viernes, 30 de septiembre de 2022

GOLPE DE ESTADO EN INDONESIA

 


Hace 57 años:

 

 

                                                              Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                               Centro de Extensión e Investigación

                                                               Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 


El golpe fascista del 11 de septiembre de 1973 fue anunciado meses antes cuando en las paredes y muros de Chile aparecieron rayados proclamando: “¡Ya viene Yakarta!”

 

¿QUÉ  ES YAKARTA?

Yakarta  es la capital y ciudad más poblada de Indonesia, situada en la isla de Java. En una superficie de 650 km² se concentra una población de 8 489 910 personas, sumando hasta 18,6 millones en su área metropolitana. Yakarta es la undécima ciudad más poblada del planeta y su área metropolitana es conocida como Jabodetabek. Es el centro político, industrial y financiero del país.

 

ALGO SOBRE INDONESIA

Indonesia, oficialmente la República de Indonesia, es un país insular ubicado entre el Sureste Asiático y Oceanía. El archipiélago indonesio comprende cerca de 17.508 islas, donde habitan más de 237 millones de personas, convirtiendo a Indonesia en el cuarto país más poblado del mundo. Además, Indonesia es el país con más musulmanes del planeta. Indonesia es una república, con un poder legislativo y un presidente elegido por sufragio y el gobierno tiene su sede central en la ciudad de Yakarta, la capital.

La historia indonesia se ha visto influida por las potencias extranjeras que buscaron explotar sus recursos naturales. Después de que los comerciantes musulmanes llevaran el Islam, y durante la era de los descubrimientos, las potencias europeas comenzaron a disputarse el monopolio del comercio de especias en las Molucas. Tras tres siglos y medio de colonialismo holandés, Indonesia obtuvo su independencia poco después de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, la historia de Indonesia ha sido turbulenta, habiéndose enfrentado el país con los grandes desafíos planteados por los desastres naturales, la corrupción, el separatismo, el proceso de democratización y períodos de cambios económicos.

 

EL PARTIDO COMUNISTA DE INDONESIA

El Partido Comunista de Indonesia (PCI)  fue fundado el 23 de mayo de 1920 en Semarang, surgiendo de la Asociación Socialdemócrata de las Indias. El PCI se llamó inicialmente Asociación Comunista de las Indias. El PCI fue el primer partido comunista de Asia y se convirtió en sección de la Internacional Comunista al poco tiempo de su fundación. Fue ilegalizado por el gobierno colonial de las Indias Orientales Holandesas tras su participación en los levantamientos en Banten y en el oeste de Sumatra, pasando a la clandestinidad en 1927.

Después de la capitulación japonesa en 1945 el PCI volvió a la vida pública tomando parte activa en la lucha por la independencia de Indonesia. El ala izquierda del Partido Socialista de Indonesia  se integró en el PCI en 1948.

Después de apoyar las revueltas campesinas de Madiun en 1948, el PCI fue ilegalizado por el gobierno ya independiente de Indonesia durante un corto período. En los años 50, el PCI adoptó una clara posición nacionalista bajo la dirección de  Dipa Nusantara Aidit, apoyando las políticas anticolonialistas y opuestas a Occidente del gobierno del presidente Sukarno.


  








Dipa Nusantara Aidit, dirigente del PCI

 




UNO DE LOS TRES MÁS PODEROSOS DE LA TIERRA

Con un creciente apoyo popular y más de 3 millones de afiliados en 1965, el PCI era el mayor partido comunista aparte de los de la URSS y la República Popular China. La creciente influencia del PCI incomodó a los Estados Unidos. Asimismo, y aunque Sukarno mantuvo una cierta benevolencia con los comunistas indonesios, veía peligrar su régimen ante el rápido y fuerte ascenso de éstos. También veían peligrar sus privilegios sociales los líderes religiosos del Islam (Indonesia es el país con más musulmanes del mundo) y los sectores más reaccionarios del ejército.



 







Sukarno, presidente de Indonesia en los años de mayor presencia del PCI




 

“¡MATAR COMUNISTAS!”

En la noche del 30 de septiembre de 1965, el Movimiento del 30 de Septiembre (formado por oficiales medios del ejército), secuestró y asesinó a 6 altos generales, alegando impedir un golpe de Estado de los generales derechistas.

