viernes, 23 de octubre de 2020

(E)LECCIONES DEL PUEBLO BOLIVIANO

 

 

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro e Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 



En un año, el pueblo de Bolivia vivió un drama en  tres actos.

 

PRIMER ACTO:  EL GOLPE CONTRA EL GOBIERNO DE EVO MORALES 

El domingo 20 de octubre de 2019 hubo elecciones generales en Bolivia. Al día siguiente, al conocerse que Evo Morales aventajaba   al derechista  Carlos Mesa, estallaron  conflictos en las ciudades de Potosí, Sucre y Cobija.  Hubo   movilizaciones en contra y a favor del presidente en La Paz y El Alto. 

El martes 22 y  el miércoles 23 de octubre la oposición convocó  a una huelga general indefinida. Acciones violentas en varias regiones.  Evo Morales denunció que se desarrollaba un golpe de Estado en su contra. 

El viernes 25, Evo  Morales fue declarado oficialmente ganador con el 47,08 por ciento de los votos frente a 36.51% de Carlos  Mesa. 

Continuaron  los cortes de calles; manifestantes violentos atacaron a  la población, en particular a la comunidad indígena 

Se siguió intensificando la violencia. Policía y opositores  atacaban a los partidarios del MAS en  La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. 

Convocaban a la violencia Carlos Mesa y el líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. 

El viernes 1 de noviembre comenzó una auditoría de la OEA sobre el recuento, solicitada por el gobierno. 

El sábado 2 de noviembre,  Luis Fernando Camacho, que empezó a mostrarse como el rostro más visible y radical de la oposición, llamó al Ejército y a la Policía a "ponerse del lado de la gente" e instó al presidente a renunciar. 

Evo Morales llamó a las fuerzas armadas a "servir al pueblo boliviano" manteniéndose cerca de su gobierno. 

A partir del 4 lunes de noviembre los sectores golpistas recrudecieron los ataques en Cochabamba y El Alto contra seguidores de Evo Morales. En especial  contra las comunidades indígenas,  que incluyeron  agresiones sexuales, vejaciones y el incendio de la casa del gobernador en Oruro. Se desató  una ola de destrucción con saqueos a los hogares.  

Una turba incendió la alcaldía de la ciudad boliviana de Vinto, en Cochabamba, cuya alcaldesa, la oficialista Patricia Arce, fue arrastrada por la calle, donde la rociaron pintura y la cortaron el pelo.

La policía desafió a la autoridad central en varias regiones, incluyendo La Paz, declarando un cese de actividades al tiempo que el ejército se mantiene al margen, pero luego  le retiró el apoyo a Morales. 

La violencia  tomó  un curso extremo cuando la policía dejó de atender sus obligaciones, y se registraron enfrentamientos y robos en varios barrios;  camiones y automóviles incendiados, grupos vandálicos actuaban a sus anchas, una maniobra más asociada al golpe. 

Los medios estatales fueron acallados por  la oposición, en una estrategia que favoreció al golpe de Estado. 

El domingo 10 de noviembre la Organización de Estados Americanos adelantó el resultado de la auditoría del proceso electoral, revelando presuntas irregularidades y exhortando a la realización de nuevas elecciones. Con ello, la OEA dio luz verde al derrocamiento de Evo Morales. Esto se produjo ese mismo día domingo 10. 

El factor principal  de la caída de Evo  Morales lo constituyó  la sublevación de las ciudades. Pero la chispa que incendió el golpe de estado   fue el motín de la Policía.

  

SEGUNDO ACTO: EL GOBIERNO DE FACTO DE JEANINE ÁÑEZ 

El martes 12 de noviembre de 2019, en una sesión accidentada del Parlamento y sin quórum, la segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Añez, se autoproclamó como  presidenta transitoria de Bolivia. . Su gobierno fue una dictadura, que contó  de inmediato con el reconocimiento del gobierno de Donald Trump. 

El 24 de noviembre, la presidenta de facto Jeanine Añez firmó una ley de convocatoria a nuevas elecciones para el 3 de mayo. Sin embargo las pospuso por diversas razones, entre ellas,  que el país no estaba preparado por  el avance de la pandemia. 

A las protestas sociales, el gobierno de facto respondió con represión de las fuerzas militares y policiales. Éstas  perpetraron dos  masacres: la de Sacaba (15 de noviembre) y la de  Senkata, El Alto (el 21 de noviembre). 

La represión dejó un  saldo de más de 38 asesinados, 800 heridos y 1.500 detenidos entre los civiles, la inmensa mayoría partidarios  del expresidente Evo Morales. 

Se militarizaron las principales ciudades del país de cara a las manifestaciones convocadas para el Día del Estado Plurinacional. 

El viernes 24 de enero de 2020  la presidenta de facto Jeanine Añez faltando  a su palabra,  anunció que  postularía a las elecciones presidenciales.

El 10 de marzo de 2020, se detectaron los dos primeros casos de la Covid-19 en el país. Hasta el 18 de octubre, tras siete meses de detectarse el coronavirus, Bolivia acumulaba 139.771 casos diagnosticados.

