedida de Fidel Castro en el Estadio Nacional, un día después  que el fascismo  mostrara  sus garras en Santiago, el compañero Presidente dijo:
“Yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado...
 Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.
No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo”.
11 de septiembre de 1973.  Atacado por las tropas fascistas, Salvador Allende proclamó  a través de Radio Magallanes:
“Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores:
‘¡Yo no voy a renunciar! Colocado en este tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.
Lo dijo y lo hizo. Fue leal  hasta el último minuto de su existencia. Lealtad se escribe con “L” de Allende.
Al cumplirse este año el centenario de su nacimiento, levantemos en alto su ejemplo, sus ideales y su obra. Cumplamos  la gran tarea que nos entregó cuando dijo:
 “¡Sigan ustedes,  sabiendo,  que más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre digno para construir una sociedad mejor!”
Ser  heredero de Salvador Allende, es  participar en el duro combate de cada día  por abrir de nuevo las   grandes alamedas. Es contribuir a  forjar  esa  sociedad mejor, por la cual luchó y murió el heroico Compañero Presidente. Es ser un consecuente  revolucionario como lo fue él.


UN CONSECUENTE INTERNACIONALISTA


 

 

 

 

UN CONSECUENTE INTERNACIONALISTA

Iván Ljubetic Vargas


“Salvador Allende fue un consecuente luchador
antiimperialista e internacionalista. En esta
posición se mantuvo durante su Gobierno  y
hasta el fin de sus días”
(Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”)


Para Salvador Allende,  patriota  e internacionalista,  no hubo causa progresista en el mundo, especialmente revolucionaria, con la cual no haya solidarizado.
En 1954, cuando tenía 46 años y  era Senador representando a las provincias de Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y China Popular.
Eran los tiempos  de la guerra fría, en que el imperialismo  tendía una cortina de hielo a los países socialistas.
El líder chileno con ese paso desafió al Imperio.

SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN CUBANA
El 1º de enero de 1959 el mundo, y sobre todo América Latina,  se  estremeció
con  el triunfo de la Revolución cubana.  Allende, a la fecha Vicepresidente del Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la Isla.
Llegó a La Habana el 20 de enero. Y le ocurrió un hecho poco conocido. Apenas se había instalado en el hotel, cuando le llamó la atención el bullicio que  venía de afuera. Se asomó. Vio un sorprende espectáculo: al son de una briosa música desfilaban doscientos policías estadounidenses, encabezados por el Alcalde de Miami. Indignado, al creer que ello evidenciaba la influencia de Estados Unidos sobre los líderes cubanos, decidió tomar el avión y regresar a Chile.
Por casualidad se encontró con su viejo amigo, Carlos Rafael Rodríguez, dirigente comunista, que había combatido al mando de Fidel en Sierra Maestra.
- Salvador, ¿qué estás haciendo tú acá?
-Vine a ver esta revolución. Pero no hay tal revolución y me voy.  ¿Qué revolución va a ser ésta cuando la festejan los policías yanquis?
-  Cometes  un error, Salvador. En esto no tienen que ver nada los líderes  de la Revolución. Conversa con ellos.
Esa misma tarde recibió una invitación del Che. Acudió a conversar con él. Lo puso en contacto con Raúl Castro. Luego se entrevistó con Fidel.  Quedó todo claro. En ese momento nació una hermosa amistad entre ellos.

Veintitrés años después, el  13 de diciembre de 1972, el comandante Fidel Castro, en un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y con el Presidente Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana,  dijo:
“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero que llegó a Cuba fue Salvador Allende,
que ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país...
Por eso hemos recibido en estos días –y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto- al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”
En esa ocasión, Salvador Allende señaló en parte de su discurso:
“Levanto mi voz con profunda emoción en esta Plaza donde tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar la palabra de Fidel y de los dirigentes de la Revolución, frente a la estatua de Martí, que cobra vida y presencia con el calor del pueblo.
Lo hago con el sentimiento agradecido, porque hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de revolucionario: la Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso revolucionario...”

TAMBIÉN DESPUÉS DE  PLAYA GIRON
Apenas conocida la noticia del ataque de los mercenarios a Cuba, Allende voló inmediatamente a la Isla. No quiso estar ausente en  momentos en que el pueblo cubano había asestado la primera gran derrota al imperialismo estadounidense en América.
Como se sabe,  el 17 de abril de 1961, 1.400 contrarrevolucionarios preparados, financiados y dirigidos por el Imperio, habían desembarcado en Playa Girón, ubicada en Bahía Cochinos, provincia de Matanzas. Llegaron con fuerte apoyo de mar y aire, pero fueron derrotados en 68 horas. Fracasó el Plan Pluto elaborado por la CIA: crear una cabeza de playa, hacia donde se trasladaría un gobierno gusano, que sería reconocido por Washington, y que solicitaría la intervención militar de Estados Unidos. La aventura les costó a los invasores 200 muertos y  1197  prisioneros, además de muchos dólares al Imperio.