 

El PCI fue acusado de instigar un intento de golpe de estado, y sirvió de pretexto para el golpe de estado del ejército indonesio, dirigido por el general Suharto, y con el apoyo estadounidense  y la ayuda logística de la CIA, protagonizó un sanguinario golpe de Estado que culminó con una matanza de dimensiones aterradoras: todavía se discuten las cifras, pero la mayoría de fuentes hablan de alrededor de un millón de militantes comunistas asesinados.

Además, fueron encarcelados más de un millón y medio de personas, entre ellas, por citar alguna, el escritor comunista Pramoedya Ananta Toer, el más célebre autor indonesio.

 

 








Pramoedya Ananta Toer

 




UNA VEZ MÁS EL IMPERIALISMO

Tanto el gobierno británico del laborista Harold Wilson como el estadounidense de Lyndon Johnson impulsaron el golpe de Estado de Suharto, hasta el punto de que su desarrollo fue planificado en Londres y Washington, cuyos gobiernos y servicios secretos participaron incluso en la elaboración de listas de relevantes miembros del Partido Comunista que debían ser asesinados: hoy sabemos, por ejemplo, que el MI6 británico y la CIA facilitaron a los militares indonesios una lista con cinco mil miembros destacados del partido comunista que debían ser asesinados. No hubo límites para la matanza. Aunque los militares de Suharto mataban a destajo, no era suficiente: así, para “matar a todos los comunistas”, los militares reclutaron también a criminales, asesinos, ladrones y delincuentes que ayudaron en la orgía de sangre y muerte en que los matarifes sumergieron a Indonesia.

 





Lyndon Johnson y Harold Wilson los autores intelectuales de la matanza de un millón de comunistas en Indonesia.

Según Amnistía Internacional, en 1998 aún quedaban 13 ancianos en las cárceles indonesias acusados de pertenecer al PKI. Los antiguos miembros del PKI están apartados de determinados trabajos, incluso en la Administración Pública. Durante la presidencia de Abdurraman Wahid se planteó la posibilidad de poner fin a la clandestinidad de los comunistas, lo que provocó una controversia en la sociedad indonesia que aceleró su destitución. 

 

“¡YA VIENE YAKARTA!”

Queda claro entonces, el por qué de la amenaza que, meses antes del golpe del 73 en  Chile, hicieron los fascistas criollos.

La historia muestra que las clases dominantes han utilizado siempre la violencia extrema contra los pueblos, en especial contra los comunistas. Forma parte de las formas que adopta  la lucha de clases entre la burguesía y los trabajadores.

 

 

 


WILL BROWN LINCHADO EN EE UU EN 1919

 


En la perla de la democracia occidental:

 

 

 

                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                        Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 

Will Brown trabajador negro estadounidense quemado  por racistas blancos

 

 

OMAHA, NEBRASKA, ESTADOS UNIDOS

El 28 y 29 de septiembre de 1919  disturbios raciales estremecieron  Omaha, en estado de Nebraska, Estados Unidos. Fueron una serie de sucesos trágicos, que culminaron con  el brutal linchamiento de Will Brown, un obrero negro, el intento de ahorcamiento del alcalde de la ciudad, Edward Parsons Smith, y el incendio de la Corte del Condado de Douglas, en el centro de Omaha, por parte de varios miles de blancos.

 

EL “VERANO ROJO”

Este suceso  es uno de los numerosos disturbios ocurridos en numerosas ciudades industriales en Estados Unidos durante el  llamado “Verano Rojo e 1919.

Sectores reaccionarios, como el general Wood, culparon de los disturbios a afiliados al sindicato Industrial Workers of the World (Trabajadores Industriales del Mundo), sindicato compuesto por marxistas y anarquistas). Todas las acusaciones, las Fake News de entonces,  se demostraron falsas y formaron parte del llamado “Temor Rojo (en inglés: Red Scare), periodo -“para variar”-  de fuerte anticomunismo en Estados Unidos que conllevó la persecución, detención, deportación y ejecución de sospechosos de simpatizar con esta ideología u otras corrientes izquierdistas revolucionarias.

