jueves, 8 de octubre de 2020

A 45 AÑOS DEL ATENTADO CONTRA BERNARDO LEIGHTON Y SU ESPOSA

 

6 de octubre de 1975:


 

                                                    Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                     Centro de Extensión e Investigación

                                                     Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

                           


Bernardo Leighton Guzmán, uno de los principales dirigentes históricos de la Falange Nacional y la DC, supo temprano el martes 11 de septiembre de 1973 que había comenzado el golpe. Estaba en su casa de calle Martín de Zamora. Al  parecer era uno de los pocos dirigentes políticos de la DC que no sabía el secreto. Ese día sería derrocado Salvador Allende y todo el poder militar y policial buscaría un resultado inmediato sin detenerse ante el derramamiento de sangre.

 

LAS DOS CARAS DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA 

Eduardo Frei Montalva, que había sido presidente de la República entre 1964 y 1970 y era entonces presidente del Senado, lo sabía desde el día anterior. Por seguridad no estaba en su casa. Tenía una buena red de informantes. Dos ex ministros de Defensa, Juan de Dios Carmona y Sergio Ossa, dos generales poderosos, Oscar Bonilla y Sergio Arellano y hasta un abogado hijo de Arellano, que estaría en el Ministerio de Defensa para redactar bandos y declaraciones, eran algunos de los que estaban al corriente. Desde su refugio, Frei seguía los acontecimientos.

Bernardo Leighton estaba conmocionado. Era necesario defender la democracia y la Constitución como lo hacía Allende. Su decisión fue rápida. “Tengo que ir a acompañar a Salvador a La Moneda. Tenemos que dar un testimonio”, les dijo a unos pocos amigos que habían llegado hasta su casa. Intentó salir pero fue contenido. Aumentaban los disparos y se anunciaban ataques aéreos, lo más probable es que no se pudiera llegar al centro de la ciudad. En las casas vecinas aparecían banderas de triunfo. Bernardo Leighton tuvo que resignarse, pero comenzó a preparar el texto que sería conocido en definitiva como la Declaración de los 13. Un grupo pequeño que salvó el honor y la memoria de un sector de la DC que no apoyaba el golpe y creyó hasta el último en una salida posible.

 

LA DECLARACIÓN DE 13 DEMOCRATACRISTIANOS 

El 13 se septiembre se dio a conocer la declaración firmada por Bernardo Leighton y los otros parlamentarios y dirigentes. Se habían sumado tres o cuatro a los trece iniciales. La declaración comenzaba condenando el golpe. Su texto es recordado hasta hoy: “Condenamos categóricamente el derrocamiento del presidente constitucional de Chile, señor Salvador Allende, de cuyo gobierno por decisión de la voluntad popular y de nuestro partido fuimos invariables opositores. Nos inclinamos respetuosos ante el sacrificio que hizo de su vida en defensa de la autoridad constitucional”. Y también: “Los hechos que hoy lamentamos señalan que sólo en libertad, sustentada por la mayoría del pueblo y no por minorías excluyentes, se puede aspirar a la transformación humanista y democrática de Chile que constituye nuestra meta y fortalece nuestra voluntad”. 

En cambio, la directiva de la DC apoyó el golpe fascista.

 

EXPUSO LA VERDAD SOBRE LO QUE SUCEDÍA EN CHILE

En noviembre de 1973, Bernardo Leighton viajó con su esposa Anita Fresno a Europa, invitado por el Presidente de las Unión de Juventudes Demócratas Cristianas de Italia, Gilberto Bunalumi, a exponer sobre los sucesos que ocurrían en Chile. Así lo hizo. Pronunció discursos en los que entregó su visión sobre la situación que se vivía en Chile hasta antes de la dictadura del general Augusto Pinochet, régimen que –como hemos visto- rechazó desde un comienzo.  Al disponerse a regresar al país en septiembre de 1974 la dictadura publicó un decreto en que le prohibía el ingreso a Chile.

 

INTENTARON ASESINARLO JUNTO A SU ESPOSA

El lunes 6 de octubre de 1975, a las 20.20 horas locales, fue baleado junto con su esposa por neofascistas italianos en asociación con Stefano delle Chiaie en la puerta del edificio de apartamentos donde vivía en Roma, quedando ambos seriamente heridos.

Según documentos desclasificados de la CIA, Delle Chiaie había contactado antes al agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), Michael Townley, y al cubano Virgilio Paz Romero (un cómplice de Luis Posada Carriles), para preparar un atentado en contra de Leighton. El ataque formaba parte de la Operación Cóndor.

 

NO PUDO CUMPLIR SU TAREA ANTIFASCISTA 

Al día siguiente, Leighton fue operado del cerebro para evitar que perdiera el habla. Pese a los esfuerzos médicos, sus funciones cerebrales resultaron comprometidas de manera irreversible, alternando momentos de lucidez con otros de olvido. Debido a ello, no pudo poner en práctica el trabajo que tenía en mente realizar: reunir a la diáspora política moderada contraria al régimen y hacer un frente común con la izquierda.  Anita Fresno, en tanto, quedó parapléjica por el resto de su vida. 

En 1978 se les permitió el ingreso a Chile. Debido a su frágil salud, se retiró a la vida privada. 

Falleció en la capital chilena a las 4.30 horas del 26 de enero de 1995 a raíz de un paro cardiorespiratorio.