AMIGO DEL CHE GUEVARA
En ese discurso pronunciado el 13 de diciembre de 1972, Allende relató:
 “Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”
El líder chileno había conocido al Che en su primer viaje a la Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.
Estuvo con él en la Quinta Sesión Plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social de la Organización de Estados Americanos, OEA, que se prolongó del  5 al 17 de 1961. Allende había viajado a Uruguay para expresar públicamente la solidaridad del pueblo chileno con Cuba revolucionaria y, junto con el Che,   denunciar el verdadero carácter de la Alianza para el Progreso del gobierno de John Kennedy:  un nuevo caballo de Troya mediante el cual el Imperio pretendía frenar el proceso revolucionario  en América Latina.



SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA
En julio de 1967, Allende viajó a La Habana, encabezando una delegación compuesta por representantes socialistas, comunistas y de otros partidos de izquierda, para participar en la Conferencia Tricontinental de Solidaridad,  que condenó las acciones agresivas del Imperio. En esa conferencia, Allende presentó la propuesta de crear la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS. La iniciativa fue aprobada y en agosto de ese año nació en La Habana este organismo.

APOYO A LOS GUERRILLEROS DEL CHE
El 8 de octubre de 1967 en el combate de la Quebrada del Yuro,  Ernesto Che Guevara fue herido y tomado prisionero. Al día siguiente, asesinado en La Higuera.
La muerte del comandante estremeció a los sectores progresista. Allende le  tributó un combativo homenaje en el Senado chileno.
Soldados bolivianos, asesorados por agentes estadounidenses, iniciaron una implacable cacería contra los guerrilleros que habían sobrevivido. Estos logran eludir hábilmente la persecución en el difícil territorio boliviano. Los primeros en ofrecer ayuda concreta fue Allende y los comunistas chilenos.
El 17 de febrero de 1968 cinco guerrilleros, tres cubanos y dos bolivianos, lograron ingresar a Chile. Fueron detenidos por carabineros y enviados a la cárcel de Iquique. Salvador Allende, entonces Presidente del Senado, se dirigió a ese puerto nortino.
El 22 de febrero los guerrilleros pidieron asilo político.
Allende junto con otros dirigentes de izquierda, se entrevistaron con Edmundo Pérez Zujovic, ministro del Interior de Eduardo Frei Montalva. Finalmente el Gobierno decidió expulsarlos del país, facilitando así el viaje a Cuba. Pero surgieron dificultades: ningún país de América del Sur ni de Europa Occidental les concedió visas de tránsito. El vuelo debió hacerse vía Tahití y Nueva Zelandia. Allende  acompañó  a los guerrilleros del Che.
Dijo, por entonces: Esto es lo menos que puedo hacer en memoria de Guevara.

SOLIDARIZANDO CON VIETNAM
La gesta vietnamita la sintió como suya. Tuvo especial aprecio y admiración por Ho- Chi-Minh.
En 1968 estuvo en Vietnam durante más de un mes. Poco después, concurrió a la Conferencia de Solidaridad con Vietnam realizada en Canadá.
Cuatro años más tarde, el 4 de mayo de 1972, siendo Presidente de la República, Salvador Allende les  habló a los estudiantes de la Universidad de Concepción de su encuentro con Ho-Chi-Minh: “¡Nunca  me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparencia de su mirada y la bondad de sus palabras! Al saludarnos (yo iba con el compañero Eduardo Paredes), nos dijo: ¡Gracias por venir de tan lejos con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo!”.
El Presidente Allende se extendió, explicando a los estudiantes sobre la vida y la lucha del pueblo vietnamita.
El 4 de octubre de 1972 se efectuó en Santiago un solemne acto en que una delegación del Movimiento Mundial de Partidarios  por la Paz, encabezada por su secretario general Romesh Chandra, le entregó a Salvador Allende  la Medalla “Juliot Curie”, que le había otorgado ese organismo por su contribución a la paz mundial y a la solidaridad con los pueblos.
En su discurso de saludo, el Presidente de Chile señaló: “Como mejor homenaje y como agradecimiento personal, por la alta distinción que al pueblo de Chile se le ha conferido en mi persona, a todos aquellos que han luchado y luchan por la paz, rindo
homenaje al pueblo de Vietnam. Pienso que  interpreto el sentimiento de ustedes cuando rindo este homenaje... Mi admiración pues, mi respeto y cariño al pueblo vietnamita, que al luchar por su independencia y dignidad, lucha también por la independencia y dignidad de todos los pueblos del mundo... Al hablar de Vietnam –porque estuve allí y conviví con su pueblo –sé mejor que muchos-  de su sacrificio heroico y sencillo de todos los días. Tuve además el honor de ser uno de los políticos  latinoamericanos que pudiera hablar Ho-Chi-Minh, el sencillo estadista, el soldado, el guerrero, el poeta, el luchador incansable por la independencia de su patria. Fue toda su vida un ejemplo”.