 

ATAQUE A UNA MUJER BLANCA 

Desde mayo hasta septiembre de 1919, más de 25 disturbios raciales sacudieron ciudades desde Texas hasta Illinois, desde Nebraska hasta Georgia. En Omaha, los problemas comenzaron el 25 de septiembre, cuando una mujer blanca, Agnes Loebeck, denunció que un hombre negro la agredió. 

A la mañana siguiente, la prensa tituló la noticia: "Primera pareja de asaltantes de la Bestia Negra". Señalando que  "El ataque más audaz contra una mujer blanca jamás perpetrado en Omaha ocurrió anoche una cuadra al sur de la calle Bancroft cerca de Scenic Avenue en Gibson".

 

 

Will Brown del "World-Herald", 1919

 

 

Esa noche, la policía llevó a un sospechoso a la casa de Loebeck. Agnes y su novio Milton Hoffman, los que  identificaron a un trabajador negro de una empacadora llamado Will Brown como el agresor. Brown tenía 41 años y sufría de reumatismo agudo.

 

EL RACISMO, ESA CARACTERÍSTICA DEL FASCISMO

Antes de que la policía pudiera salir de la casa de Loebeck, una multitud se reunió afuera y amenazó con apoderarse de Brown. Después de una confrontación de una hora, llegaron refuerzos policiales y Brown fue trasladado al juzgado del condado de Douglas.

Después de la confrontación fuera de la casa de Loebeck, comenzaron a correr rumores de que una turba intentaría apoderarse de Brown nuevamente.

El domingo 28 de septiembre, un grupo de jóvenes racistas  se reunió en el sur de Omaha y comenzó una marcha hacia el juzgado del condado de Douglas. Finalmente, miles de personas racistas blancas se reunieron en el juzgado. Por la noche, la policía de Omaha y los funcionarios de la ciudad dentro del juzgado esteban prácticamente prisioneros. Los acorralaba  una  multitud  estimada  entre 5.000 y 15.000 personas.


Alborotadores en el lado sur del Palacio de Justicia del Condado de Douglas;
 Omaha, Nebraska, 28 de septiembre de 1919. 

A las  20 horas, la turba  comenzó a disparar contra el juzgado con armas que saquearon de las tiendas cercanas. En ese intercambio de disparos, un líder de la mafia de 16 años y un empresario de 34 años a una cuadra de distancia murieron.

A las 20, 30 la turba prendió fuego al edificio e impidió que los bomberos extinguieran las llamas. En el interior, Will Brown gimió al Sheriff Mike Clark: "Soy inocente”.

El alcalde Smith salió del juzgado y trató de razonar con la multitud.  Pidió que se olvidaran del prisionero y permitieran que los bomberos apagaran las llamas. Fue derribado  por un golpe en la cabeza. Intentaron colgarlo. Fue rescatado y llevado a un hospital donde permaneció varios días en estado grave con  heridas en la cabeza.

La mafia perdió interés en Smith y se concentró en sacar a Brown del juzgado.

 

WILL BROWN: LINCHADO, COLGADO, ACRIBILLADO Y SU CUERPO  QUEMADO 

Will Brown terminó en manos de la turba enloquecida. Fue golpeado hasta dejarlo inconsciente. Su ropa estaba arrancada cuando llegó a las puertas del edificio. Luego fue arrastrado a un poste de luz cercano en el lado sur del palacio de justicia en 18th y Harney alrededor de las 11:00 p.m. La multitud rugió cuando vieron a Brown, y le colocaron una cuerda alrededor del cuello. Brown fue izado en el aire, su cuerpo girando. Fue acribillado a balazos. Luego, bajaron su cuerpo, lo ataron detrás de un automóvil y lo remolcaron hasta la intersección de 17th y Dodge. Allí, el cuerpo fue quemado con combustible extraído de las luces rojas de peligro cercanas y las linternas de los camiones de bomberos. Más tarde, los trozos de la cuerda que se utilizó para linchar a Brown se vendieron a 10 centavos cada uno. Finalmente, el cuerpo carbonizado de Brown fue arrastrado por las calles del centro de la ciudad.

 

EL TESTIMONIO DEL ACTOR HENRY FONDA 










El actor Henry Fonda, nacido en Nebraska, tenía 14 años cuando ocurrió el linchamiento. Su padre era dueño de una imprenta al otro lado de la calle del palacio de justicia. Vio el motín desde la ventana del segundo piso de la tienda de su padre.