Durante la dictadura de la derecha,  según el INE, la economía de Bolivia  sufrió una caída del 7,96 por ciento entre enero y junio de 2020, en comparación con igual periodo de 2019. Ya en el primer trimestre se experimentó el menor crecimiento (0,6 por ciento) en casi 20 años. 

A principios de abril de 2020 el ministro de Salud, Aníbal Cruz, fue reemplazado del cargo "por motivos personales". Cruz era una de las autoridades que permanecía en el gabinete de facto desde su investidura tras el golpe de Estado. En su lugar fue nombrado Marcelo Navajas, quien permaneció en la responsabilidad por un mes, pues  fue detenido y removido de su cargo en mayo de 2020, en medio de un escándalo de corrupción por la compra a sobreprecio de 170 equipos de respiración asistida. Navajas fue reemplazado por Eydi Roca. 

El 9 de octubre, cuando faltaban  solo dos semanas para  las elecciones generales, el Gobierno de facto de Bolivia homenajeó en la ciudad de Santa Cruz,  como “héroes” a los militares que asesinaron  a Ernesto “Che” Guevara hacía exactamente 53 años. En ese acto habló la presidenta de facto. Dijo  que el país enfrentó en los últimos años “un enemigo en casa” y advirtió que cualquier extranjero “sea cubano, venezolano, argentino” que vaya a “causar problemas, encontrará la muerte”. 

“Expreso con orgullo y satisfacción mi sincero desagravio a la memoria de estos héroes bolivianos”, afirmó Jeanine Añez al iniciar el acto de conmemoración del 53 aniversario de la muerte del Che en referencia a los militares que lo mataron y a quienes fallecieron en esos enfrentamientos. 

“La lección que dimos los bolivianos al mundo con la derrota y la muerte del Che Guevara en Bolivia es que la dictadura comunista aquí no tiene paso. Ni la comunista, ni la fascista, ni la populista, ninguna dictadura pasará ni echará raíces en esta nación (…) lo que jamás permitirá la tradición republicana del pueblo boliviano es la instalación de la tiranía”, afirmó la senadora que asumió el poder en una sesión del parlamento sin quorum luego que Evo Morales fuera derrocado. . 

El 23 de julio, el TSE anunció una nueva postergación de los comicios hasta el 18 de octubre, para cuando se espera que Bolivia esté lejos del pico de la pandemia. Una eventual segunda vuelta se celebraría el 29 de noviembre. 

A partir del 1 de agosto, la Central Obrera Boliviana (COB) y varios sectores sociales y campesinos comenzaron movilizaciones y bloqueos de carreteras para pedir que las elecciones no se postergaran.

El 13 de agosto, ante las presiones, la presidenta Añez promulgó una ley ratificando que los comicios se celebrarían el 18 de octubre, después  que el Parlamento aceptara la fecha. 

El 7 de septiembre, la Sala Constitucional Segunda de la Corte de La Paz ratificó que Evo Morales no podía ser candidato a primer senador por la región de Cochabamba. Fue otra maniobra de  la derecha boliviana con apoyo del Gobierno de facto.

El 17 de septiembre, Añez declinó su candidatura, tras la pérdida de apoyo en las encuestas. Argumentó  que su decisión era para “cuidar la democracia” y ante el riesgo de que por la “división del voto democrático”  el MAS ganara la elección.

 

TERCER ACTO: CON EL VOTO EL PUEBLO BOLIVIANO DERROTA A LOS GOLPISTAS 

Por fin, el domingo 18 de octubre de 2020, se llevaron a cabo las elecciones generales en Bolivia. Y el partido de Evo Morales obtuvo un triunfo  contundente. 

La fórmula Luis Arce, Presidente, David Choquehuanca, Vicepresidente, obtuvo el 54,50% de los votos válidamente emitidos; Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, el 29.02% y Luis Fernando Camacho, de Creemos, el 14,40%.

Además el MAS logró mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Estos resultados constituyen un  hecho histórico sin precedentes: un golpe de estado de la  derecha es derrotado con el arma del  voto. 

Los resultados resaltan el valioso rol jugado por Evo Morales, en nuestra opinión, uno de los más esclarecidos líderes del siglo XXI de la Patria Grande. 

Comprueban .que  los gobiernos del MAS han realizado importantes obras a favor del pueblo y que éste tiene conciencia de ella. 

Señalan la derrota de la campaña ideológica de la derecha y su gran soporte, el imperialismo estadounidense. 

Enseñan que la represión brutal, la cobarde persecución, las demenciales medidas jurídicas contra Evo Morales y dirigentes revolucionarios, nada pueden contra un pueblo  consciente. 

Los resultados del domingo 18 de octubre de 2020 demuestran lo falso de la afirmación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que dio verde y justificó el golpe, al sostener que  hubo fraude en las  elecciones del 20 de octubre de 2019 y confirman la  legitimidad de ese proceso electoral. 

Por ello,  Evo Morales anunció que irá a juicio contra  Luis Almagro (secretario general de la OEA) ante la Corte Penal Internacional. “Almagro debe renunciar, sus manos están manchadas de sangre de bolivianos y bolivianas; no tiene moral para dirigir los destinos de la OEA”. 

Y la lección más importante es, que… 

¡El pueblo unido, jamás será vencido!