EXITOSA  POLÍTICA  INTERNACIONAL
Una de las primeras medidas adoptadas por el compañero Presidente  fue ampliar las relaciones diplomáticas a todos los países del mundo. El Gobierno Popular tuvo  una activa participación en el Pacto Andino y un exitoso manejo de las relaciones internacionales. Allende  visitó a países como Argentina, Ecuador,  Perú, Colombia, México, Cuba,  Unión Soviética, Argelia.
El 4 de diciembre de 1972 pronunció  un histórico discurso en  las Naciones Unidas, donde los delegados a la Asamblea General ovacionaron de pie al Presidente de Chile.
En parte de su alocución señaló: “Por eso resulta tanto más doloroso tener que venir a esta tribuna a denunciar que mi país es víctima de una grave agresión. Habíamos previsto dificultades y resistencia externas para llevar a cabo nuestro proceso de cambios, sobre todo frente a la nacionalización de nuestros recursos naturales. El imperialismo y su crueldad tienen un largo y ominoso historial en América Latina, y está muy cerca la dramática y heroica experiencia de Cuba. También está la del Perú, que ha debido sufrir las consecuencias de su decisión de disponer soberanamente de su petróleo... somos víctima de una nueva manifestación del imperialismo. Más sutil, más artera, y terriblemente eficaz, para impedir el ejercicio de nuestros derechos de Estado soberano.”
Agregó: “Una vez más, la actuación solidaria internacional de los trabajadores deberá enfrentar a un adversario común: el Imperialismo”.
Denunció “el asedio y la persecución contra Cuba; la explotación colonial; la ignominia del racismo y del apartheid”.
Dijo: “No hay paz para Indochina, pero tendrá que haberla. Llegará la paz para Vietnam”.
Finalizó: “Es nuestra confianza en nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de que esos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!”


DEL PROGRAMA BÁSICO DE GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR
(Aprobado el 17 de diciembre de 1969 por los partidos Comunista, Socialista, Radical, Socialdemócrata, el MAPU y la Acción Popular Independiente)


“SOLIDARIDAD INTERNACIONAL.
La lucha que libran los pueblos por su liberación y por la construcción del socialismo recibirán la solidaridad efectiva y militante del Gobierno Popular.
Toda forma de colonialismo o neocolonialismo será condenada y se reconocerá el derecho a la rebelión de los pueblos sometidos a estos sistemas. Así mismo toda forma de agresión económica, política y/o militar provocada por las potencias imperialistas.
La política internacional chilena debe mantener una posición de condena a la agresión norteamericana en Vietnam y de reconocimiento y solidaridad activa a la lucha heroica del pueblo vietnamita. Del mismo modo se solidarizará en forma efectiva con la Revolución Cubana, avanzada de la revolución y de la construcción del socialismo en el continente latinoamericano.
La lucha antiimperialista de los pueblos del Medio Oriente contará con la solidaridad del Gobierno Popular, el que apoyará la búsqueda de una solución pacífica sobre la base del interés de los pueblos árabe y judío.
Se condenará a todos los regímenes reaccionarios que promueven y practiquen la segregación social y el antisemitismo”.


                                                                                                             








LAS RELACIONES ENTRE ALLENDE Y LOS COMUNISTAS







LAS RELACIONES ENTRE ALLENDE Y LOS COMUNISTAS


Iván Ljubetic Vargas


“A través de tantos años de lucha por los intereses de los
trabajadores se estableció entre Allende y el Partido Comunista
una sólida amistad”.

(Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”)

Corría junio de 1948. En el Senado se discutía el proyecto de   Ley de Defensa Permanente de la Democracia, enviado por  Gabriel González Videla.  El 18 de ese mes, levantó  Salvador Allende su voz en la sala y denunció el carácter antidemocrático de la ley en discusión. Defendió el derecho del partido de los comunistas a la vida legal, tanto como las demás colectividades políticas. Dijo: “Lucharemos como socialistas, como siempre lo hemos hecho, con honradez y cariño, con emoción chilena, por el engrandecimiento y el progreso de nuestra patria. Lucharemos dentro de los cauces democráticos y combatiremos tenazmente esta ley que, tarde o temprano, tendrá que derogarse, para que vuelva la democracia a imperar en nuestra querida patria.”
Como lo señaló Luis Corvalán, esta actitud consecuentemente democrático nunca ha sido olvidada por los comunistas.
Diez después de la intervención de Allende, el 28 de junio de 1948, fue aprobado el proyecto. Votaron a favor liberales, radicales, conservadores, radicales democráticos, agrarios laboristas y el militante socialista Domínguez.
En contra lo hicieron los comunistas  C. Contreras Labarca, E.  Lafertte y G. Guevara; el conservador Eduardo Cruz-Coke; los socialistas  S. Allende,  M. Grove y Carlos A. Martínez y el radical-democrático A. Duhalde. Se abstuvieron, los radicales R. Ortega y G. Girón.

EL FRENTE DEL PUEBLO
La traición de González Videla, elegido Presidente  por una alianza de izquierda, liderada por la burguesía, hizo comprender a muchos trabajadores que no se podía seguir confiando sus destinos a personeros burgueses. Salvador Allende, y también  los comunistas,  asumieron  a plenitud esta experiencia. Comprendieron la necesidad de forjar un movimiento dirigido a conquistar el poder, generar un gobierno distinto, dentro del cual la clase obrera, los trabajadores, debían ser los actores principales.
Allende se propuso encabezar un nuevo movimiento social y político con ese objetivo.
Fue así, como el 13 de noviembre de 1951 el ilegal Partido Comunista y el pequeño Partido Socialista de Chile  liderado por Allende, suscribieron un pacto político que dio vida al Frente del Pueblo.
Este es uno de los hitos más importantes en la historia de la Izquierda chilena.
En 1954, Allende escribió un artículo titulado “La lucha del pueblo de Chile por la Independencia Nacional”, publicado en el periódico soviético Pravda. En él afirmó:
“El Frente del Pueblo es un movimiento profundamente patriótico que lucha por la liberación política y económica de nuestro país. No se trata de una unión temporal, transitoria de las fuerzas populares. Se trata de una organización permanente en la que cada partido, conservando su independencia, ha contraído un solemne compromiso ante el pueblo chileno.”

SEMBRANDO PARA EL FUTURO
Consultado por un periodista años después, de por qué  entró en alianzas con los comunistas en 1951, Allende respondió: “Considero que la revolución antiimperialista y  antioligárquica debe basarse principalmente en la unidad de la clase obrera que en Chile está representada por el Partido Comunista y el Socialista... La alianza con los comunistas en 1951 no perseguía la victoria electoral por cuanto el Partido Comunista se hallaba entonces en la clandestinidad; pero yo perseguía un objetivo más importante: la creación de un verdadero instrumento de liberación de la clase obrera y de Chile”. (J. Lavretski: “Salvador Allende”. Editorial Progreso. Moscú, 1978, páginas 64 y 65).
Allende fue proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente del Pueblo. Volodia Teitelboim  relató en una conversación con el historiador Lavretski:
“Recuerdo bien esta campaña electoral. Éramos un pequeño grupo. Salvador Allende sabía que no triunfaría en aquellas elecciones, que incluso lograría pocos votos. Pero aquello era sembrar para el futuro. Entonces se manifestó con particular claridad un importantísimo rasgo de su carácter: la tenacidad en la lucha contra las dificultades,
que en su vida abundaron más que las victorias”. (Ibidem. página 66)

UNIDAD DE LOS TRABAJADORES
Allende perdió, como era de esperarse, en los comicios  del 4 de septiembre de 1952. Pero ni él ni los partidos que lo apoyaban dejaron de luchar. Continuaron en sus esfuerzos por crear la más importante central nacional de los asalariados chilenos. No fue en vano. El 12 de febrero de 1953, sólo a cinco meses de las elecciones presidenciales, surgió la Central Única de Trabajadores de Chile, CUT.
Al Congreso Constituyente de la CUT, efectuado en el Teatro Coliseo de Santiago, entre el 12 y el 16 de febrero de 1953, concurrieron todas las corrientes ideológicas existentes entonces en el movimiento sindical.
 Para designar su Consejo Directivo Nacional postularon cinco listas. Fue elegido Clotario Blest como Presidente; de  los 24 dirigentes restantes, cinco eran comunistas,
4 socialistas populares, 3 socialistas de Chile, 3 socialistas disidentes, 3 anarcosindicalistas, 2 falangistas, 2 radicales y 2 independientes.
Al nacer la CUT, en Chile habían 284.418 trabajadores organizados, lo que correspondía al 12,5% del total de asalariados.