"Fue la vista más horrenda que jamás había visto ... Cerramos la planta, bajamos las escaleras y conducimos a casa en silencio. Tenía las manos mojadas y lágrimas en los ojos. Todo lo que podía pensar era en ese joven negro hombre colgando del extremo de una cuerda".

Durante la larga carrera de Fonda, al menos dos de sus mejores películas — Young Míster Lincoln y The Ox Bow Incident — destacó los linchamientos como puntos principales de la trama.

 


 




miércoles, 28 de septiembre de 2022

TALLER DE EDUCACIÓN: "Composición e importancia del BRICS en el mundo de hoy"

 





Tema: "Composición e importancia del BRICS en el mundo de hoy" 

Hora: 29 sept 2022 08:00 p. m. Santiago

Unirse a la reunión Zoom 

https://us02web.zoom.us/j/81254482236?pwd=TTJ4VGFYbGUyYmoyS0tMQ1ZMb3dIQT09

 


EN EL 90 NATALICIO DE VÍCTOR JARA MARTÍNEZ

 

 Un día como hoy 28 de septiembre, hace 90 años, nació Víctor Jara, un joven  revolucionario chileno, cantor, poeta, combatiente por el  "derecho de vivir en paz", que siendo torturado y asesinado con 44 balazos venció a sus verdugos y sigue combatiendo con su ejemplo y sus canciones.

 

Un abrazo pleno de mañana, 

Iván Ljubetic Vargas


 


                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                         Centro de Extensión e Investigación

                                                         Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 


 

                        


       

                 

Víctor Lidio Jara Martínez nació  el 28 de septiembre de 1932 en Quiriquina, localidad ubicada cerca Chillán Viejo.  Su niñez transcurrió  en el lugar campesino de Lonquén, cerca de la ciudad de Talagante, arrullado por el canto de su madre y laborando en las duras faenas campesinas, detrás del arado o en la trilla. Ayudó desde los seis años a su padre,  Manuel, un inquilino que no sabía leer ni escribir. La madre, de nombre Amanda, de estatura baja y gordita, con una bella sonrisa. Eran cuatro hermanos: María, Georgina, Eduardo y Víctor. 

Posteriormente nació un quinto, Roberto.

 

LA MADRE 

La madre, el pilar de la casa, se empeñó y logró que sus hijos estudiaran. En la escuela, Víctor se destacó como buen alumno. Posteriormente, la familia se trasladó a la capital, a la Población Los Nogales, cerca de la Estación Central. Víctor y su hermano Eduardo concluyeron sus estudios primarios en una escuela católica de la población.

La madre consiguió un puesto como cocinera en un pequeño restaurante ubicado frente a la Estación Central. Trabajando muy duro algunos años, logró reunir lo suficiente para comprar un puesto en el mercado. 


La familia se mudó a una casita en la calle Jotabeche. Como estaba lejos del mercado la madre debía salir a las dos de la madrugada, pues los clientes comenzaban a llegar a las cuatro. Manuel, el padre, ya no vivía con ellos. Víctor, con la idea de poder ayudar a su madre en el negocio, entró a estudiar  contabilidad en un instituto comercial.

En marzo de 1950, murió la madre de un ataque cardíaco.

 

EN EL CORO UNIVERSITARIO 

Para Víctor que, por entonces,  tenía 15 años de edad fue un golpe muy duro. Entró al Seminario de la Orden de los Redentoristas en San Bernardo, abandonándolo en 1952. Hizo el Servicio Militar en la Escuela de Infantería de San Bernardo. Terminado éste, volvió en mayo de 1953 a la Población Los Nogales, después de tres años de ausencia. Lo acogió la familia Morgado y un grupo de amigos. Consiguió un puesto de portero en el hospital local.

Por la prensa se impuso del anuncio de una prueba para ingresar al  Coro Universitario para cantar en ‘Carmina Burana’. Postuló. Fue aceptado como tenor. Participó en la producción de Uthoff en el Teatro Municipal, vestido con un hábito marrón de monje. 