ELEGIDO SENADOR CON VOTOS DEL PC
Orlando Millas escribió sobre las relaciones entre Allende y los comunistas: “Lo conocimos y nos conoció. Nuestras relaciones fueron de gran intimidad política, amistosa y de mutuo respeto. Nos unió no sólo el antiimperialismo y la lucha por las libertades y las reivindicaciones y los derechos de la clase obrera y del pueblo, sino además la aspiración del socialismo para Chile. Naturalmente, siendo un hombre de otra formación ideológica y de otro partido, aunque prevalecieron abrumadoramente las concordancias con él, también hubo desacuerdos, no siempre pensábamos lo mismo ante determinados acontecimientos. Y, en tales casos, no transigimos él ni nosotros, mantuvimos nuestros respectivos puntos de vista; pero con la necesaria deferencia y poniendo el acento en el inmenso margen de nuestros criterios coincidentes sobre asuntos fundamentales”. (Orlando Millas: “De O’Higgins a Allende”. Ediciones Michay. Madrid, 1988, p. 366).
A partir de 1951 la amistad entre Allende y los comunistas se fortaleció día a día.   En 1953, Elías Lafertte no podía ir a la reelección como senador por la Circunscripción de Tarapacá y Antofagasta, pues se lo impedía la Ley Maldita. El PC  pudo   designar candidato a un militante no conocido como comunista.  Pero desistió de esa idea y, viendo que era probable que Allende no  fuera reelecto sólo con el apoyo de su partido,  le  propuso  que postulara como candidato por el Norte Grande.  Esto, porque consideraba de vital importancia que el líder del Frente del Pueblo siguiera en el primer plano de la política nacional.
Salvador Allende fue elegido Senador por una importante mayoría en marzo de 1953.

LÍDER DEL FRENTE DE ACCIÓN POPULAR
Los esfuerzos unitarios de Allende y los comunistas por ampliar el Frente del Pueblo culminaron exitosamente.  El 29 de febrero de 1956 se fundó el Frente de Acción Popular, FRAP. Lo constituyeron los partidos Comunista, Socialista de Chile, Socialista Popular, del Trabajo, del Pueblo, Radical Doctrinario, de Intransigencia Radical Antiimperialista, la Alianza Nacional del Trabajo y la Vanguardia Nacional del Pueblo.
A comienzos de julio de 1957 tuvo lugar el Congreso Unitario del Partido Socialista, que en su conjunto aprobó la línea de Allende en cuanto a la alianza con el PC.
El FRAP levantó en dos ocasiones la candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República: en 1958, cuando se impuso el abanderado de la derecha Jorge Alessandri, y en 1964, donde triunfó Eduardo Frei Montalva de la Democracia Cristiana.

LA DURA DERROTA DE 1964
Se tenía la ilusión de que “la tercera era la vencida”. La derrota tuvo el efecto de un v sismo en sectores de populares. Adonis Sepúlveda, dirigente del PS, escribió: “La derrota de la campaña presidencial de 1964 provocó en cada partido popular un recio balance autocrítico... Los socialistas pensamos que no había otro camino que organizar una estrategia de poder que debía culminar en el derrocamiento de la burguesía y el ascenso al poder de la clase obrera y sus aliados”. (Adonis Sepúlveda: “Partido Socialista: vanguardia del pueblo chileno”)
En el XXI Congreso del PS, efectuado en Linares del 26 al 29 de junio de 1965, se acordó la Tesis sobre la lucha armada. Esta señalaba: “Nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para alcanzar nuestro objetivo de toma del poder”. (Julio César Jobet: “El Partido Socialista de Chile”)
En su XXII Congreso, realizado en Chillán del 24 al 26 de noviembre de 1967, el PS  resolvió que: “Las formas pacíficas o legales de lucha (reivindicativas, ideológicas, electorales, etc) no conducen por sí mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumentos  limitados de acción, incorporados al proceso político que nos lleva a la lucha armada”. (Alain Labrousse: “La experiencia chilena”. Gijalbo. Madrid,1973)
En ese mismo evento se acordó la Tesis del Frente de Trabajadores, que en la práctica descartaba todo entendimiento con el Partido Radical.

LA VÍA ELECTORAL ESTÁ VIGENTE
Para Allende y los comunistas, la vía electoral para llegar a La Moneda seguía vigente. Además, estaban convencidos que para triunfar era necesario ampliar el FRAP con  radicales y otras fuerzas que no estaban incorporadas en el Frente de Acción Popular.
Dentro del PC no había mayores problemas. Pero Allende los tenía en su partido. La mayoría de los delegados al XXII Congreso se habían pronunciado por la vía armada y en contra de aceptar al PR en el bloque de las fuerzas de izquierda.
 “Pero Allende seguía sin desanimarse por la incomprensión de la mayoría  de los dirigentes, de la mayoría de sus cuadros jóvenes, de sus dirigentes intermedios, seguía discutiendo con cada uno, convenciendo, recorriendo el país, los regionales de su partido, explicando sus concepciones ante las bases y así fue ganando al Partido para la política que él planteaba” (Rolando Calderón: “Discurso en el 68 aniversario del nacimiento de Salvador Allende, Berlín, RDA, 22 de junio de 1976)

ALLENDE Y LA CAMPAÑA DE 1970
En las tres ocasiones anteriores, la candidatura de Allende fue considerada desde el comienzo como indiscutible. En 1969 ocurrió así. En su partido, la mayoría del Comité Central estaba por postular a Aniceto Rodríguez. Además las otras colectividades de izquierda tenían sus propios candidatos: Rafael Tarud,  del API y el PSD; Jacques Chonchol, del MAPU; Alberto Baltra, del PR, y Pablo Neruda del PC.
El 29 de agosto, un Pleno del Comité Central del PS acordó presentar la postulación de Salvador Allende.
Personeros de los diversos partidos de izquierda hacían críticas a éste. Decían que estaba muy repetido, que había perdido en alguna medida su antiguo encanto, que podía parecer como “fracasado”.
El PC no podía menospreciar los aspectos negativos del candidato socialista. Una comisión del Comité Central conversó francamente con él. Allende comprendió.
Corvalán recordando ese tiempo dijo: “pensábamos que de los precandidatos no comunistas, Salvador Allende era el mejor por muchas razones... En un momento decisivo, retiramos la candidatura de Neruda y dimos una opinión categórica a favor de Allende”.
Salvador Allende fue proclamado abanderado de la Unidad Popular en un acto convocado por el PC el 22 de enero de 1970. Resultó un excelente candidato. Tomó en cuenta las opiniones críticas formuladas por los dirigentes comunistas.
La campaña electoral fue breve pero a la ofensiva. Se constituyeron 14.800 comités bases de la UP, de los cuales –según el historiador estadounidense Mark Falcoff-  el 80% estaban dirigidos por comunistas. (Mark Falcoff: “Modern Chile 1970-1989. A
Critical history. New Jersey, 2000).
El PC fue la única colectividad que apoyó a Allende en las cuatro campañas presidenciales.

EN LOS MIL DIAS
En su informe al Pleno del Comité Central del PC, efectuado el 27 de noviembre de 1970, Luis Corvalán sostuvo: “Nada hay más revolucionario que luchar por el éxito
del Gobierno Popular”.
Durante la administración Allende, las relaciones entre él y los comunistas continuaron siendo de mutua franqueza y comprensión. Según Corvalán, “existió una gran coincidencia en la línea gruesa, especialmente en cuanto al carácter de la revolución, a sus etapas, a la política de alianzas, a la combinación de la presión de masas desde abajo con la actividad del Gobierno desde arriba para llevar a la práctica el programa que teníamos el deber de cumplir” (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”, páginas 150 y 151).
El compañero Presidente y el PC estuvieron siempre por no salirse el programa de Gobierno de la UP y rechazaron las actitudes provocadoras de algunos sectores de la coalición de izquierda.
En enero de 1972, en un acto de masas del PC realizado en el Estadio Nacional, Allende afirmó: “Hoy el Partido Comunista comparte responsabilidades de Gobierno, y sus personeros más destacados cumplen a cabalidad y con plausible eficiencia las tareas que el pueblo y el Presidente de Chile les han encomendado... Sé que en la lucha en que estamos empeñados seguiré contando con la lealtad del partido de Recabarren...”
En septiembre de 1973 el PC fue una de las cuatro colectividades de la UP, junto con el PR, MAPU Obrero-Campesino y el API, apoyaron la iniciativa de Allende de llamar a un plebiscito. Se opusieron el PS, la IC y el MAPU.
Durante todo el Gobierno Popular hubo tres ministros comunistas.






EL PENSAMIENTO DE SALVADOR ALLENDE







EL PENSAMIENTO DE SALVADOR ALLENDE


(Selección de Iván Ljubetic Vargas)


EL PUEBLO ENTRARÁ CONMIGO A LA MONEDA

“Yo les pido a ustedes que comprendan que soy sólo un hombre, con todas las flaquezas y debilidades que tiene un hombre; y si pude soportar –porque cumplía una tarea- la derrota de ayer, hoy sin soberbia y sin espíritu de venganza, acepto este triunfo que nada tiene de personal y que se lo debo a la unidad de los partidos populares, a las fuerzas sociales que han estado junto a nosotros. Se lo debo a radicales, socialistas, comunistas, socialdemócratas, a gentes del MAPU y del API, y a miles de independientes. Se lo debo al hombre anónimo y sacrificado de la patria; se lo debo a la humilde mujer de nuestra tierra. Le debo este triunfo al pueblo de Chile, que entrará conmigo a La Moneda el 3 de noviembre”.
(Discurso pronunciado  en la madrugada del 5 de Septiembre de 1970)