 

EN LA ESCUELA DE TEATRO 

En 1954 viajó al norte con un grupo de nuevos amigos del coro, para recoger e investigar la música popular de la zona. Al regresar a Santiago, presenció una función de un grupo de  pantomima  recién formado por  Enrique Noiswander. De inmediato habló con éste, quien lo invitó a participar en una  prueba en el estudio donde ensayaba el grupo. Víctor mostró su sentido de movimiento y  expresividad. Entonces le ofrecieron la oportunidad de estudiar en el grupo de mimos.

En 1955 se matriculó en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. También se incorporó al Conjunto de Cantos y Danzas Folklóricas Cuncumén.

 

CONOCE A VIOLETA PARRA 

En 1957, Víctor cursó el segundo año en la escuela de teatro. Por entonces comenzó  a frecuentar el café Sao Paulo, en el centro de Santiago, donde se reunían a mediodía artistas e intelectuales. Ahí encontró a Violeta Parra, conocida sólo por un pequeño círculo de personas en Chile, pero que acababa de regresar  de su primera visita a Europa.

Violeta vivía por esa época en La Reina en un pequeño bungalow. Víctor la visitaba con frecuencia. Allí conoció a Ángel Parra y se convirtieron en grandes amigos. 

 

INGRESA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS  

En 1958 Víctor Jara comenzó a militar en las Juventudes Comunistas de Chile, ello en plena campaña presidencial, en la que el Frente de Acción Popular, FRAP, postulaba como candidato a Salvador Allende.

 

En 1959 vivió su primera experiencia como director teatral, dirigiendo “Parecido a la Felicidad” de Alejandro Sieveking. Viajó con esa obra a Argentina, Uruguay, Venezuela y Cuba.

En 1961 realizó una gira a Europa como director artístico del Cuncumén. Ese mismo año compuso “Paloma quiero contarte”, canción con que inició su trabajo de creación musical y poética. La grabó, junto a otra de sus composiciones, “La canción del minero”, en un LP del Cuncumén.

 

CASA DE LA CULTURA DE ÑUÑOA

En 1963, Gregorio de la Fuente,  director  de la Casa de la Cultura de Ñuñoa, le propuso fundar una Escuela de Folklore. Con ayuda de Maruja Espinoza, una componente del Cuncumén, Víctor  organizó los cursos y enseñó las danzas folklóricas que más le gustaban; Maruja se concentró en la enseñanza de la guitarra. En un par de años  un grupo numeroso y entusiasta  de alumnos  hizo posible la  formación de un conjunto, del que posteriormente, surgieron varios solistas. Víctor trabajó en Ñuñoa hasta 1968.  Desde 1963 a 1970 formó parte del equipo estable de directores del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile,  ITUCH.


UN ARTISTA CONSECUENTE 

Realiza múltiples actividades artísticas, sin olvidar sus tareas políticas. En 1969 es figura principal en el Mitin Mundial de Jóvenes por Vietnam, realizado en Helsinki, Finlandia. Ese año obtiene el principal premio en el Primer Festival  de la Nueva Canción Chilena con “Plegaria a un labrador”

En 1970 se dedicó de lleno a la campaña presidencial de la Unidad Popular,

Durante el Gobierno de Salvador Allende laboró en el Departamento de Comunicaciones de la Universidad Técnica del Estado, UTE. En 1971 viajó a distintos países como embajador cultural de Chile. Se editó ese año su LP “La Población”.

 

EL ACTO QUE NO SE REALIZÓ 

Entre 1972 y 1973 compuso la música de continuidad de Televisión Nacional. Viajó a la Unión Soviética y Cuba. Participó en trabajos voluntarios y en la campaña parlamentaria que culminó el 4 de marzo de 1973.

El martes 11 de septiembre de 1973 Víctor estaba en la UTE. Debía participar en un acto en que el Presidente de la República se dirigirá a todo el país comunicando su decisión de llamar a un plebiscito para salir de la crisis política provocada por la oposición. Se produjo el golpe fascista. Soldados del ejército rodearon la Universidad. Al día siguiente invadieron el recinto universitario. 

 

EN EL ESTADIO CHILE 

Tomaron prisioneros a  los profesores, funcionarios y alumnos que se encontraban ahí. Fueron conducidos al Estadio Chile. Víctor iba entre ellos.