ESTO QUE HOY GERMINA ES UNA LARGA JORNADA

“¡Cómo siento en lo último de mi fibra de hombre, cómo siento en las profundidades humanas de mi condición de luchador, lo que cada uno de ustedes me entrega!
Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo.
Este triunfo debemos tributarlo en homenaje a los que cayeron en las luchas sociales y regaron con su sangre la fértil semilla de la revolución chilena que vamos a realizar.”
“Gracias, gracias, compañeras. Gracias, gracias, compañeros. Ya lo dije un día. Lo mejor que tengo me lo dio mi partido, la unidad de los trabajadores y la Unidad Popular.
A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad del Compañero Presidente”.
(Del discurso pronunciado en la madrugada del 5 de septiembre de 1970, desde el local de la FECH)


HA LLEGADO EL DÍA DE DECIR BASTA

“Del pueblo sufrido, que soportó por siglo y medio, bajo el nombre  de Independencia, la explotación de una clase dominante incapaz de asegurar
el progreso, y de hecho desatendida de él.
La verdad, lo sabemos todos, es que el atraso, la ignorancia, el hambre de nuestro pueblo y de todos los pueblos del Tercer Mundo, existen y persisten porque resultan lucrativos para unos pocos privilegiados.
Pero ha llegado el día de decir basta.
¡Basta a la explotación económica!
¡Basta a la desigualdad social!
¡Basta a la opresión política!”

“Este Chile que empieza a renovarse, este Chile en primavera y fiesta, siente, como una de sus aspiraciones más hondas, el deseo de que cada hombre del mundo sienta en nosotros a su hermano”.
(Del discurso pronunciado en el acto realizado en el Estadio Nacional el 5 de noviembre de 1970)


1º DE MAYO DE 1971

“Trabajadores de Chile: Este no es un día de fiesta; éste es un día de recuerdo, de rememoración. Un día para mirar hacia atrás, más allá y dentro de las fronteras de la patria, y rendir un homenaje a todos aquellos que, distintas latitudes, cayeron luchando por hacer más digna la vida del hombre y conquistar la auténtica libertad...
“Destaco un hecho muy significativo y me enorgullezco de hacerlo: la presencia en esta tribuna del Jefe de la Iglesia Chilena,  Cardenal Silva Henríquez... y saludos a todos los dirigentes sindicales chilenos, a mis compañeros dirigentes de la CUT...
“Por eso destaco que ha hecho bien el compañero Víctor Díaz en realzar lo que representa el esfuerzo de los obreros del carbón, de Purina, del salitre o de otros sectores textiles nacionalizados. Ello es  demostración de una conciencia que es útil destacar y un ejemplo que hay que imitar”.
(Discurso del 1º de Mayo de 1971 en la Plaza Bulnes)

LA REVOLUCIÓN NO SE HACE CON PALABRAS

“Tenemos que tener conciencia: la revolución no se hace en las palabras, compañeros, se hace en los hechos. Y hacer la revolución no es fácil... Se necesita tener el nivel político, la responsabilidad necesaria para entenderlo; no basta hablar de revolución. Hay que hacer la revolución interior, que le dé autoridad a uno para poder exigirle a los demás.
“Camaradas, el compañero Víctor Díaz dijo: ‘Compañero Allende, échele para adelante’. Yo le voy a echar para adelante; no le voy a poner el pie al freno, camaradas. Pero que lo sepan de una vez por todas, sobre todo los militantes de la Unidad Popular: aquí hay un Gobierno y un Presidente, y si yo le echo para adelante, es porque tengo los pantalones bien amarrados y no acepto... (y perdón, señor Cardenal Silva Henríquez, por esta expresión, pero yo sé que usted me entiende y la comparte)”.
(Discurso en el acto del 1º de Mayo de 1971 en la Plaza Bulnes).

CAMINAMOS HACIA EL SOCIALISMO

“Caminamos hacia el socialismo no por amor académico a un cuerpo doctrinario. Nos impulsa la energía de nuestro pueblo, que sabe del imperativo ineludible de vencer el atraso y siente al régimen socialista como el único que le ofrece a las naciones modernas para reconstruirse racionalmente en libertad, autonomía y dignidad.
Vamos al socialismo por rechazo voluntario, a través del voto popular, del sistema capitalista y dependiente cuyo saldo es una sociedad crudamente desigualitaria, estratificada en clases antagónicas, deformadas por la injusticia social y degradada por el deterioro de las bases mismas de la solidaridad humana.”
(Primer Mensaje al Congreso Pleno, 21 de mayo de 1971)

EXTREMISMO REVOLUCIONARIO TRAICIÓN AL SOCIALISMO

“Quiero referirme al proceso que vive Chile y ubicarlo frente a la realidad. Lo hago como respuesta al compañero Presidente de la Federación de Estudiantes (Nelson Gutiérrez, del MIR).
Yo no quiero que nadie preste apoyo a este Gobierno si no comparte la realidad de la táctica,  si no comparte el camino que hemos fijado... (hubo algunos silbidos de parte de los miristas). Debo anticiparles que no me inquietan ni los silbidos ni los aplausos. Tengo demasiados años en la lucha social para sentirme intranquilo frente a la recepción parcial que puedan tener mis palabras...
“El extremismo revolucionario es también traición al socialismo”. (Hubo algunos silbidos). “Silben a Lenin. No a mí”.
(Discurso en la Universidad de Concepción, fines de mayo de 1971)

GUERRA A LA FRASE REVOLUCIONARIA

“Lenin, en pleno combate, se expresaba así, refiriéndose a los verbalistas de la revolución: ‘La frase revolucionaria es la repetición de consignas revolucionarias que no guardan relación con las circunstancias objetivas de un momento, pero sin base, ésa es su esencia’. Y además, agregaba: ‘Guerra a la frase revolucionaria, para que no pueda decirse algún día esta amarga verdad: la frase revolucionaria, sobre la lucha revolucionaria, perdió a la revolución’.
Eso lo decía el padre de la Revolución de Octubre. Que no lo olviden algunos jóvenes teóricos chilenos”.
(Discurso en el acto en el Estadio Nacional, efectuado el 4 de noviembre de 1971)

SÓLO ACRIBILLÁNDOME A BALAZOS...

“Yo no tengo pasta de apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado; pero entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile: Sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás; que lo sepan: sólo dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera...
“Defenderé esta Revolución chilena, y defenderé el Gobierno Popular, porque es el mandato que el pueblo me  ha  entregado, no tengo otra alternativa, sólo acribillándome a balazos podrán impedir mi voluntad que es hacer cumplir el Programa del pueblo”.
(Discurso en acto de despedida de Fidel Castro, Estadio Nacional, 2 de diciembre de 1971)


NO HAY REVOLUCIÓN SIN PARTICIPACIÓN DE LA MUJER

“No hay revolución sin la presencia de la mujer. No hay batalla revolucionaria sin que la mujer participe en ella”.
“Yo respeto al adversario. Al que discute y defiende sus ideas... Y denuncio a aquel que no es adversario sino enemigo, el que fue enemigo siempre del pueblo, el que siempre trató de herir a los trabajadores, el que les negó su derecho a organizarse, el que les quitó el derecho a defenderse. Aquel que llegó a la conspiración y al crimen, el que derramó la sangre del General Schneider. Es enemigo del pueblo y es enemigo de Chile y a ese debemos combatirlo, implacablemente”.
(Discurso pronunciado en Antofagasta, el 28 de febrero de 1972)


LOS JÓVENES Y LA REVOLUCIÓN

“Uno se encuentra a veces con jóvenes que han leído el Manifiesto Comunista, o lo han llevado largo rato bajo el brazo, y creen que lo han asimilado y dictan cátedra. Exigen actitudes y critican a hombres que, por lo menos, tienen consecuencia en su vida.
Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción, incluso biológica; pero ir avanzando en los caminos de la vida y mantenerse revolucionario, en una sociedad burguesa, es difícil”
(Discurso en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de Guadalajara, 2 de diciembre de 1972)


SALVADOR ALLENDE Y EL CHE

“Hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de revolucionario: La Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso revolucionario”.
“Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del Comandante Ernesto ‘Che’ Guevara. Guardo un ejemplar de su libro ‘Guerra de Guerrillas’, que me dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad: ‘A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente, Che’.”
(Discurso en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, 13 de diciembre de 1972).



LA HISTORIA ES NUESTRA...

“La historia no se detiene ni con represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada, éste es un momento duro y difícil.”

“Ante estos hechos sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos no podrá ser cegada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen, ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

“¡Trabajadores de mi patria! Tengo fe en Chile y en su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza que mi sacrificio no será en vano.
Tengo la certeza que por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa. Me seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes, por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria”.
(Su último discurso. Radio Magallanes, 11 de septiembre de 1973)

Salvador Allende fue un revolucionario consecuente. Unió sus palabras con sus hechos. Fue digno y leal hasta su muerte.