Las torturas las comienza a sufrir  el jueves 13 de septiembre:

¡A ese hijo de puta me lo traen para acá! Repitió, iracundo el oficial. ¡A ese huevón!...  ¡A ese!!  El soldado lo empujó sacándolo de la fila.

¡No me lo traten como señorita, carajo!  Ante la orden, el soldado levantó su fusil y le dio un feroz culatazo en la espalda de Víctor. Cayó de bruces, casi a los pies del oficial.

¡Ch’é tu madre! ... Vos soy el Víctor Jara huevón. El cantor marxista, ¡El cantor de pura mierda!  

 

EL HORROR DEL FASCISMO    

Y, entonces, su bota se descargó furibunda una, dos, tres, diez veces en el cuerpo, en el rostro de Víctor, quien trata de protegerse la cara con sus manos. -

Víctor, herido, ensangrentado, permaneció bajo custodia en uno de los pasillos del Estadio Chile. Sentado en el suelo de cemento, con prohibición de moverse. Desde ese lugar, contemplaba el horror del fascismo.

Allí permaneció la noche del Miércoles 12 y parte del Jueves 13, sin ingerir alimento alguno, ni siquiera agua. Víctor tenía varias costillas rotas, uno de sus ojos casi reventado, su cabeza y rostro ensangrentados y hematomas en todo su cuerpo. 


CRUELMENTE TORTURADO 

El 15 de septiembre de 1973, cerca del mediodía se supo que saldrán en libertad algunos compañeros de la UTE. Los prisioneros empezaron a escribirles a esposas, madres, diciéndoles que estaban vivos.  Víctor pidió lápiz y papel. Comenzó a escribir precipitadamente. De improviso, dos soldados lo tomaron y lo arrastraron violentamente hasta un sector alto del Estadio, donde su ubica un palco, gradería norte. Los soldados recibieron orden de golpearlo y comenzaron con furia a descargar las culatas de sus fusiles en el cuerpo de Víctor. Dos veces alcanzó a levantarse Víctor, herido, ensangrentado. Luego no volvió a levantarse.

 

EL TESTIMONIO DE BORIS NAVIA 

Relata Boris Navia: “Esa misma noche, ya en el Nacional, lleno de prisioneros, al buscar una hoja para escribir, me encontré en mi Libreta, que Víctor me lanzó al ser arrastrado por los soldados, no con una carta, sino con los últimos versos de Víctor, con su último canto, que escribió unas horas antes de morir y que el mismo tituló “Estadio Chile”, conteniendo todo el horror y el espanto de aquellas horas. Inmediatamente acordamos guardar este poema”.

Y  logró salvar el último poema de Víctor Jara para estremecer con sus versos a la humanidad:

 

ESTADIO CHILE

“Somos cinco mil

En esta pequeña parte de la ciudad.

Somos cinco mil.

¿Cuántos seremos en total

en las ciudades y en todo el país?

 

¡Cuánta humanidad

hambre, frío, pánico, dolor,

presión moral, terror y locura!

Somos diez mil manos menos

que no producen!

 

¿Cuántos somos en toda la Patria?

La sangre del compañero Presidente

golpea más fuerte que bombas y metrallas

Así golpeará nuestro puño nuevamente.

 

Canto que mal me sales

cuando tengo que cantar espanto

espanto como el que vivo

como el que muero, espanto”.

 

Víctor Jara fue asesinado cruelmente  el   16 septiembre de 1973, lo acribillaron con 44 balazos.

 

MARTES 18 DE SEPTIEMBRE DE 1973 

Joan Jara, la compañera de Víctor, relata en “Víctor Jara un Canto Truncado”:

“Martes 18 de septiembre. Aproximadamente una hora después de levantarse el toque de queda, oigo el ruido del portón, como si alguien intentara entrar. Todavía está cerrado con llave. Me asomo a la ventana del cuarto de baño y veo a un joven afuera. Parece inofensivo y me decido a abrirle. Me dice con voz baja:

-Estoy buscando a la compañera de Víctor Jara. ¿Vive aquí? Por favor, confíe en mí. Soy un amigo –me muestra su carné-¿Puedo entrar un minuto? Tengo que hablar con usted –parece nervioso y preocupado. Me dice en un susurro-: Soy miembro de las Juventudes Comunistas.

Abro la puerta para que entre y nos sentamos en la sala.

-Lo siento, tenía que encontrarla... Lamento decirle que Víctor ha muerto... Encontramos su cuerpo en la morgue. Un compañero que trabaja allí lo reconoció. Le ruego que sea valiente y que me acompañe para identificarle. ¿Llevaba calzoncillos azul oscuro? Tiene que venir, porque su cadáver lleva allí más de cuarenta y ocho horas y, si nadie lo reclama, se lo llevarán y lo enterrarán en una fosa común.


UN JOTOSO LLAMADO HÉCTOR 

Joan Jara continúa relatando en su libro “Víctor Jara un canto truncado”:

“Héctor –así se llamaba- había estado trabajando en la morgue, el depósito de cadáveres municipal durante la última semana, tratando de identificar cuerpos anónimos que llegaban diariamente. Era un muchacho amable y sensible y había corrido un gran riesgo yendo a buscarme. En su condición de empleado tenía una tarjeta especial y, después de mostrarla en la entrada, me introdujo por una pequeña puerta lateral del edificio, a pocos metros de los portales del Cementerio General...

 

LO ENCUENTRA SU COMPAÑERA 

“Bajamos un oscuro pasadizo y entramos en una enorme sala. Mi nuevo amigo me apoya la mano en el codo para sostenerme mientras contemplo las filas y filas de cuerpos desnudos que cubren el suelo, apilados en montones, en su mayoría con heridas abiertas, algunos con las manos todavía atadas a la espalda. Hay jóvenes y viejos... cientos de cadáveres... en su mayoría parecen trabajadores... cientos de cadáveres que son seleccionados...

“Nos envían a la planta superior. El depósito está tan repleto que los cadáveres llenan todo el edificio, incluyendo las oficinas. Un largo pasillo, hileras de puertas y, en el suelo, una larga fila de cadáveres, estos vestidos, algunos con aspectos de estudiantes, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta... y en la mitad de la fila descubro a Víctor.

 

MIRABA DESAFIANTE 

“Era Víctor, aunque le vi delgado y demacrado. ¿Qué te han hecho para consumirte así en una semana? Tenía los ojos abiertos y parecía mirar al frente con intensidad y desafiante, a pesar de una herida en la cabeza y terribles moratones en la mejilla. Tenía la ropa hecha jirones, los pantalones alrededor de los tobillos, el jersey arrollado bajo las axilas, los calzoncillos azules, harapos alrededor de las caderas, como si hubieran sido cortados por una navaja o una bayoneta... el pecho acribillado y una herida abierta en el abdomen... las manos parecían colgarle de los brazos en extraño ángulo, como si tuviera rotas las muñecas... pero era Víctor, mi marido, mi amor”.

 

SUS FUNERALES 

El martes 18 de septiembre de 1973 fueron los funerales de Víctor Jara. Relata  su compañera:

“La caminata hasta el lugar del cementerio donde Víctor sería enterrado debió llevarnos entre veinte y treinta minutos. El carrito chirriaba y rechinaba sobre el pavimento irregular. Caminamos y caminamos... mi nuevo amigo Héctor a un lado, mi viejo amigo Héctor al otro. Sólo cuando el ataúd de Víctor desapareció en el nicho que nos habían asignado estuve al punto de desplomarme. Pero estaba vacía de sentimientos o sensaciones y sólo se mantenía viva la idea que Manuela y Amanda esperaban en casa, preguntándose qué ocurría, dónde estaba yo”.


VENCIÓ SOBRE SUS VERDUGOS 

Al día siguiente el diario La Segunda publicó un breve párrafo en el que informaba de la muerte de Víctor: “El funeral fue de carácter privado y sólo asistieron los familiares”.

Después todos los medios recibieron la orden de no volver a mencionar a Víctor. Pero en la televisión  alguien arriesgó su vida insertando unos pocos compases de “La Plegaria” sobre la banda sonora de una película norteamericana.

Los verdugos asesinaron al cantor, pero sus canciones siguen emocionando y motivando. Son inmortales.

Fue así como Víctor,  el heroico joven comunista, venció sobre sus verdugos. A 49 años de su asesinato sigue combatiendo.